FRASES PARA PENSAR.

SE DARÁ TIEMPO AL TIEMPO,
QUE SUELE DAR DULCE SALIDA A MUCHAS AMARGAS DIFICULTADES.

Cervantes en el Quijote.

domingo, 31 de marzo de 2013

Feliz Pascua.


Hoy es Domingo de Pascua. El primer domingo tras el primer plenilunio de la primavera. La fiesta más grande del año para los cristianos. La fiesta de la vida por excelencia. La fiesta de la Vida sin límites y con mayúsculas. La fiesta en la que celebramos que algún día, no sabemos cómo, el bien, la justicia, la belleza, la libertad,  la alegría, el amor serán una realidad cierta para siempre y para todos.
Y quiero felicitaros las Pascuas a los que dedicáis un ratito a este blog, con un texto de Juan Ramón Jiménez, donde se da un feliz encuentro entre fe y literatura.
Disfrutadlo sin prisa, que es la fiesta de las fiestas.

Mira, Platero; el canario de los niños ha amanecido hoy muerto en su jaula de plata. Es verdad que el pobre estaba ya muy viejo... El invierno último, tú te acuerdas bien, lo pasó silencioso, con la cabeza escondida en el plumón. Y al entrar esta primavera, cuando el sol hacía jardín la estancia abierta y abrían las mejores rosas del patio, él quiso también engalanar la vida nueva, y cantó; pero su voz era quebradiza y asmática, como la voz de una flauta cascada.
El mayor de los niños, que lo cuidaba, viéndolo yerto en el fondo de la jaula, se ha apresurado, lloroso, a decir:
—¡Puej no l'a faltado ná; ni comida, ni agua!
No. No le ha faltado nada, Platero. Se ha muerto porque sí, diría Campoamor, otro canario viejo...
Platero, ¿habrá un paraíso de los pájaros? ¿Habrá un vergel verde sobre el cielo azul, todo en flor de rosales áureos, con almas de pájaros blancos, rosas, celestes, amarillos?
Oye; a la noche, los niños, tú y yo bajaremos el pájaro muerto al jardín. La luna está ahora llena, y a su pálida plata, el pobre cantor, en la mano cándida de Blanca, parecerá el pétalo mustio de un lirio amarillento. Y lo enterraremos en la tierra del rosal grande.
A la primavera, Platero, hemos de ver al pájaro salir del corazón de una rosa blanca. El aire fragante se pondrá canoro, y habrá por el sol de abril un errar encantado de alas invisibles y un reguero secreto de trinos claros de oro puro.

                                                               Juan Ramón Jiménez. Platero y yo.

¿Qué os ha parecido? Personalmente me encanta. Destaco esa pregunta que se hace Juan Ramón Jiménez, ante la muerte del canario viejo, ante la triste realidad inexplicable, ante el llanto del niño: “Platero, ¿habrá un paraíso de los pájaros? ¿Habrá un vergel verde…” Es nuestra pregunta, ¿verdad?, también es nuestra pregunta. Y luego, en la noche, a la luz de la luna llena “lo enterraremos en la tierra del rosal grande”. ¿Y ahí acaba todo?
No, ahí no acaba todo En un párrafo brillante, hermosísimo, donde se ve brotar la vida a borbotones, dice, ya no pregunta, afirma, “A la primavera, Platero, hemos de ver al pájaro salir del corazón de una rosa blanca. El aire fragante se pondrá canoro, y habrá por el sol de abril un errar encantado de alas invisibles y un reguero secreto de trinos claros de oro puro”.

¡Feliz Pascua!

sábado, 30 de marzo de 2013

Más allá de las palabras.


