FRASES PARA PENSAR.

SE DARÁ TIEMPO AL TIEMPO,
QUE SUELE DAR DULCE SALIDA A MUCHAS AMARGAS DIFICULTADES.

Cervantes en el Quijote.

lunes, 29 de abril de 2013

Dos de Mayo. ¡Hay que matar a un francés...o a una francesa!

Conocéis el cuadro ¿verdad? Según la ecuación, el hecho ya no es rentable. Los franceses  pueden estar tranquilos.
Se acerca el 2 de mayo y se me ocurre que podríamos celebrar tan marcada fecha (cuyo significado desconoce la mayoría de nuestros actuales alumnos, dicho sea de paso) de dos maneras distintas e incompatibles entre sí, desde luego. Hay que elegir. Por eso lo digo con tiempo. Veámoslas.
Primera propuesta. Nos ponemos de acuerdo cada 500 ciudadanos, cosa harto difícil en este país, buscamos un francés, o una francesa, hay que ser "lingüísticamente" correctos, y al grito unánime de ¡Agustina! ¡Agustina!, nos abalanzamos,sobre él, o ella, y lo liquidamos o la liquidamos. Por sorpresa, sin compasión, henchidos en amor patrio. Después, sobre sus despojos aún calientes y sanguinolentos, representantes del pueblo, previa y democráticamente elegidos, deben inundar el aire con hermosos discursos llenos de emoción por los caídos, admiración por Agustina y satisfacción por hacer justicia a la memoria.
Segunda propuesta. Hacer algo parecido a lo que hicieron en el precioso pueblo de Hecho, en el Pirineo aragonés. Lo cuento. Aquel verano, el de 2009, hacía 200 años que el ejército francés, cruzando las montañas, cayó sobre el pueblo provocando una gran matanza y la casi total destrucción. Para conmemorar tan terrible acontecimiento, ondeaban en el balcón del ayuntamiento y en las calles del pueblo las banderas de ambos países. Al caer la tarde, en la plaza, franceses y españoles juntos, guardamos unos minutos de silencio, mientras manteníamos encendidos mecheros y candelas. Las campanas de la iglesia tocaban a muerto. No hubo discursos, no hubo palabras. Solo luz, silencio y el tañer de las campanas en la calma de un anochecer de verano. El sol se ponía tras las montañas en paz. Las dos banderas ondeaban juntas.
Me imagino que todo el mundo estará de acuerdo en celebrar el 2 de mayo según la segunda propuesta, claro. Es que de aquello ya hace mucho tiempo. La memoria histórica no llega tan lejos.
Pero yo me pregunto, ¿dónde está la ecuación que nos permite encontrar el número que marca el límite entre recordar de una u otra manera los acontecimientos históricos? ¿No será HH=RP? Sí, yo creo que es ésta la ecuación. Cuando el hecho histórico es igual a rentabilidad política, hay que hurgar en él, hozar en el fango del odio, la revancha, la venganza, la violencia. Mantener la herida abierta. Aunque hipotequemos el futuro.
Decía Antonio Machado: “Españolito que vienes al mundo, te guarde Dios, que una de las dos Españas ha de helarte el corazón” Y al fin, en un terrible verano, se heló el corazón de España entera. Y el poeta ya lo había advertido; lo dijo a principios del siglo XX.
Principios del siglo XXI. Esa triste y vieja herida parece ser que sigue siendo rentable. Lo dice la ecuación. Hay que hacer que siga abierta, supurando.
Yo, por mi parte, me quedo con lo que viví en Hecho. Las dos banderas ondeando juntas, asumiendo el pasado, no olvidándolo, superándolo. ¿Cuánto tiempo habrá de pasar para que ondeen juntas las dos Españas mirando al futuro?

miércoles, 24 de abril de 2013

Ideas para educar. 3.6 Hablar poco. "No comerle el coco".



1.-CONOCER:
1.1 ¿Qué es realmente un niño?

2.-PREVENIR:
2.1 Desde la cuna.

