FRASES PARA PENSAR.

SE DARÁ TIEMPO AL TIEMPO,
QUE SUELE DAR DULCE SALIDA A MUCHAS AMARGAS DIFICULTADES.

Cervantes en el Quijote.

viernes, 29 de noviembre de 2013

Voy a echar de menos Canal 9.


Voy a echar de menos “L’oratge” de Canal 9. Poco veo la “tele” pero, por poco que la vea, ya estaba de algún modo en el día a día, en lo cotidiano y ahora, como tanta gente, notaré el hueco. Sí, Canal 9, después de 24 años, ya está en negro. Tristeza, rabia, indignación… silencio.
Pero lo que no aguanto, lo que es una vergüenza y una desfachatez, es que ahora se paseen políticos de la oposición rasgándose las vestiduras, solidarizándose con los trabajadores y diciendo majaderías como que esto es un golpe de estado, un atentado contra la democracia, contra los valencianos, contra nuestra lengua, contra nuestra cultura… ¡Venga hombre!
Esto lo que no es, es un problema de derechas e izquierdas, como nada hoy en día;  no es un problema de ideologías ya obsoletas pero que siguen resultando rentables a políticos rastreros y oportunistas. Es un problema de gestión. Es el resultado de una mala gestión. De una gestión realizada sin análisis previo de la realidad; de una gestión basada en el despilfarro y la falta de ética; de una gestión con un corto horizonte de cuatro años como más, de una gestión a golpe de elecciones. No es un problema de derechas e izquierdas, no. ¡Ya está bien de marear a la gente! Es un problema económico y un conflicto laboral con consecuencias sociales como todos estos conflictos, pero en este caso, consecuencias sociales muy evidentes…y dolorosas.
Y que no me venga ahora, nadie ¡eh!, nadie, con la milonga de que la culpa la tienen unos y no otros. ¡Todos! Han sido todos. En este país, nadie, haya tenido o tenga poder, tiene derecho a tirar la primera piedra. Nadie está  libre de pecado.
Triste, lamentable, irritante ver a los trabajadores de Canal 9 yéndose al paro ¡Claro que sí! Pero ¿cuántos miles y miles de ciudadanos han recorrido ya el mismo camino? A ellos se les ha visto más, se han hecho ver y oír. Podían, y me parece muy bien que lo hayan hecho. Pero, ¿cuántos, sin voz, sin solidaridades, sin apoyos de ningún tipo han pasado por este calvario antes? Esto no es nuevo.
Ahora, lo que tocaría, lo que me devolvería la esperanza en un futuro mejor para esta sociedad nuestra, sería que todos asumieran su parte de responsabilidad, porque todos son responsables de que tengamos que vivir estos momentos tan tristes y lamentables, y juntos, digo juntos, buscaran el camino para salir de esta situación de una maldita vez, no sólo de la de Canal 9.
 Pero no. Lo importante es ganar votos, o mantener los que tengo, aunque no creo que ese haya sido el objetivo del gobierno valenciano al tomar esta decisión. Sí, lo importante es ganar votos, y mandar yo en vez de los otros, aunque nos vayamos todos al carajo.

jueves, 28 de noviembre de 2013

Se tiene que ser imbécil.


Se tiene que ser imbécil, pero que muy imbécil, y mucho más si quien escribe es un periodista, es decir un profesional del lenguaje. Ahora resulta que los corredores de la maratón son “runners” y la fiesta de la paella la “Paella Party”. Hay que ser imbécil.
La lengua, cualquier lengua, es un bien precioso que hay que respetar y cuidar como cuida el buen jardinero sus plantas. La lengua, cualquier lengua, es historia, es cultura, es arte, es un preciso y precioso instrumento de comunicación.
Y me parece una vergüenza, un desprecio intolerable, devaluarla, ensuciarla, maltratarla, introduciendo innecesariamente palabras y expresiones foráneas cuando tenemos las nuestras con cientos de años de historia, de nuestra historia.
Cuando renunciamos a la palabra corredor y decimos “runner” estamos renunciando no solo a una palabra, sino a sus raíces, a su historia a través de los siglos.
 Corredor, del verbo latino “currere” y éste a su vez de la raíz indoeuropea “kers” forma parte de una amplia familia entre las que se encuentra, corredero, socorrer, correduría, corriente, recorrer, currículo… Tiene en el diccionario trece acepciones y forma parte de nueve locuciones. Y si vamos al verbo correr, tiene cuarenta y cinco acepciones y forma parte de cinco locuciones. Pues bien, este magnífico universo de historia y de cultura, al periodista parece ser que le importa un bledo, un triste bledo bananero. Y nos clava la palabrita de marras.
Y no contento con esto, en la misma página nos roba fiesta y en su lugar dice “party”. Fiesta, bonita palabra que nos ha llegado del latín “festa” casi sin variaciones y que disfruta de una amplia familia con palabras como festivo, feria, festival, festejar, festín, manifestar entre otras, que tiene nueve acepciones y forma parte de veintidós locuciones y expresiones. Pero a él, ¡qué más le da!
¿Entendéis ahora por qué digo que se tiene que ser imbécil? No hay derecho a que hagan esto con la lengua. Es incultura, ignorancia que genera más incultura y más ignorancia privando a la gente de un bien común que a nadie en particular pertenece porque es de todos.
Y además de ignorancia e incultura, complejo de inferioridad y estúpido esnobismo. Nada tiene que envidiar el castellano o español, que de ambas formas se denomina, al inglés o cualquier otro idioma. Señor periodista, respete una lengua que hunde sus raíces en Grecia y Roma y más allá, que tiene mil años de historia, que la hablan más de cuatrocientos cincuenta millones de personas y que tiene una literatura incomparable. Una lengua que es un tesoro precioso, y de la que cada palabra es una joya de ese tesoro que tenemos la obligación, y usted como profesional de la palabra más, de cuidar y respetar.
Así que haga el favor de decir que los corredores comerán gratis en la Fiesta de la Paella y no que los “runners” comerán gratis en la “Paella Party”. De verdad, se tiene que ser imbécil.