Desde que conocimos al Papa Francisco y le vimos hablar y actuar, mucha gente se ha preguntado, ¿qué hace este hombre?, ¿cómo habla tan claro?, ¿cómo va en coche descubierto?, ¿cómo se mezcla entre la gente?, y la respuesta siempre es algo así: los de seguridad irán locos, va a durar poco, le van a matar, la curia le parará los pies…
Yo también me he hecho estas preguntas y albergo el temor que tan tristes respuestas producen, pero por otro lado veo, y con claridad diáfana en el silencio del Sábado Santo, un mensaje sin palabras que me llena de alegría, que me cuesta incluso creerlo.
Veo que Francisco está haciendo lo mismo que hizo Jesús al entrar en Jerusalén. Su actitud es la misma. Jesús sabía, se lo habían advertido, que tal y como estaban las cosas, ir a Jerusalén aquella Pascua era jugársela. Y fue. Y no entró discretamente, no se  escondió. No tenía nada que ocultar. Pasara lo que pasara. Era su misión. Lo demás estaba en manos del Padre, y Jesús se fiaba de Él.
El Papa Francisco está haciendo lo mismo. Con esta forma de actuar, nos dice sin palabras que no tengamos miedo. Hay que hacer lo que hay que hacer. Lo demás queda en manos de Dios. Él sabe muy bien los riesgos que corre cuando hace lo que hace. ¿Qué puede pasar?, ¿qué llegue un día de éstos Su Viernes Santo? Él, como Jesús, sabe que detrás está el Domingo de Pascua. Y al  igual que Jesús, aunque no busca el viernes, no huye de él.
Creo entender, y esto me llena de gozo, que nos está diciendo con su propia vida, que no tengamos miedo, que no tengamos ningún miedo. Que vivamos con la confianza del triunfo definitivo de la vida, del bien, de la justicia, del amor, aunque tantas veces nos cueste creerlo. En definitiva, que peleemos sin miedo por el Reino de Dios, con la seguridad y la alegría que nos da el Domingo de Pascua, aunque antes esté, porque está, el Viernes Santo y el silencio del Sábado.
Y este mensaje, de una insondable profundidad evangélica, no nos lo transmite en una homilía, con una carta pastoral, o una encíclica, no; nos lo está diciendo con esta forma, digamos que arriesgada, imprudente, diferente de hablar y de actuar. Estamos más allá de las palabras.
            Creo que algo grande está pasando en Roma, algo grande está pasando en el mundo.

jueves, 28 de marzo de 2013

Jueves Santo.


Es la noche de Jueves Santo, y después de celebrar un año más la eucaristía en la que recordamos aquella última cena de Jesús, siento, como todos los años, como tantas veces al año, que hemos traicionado, roto, enterrado lo que aquella noche ocurrió.
Fue demasiado radical. Jesús de Nazareth, llevando su vida hasta el extremo de la coherencia con la voluntad de Dios Padre, con su papá (abba), nos dice que cada vez que nos reunamos y compartamos el pan y el vino tal y como Él lo hizo,  estará presente, estará allí, en ese pan y en ese vino, con nosotros. 
Pero pronto vino el problema, porque la primera consecuencia lógica, irrefutable, de aquella noche, será que si compartimos lo más grande, lo más sagrado, al mismo Hijo de Dios, ¿cómo no vamos a compartir todo lo demás?
Esto no podía ser. Esto cambiaba el mundo. El orden social y económico. Los planteamientos políticos. Las actitudes y comportamientos personales; todos, hasta los más concretos. No, esto no podía ser.
Y entonces tiramos y seguimos tirando, sobre aquel hecho, sobre el mensaje claro y simple que emanaba de él, leyes, costumbres, tradiciones, interpretaciones, para que el rico siguiera siendo rico, el pobre, pobre, el poderoso, poderoso y el débil…machacado. Es decir, para que en el fondo nada cambiara. Y además, para que si a alguien se le había ocurrido pensar que aquello, que aquel Hombre, iba a cambiar el mundo, aprendiera a conformarse con éste tal y como estaba, tal y como está; ya sería feliz en el otro.
Luego, tras aquella noche llegó la cruz; y después el Domingo de Pascua. Y esa sigue siendo la esperanza. Por mucha basura que echemos encima de lo que hizo Jesús aquel jueves, está la mañana de Pascua.

martes, 26 de marzo de 2013

Aquellos bravos camaradas. Conangles, 1986.

Cuando llegamos no había demasiada nieve.
La primera excursión nos descubrió un mundo increíble. La alta montaña aún invernal.
La primera noche fue la única en la que cenamos sin estar pisando nieve.
Al día siguiente empezó a nevar. 
Y todo fue diferente. Más duro, pero muy hermoso.
Tras una nevada, nos preparábamos para la siguiente.
Al fin salió un día azul. Subimos al Sarraera occidental.
La ascensión fue soberbia.
El día del regreso volvía a nevar. Y así dejamos la montaña.