3.-INTERVENIR:
3.1 Acuerdo total papá-mamá.
3.2 Control de la familia extensa.
3.3 Control de otros agentes educativos.
3.4 Coherencia en nosotros. Hacer lo que decimos.
3.5 Normas claras y concretas. Las precisas.
3.6 Hablar poco. “No comerle el coco”.
3.7 Ignorar conductas no deseadas. Reforzar las deseadas.
3.8 No mostrar que controla nuestro estado de ánimo.
3.9 No exigirle lo que no somos capaces de hacer nosotros.
3.10 Valorar si vale la pena “entrar en combate”.

            Bla, bla, bla, bla y bla… Mucho bla. Es inútil y contraproducente. Tanto bla, bla y bla…y bla.
            Voy a empezar exponiendo la conclusión. Para corregir conductas, sí o no y punto. Y a veces ni eso. Para disfrutar de hijo, cuando está de buenas, hablar mucho, mucho, cuanto más mejor.
            Uno de los errores más frecuentes en la práctica educativa diaria, es el de dar innecesarias y continuas explicaciones a los niños de por qué han de hacer esto o aquello o por qué no han de hacerlo.
            Creemos que hablando mucho llegamos a algún sitio. Pues no. Bueno sí. Llegamos a que acaben haciendo lo que les venga en gana y nosotros cabreándonos.
            Hay varios motivos por los cuales, a los niños (con los adolescentes es otra historia) no hay que darles demasiadas explicaciones y mucho menos comerles el coco con largos discursos y moralinas.
            Primero. El niño aunque utiliza las mismas palabras que nosotros, no las utiliza de la misma manera, ni tienen el mismo significado que lo tienen para nosotros. Da la impresión de que nos entienden, pero muchas veces no es así.
            Segundo. El niño utiliza el lenguaje en clave emocional. Nosotros en clave racional. Frecuentemente, la comunicación no es real, aunque lo parezca.
            Tercero. El niño puede ser muy persuasivo (pesado, pelma) si sabe que la repetición de las mismas palabras una y mil veces, le llevará a salirse con la suya; nosotros no tenemos ni de lejos tanta paciencia. Ante su insistencia, la mejor respuesta es nuestro silencio e indiferencia. No tratemos de ahogar su verborrea con la nuestra.
            El planteamiento es muy simple. Ellos, normalmente ya saben lo que han de hacer y lo que no. No hace falta repetírselo mil veces, ni justificarlo, ni explicarlo. Por lo tanto, lo mejor es “si” o “no”; y si pregunta por qué, “tú, ya lo sabes”. Y ya está. Si insiste: ignorar, ignorar, ignorar. A ver quien aguanta más. Es un pulso, a veces muy duro. Pero lo hemos de ganar porque nos jugamos mucho.
            Ahora bien. Si somos parcos en palabras para corregir, dirigir, adiestrar, sancionar, habituar, seamos generosos para disfrutar de ellos. Contémosles cuentos, hablémosles del mundo, respondamos a sus por qués con calma y paciencia.
            Cuando un niño de tres años pregunta a su papá, “papá, ¿por que las personas cuando se hacen viejas se mueren? el papá, como pueda, ha de responder…aunque tampoco pasa nada si se toma un tiempo para hacerlo, y cambia de tema en ese momento.
            Pero cuando dice que quiere el “petisuis” antes de cenar, no hay nada que hablar. O cuando no quiere ponerse el cinturón de seguridad, tampoco. Y si llora, que llore. Eso es sano para los pulmones, y relaja.
            Es que ¿sabéis lo que pasa?, que somos nosotros los que necesitamos darles la explicación, los que necesitamos justificar ante nosotros mismos nuestra conducta, porque en el fondo, nos duele no satisfacer el deseo del niño, de nuestro hijo, aunque algo nos diga que no es bueno que lo hagamos.
            Y es que educar es duro, muy duro. Duele. A veces mucho. El educador al que no le duele educar, no es educador.

martes, 23 de abril de 2013

Feliz Día del Libro.