NOTA: Utilizo la palabra imbécil según su primera acepción en el diccionario que es “alelado, escaso de razón”, no como insulto, ¡Dios me libre! Su etimología, además va en esa línea, “persona excesivamente joven, por lo tanto inexperta, que no necesita báculo, bastón”. Obsérvense las connotaciones negativas de no necesitar bastón, símbolo hoy de chochez, decrepitud e inutilidad y, por el contrario, símbolo de experiencia y sabiduría antaño.

miércoles, 27 de noviembre de 2013

De maestro a maestro.

Esperaba tener más tiempo para, como te prometí, escribir algo en respuesta a esas palabras que me dedicaste en el “face book”. Pienso que es lo menos que podía hacer. Pero resulta que hoy es el día del maestro, y he pensado que es la ocasión adecuada para hacerlo porque, Salva, hoy es nuestro día. Ahora no somos maestro y alumno, somos maestros los dos. Es nuestro día. De maestro a maestro.
Y lo que quiero decirte es básicamente una cosa. Que esas palabras que escribiste en tu casa, allá en Ibiza, en la tranquilidad de la noche, bien podría haberlas escrito yo pero en sentido inverso.
Podría escribir "mis queridos alumnos" y sería verdad, de hecho lo es. Podría recordar, y lo hago muchas veces, esos momentos de mi juventud y vuestra infancia pasados juntos en clase dando lengua, o “reli”, o en el patio haciendo gimnasia, o saltando entre algarrobos, con cariño y nostalgia, como los recuerdas tú. Podría recordar una y mil palabras, confidencias, historias que compartisteis conmigo y que no olvidaré nunca.
Lo que quiero decirte Salva es que, si tú dices que yo dejé huella en ti, como en otros, no dejasteis menos huella vosotros en mí. Que si aprendisteis de mí, no menos aprendí yo de vosotros. Que si ahora recuerdas, recordáis, con cariño y nostalgia aquellos lejanos tiempos, yo también los recuerdo como algo muy entrañable.
Porque esto justamente es la educación, pienso. No es yo te doy y tú recibes. Eso, en todo caso, sería instrucción. Educación es caminar juntos, maestro y alumnos, haciéndonos personas mutuamente. Es que los alumnos beban del maestro y el maestro de sus alumnos. Que se apoyen mutuamente.
Y esto no son palabras bonitas. No. Creo firmemente que nosotros vivimos esta hermosa experiencia de caminar juntos. Y doy muchas gracias a Dios de que esta experiencia la haya podido seguir viviendo a lo largo de más de treinta años.
Sólo me queda una espinita clavada. Toda esa gente a la que, por un motivo o por otro, nunca pude llegar, esa gente con la que no pude caminar, o con la que caminé y un día perdí. Esa gente de la que no pude aprender todo lo que hubiera querido y a la que no pude enseñar todo lo que podía haber enseñado. Pienso que esto es inevitable. Pero a todos, unos y otros, les deseo una vida plena y feliz.
Y ahora, cuando la palabra jubilación empieza a ser algo más que una palabra, mirando atrás, veo que el trabajo al que he dedicado toda mi vida ha tenido y sigue teniendo sentido. Aunque las leyes sean absurdas, el sistema educativo caótico, la educación esté vergonzosamente politizada y la sociedad nos declare culpables de todo lo que les pase a los niños mientras no se demuestre lo contrario, aunque pase todo esto y más, cuando estoy en mi aula cara a cara con mis alumnos, entonces y sólo entonces cobra todo nuevamente sentido. Sólo entonces, Salva.
Ellos me siguen salvando del abismo de pensar que eso a lo que he dedicado la vida no tiene ni pies ni cabeza. ¿Ves como seguís dándome más de lo que yo os puedo dar? Y tú, con la bonita carta que me escribiste el otro día, te unes a ellos, a tantos con los que he caminado estos treinta años. Y a los de ahora que, cuando acabo la clase, a veces, me dicen "¿ya te vas?"; o a este chavalillo que el día antes de las vacaciones me dijo "te echaré de menos estas Navidades"; o a aquella niña que me preguntó antes de subir al autobús, tras las convivencias "¿por qué nos hemos de ir? ¡estamos tan bien aquí!".
Pues eso, Salva. Por tus recuerdos, por tus palabras que son presencia reconfortante, muchas gracias. Y un consejo: amárrate a tus alumnos, apóyate en ellos. En ellos está la única fuerza capaz de dar sentido a una profesión hoy imposible. Ellos la convierten cada día en vocación y le dan pleno sentido.