Bravos camaradas. Así veo hora a aquel grupo de seis alumnos, que con catorce o quince años se fueron con su “profe” de treinta (¡ay!, treinta, quién los catara), a pasar una semana al Pirineo, por estas fechas, hace 27 años. Salimos exactamente el 31 de marzo de 1986. Y éramos Arli, Javi, Prim, Salva, Toni, Vicente y el que escribe estas líneas.
Y no, no fuimos a un camping, fuimos a acampar al valle de Conangles, a un rinconcito precioso, de cuento. Un prado, a casi 2000 metros, en medio del bosque, junto a un arroyo, rodeado de altas montañas.
Llegamos con buen tiempo, pero duró poco. Estuvo toda la semana nevando. Solo hubo un día azul que aprovechamos para subir al  Sarraera occidental. Por la tarde volvió a nevar.
Y aguantamos. Sí señor, aguantamos el frío intenso, las nevadas casi constantes, las ventiscas. Vimos un alud, no muy lejos de nuestro campamento. Pero nosotros allí, en medio del bosque que se nos antojaba irreal, lejos de todo y de todos, disfrutamos de la alta montaña en una intimidad con ella, que solo puede alcanzar quien se pone en sus manos, como nosotros nos pusimos. Recogíamos leña, manteníamos el fuego encendido todo el día. Charlábamos, comíamos y cantábamos junto a él. Y cuando la nevada arreciaba, esperábamos en las tiendas a que amainara.
Una noche, bajamos a Viella, a cenar al Era Puma. ¡Qué cena!, sentados y calentitos; un lujo. Dormimos en el refugio del Pla Batallé. ¿Os acordáis? Y al día siguiente, de nuevo a nuestro campamento, allá arriba, en la montaña. No había miedo. La vida vencía a la comodidad que nos apoltrona, a la prudencia que nos entontece. Y por eso volvíamos felices a nuestras tiendas.
Sí, hace de esto veintisiete años. Han cambiado mucho las cosas. ¿Se iría hoy, un “profe” de 30 años, con 6 alumnos de catorce o quince, en tienda, al Pirineo en marzo, a acampar a la montaña a casi 2000 metros, sin móviles…? Aquello fue una aventura, pero una aventura de verdad. No como las que venden hoy, enlatadas, desventadas, con sellito…
Aquel grupo de bravos camaradas tuvimos el privilegio de poder beber la vida a grandes sorbos aquella semana, allá en los prados de Conangles. Hemos seguido cada uno nuestro propio camino en la vida, pero yo creo que sea donde sea que ésta nos lleve, todos seguiremos recordando aquella semana como algo precioso, como algo que realmente valió la pena, como algo inolvidable.
A fin de cuentas fue un combate. Un combate en una naturaleza hostil pero espléndida, contra todo lo que nos quita libertad y vida, contra la pereza, contra la comodidad, contra el miedo, contra la incertidumbre… Y vencimos.
Eso no se olvida.

¡Salud bravos camaradas!

NOTA:

            Sé que pasaron muchas cosas aquellos días a las que no me he referido. El complicado viaje de ida, los franceses del refugio, el incendio fluvial etc. De eso nos acordamos todos; pero en esta entrada he hablado de lo que ahora, veintisiete años después, me parece la esencia de lo que fue aquella semana en el bosque de Conangles.
            Para ver una selección de fotos (son diapositivas digitalizadas) de aquel viaje pulsa el enlace  Aquellos bravos camaradas. Conangles, 1986.

domingo, 24 de marzo de 2013

Cartas a Laura II

Fue tu primer viaje al Pirineo. Estábamos acampados en el bosque de Besiberri.

Hola Laura:

Porque te llamas Laura, y tú sabes por qué te llamas Laura. ¿A que sí? Es un motivo bonito. Es por esa canción de Lluís Llach, tan entrañable para tus padres y para nosotros, titulada “Laura”. 
Lluís Llach nos ha acompañado muchas veces en nuestra juventud. De entonces recuerdo, por ejemplo, las noches en vela, en la Font del Salt, en Náquera, cantando con las guitarras “La estaca”, junto al fuego, porque entonces hacíamos fuego y no se quemaba nada. Recuerdo también cuando José Luis nos hizo oír, por primera vez, “Viatge a Itaca” en su casa de la calle Quart; o cuando en aquellos larguísimos viajes a Pirineos íbamos escuchando sus canciones, mientras esperábamos poder adelantar a los camiones, con su letrerito de Leciñena detrás, junto a la matricula. Leciñena y Llach están curiosamente unidos en mi memoria.
Éstos, y otros muchos recuerdos, los compartimos tus padres y nosotros. Es algo muy valioso que tenemos en común. Porque esos recuerdos han sido experiencias que han  conformado nuestras vidas.
Y de ahí, del hondo significado de esos recuerdos, viene el por qué de Laura para ti. Y es bonito que sea así. Es bonito, porque tu nombre arranca del entramado mismo de la vida de tus padres. De los recuerdos más queridos, de los años más decisivos, de aquellos días, ya lejanos, que nos hicieron ser como somos.
Recuerdo cuando Llach vino al pueblo, en unas fiestas del Cristo; tú ya habías nacido y tu padre gritaba en la plaza: ¡Laura!, ¡Laura!, para que cantara la canción. Y ya es raro eso en tu padre, con lo comedido que es en público. Quería actualizar, en vivo, tantos recuerdos lejanos…
Al igual que cuando bautizaron a tu hermana Nuria, (el motivo del nombre Nuria es semejante) cuando te bautizaron a ti, al nombrarte Laura, tus padres estaban uniendo tu vida, recién estrenada, con todo aquello que en su juventud les forjó como las personas que iban a entregarte las suyas.
La gente es muy libre de poner a sus hijos el nombre que quiera. Hay mil motivos para decidir el nombre de un hijo. Me gusta el que movió a tus padres a nombraros a ti y a tu hermana.
Y ahora, puedes oir la canción pulsando en el siguiente enlace.Laura