Siempre que les digo por primera vez a mis alumnos que algunos muertos pueden comunicase con nosotros, que conmigo lo hacen muchas veces, me miran con cara de asombro. ¡Claro! Es una buena forma de captar su atención.
Luego les explico que cuando leemos un libro, estamos escuchando a la persona que lo escribió, aunque haga ya muchos años que nos dejó. También podemos escuchar a los que viven pero están lejos, en otras tierras, otras culturas, otros mundos…
Es bonito pensar que leer un libro nos introduce en una especial comunidad, una comunidad que de algún modo rompe nuestras limitaciones más radicales: el tiempo y el espacio. Nos libera de nuestra esclavitud más esencial.
Y si ese libro que abrimos está firmado por el autor, parece que esa comunicación es aún más íntima. Su mano estuvo físicamente ahí, donde está ahora la mía. Su alma está ahí, en esas páginas. Puedo cogerlo, abrirlo, y haciendo un momento de calma en mi vida, escucharle.
Y esta es mi felicitación en el Día del Libro. La foto del envés de la portada y de la primera página de una antigua edición de Platero y yo. A la izquierda, una preciosa tarjeta con el texto de F. Haugh “There is no better companion than a good book”, no hay mejor compañero que un buen libro, y en la otra, la firma de Juan Ramón Jiménez, el año 1942, cuando el mundo se desangraba en la II Guerra Mundial.
Disfrutad de la foto y luego del bonito texto de Platero y yo titulado Viñeta.


 Viñeta

Platero, en los húmedos y blandos surcos paralelos de la oscura haza recién arada, por los que corre ya otra vez un ligero brote de verdor de las semillas removidas, el sol, cuya carrera es ya tan corta, siembra, al ponerse, largos regueros de oro sensitivo. Los pájaros frioleros se van, en grandes y altos bandos, al Moro. La más leve ráfaga de viento desnuda ramas enteras de sus últimas hojas amarillas.
La estación convida a miramos el alma, Platero. Ahora tendremos otro amigo: el libro nuevo, escogido y noble. Y el campo todo se nos mostrará abierto, ante el libro abierto, propicio en su desnudez al infinito y sostenido pensamiento solitario.
Mira, Platero, este árbol que, verde y susurrante, cobijó, no hace un mes aún, nuestra siesta. Solo, pequeño y seco, se recorta, con un pájaro negro entre las hojas que le quedan, sobre la triste vehemencia amarilla del rápido poniente.

¡Feliz Día del Libro!

sábado, 20 de abril de 2013

...aunque sea por la libertad.



Este próximo 23 de abril, como todos los años, celebraremos el día del libro. Es una buena ocasión para pensar comprar, regalar, leer, compartir un libro, y también para pensar en los libros.
Y pensando, pensando, me he acordado de aquella película titulada Fahrenheit 451, dirigida por F. Truffaut en 1966, basada en la novela homónima de Ray Bradbury  publicada en 1953 en los Estados Unidos.
Me ha llamado la atención que la novela se publicó dos años antes de nacer yo, y la película se estrenó cuando tenía solo 11 años, y que sin embargo lo planteado en la película, y en la novela es de palpitante actualidad.
Por si no la conocéis, se nos habla de un  futuro donde los libros han sido prohibidos y la sociedad es controlada por el gobierno a través de unas pantallas ¿os suena? para lograr el bienestar colectivo y la máxima productividad laboral. Aquellos que leen, son considerados antisociales y delincuentes. Los bomberos tienen la misión de quemar todos los libros que encuentren. Fahrenheit 451 es la temperatura a la que se inflama el papel, 233 ºC.
No hablo más de la película, por si no la habéis visto y queréis verla, pero sí puedo hablar del amplísimo sector de la sociedad que ya vive en ese mundo de libros prohibidos, o mejor dicho, de no libros, porque de hecho no leen nunca. Y así ya tenemos una cosa. Faltaría lo de la pantalla a través de la cual la clase superior, gobierno y oposición, tratan de controlarnos; pero eso también lo tenemos, ¿no?
Pues nada, al menos parcialmente ya estamos ahí.
Y es que en la era de la información, masiva, inmediata, contradictoria, manipulada, es más importante que nunca leer. Establecer esa especial relación personal entre el autor y el lector. Dedicar tiempo a ello.
Pensemos que todos los fanatismos, todas las dictaduras, todos los totalitarismos sin excepción prohíben libros, los queman en cuanto pueden. Aunque sea por la libertad pongamos libros en nuestra vida. Aunque sea por la libertad.