Feliz día del maestro.


                        Tu amigo Jesús.

¿Te encuentras?¿Te acuerdas? Caminamos juntos. Recibí más que os di. Como me sigue pasando ahora.

martes, 26 de noviembre de 2013

Ha sucedido algo muy grave...


Me contó una profesora que, hace algún tiempo, se dirigía al colegio cuando pasó frente a un comercio donde habitualmente quedan unos cuantos de sus alumnos para ir juntos al “cole”.
Ese día estaba sólo uno, los demás ya se habían ido, que le saludó anormalmente serio, muy extraño. Llamándole a la “profe” esto la atención le preguntó si le pasaba algo.
La respuesta fue terrible. Se echó a llorar desconsoladamente diciendo que había sucedido algo muy grave y que estaba esperando allí a que abrieran el comercio donde trabajaba su madre, para contárselo.
La “profe”, asustada, indagó por si podía ayudarle. Le preguntó si estaba solo en casa, a lo que respondió que no, que estaba con su padre. Esto le preocupó más todavía. ¿Le ha pasado algo a papá?¿te ha pasado algo con él? Y entonces el chaval, redoblando el llanto le dijo que se le había muerto… el hamster.
No sabiendo muy bien cómo abordar la situación, la profesora, tras acompañarle, como pudo, en el sentimiento, preguntó, ¿cuánto tiempo lo tenías? Respondió: seis años. Y el chiquillo tenía doce. Media vida. Para él, desde sus doce años, toda la vida.
Esta sencilla anécdota me recordó lo importante y necesario que es entender el dolor de los niños. Entender que lo que para nosotros puede ser algo banal, para ellos puedes ser algo muy grave, muy importante. Y actuar en consecuencia. Recordar que los niños también sufren de verdad, en ocasiones en proporción a sus años, y a veces lamentablemente, sin proporción alguna. Necesitan entonces de nuestro calor, nuestro respeto, nuestro cariño y nuestra comprensión.
Aquel chavalín esperaba que abrieran la tienda para ir a su mamá y abrazársele llorando porque se había muerto su hamster, al que seguro llamaría por su nombre, dándole a ella también, me imagino, un buen susto.

domingo, 24 de noviembre de 2013

En el concierto de Santa Cecilia.


Me gusta la música, y me gusta mucho, pero no he sido en absoluto agraciado con un “talento” musical; quien me conoce lo sabe. Quizá por eso me resulta impresionante y me produce gran admiración cuando veo y escucho a una orquesta o a una banda.
Me parece prodigioso el hecho de que de la unión de individualidades diversas surja algo absolutamente armónico y además hermoso. Y me parece increíble que existan personas que puedan conocer y entender toda esa diversidad y sean capaces de con ella crear un todo.
Cuando ayer, en el concierto de Santa Cecilia, te veía, batuta en mano, dirigir a la banda de tu pueblo, a tu banda, envuelto por la música que nos regalabais, se me agolpaban recuerdos, emociones, pensamientos…
Recordaba a aquel grupo de chiquillos y chiquillas de 6º de EGB que, hace ya más de 30 años, me fueron enseñando a ser maestro, y a ti Pascual, entre ellos.
Sentía esa satisfacción serena, y muy importante cuando uno ya se va haciendo mayor de verdad, que produce el saber que muchos de aquellos lejanos alumnos son ahora próximos amigos; o amigos lejanos, pero no por el tiempo, sino por el espacio o las circunstancias, a veces tristes…
Y pensaba cómo la vida, cada una de nuestras vidas, se parece mucho a un concierto del que somos el director. Cómo, al igual que tú con tu banda, hemos de intentar sacar de la diversidad, a veces atroz, una unidad que tenga sentido, y que sea bella, si es posible.
Cuando aquel chiquillo de hace 30 años, hoy compañero y amigo, se daba, ayer sábado, a la música, creándola y a la vez dejándose arrastrar por ella, veía a un director al frente de su banda, entregándose en cuerpo y alma a la hermosa tarea de regalarnos un bonito concierto de Santa Cecilia, y veía también a un hombre, entregándose más allá de su cuerpo y de su alma, a la también hermosa e inmensa tarea de hacer de su vida otro magnífico concierto.