miércoles, 20 de marzo de 2013

Feliz primavera, Señora Consellera de Medio Ambiente.

La luna en cuarto creciente, en el equinoccio de primavera, sobre lo que debería ser verde.
Casi a modo de corona,. retoña el árbol muerto.
Quemados son casi iguales los olivos y los algarrobos.
"La cúpula verde, toda pintada de zenit azul", como diría J.Ramón Jiménez, es negra.
Hay flores. La terquedad de la vida por perpetuarse, contrasta con las consecuencias de la infinita estupidez humana. 
Poca agua, mucho viento. El  monte sigue muerto.
Pero hay signos, indicios de vida. Son escasos, pero muy hermosos..
Una amapola, pone su inconfundible toque de color.
En los campos, rodeados de negro y gris, el blanco y rojo alegran. Dan esperanza.
Y a donde no llegó el fuego, las flores envuelven los olivos.
¿Tendrán primavera estos montes? Estuvieron cubiertos de bosque. Incendio tras incendio son  la puerta del desierto.

Nuestro planeta ha pasado a las doce y dos minutos, por ese punto exacto de su órbita alrededor del sol, que marca el equinoccio de primavera. Supongo que con el cargo que ocupa, lo sabrá.
Atrás quedó el invierno, en muchos sitios, un invierno como los de antes. Frío, agua, nieve…; en el Pirineo las acumulaciones de nieve son históricas, y los ríos de casi toda España bajan poderosos.
Aquí, en nuestra pobre tierra, ha sido un invierno para olvidar. Supongo que se habrá dado cuenta. Lluvias pocas, alguna nevada en las montañas del interior, y viento, siempre viento. Un viento seco, persistente, a veces violento…odioso. En los despachos no se nota.
Las grandes extensiones quemadas, siguen negras y grises. De lejos parecen paisajes de desiertos lejanos. La poca lluvia y el viento continuo, que ha impedido incluso la formación del rocío, hacen difícil que vuelva la vida, aunque el verde intenta abrirse paso…
Agua, hace falta agua. Debe llover más, debe llover mucho. Suave pero mucho. Deben cesar los ponientes, los mistrales. Nuestros campos, nuestras montañas lo necesitan. ¡Ay!, pero esto no está en nuestras manos.
Lo que sí está en nuestras manos, y sobre todo en las suyas, Señora Consellera, es preparar todo para lo que puede ser, si la primavera no se comporta, otro verano horrible. Debe estar todo a punto. Ahora será más fácil, porque queda mucho menos que quemar...¡! Pero aún quedan bosques verdes, pinares, alcornocales, aún quedan. ¡Que no se pierdan más!
La vida intenta abrirse paso. Ayudémosle. Y esperemos que el cielo en esta primavera ayude también. Esperémoslo.

Feliz primavera, Señora Consellera. Feliz primavera a todos.

martes, 19 de marzo de 2013

¡Bienvenido Francisco!