¡Enhorabuena Alberto! Gracias padre Ángel.



Hemos asistido hoy a la primera comunión de Alberto, hijo de nuestros buenos amigos Paz y Jesús. La celebración, presidida por el padre Ángel, jesuita, me ha gustado muchísimo.
Este hombre ya es mayor, y desde su avanzada edad, ha sido capaz de adaptar la liturgia a los niños con una sencillez, una claridad, una profundidad y un cariño impresionantes.
Y no solo eso, sino que ha abierto la puerta al compromiso concreto diciéndoles que ser cristiano es amar y hacer felices a los demás. A todos. Y ya está. Y no les ha ocultado que esto a veces es bien difícil.
Todo con un ritmo pausado, sosegado, que no lento. Trasmitía luz, paz. Se estaba bien en la iglesia.
Ha adaptado la liturgia a la pastoral. Sin miedo. Lo importante es que la persona de Jesús llegue al corazón del hombre, en ese momento al corazón de los niños que le escuchaban.
        Creo que este buen sacerdote tiene muy claro que no hay que anteponer la ortodoxia litúrgica a las necesidades pastorales. Y eso es muy, muy importante.
Por todo esto,hemos salido contentos de que nuestro amigo Alberto y sus papás hayan gozado de tan hermosa celebración; y agradecidos al padre Ángel del bonito regalo que nos ha hecho a todos.

        ¡Enhorabuena Alberto! Gracias padre Ángel.

martes, 16 de abril de 2013

Espartano, vuelve con tu escudo o sobre él.

Monumento a Leónidas y paisaje de Meteora fotografiados por Antonio. ¡Grecia, Grecia, Grecia!

Era el año 480 antes de Cristo, cuando en el estrecho Paso de las Termópilas, Leónidas, rey de Esparta, con un puñado de soldados, dicen que unos 300, intentó contener al inmenso ejército de Jerjes, 300.000 hombres. Por una traición fue derrotado, pero su arrojo y valentía han pasado a la posteridad.
Y allí, justamente allí, ha estado estas Pascuas pasadas Antonio, uno de los profesores de historia del colegio. Me gusta, me parece muy bonito que pueda decir en clase a sus alumnos: “yo he estado allí, en las Termópilas, donde (este verano hará 2493 años) Leónidas combatió en una batalla imposible por la libertad de su pueblo”.
Sí, aquellos hechos quedan muy lejos, casi 2500 años, y la historia y la leyenda se enlazan creando hermosas narraciones que nos hablan de los ya remotos orígenes de nuestra cultura. Y eso hay que trasmitírselo a los niños, es importante que lo conozcan. Que de pequeños lo escuchen y disfruten y, a medida que crezcan, lo estudien, lo entiendan y descubran que Grecia y Roma están hoy en día en el alma de nuestra vida cotidiana mucho más de lo que nos imaginamos, aunque los sucesivos y “sapientísimos” programas educativos se hayan empeñado en borrarlas.
La historia es importante. Ser honestos y rigurosos al transmitirla, necesario. Pensemos que un pueblo sin historia, o con una historia falseada y maniquea, es un pueblo sin futuro, abocado a repetir los errores del pasado.
Es fundamental el trabajo de los profesores de historia, como lo es el de todos. Pero en estos tiempos tristes que corren, de manipulación, de inversión de valores, de desengaño social, su tarea, si son honestos, vuestra tarea Conxa y Antonio, que lo sois, adquiere una importancia crucial.
Somos el eslabón actual de una larga cadena que hemos de conocer y respetar. Nuestros alumnos tienen que saber de dónde venimos para saber a dónde vamos. Es el largo camino al que llamamos historia. Leónidas con sus 300, al principio, envueltos en vapores de leyenda, nosotros al final. El futuro, por escribir.
Cuéntales Antonio, cuéntales tú que has estado allí, cómo despidió a Leónidas su mujer: “Espartano, vuelve con tu escudo o sobre él”. Y volvió sobre él...
Tenéis tanto que contar...  No desfallezcáis.

lunes, 15 de abril de 2013

La jueza y la música eran muy amigas.