¡Enhorabuena y gracias, a la banda y a ti!

viernes, 22 de noviembre de 2013

"...pregúntate qué puedes hacer tú por tu país"


Año 1963. Eran las 12,30 horas en Dallas, cuando una bala mata al presidente Kennedy. Yo tenía ocho añitos recién cumplidos y aquel acontecimiento, curiosamente, me marcó. Ya he dicho en este blog, en una entrada que escribí hace justo un año, que el ídolo de mi infancia y juventud fue aquel hombre que mataron de un tiro. Con el presidente Kennedy me di cuenta que hay gente a la que matan por intentar cambiar las cosas y eso me impactó.
 Después, en el año 1968 cayeron Martin Luther King y Robert Kennedy, más tarde, en 1980 Óscar Romero… Años atrás, en 1948 había caído Gandhi. Fueron las estrellas que iluminaron el cielo de mi vida.
Por esto fui creciendo con una profunda admiración y un gran respeto por estos hombres que tuvieron en común, entre otras cosas, el acabar víctimas de la violencia. Admiración y respeto porque levantaron su voz contra la injusticia, contra el orden establecido, porque se jugaron la vida, y lo sabían, y la perdieron.
Y hoy, 22 de noviembre de 2013,  aún sabiendo que JFK cometió errores, tuvo fallos, era mujeriego, dicen, quiero dedicarle, cuando se cumplen 50 años de su muerte, esta entrada, como reconocimiento a quien fue uno de mis modelos durante muchos años. Y no me preguntéis por qué lo fue. No lo sé. Pero no me fue nada mal. De hecho, sigue, siguen estando de alguna forma, presentes en mi vida.
Y tan presentes. Tan actuales como actual es su famosa frase que ya es historia: “No te preguntes qué puede hacer tu país por ti, pregúntate que puedes hacer tú por tu país”.
Quizá, ser honesto, trabajador, conciliador. Quizá ser capaz de mirar el futuro, tener coraje para perdonar y olvidar de una puñetera vez, asumir la historia aunque no favorezca a mi “chiringuito”. Quizá tener claro que es mucho más lo que nos une que lo que nos separa. Quizá pensar en el otro como alguien con derecho a la libertad, a la justicia, al trabajo, a la educación, a la sanidad… aunque no piense ni sea como yo. Sí Señor Presidente sí, ¿qué podemos hacer nosotros por nuestro país? Tendrían que preguntárselo nuestros políticos, tendríamos que preguntárnoslo todos.

jueves, 21 de noviembre de 2013

Receta. Ternera al Pedro Ximénez.


Os propongo una forma fácil de preparar un plato de carne exquisito. Yo lo he probado con “magret” de pato, con lomo de cerdo y con filete de ternera, aunque también se podrá hacer con entrecot, solomillo o carrillada. Sale buenísimo. Elige la carne que quieras.
Los ingredientes son para hacer tres filetes de ternera. Así sirve de orientación.

Tres o cuatro filetes de ternera de un centímetro de grueso, más o menos.
1 cebolla grande.
1/ 2 de vino “Pedro Ximénez”.
2 pastillas de caldo de carne.
2 cucharadas de salsa Lea Perrins.
Pimienta y una pizca de sal.

Pásense los filetes por la plancha, con algo de aceite, sin hacerlos demasiado, vuelta y vuelta. Córtense después en trozos no muy grandes, un bocado. Por otra parte hiérvase el vino con las pastillas de caldo,  la pimienta y algo de sal  durante unos 20 minutos, para que reduzca, y sofríase aparte la cebolla, triturada con el aceite de sofreir la carne.
A continuación introdúzcase en un recipiente que pueda cerrarse, la carne, la cebolla, el vino y la salsa Lea Perrins. Remuévase, compruébese que la carne quede cubierta, y déjese macerar durante 24 horas, cerrado, en la nevera.
Pasado este tiempo, introdúzcase en el microondas, a media potencia, unos 10 minutos. Y ya está, al plato.
De verdad que sale muy, pero que muy bueno. Sólo hay que acordarse de que se cocina un día antes de comérselo.

¡Buen provecho!

NOTA: Si lo haces con “magret” de pato, ten cuidado al pasarlo por la plancha. Primero has de hacer cortes en la capa de grasa, sin llegar a la carne, formando como una rejilla; luego, pon primero en la plancha la parte de la grasa y después la de la carne.

martes, 19 de noviembre de 2013

Quadrilhes, tan humilde como hermosa. Noviembre de 2003.