Bueno, pues ya han pasado seis días desde la “fumata blanca”, seis días que he dedicado a escuchar, a leer, a comentar, y hoy día de San José, el día que el Papa Francisco ha elegido para inaugurar su pontificado, escribo, lleno de agradecimiento y de esperanza.
Que la figura de Jesús, sea cada vez más reconocible en la Iglesia. Esto es lo que le pedí a quien fuera el nuevo Papa, en aquellos momentos tan especiales en los que sabíamos que ya había sido elegido, pero no quién era.
Y saltó la sorpresa, lo inesperado. Sentí gozo, me alegré cuando escuché en directo que era argentino, jesuita y que se llamaría Francisco. Sinceramente no esperaba tanto. Si el gesto de Benedicto XVI me encendió una hermosa luz en la oscuridad, esto hizo que la luz me deslumbrara.
Luego han venido los gestos y las palabras desgranándose a lo largo de estos seis días, casi como si de una película se tratase. De momento me parece demasiado bonito, de verdad, demasiado bonito. Pero ¿por qué lo bonito no puede ser también verdad? En cristiano, la verdad definitiva es bonita.
Y ahora, cuando pase el impacto, vendrá el momento del trabajo callado, de las decisiones difíciles, de las tensiones inevitables. Y el Papa Francisco necesitará de nuestra oración, como ya dijo, y de nuestro trabajo. Ya nos ha dicho también, que tenemos que caminar juntos, que trabajar juntos. Porque no solo es suya la responsabilidad de que la figura de Jesús, sea cada vez más reconocible en la Iglesia, es nuestra también. Por eso nos pide que caminemos juntos.
¿Se os ha ocurrido leer la oración de San Francisco sabiendo que el Papa se llama Francisco? Es lo que quiere hacer como Papa, es lo que nos pide que hagamos como cristianos.
Aquí la tenéis. Leedla despacio.

Oh Señor, hazme instrumento de tú Paz.
Donde hay odio, que yo lleve el Amor.
Donde hay ofensa, que yo lleve el Perdón.
Donde hay discordia, que yo lleve la Unión.
Donde hay duda, que yo lleve la Fe.
Donde hay error, que yo lleve la Verdad.
Donde hay desesperación, que yo lleve la Esperanza.
Donde hay tristeza, que yo lleve la Alegría.
Donde están las tinieblas, que yo lleve la Luz.
Oh Maestro, haced que yo no busque tanto:
Ser consolado, sino consolar.
Ser comprendido, sino comprender.
Ser amado, sino amar.
Porque:
Es dando, que se recibe.
Perdonando, que se es perdonado
Muriendo, que se resucita a la Vida Eterna.

¿No veis que tenemos un hermano mayor en Roma?, un hermano que desde el primer momento nos ha dicho qué va a hacer, y que nos invita a que lo hagamos con él.

¡Bienvenido hermano Francisco!

sábado, 16 de marzo de 2013

Entre, contra, recontra y requetecontra.


Nace esta sección con la intención de colaborar un poquito con todos aquellos que se enfrentan día a día en singular combate, contra los que se empeñan tenazmente en estropear el idioma, cosa que personalmente me molesta sobremanera, pues amo el castellano, lo admiro, lo disfruto y lo necesito.
Lo que me ha impulsado a iniciar esta sección en el blog, es una aberración lingüística, fea, absurda e incluso malsonante, que en el bando de mi pueblo, se empeñan en mantener. No sé si el responsable es quien escribe el bando o quien lo lee,  pero desde luego, si quien lo escribe es un “porrito volantinero”, quien lo lee debería ejercer la objeción de conciencia lingüística, y leerlo como Dios manda, pero como no lo hace, nos regala con harta frecuencia la “perlita”, y además por duplicado, en castellano y en valenciano, pues la burrada es burrada en ambas lenguas.
Dice así, por ejemplo, “el domingo 17 de marzo, partido de fútbol entre el Ribarroja. contra el Villafelipitos de Altasaguas” y a continuación, lo mismo pero en valenciano, lengua en la que está igualmente mal dicho. Y el “bandero” en cuestión se queda tan feliz, porque repite cada vez que hay fútbol.
Vamos a ver. Se puede decir “el domingo 17 de marzo, partido de fútbol entre el Ribarroja. y el Villafelipitos de Altasaguas”, o si se prefiere  “el domingo 17 de marzo, partido de fútbol, Ribarroja. contra el Villafelipitos de Altasaguas”, o de otras mil maneras, pero utilizar las preposiciones entre y contra de esta forma, está mal, suena horrible y da vergüenza ajena oirlo.
¿Qué no hay nadie en el ayuntamiento que vele un poquito, un poquito solo por la lengua, por nuestras dos lenguas?,¿qué no le da a nadie vergüenza oír tamaña estupidez una semana tras otra?

miércoles, 13 de marzo de 2013

"Fumata blanca"