Ahora resulta que la jueza y la música eran muy amigas. Sí, sí, pero que muy amigas… ¿Significa que una mujer juez es amiga de una mujer que, por ejemplo, toca el clarinete o quizás que a dicha mujer juez le encanta la música? La “modernez” fulmina la precisión del lenguaje.
Vengo escuchando reiteradamente ambas, a mi juicio, tonterías, y ¡cómo no! otras de semejante calibre. Pero hoy voy a centrarme en estas dos, ya que me resultan especialmente irritantes y además malsonantes, aunque la de música, para la señora que a ello se dedica, la haya aceptado la RAE y la de jueza, también. Pero a mí no me gusta, aunque lo autorice la RAE.
Primero, no me gusta decir jueza, porque no digo juezo. La zeta, que yo sepa,  nunca indica género, y si añadimos una “a” si la juez es una señora, pues por la misma regla de tres añadamos una “o” si el juez es varón, ¿no? Veo ridículo e innecesario decir jueza, a no ser que empecemos a decir juezo, lo cual veo más ridículo e innecesario aún.
Y en segundo lugar, nunca se ha llamado música a la mujer que se dedica a tan noble y bello arte, pues música es precisamente el nombre de dicho arte. Sin embargo la RAE nos dice que en este caso la “o” sí indica masculino, por lo tanto a la mujer que se dedica a la música le podemos llamar música, pero queda tan mal... Me suena igual, aunque no es lo mismo, que si al futbolista varón, le llamo futbolisto, o al dentista, dentisto. ¿No es mejor usar el artículo en estos casos?
A ver, ¿qué os suena mejor?
Versión A. Políticamente correcta, comprometida con la lucha por la igualdad de la mujer, progresista…"La jueza sentenció al dentisto (a este paso esto llegará pronto) a pagarle una indemnización a la música por arrancarle una muela equivocada".
Versión B. Antigua, retrógrada, machista, intolerante, sin talante, fea de narices… "La juez sentenció al dentista a pagarle una indemnización a la músico por arrancarle una muela equivocada".
        Me quedo con la B asumiendo las consecuencias. La lucha por la necesaria y justa igualdad entre hombres y mujeres no creo que exija romper algo tan hermoso como es la lengua castellana, aunque sea la propia RAE quien lo haga.

Liria. Cerro del Lobo. Antes del fuego...


Eran los montes de Liria y Alcublas una verdadera maravilla. Libres de protecciones oficiales, que es la mejor manera de estar protegidos. Muy cuidados, recorridos por una buena red de caminos y umbrosos senderos, nos ofrecían rincones preciosos y amplios e inesperados panoramas. Los campos de olivos centenarios y algarrobos, de higueras y almendros, se combinaban con un espeso pinar denso en aromas mediterráneos como el tomillo, el espliego, o el romero. A finales del invierno y en primavera, el brezo, las aliagas, las amapolas, las minúsculas orquídeas y multitud de otras flores adornaban el monte convirtiéndolo en una fiesta de vida y color.
Insectos, reptiles, aves y pequeños mamíferos vivían en aquellos montes, y no era difícil sorprenderlos si andabas con respeto y discreción.
El incendio iniciado en Andilla en julio de 2012, arrasó estos parajes tras haber calcinado ya más de 40.000 hectáreas. Y aquí redondeó la cifra acercándose a las 50.000. Aquí acabó porque no había mucho más que quemar.
Hice esta excursión con mis buenos amigos Jesús y Paz cuando este mundo aún estaba vivo. Y os la propongo para que si os atrevéis a hacerla, podáis imaginar lo hermosa que fue esta tierra, y os indignéis. Sí, es duro pero hay que ir. Y más ahora, en primavera, cuando resulta conmovedor  ver cómo la vida, humildemente, a duras penas, intenta regresar.
Si queréis el track de esta excursión pulsad Liria. Cerro del Lobo. 15 de mayo de 2011.