Como ya han llegado las nieves a los Pirineos y además no he podido ir este otoño, la fiebre conocida como ansia pirenaica está empezando a alterar seriamente mi conducta. Cuando me pasa esto, hablar de montañas me ayuda y escribir más, por eso voy a contaros una sencilla y preciosa ascensión en el valle de Arán, que hice con mi amigo Pepe, en noviembre de 2003, hace ahora diez años. ¡Ayyyy, qué jovenzuelos éramos!
Bueno, aquel mes de noviembre ya había nevado, como éste, y la ascensión tuvo todo el sabor de una invernal.
El pico, de 1976 metros se llama Quadrilhes. Se empieza en la carretera del Portillón, poco antes del puerto, en un desvío que hay a la izquierda. Como la pista estaba intransitable por la nieve, dejamos allí el coche. El itinerario a través del bosque nevado es una gozada. Siguiendo el amplio y cómodo trazado llegarás al col de Baretja. Allí te puede coger algo de puro placer. El panorama no tiene desperdicio. Es sublime.
Pues bien, desde el collado gira a la derecha y sube, por la base de la ladera oriental del pico, hacia la cresta. Una vez en ella, síguela y pronto llegarás a la cima desde donde verás…¡qué paisaje! Al sur un montón de tresmiles, entre los que destacan el Aneto, las Maladetas, el Maupas, el Boom; allá abajo, hacia el oeste, rodeado de bosques, Luchon; al norte el valle de Arán, con sus amplias montañas… de verdad, ¡una pasada! Cuesta abandonar esta cumbre situada  690 metros sobre el punto de partida.
La ascensión es de una mañana, saliendo temprano, o de un día en plan muy tranquilo. Por mucha nieve que haya, si desde el collado alcanzas pronto la cresta, el riesgo de aludes es mínimo y ya de regreso, en el descenso por la ladera oriental, si la nieve está en buenas condiciones, vuelas, vuelas en un paisaje digno de las águilas.
De verdad que esta sencilla excursión deja muy, pero que muy satisfecho. Pero ¡ojo!, cuidado con la niebla frecuente en aquella zona del valle. Te pierdes como un tonto. Si hay riesgo, lleva  GPS o brújula.
Pues eso, si vas al valle de Arán y quieres pasar un día montaña soberbio, tranquilo y solitario, ésta es una buena montaña. Tan humilde como rotundamente bella.

Subimos por el bosque envuelto en montañas nevadas.
Llegando al collado de Baretja vemos cómo las nubes envuelven las montañas.
Desde el collado iniciamos el ascenso hacia la cresta.
La pendiente se acentúa, el paisaje crece.
Ya en la cresta. La vertiente norte está cubierta de bosque.
Desde la cima, al fondo y abajo, se ve Luchon.
Yo en la cima. Al fondo destacan el Maupas y el Boom.
El Maupas y el Boom. Hermosos tresmiles, viejos conocidos.
Pepe en la cima. Al fondo destaca el Ceciré. Fácil ascensión, en verano.
Primer plano del esbelto Pic de Sacroux. Detrás de él el valle de Benasque.
Panorama hacia el sur.
Primer plano del Salvaguardia, a caballo entre Benasque y Luchón. Allí subió Unamuno.
El pico de la Mina preside el encajonado valle que nos sube al Portillón de Benasque.
Pepe desciende por inmaculadas laderas. Acabamos bajando a saltos, volando...

domingo, 17 de noviembre de 2013

Gracias Miguel.


Una de las preguntas que me hago a veces es por qué, cuando una persona se muere, nos deshacemos en loas y alabanzas, reconociendo entonces lo bueno que era, lo mucho que se entregó, todo lo que tenemos que agradecerle y, mientras vive, a menudo pasamos de él o incluso lo puteamos. ¿Por qué nos cuesta tanto reconocer y agradecer en vida? ¿No nos resultaría más agradable a todos dar y recibir, de vez en cuando, flores mientras compartimos planeta?
Pues por esto, porque es bonito, justo y necesario ser agradecidos y demostrar ese agradecimiento; porque es bueno para el que da y para el que recibe; porque esto nos hace a todos la vida más hermosa, el dolor más llevadero, el cansancio más soportable, hemos querido celebrar hoy el ochenta cumpleaños de nuestro amigo Miguel, que fue el pasado mes de agosto.
En Alcublas, en el acogedor y agradable restaurante “El Collao de la Seca”, hemos conseguido reunirnos hoy casi todos los “jueveros” y  le hemos dicho a Miguel, con nuestra presencia por sorpresa (creía que íbamos a comer sólo Isabel, él y yo), con una buena comida, una grata sobremesa y un buen rato de baile, que le queremos y le agradecemos el regalo que es para nosotros su vida.
Sí Miguel, te agradecemos tu vida coherente, sencilla, humilde, limpia. Tu vida de entrega constante a los demás. Tu respeto por todos, piensen como piensen. Tu saber estar en cualquier parte siendo fiel a ti mismo. Tu fidelidad a los amigos, estén en la cresta de la ola o en el fondo del abismo. Tu alegría contagiosa. Tu serenidad en el sufrimiento. Tu incansable ansia de aprender (sigues estudiando). Hasta tu forma de bailar, discreta, trabajada, elegante.
Por eso, y con ocasión de tan redondo aniversario, hemos querido que goces de nuestra gratitud como nosotros hemos gozado de demostrártela.