       A las siete y ocho minutos de la tarde, “fumata blanca”. “Habemus papam”. He tenido la suerte de poder vivir en directo, a través de la tele, este momento histórico.
         Repican todas las campanas de Roma, y a buen seguro en muchas otras partes del mundo. La plaza de San Pedro, llena de gente de las más diversas nacionalidades, culturas, idiomas, aclama, reza, se alegra. En menos de una hora sabremos todos sobre quién ha caído la inmensa responsabilidad de dirigir la Iglesia.
        Y ahora, sin saber aún quién es, sin biografías, sin currículos, sin comentarios, sin opiniones, que me puedan envolver de prejuicios, expreso un deseo al nuevo Papa, un deseo que mucha gente sé que puede hacer suyo: que la figura de Jesús sea cada vez más reconocible en la Iglesia.
       El mundo, el hombre, necesitan ver claro el mensaje liberador, radicalmente trasformador del Evangelio. Hay demasiado sufrimiento, demasiado dolor, demasiado vacío...
       Benedicto XVI ha dado un paso de gigante rompiendo, con su renuncia, una tradición de 600 años. Nos ha indicado un camino. Lo importante es el hombre. El hombre por encima de la ley. El hombre por encima de la tradición. No hemos de  tener miedo. Jesús nos dijo: "Yo estaré con vosotros, todos los días, hasta el fin del mundo". 


lunes, 11 de marzo de 2013

11M


Hoy hace nueve años de uno de los días más terribles de la historia reciente de España. Aquel día, tras el impacto y el horror tan próximo, me debatí entre no entender nada, o entenderlo todo demasiado.
Desde hace ya tiempo, y visto el devenir de los acontercimientos, me inclino por entender todo lo que pasó demasiado bien. Y eso me desazona. Aunque también sé que la historia pondrá las cosas en su sitio. Y eso me tranquiliza.
Pero lo que sigo sin entender, es la politización descarada del horror y el sufrimiento humano atroz y sin paliativos posibles. Politización que ha llegado a nuestros días de muchas formas; la más sangrante para mí, las dos asociaciones de víctimas. Dos. ¡Qué dos más doloroso!
No. Aquello no debió pasar jamás. Sobre aquello no se puede construir nada. Aquello no debería haberse utilizado nunca para nada, absolutamente para nada.
Aquello fue la injusticia absoluta, la desolación, la tristeza sin consuelo, la rabia… Ante aquello solo cabe un profundo respeto. Y para los creyentes la oración, aunque en golpes como aquel, la oración se quiebre, se haga silencio, ante el silencio de Dios.
Respeto y silencio. Todo lo demás sobra.


sábado, 9 de marzo de 2013

Hugo Chávez y el realismo mágico.


Disfrutando y alucinando con el realismo mágico de Juan Rulfo, Miguel Ángel Asturias o García Márquez, puedes acabar admirando la desbordante imaginación y gran creatividad de estos grandes de la literatura. Es lo que a mí me pasó, cuando hace ya muchos años leí la novela de García Máquez, Cien años de soledad.
Pero poco a poco, me fui dando cuenta de que no es imaginación, de que no es creatividad; es algo distinto, no por ello menos admirable. Lo que tienen estos autores, es una tremenda capacidad de retratar la realidad del mundo en el que les ha tocado nacer y en el que han vivido, o viven. Lo suyo es realismo puro y duro.
La persona de Hugo Chávez, su vida, su muerte, su funeral, lo que venga después…¿Qué tiene todo esto que envidiarle a Cien años de soledad, por ejemplo?
No quiero, ni hacer un análisis político de la Venezuela actual, me faltan datos, ni quitar mérito a los grandes escritores aludidos, ¡lejos de mí semejante osadía! Solo quiero compartir el asombro que me produce poder hacer mías las palabras del narrador en la novela Crónica de una muerte anunciada,  también de García Márquez, cuando dice… “Al verla así (a Ángela Vicario), dentro del marco idílico de la ventana, no quise creer que aquella mujer fuera la que yo creía, porque me resistía a admitir que la vida terminara por parecerse tanto a la mala literatura”. 
Sí, viendo lo sucedido desde ya hace tiempo en Venezuela, y sobre todo estos últimos días, me impresiona profundamente comprobar, cómo la vida se parece  tanto a la literatura, en este caso a la buena literatura, hasta el punto a veces de superarla, de hacernos decir: "esto solo puede pasar en los libros…" Pues no, también pasa en nuestro mundo real. ¡Asombroso!

El día de la mujer....