Amapola.
Pinares hoy reducidos a troncos negros y ceniza.
Este camino resultaba encantador, trascurriendo entre densos pinares.
Las castañuelas, muy frecuentes, daban una nota de color contrastando con el verde.
Nada de esto queda.
Estas ruinas estaban situadas en un encantador rincón del pinar. Era un lugar verde y solitario.

viernes, 12 de abril de 2013

Primera comunión en Chamonix.

Es posible que las nubes y el hielo sucio del glaciar nos oculten el esplendor de la cima. Mont Blanc 4807 m.

Ahora que se acercan las primeras comuniones y observo “la movida” familiar y social que se organiza alrededor del evento, no puedo evitar que me venga a la cabeza aquella primera comunión a la que asistimos sin esperarlo Isabel, José Luis y yo, el 23 de julio de 2011, en Chamonix, en los Alpes franceses, al pie del Mont Blanc.
Fue así. Un día lluvioso y frío, como casi todos los de aquel verano. Era domingo, y fuimos por la tarde a misa, a un encantador pueblecito cercano llamado Les Praz de Chamonix. La iglesia del pueblo es de cuento, y el entorno también, aunque aquella tarde no se veían más que nubes y brumas bajo una fina y persistente llovizna.
Cuando entramos, el templo, no muy grande, estaba ya lleno pero al vernos, nos invitaron a pasar al primer banco, donde había sitio. Empezó la eucaristía y uno de los sacerdotes, había dos, dijo que era una misa especial porque, alguien, no recuerdo yo el nombre, iba a tomar su primera comunión. Busqué al marinero de rigor o a la novia en miniatura pero no los vi. En su lugar, sentado también en el primer banco, al otro lado del pasillo central, estaba un chaval de unos catorce años, ¡ojo al dato!, con vaqueros, camisa y jersey,  pero muy aseado, junto a los que debían ser sus padres.
La eucaristía trascurrió con normalidad, y en el momento de comulgar,  el sacerdote que la presidía, le dio la comunión primero a este chico y a su familia. Después a todos los demás. Luego, al acabar, ambos celebrantes les felicitaron personalmente.
Al salir, ya en el jardín que rodea la iglesia, vimos cómo les daban la enhorabuena otras personas. Besos y abrazos. Muy francés. Volvió a llover con intensidad y nos fuimos todos refugiándonos bajo los paraguas. Suponemos que se irían a cenar  para celebrarlo.
Y hasta aquí. No quiero decir nada más. Lo que no puedo evitar es que, el contraste entre aquí y allí, me haga pensar si aquí no deberíamos considerar la posibilidad de que la tradición, la presión social, la costumbre, estén ocultando lo que realmente es para un cristiano compartir el pan y el vino, en el seno de la Iglesia, por primera vez.
           ¿Son ellos los que no lo hacen bien, somos nosotros, o lo hacemos todos bien pero de maneras distintas? No lo sé; lo único que digo es que lo nuestro, a veces, no siempre, me da grima, y sin embargo aquello me gustó. Nos gustó mucho. Nos pareció todo mucho más limpio de polvo y paja, más coherente, más próximo a lo esencial.

jueves, 11 de abril de 2013

¿Y si continúan los ponientes?

Como el régimen de vientos de poniente que nos acompaña desde diciembre se alargue mucho más...