sábado, 16 de noviembre de 2013

Un buen regalo de cumpleaños.

Fue un buen regalo para el día de mi cumpleaños. Sí señor, un buen regalo. Por fin ha venido el frío, y Dios lo quiera, vendrá la lluvia, y la nieve en las montañas. Esto, para mí, y no solo para mí, para la vida, es un buen regalo.
Ahora estamos a 6 graditos, sí, 6 maravillosos graditos, pero el cielo está estrellado ¡lástima! y con una luna espléndida. ¿De verdad lloverá? Espero que sí. Quiero ser optimista, que es mi cumpleaños.
Os regalo, unas pocas fotos de nuestra tierra nevada, fotos hechas otros años, claro. ¿Podré hacer otras así este fin de semana? ¡Claro que sí! ¿Sí? Claro que si, hombre; ya toca ¿no?

Montes de Alcublas.
De Canales a Osset.
De Canales a Osset.
Javalambre. Alto de La Bellida.
Javalambre. Alto de La Bellida.
Acumulación de nieve en las neveras del Alto de La Bellida. Javalambre.
La sierra de Chiva nevada desde el  "Camp de Turia".
Olivos bajo la nieve. Alcublas.
Olivos en los campos nevados de Alcublas.
Un olivo nevado y envuelto en brumas es un auténtico espectáculo.


viernes, 15 de noviembre de 2013

Desde la esperanza: "pareces cansado..."

Hay una canción que desde siempre, bueno, desde que la conocí hace ya mucho tiempo, me gusta mucho. Y la verdad es que no sé por qué, porque lo que dice la letra nada tiene que ver conmigo, probablemente será la música.
La canción es triste, muy triste y va pintando un lienzo a trazos duros y enérgicos, dejando al final un cuadro sombrío, oscuro, con una levísima pincelada de esperanza…
Sí, nada tiene que ver conmigo, pero con el paso de los años, con la perspectiva que da el haber vivido, el haber gozado, el haber sufrido, me he ido reconociendo, a veces, en algunos momentos de la canción, sólo en algunos, y le he dado gracias a Dios por no reconocerme en otros, y le doy también gracias a Isabel por decirme desde la esperanza, cuando el viento sopla en contra, “pareces cansado, y aún no ha salido ni el sol”. A Isabel y a tanta gente que me quiere y a la que quiero y que, a su manera, también me lo dicen cuando es menester.
Pues con esta canción, con ese “pareces cansado”, celebro mi 58 cumpleaños que es hoy.

Al fin el hombre acabó con el cielo y con la tierra.


          A propósito de ciertos acontecimientos recientes ocurridos en nuestro país (y no es lo del cierre de Canal 9, de eso ya he hablado) me ha venido a la cabeza este texto, creo que anónimo, muy antiguo ya, y que no me acaba de gustar, pero que siempre recuerdo cuando veo en cierto sector de nuestra “clase dirigente” ese malsano interés en regodearse en el pasado más triste, ese empecinamiento obsceno en abrir heridas, marcar diferencias, avivar las brasas del enfrentamiento y la violencia, siempre encendidas en esta tierra nuestra, en “este trozo de planeta por donde cruza errante la sombra de Caín” en palabras de Antonio Machado.