Ayer fue el día de la mujer trabajadora. Terrible la lucha de la mujer por sus derechos  a lo largo de la historia, terrible la situación actual de muchas mujeres en el mundo, y terrible la sarta de estupideces que tal día como ayer se pudieron escuchar a propósito de la celebración.
Me da rabia la politización de algo tan serio como los derechos de la mujer. Me irritan las medidas políticamente correctas, pero ofensivas y humillantes para la dignidad de la mujer, como la ley de paridad, el despanzurramiento del idioma en aras de la visibilidad del género femenino, o el esperpéntico y ya finiquitado ministerio de igualdad.
No pienso que sea ese el camino, no. Lo veo más sencillo. Lo veo así. Diferentes biológicamente. Iguales en dignidad y derechos. Exactamente iguales. Tener esto claro y actuar en consecuencia. Ni machismo, ni feminismo. Son planteamientos parciales, injustos e incluso ridículos.
Se ha luchado mucho. Veo avances. Pero queda mucho camino aún. Veo, por ejemplo, cómo en los espectáculos deportivos, la mujer aparece muchas veces de comparsa ornamental, reducida a objeto deseable, antes de que lleguen los ídolos, los que de verdad importan; o cómo en la publicidad se sigue utilizando descaradamente lo femenino como reclamo; o cómo cuesta tanto, que esta igualdad se reconozca en la  Iglesia; o cómo en determinadas situaciones, nos hemos ido al extremo contrario, en perjuicio del hombre, rompiendo así el principio de igualdad.
Nuestra grandeza, nuestra dignidad, está en ser seres humanos, en cristiano, hijos de Dios, no en ser hombres o mujeres. Esta es la clave.
Y lo bonito será que algún día no haga falta celebrar el día de la mujer. Y que cuando esto llegue a suceder, tengamos la lucidez suficiente para darnos cuenta.

miércoles, 6 de marzo de 2013

Ideas para educar. 3.5 Normas claras y concretas. Las precisas.



1.-CONOCER:
1.1 ¿Qué es realmente un niño?

2.-PREVENIR:
2.1 Desde la cuna.

3.-INTERVENIR:
3.1 Acuerdo total papá-mamá.
3.2 Control de la familia extensa.
3.3 Control de otros agentes educativos.
3.4 Coherencia en nosotros. Hacer lo que decimos.
3.5 Normas claras y concretas. Las precisas.
3.6 Hablar poco. “No comerle el coco”.
3.7 Ignorar conductas no deseadas. Reforzar las deseadas.
3.8 No mostrar que controla nuestro estado de ánimo.
3.9 No exigirle lo que no somos capaces de hacer nosotros.
3.10 Valorar si vale la pena “entrar en combate”.

Es muy frecuente escuchar cómo antaño, cuando hablaba el padre o el abuelo, eso “iba a misa”; no tenía ni que levantar la voz, dicen; a veces ni que hablar, solo con la mirada era suficiente. Y ahora, ahora es todo lo contrario. No hay manera de que los niños hagan caso, y menos aún los adolescentes.
Cierto que esto tiene muchas y variadas causas, pero una de ellas es la que hemos subrayado en el guión. Las normas que damos cuando educamos son demasiadas veces excesivas, innecesarias e imprecisas; y además, su incumplimiento no tiene consecuencias,  siendo esto lo más habitual. Por otro lado, la moda de no poner normas ni límites, no merece ni comentario, por ser una aberración pura y dura de consecuencias catastróficas. 
             Vayamos pues a lo normal, a lo que con la mejor intención hacen los papás por el bien de sus hijos. Poner normas, poner límites, pero, ¿cómo? Como hemos dicho, a menudo excesivas,  innecesarias, e imprecisas.
            Son excesivas. Para darnos cuenta de ello, no hay más que ponernos en lugar del niño, o del adolescente. Nosotros no aguantaríamos el estar sometidos casi constantemente a semejante bombardeo. Y ellos no son tontos. Saben lo que han de hacer y lo que no. Desde bien pequeñitos lo saben. No hace falta pasarnos el día diciéndoles qué han de hacer y cómo han de hacerlo. Además, cuanto más se lo dices más cuesta que lo hagan, ¿no?
            Son innecesarias. Muchas de las normas que les damos, no hace falta darlas, por evidentes. Otras por “incumplibles”. Otras por inoportunas. Otras porque no tienen la más mínima importancia, porque después de todo, pues no pasaba nada.
            Son imprecisas. Sí, muy imprecisas. Nene “sé güeno”, pórtate bien…" ¿Qué es ser bueno?,¿qué es portarse bien? Son normas tan poco concretas, que es como si no hubiésemos dicho nada. No hay criterio que permita saber al niño qué es lo que queremos realmente de él. 
            Y en último término, para acabar de estropearlo, si la norma no se ha cumplido, no pasa nada. No tiene consecuencia alguna. Y eso que le hemos advertido que si no la cumple le quitaremos el…¿el qué?
            El  padre, el abuelo de antaño del que hablábamos al principio, tenía pocas normas, eran las importantes, estaban muy claras y si no se cumplían, había muy serias consecuencias. Por eso no tenía ni que hablar.
               Normas, pocas, las importantes, bien claras y si no se cumplen, con consecuencias contundentes, y además sin enfadarse. Esta es la clave. Es cuestión de tenerlo claro y de practicar mucho. Y paciencia, mucha paciencia.

domingo, 3 de marzo de 2013

¡Por fin llovió!¡Por fin nevó!