Parece que por fin va a cambiar el tiempo, parece. A ver si se acaban los ponientes de una vez, y aunque no llueva, al menos entra el levante. Y ya veremos lo que dura.
Sí, ya sabemos que es una situación anómala. Que las montañas están muy nevadas, con riesgo de aludes, que viene un severo deshielo, y que los ríos que ya bajan bravos, con riesgo de inundaciones, se embravecerán más todavía…agua, agua, mucha agua, y el agua es vida, el agua es verde, aunque temporalmente nos vaya a crear problemas.
Pero, ¿y aquí? Porque el exceso de agua no es su problema. Su problema, sus problemas son otros. Yo solo le digo una cosa. Como el régimen de vientos de poniente que nos ha acompañado desde diciembre se alargue mucho más, los únicos pinos verdes que quedarán en octubre serán los que tengamos en casa en macetas, o los de los parques urbanos. ¡Ah!, y los de las fotos, claro.
¿Han previsto esta contingencia? De verdad estoy preocupado. Fue muy grande el desastre del verano pasado. No podemos permitirnos otro igual. ¿Qué están haciendo, qué van a hacer?

Montañas del Pla de Beret. Azul y blanco. Abril de 2013.


¡Cómo estaban los Pirineos esta semana pasada! Nunca los había visto con semejante cantidad de nieve. En el valle de Arán, donde estábamos, casi cualquier ascensión exigía, para poder iniciar propiamente el ataque a la cima, un pateo larguísimo por pistas forestales muy nevadas y por tanto intransitables para vehículos como no fueran motos de nieve.
Por eso, siguiendo un muy sabio consejo de Isabel, nos fuimos al Pla de Beret, y desde el parking de la estación nos sumergimos inmediatamente en la alta montaña, trazando un bonito y sencillo itinerario, en el que enlazamos cuatro humildes cimas en un recorrido de ensueño. Nieve virgen, cielo azul, amplios panoramas, suaves laderas, vertiginosas paredes, elegantes cornisas, soledad casi absoluta…Fue una gozada.
Ha sido ésta una de esas excursiones en las que no hollamos cima alguna “con nombre”. Al Tuc deth Miei, el Tuc de Castarjás, el Cap dels Closos y el Tuc de Pedescaus no los conoce ni su padre. La cima más alta,  solo 2416 metros. Fue por esto una excursión pura en alta montaña, exenta de la vanidad de los nombres y las cotas, de su tiranía. ¡Qué maravilla de excursión! El amor a la montaña en estado puro. El placer íntimo de estar allí, allá arriba. No hacía falta más.
Si quieres ver una selección de fotos de la excursión pulsa el enlace siguiente: Montañas del Pla de Beret. Azul y blanco. Y si quieres el track pulsa Track de montañas del Pla de Beret. Azul y blanco.

La Entecada desde Benós al amanecer.
Tuc de Barlonguera o Mill desde el Tuc deth Miei.
Jose ante las cornisas del Cap dels Closos, de 2416 metros, la cima más alta que ascendimos.
Jesús y Paz caminan sobre nieve virgen.
El macizo de Posests con teleobjetivo, desde el Tuc de Castarjás.
El Aneto con teleobjetivo desde el Tuc de Castarjás.
Panorama al oeste desde la cresta entre Castarjás y el Cap dels Closos.
Jose se asoma al valle de Parrós. ¡Qué tentación!
Descendemos de nuevo al Pla de Beret por un vallecito  colmado de nieve.


domingo, 7 de abril de 2013

Receta.Caldereta de cordero.


Esta pasada Pascua, tras celebrar la Vigilia Pascual, con el hambre que se tiene hacia la una o las dos de la madrugada si no se ha cenado todavía, disfrutamos de una caldereta de cordero que habíamos guisado tranquilamente durante la tarde. Entró muy bien, y además, como había reposado y con las horas le habíamos "hecho sitio", pues entró mejor todavía. Ahí va la receta.

Ingredientes para 6 personas.

Dos paletillas de cordero. (Pídase en la carnicería que las troceen para caldereta).
Unos doscientos gramos de jamón con tocino y corteza.
Un bote de tomate triturado.
Una cebolla.
Una cabeza de ajos.
Medio litro de vino blanco.
Una cucharada de harina.
Aceite de oliva.
Pimienta en polvo.
Tres o cuatro pastillas de caldo de carne.
Dos o tres hojas de laurel.