Al fin el hombre acabó con el cielo y con la tierra; la tierra era bella y fértil, la luz brillaba en las montañas y en los mares y el espíritu de Dios llenaba el universo.
El hombre dijo: "Que posea yo todo el poder en el cielo y en la tierra" y vio que el poder era bueno. Y puso el nombre de Grandes Jefes a los que detentaban el poder, y con él manipulaban y dividían y llamó desgraciados a los que buscaban la reconciliación. Y así fue el sexto día antes del fin.
El hombre dijo: "Que haya gran división entre los pueblo, y en los pueblos, que se pongan de un lado los que están a mi favor a mi favor y del otro las que están contra mía". Y hubo buenos y malos. Y así fue el quinto día antes del fin.
El hombre dijo: "Reunamos nuestras fortunas todas en un lugar y creemos instrumentos para defenderlas: la radio, la televisión, la prensa, para controlar las mentes de los hombres”. Y fue así, el mundo quedó dividido en dos bloques, ricos y pobres. El hombre vio que tenía que ser así. Así fue el cuarto día antes del fin.
El hombre dijo: "Que haya una censura para distinguir nuestra verdad de la de los demás que ya no será verdad. Y fue así”. El hombre lo vio y lo encontró normal. Así fue el tercer día antes del final.
El hombre dijo: "Fabriquemos armas que puedan destruir grandes multitudes, millares y centenares de millones a distancia". El hombre creó los carros de combate, los aviones de guerra, los misiles que cruzan el firmamento, y las pistolas, y las ametralladoras… El hombre lo vio y se enorgulleció. Así fue el segundo día antes del fin.
El hombre dijo: "Hagamos a Dios a nuestra imagen y semejanza, que actúe como actuamos nosotros, que piense como pensamos nosotros, que quiera lo que nosotros queremos, que mate como nosotros matamos". Y le dijeron, "muéstrate a nosotros y pon la tierra a nuestros pies: no te faltará nada si haces siempre nuestra voluntad". Y creyó que así iba a ser, que así sería. El hombre vio todo lo que había hecho y estaba muy satisfecho de ello. Así fue el día antes del fin.
De pronto se produjo un gran terremoto en toda la superficie de la tierra, y el hombre y todo lo que había hecho dejaron de existir. Así acabó el hombre con el cielo y con la tierra.
La tierra volvió a ser un mundo vacío y sin orden, toda la superficie del océano se cubrió de oscuridad y el espíritu de Dios aleteaba sobre las aguas.

 Quien tenga oídos para oír, que oiga.

miércoles, 13 de noviembre de 2013

Parece que lloverá un día de estos.

Parece ser, es un parecer, no más, que por fin, alguno de estos próximos días puede llover por estos lares, y parece ser también que se acerca el frío, o sea que ya llega el buen tiempo, porque en noviembre el buen tiempo es frío y lluvioso.
¡Ay el egocentrismo de los terrícolas! Lo que es bueno para mí es lo bueno. No, no, no es eso. Ahora lo bueno para el campo, para los bosques (los que quedan), para los animales, para la atmósfera, para el mundo en el que vivimos y del que vivimos es que llueva y haga frío, aunque a mí me moleste, aunque me fastidie los planes del fin de semana; sería buenísimo que estuviera días lloviendo, y haciendo frío, y nevando en las montañas.
Pues eso, ojalá que vengan de una vez la lluvia y el frío. La naturaleza lo merece, porque pese al terrible otoño de mal tiempo que estamos sufriendo sigue resistiendo humildemente hermosa. ¡Cómo estaría si hubiésemos tenido buen tiempo!
Ved algunas fotos hechas esta semana en la Sierra Calderona.

Por estas tierras el monte siempre está verde, pero ahora seco, muy seco.
Hoja de parra con sus colores otoñales.
Colores que destacan en el verde.
La luna, en cuarto creciente asoma sobre las copas de los pinos.
El olivo, siempre verde. Símbolo de nuestra cultura.
La flor de la pitera, ya seca, se recorta contra un azul limpio, constante, excesivo...
Las hojas de un roble solitario vestidas de otoño.
La luz del cielo enciende las hojas.
Hojas que ya muertas, caen a una balsa contigua, casi vacía, formando un bonito tapiz.
Un chopo, ya casi desnudo, entre los pinos.
La rotunda copa de un pino muy verde, el cielo azul...
Y cuando el día va cayendo, una leve bruma cubre las llanuras habitadas por los hombres; desde abajo no las vemos.

jueves, 7 de noviembre de 2013

Canal 9. Pena y vergüenza.