Por fin, por fin llegó la lluvia, la lluvia y la nieve. ¡Qué bendición! Después de largos meses de sequía, de vientos exasperantes, de temperaturas altas, casi absurdas, la naturaleza parece haberse compadecido de esta pobre tierra nuestra.
¡Qué hermoso temporal el del jueves pasado! El cielo gris, la lluvia constante, el viento húmedo, el frío trayendo la nieve. ¡Lástima que fuera tan breve! Nos harían falta muchos días así, pero bueno…más vale esto que nada.
¡Y qué espectáculo el sábado! Bajo un cielo azul, nuestras modestas montañas, muy nevadas, recordaban altas cordilleras, y hoy domingo, con el cielo gris y envueltas en brumas, parecían más altas, más inaccesibles todavía. Las hemos disfrutado.
Hemos recorrido también nuestros pobres bosques quemados. El paisaje triste, cubierto de nieve, semejaba un mundo de extraños lienzos en blanco y negro...
Sí, ya era hora. Dicen que volverá a llover. El blanco quedará sólo en lo más alto de algunas montañas, y el agua de la nieve fundida junto a la que nos regale el cielo, irá  empapando la tierra, y allá donde la erosión no vaya dándole terreno al desierto, la primavera volverá a recordarnos que aún tiene fuerza, que aún es capaz de transformar, más allá incluso de nosotros mismos.
Del paisaje en blanco y negro, ha de surgir el verde, y de entre el verde, el color…y la vida, aunque tantos y tantos árboles quemados nos recuerden lo hermosos que eran aquellos bosques, cuando estando vivos, cada invierno, de tarde en tarde, se cubrían de nieve.

Liria, con las montañas nevadas como telón de fondo.
Un almendro con flor y hojas nuevas, en Alcublas.
Montes quemados de Andilla.
Montes quemados en Alcublas. Por ese barranco pasaba una ruta preciosa.
Contraste entre las montañas nevadas  (y quemadas) y los campos cerca de Villar del Arzobispo.
Andilla. Aquí empezó el devastador incendio que quemó Alcublas, Canales, Sacañet...
Carretera de Alcublas a Sacañet.
Viña nevada en el llano de Alcotas.
Cerca de Sacañet. Todo está quemado.
Aliaga quemada en la nieve. 
Blanco y negro. Extraña belleza. Llegando a Sacañet.
De Sacañet a Bejís. ¡Era tan verde!
Vía del tren llegando a los llanos de Barracas.
Desde los llanos de Barracas la Sierra del Toro bajo un cielo bien cerrado.
Grupo de chopos en los llanos de Barracas.
Antigua carretera de Teruel, llegando al Ragudo.
Desde lo alto del Ragudo hacia el norte.

viernes, 1 de marzo de 2013

Pico Gorgo. Gátova.

Al inicio de la marcha, el pico queda justo al frente.
Llegamos a un collado desde donde se ve la vertiente sur cubierta de pinares
Cerca de la cima el espectáculo es soberbio. Destaca la ciudad de Valencia y al fondo el Montgó.
De regreso atardece. Atravesamos alguna zona quemada ¡cómo no!, ya regenerada.
La últimas luces se reflejan en un charco del camino.
El Gorgo es el pico más alto de la sierra Calderona. Con sus casi mil metros, 907, ofrece un extenso panorama, tan solo obstaculizado por los pinos que llegan hasta su misma cima.
La ruta sale de cerca del molino que hay junto a la pista de Gátova a Tristán. Es muy variada, y discurre por senderos y caminos rodeados de la típica vegetación mediterránea y con interesantes formaciones de rodeno.
El descenso por la vertiente sur es muy empinado, por terreno algo descompuesto, que hace muy conveniente el uso de bastones. Si hacemos la ruta en el sentido inverso, también serán muy útiles.
Podemos emplear en hacer el recorrido dos horas y media o tres, aunque si vamos disfrutando de los diversos parajes que nos ofrece, podemos estar una mañana o una tarde enteras.
Vale la pena la excursión, que puede ser completada con una comida o una cena, en alguno de los bares de Gátova.

NOTA: Si quieres el track está en wiquiloc. Pulsa a continuación. Pico Gorgo. Gátova.