            Caliéntese el aceite y dórense los ajos. Sáquense luego y resérvense. Añádanse al aceite los trozos de cordero hasta que queden también doraditos y suelten parte de sus deliciosos jugos. Entonces sáquense y resérvense.
            Añádase ahora al aceite calentito y jugoso, la cebolla picada, el tomate, y el jamón troceadito y sofríanse bien. Cuando ya estén bien sofrititos, introdúzcanse los ajos y la carne que habíamos reservado.
Tras removerlo todo, espolvoréese con harina, y añádase el vino y el agua hasta cubrir la carne. Es este el momento de añadir las pastillas de caldo, la pimienta y el laurel.
Cuézase removiendo de vez en cuando hasta que reduzca y quede un caldito espeso y… delicioso. Una hora más o menos a fuego medio.
Es importante que repose un buen rato antes de comérselo. Y otra cosa; yo suelo hacer este guiso con fuego de leña. Es más “rústico”. Pero sale muy bueno de cualquier otro modo.

Con buen pan (el caldito hay que “sucarlo”) y buen vino, el plato es exquisito.

¡Buen provecho!

...y cuando llegue el día azul.

Estamos recién llegaditos del valle de Arán donde hemos visto al Pirineo como nunca lo habíamos visto. Hace muchos, muchos años que no nevaba tanto, y las montañas tenían una belleza, una grandeza, difícil de describir con palabras. Había que verlo. El martes y el miércoles gozamos de inmensas laderas vírgenes y cimas de ensueño, bajo un cielo azul. El jueves y el viernes nevó, nevó hasta muy abajo, y las montañas se ocultaron en la bruma.
Dejamos el valle, ayer sábado, bajo una intensa nevada. Mejor así. Duele menos. Pero entonces pensaba en cómo estará el valle cuando, pasada la borrasca, amanezca un día azul. Los bosques, las montañas, los ríos… ¡Cómo estará , Dios mío, cómo estará!
Y me da rabia. Sí, me da rabia no poder estar allí para verlo. Y me hace pensar en lo mal que nos lo hemos montado los humanos. Rematadamente mal. Y eso que yo me puedo considerar un privilegiado. Pero me da mucha rabia ver cómo tantos y tantos días los perdemos en trivialidades, tonterías, vanidades, actos inútiles, estériles, anodinos, pero parece ser, según nos dicen, que necesarios, mientras la belleza, la vida, quedan sólo para muy pocos, a menudo para nadie.
Y es que nada ni nadie nos debería separar a las personas de aquello que amamos. Y la belleza, igual que la vida, están para ser gozadas y amadas. A fin de cuentas son el gran regalo de Dios. Quien nos separa de ellas en nombre de lo que sea o de quien sea, no tiene ningún derecho a hacerlo. Ninguno.



Y saber esto, me ayuda a poner las cosas en su sitio. Me ayuda a volver a lo esencial. Me hace fuerte ante la terrible fuerza de lo anecdótico.
Cuántas veces acosado por el aburrimiento de la acción estéril, por el agobio de las relaciones sociales sin alma, por las horas perdidas sin sentido, he cerrado los ojos y volado a aquellas soledades, aferrándome a ellas, como un náufrago a su tabla…

El martes por la mañana llegamos al Col de Baretja. El espectáculo es soberbio. La nieve, virgen.
Sorprende la gran cantidad de nieve. Estamos ya en abril.
Jose se acerca a las cornisas de la cara sur del Cap de Crodos, una de las cimas que ascendimos el miércoles.
Hacia el norte, el Barlonguera, totalmente nevado, se recorta sobre el cielo azul.
Y el jueves llega el temporal. Todo se viste de blanco. Las montañas se envuelven en bruma. Se hacen lejanas.
La nieve, poco a poco, lo cubre todo. Es tiempo de reposo, de refugio, de buen comer y charla junto al fuego.
Y nos vamos, viendo a ratos las montañas, entre la bruma y la nieve que cae pausada. Cuando llegue el día azul...