Es realmente una vergüenza lo que está pasando con Canal 9. Una vergüenza y una pena. Pero lo que más vergüenza y pena me está dando es el espectacular carnaval, la impresionante orgía de demagogia, cinismo y manipulación que se ha montado. De verdad que es una auténtica orgía, pero de las buenas.
Primero, el gobierno valenciano tomando una decisión que, desde mi punto de vista, y reconociendo que me faltan datos, suena a “calentón” y no a decisión estudiada y meditada, y además defendida con argumentos demagógicos: no se puede dar a elegir entre escuelas, hospitales y televisión. Esa no es la cuestión. La cuestión sería, por qué se permitió que Canal 9 acabara siendo una empresa económicamente inviable, por ejemplo.
Segundo, la oposición, cual buitres, abalanzándose sobre un gobierno que gestiona, mejor o peor, la infame herencia que ha recibido de ellos mismos. Ahora que la gente está indignada, es momento de rapiñar votos sea como sea defendiendo henchidos en valencianía, lo que tantas veces han denostado. Es tan fácil ahora llevarse a la gente al huerto… ¡Es de un cinismo inaudito!
Tercero, los trabajadores de televisión valenciana erigiéndose en baluartes y defensores de la lengua y cultura valencianas, cuando lo que están defendiendo es su puesto de trabajo, y punto; y ¡ojo! que esto me parece muy legítimo. Pero que no mezclen churras con merinas. Que dejen a la lengua y la cultura en paz. Eso es manipulación, y ellos pueden. Son la herramienta manipuladora por excelencia, junto con la prensa.
Ah, y eso sí: todo el mundo rasgándose las vestiduras, muy rasgadas, rasgadísimas. ¡Venga ya!
Ante este espectáculo lamentable, grotesco, la única respuesta que se me ocurre es el silencio. Como decimos en educación, ignorar las conductas no deseadas. A ver si de una vez se dan cuenta que están haciendo todos el ridículo...y mucho daño.
Y por cierto, que alguien me explique cómo se les ocurre gastarse un pastón cambiando el logotipo por otro, bastante feo por cierto, un mes antes del cerrojazo. “Mi no comprender”.
Y ahora, me callo.

martes, 5 de noviembre de 2013

En homenaje a Luis Cernuda.


Hoy hace 50 años que murió en Méjico, Luis Cernuda. Murió de un infarto, y lo encontraron junto a la máquina de escribir, y un libro de Emilia Pardo Bazán en las manos. Había nacido 61 años antes en Sevilla, y se exilió en la guerra civil, no volviendo nunca a España.
Cernuda es uno de los grandes poetas del amor en lengua española, pero no sólo del amor, sino también del sufrimiento y la soledad.
Como homenaje en este 50 aniversario de su muerte os propongo uno de los poemas que más me impactaron cuando lo leí hace ya muchos años, poema que me sigue impresionando por lo directo, lo duro, lo tristísimo y a la vez, lo extraordinariamente bello que es.


Donde habite el olvido,
En los vastos jardines sin aurora;
Donde yo sólo sea
Memoria de una piedra sepultada entre ortigas
Sobre la cual el viento escapa a sus insomnios.

Donde mi nombre deje
Al cuerpo que designa en brazos de los siglos,
Donde el deseo no exista.

En esa gran región donde el amor, ángel terrible,
No esconda como acero
En mi pecho su ala,
Sonriendo lleno de gracia aérea mientras crece el tormento.

Allí donde termine este afán que exige un dueño a imagen suya,
Sometiendo a otra vida su vida,
Sin más horizonte que otros ojos frente a frente.

Donde penas y dichas no sean más que nombres,
Cielo y tierra nativos en torno de un recuerdo;
Donde al fin quede libre sin saberlo yo mismo,
Disuelto en niebla, ausencia,
Ausencia leve como carne de niño.

Allá, allá lejos;
Donde habite el olvido.

Es el deseo de un hombre cansado de sufrir, cansado de violentarse a sí mismo, de negarse a sí mismo, cansado de no poder amar y saberse amado en plenitud y libertad. Y ese cansancio profundo, esencial, radical, le lleva a la única posible salida, a la muerte, a reposar por fin libre de deseo, libre de amor, “en los vastos jardines sin aurora donde habite el olvido”.
 Y este sufrimiento suyo se hace literatura con mayúsculas. Es lo que más me impresiona de Luis Cernuda, la pavorosa autenticidad de su poesía. Es el saber que éste, como otros muchos poemas suyos, arranca de lo más hondo de su vida. Sus palabras expresan sentimientos reales, no son palabras bonitas, que lo son, no son juegos literarios. A través de su magnífica obra vemos a un hombre que vivió con honestidad y bebió hasta el fondo el cáliz que le tocó en suerte.
 Por esta autenticidad, por el valor testimonial de lo que escribió, Luis Cernuda me ha merecido siempre un profundo respeto; por eso cada vez que me acerco a sus poemas, lo hago sabiendo que estoy entrando en el centro mismo del corazón de un hombre. Descanse en paz Don Luis Cernuda.

Sigue haciendo calor, mucho calor...

Sigue haciendo calor, mucho calor, sigue sin llover y no hay perspectivas de que lo haga ni a corto ni a medio plazo. Ya ha pasado septiembre, octubre, estamos en noviembre…; desde el punto de vista de nuestro medio ambiente está siendo el otoño más absurdo y desagradable del que tengo memoria. Nuestros montes necesitan agua, necesitan frío, y lo necesitan ya.
Pero nada es del todo malo, excepto Satanás. Estos extraños y agobiantes meses nos están regalando unos crepúsculos extraordinarios. Hace un rato, desde el río, se veían así las últimas luces del día, de un día más, seco y caliente como un diablo.