FRASES PARA PENSAR.

SE DARÁ TIEMPO AL TIEMPO,
QUE SUELE DAR DULCE SALIDA A MUCHAS AMARGAS DIFICULTADES.

Cervantes en el Quijote.

miércoles, 30 de abril de 2014

Su momento de esplendor.

Sierra de Chiva. Subiendo al Pico Hierbas. Valencia.
En un suelo seco y pedregoso donde hace ya mucho tiempo que no llueve casi nada, y la poca agua que cae la seca enseguida el poniente, ha llegado también la primavera. Una primavera pobre y triste, pero primavera al fin y al cabo.
Este lirio es un milagro de la vida. ¿De dónde saca el agua para florecer? Su vida será breve; la sequedad extrema y el sol implacable lo marchitarán pronto, pero ahora es su momento de esplendor.

martes, 29 de abril de 2014

Monuments Men nos hizo pensar.

Fuimos Isabel y yo un día de estos al cine a ver la película, basada en hechos reales, Monuments Men. Nos gustó. Luego, comentándola, coincidimos en que hubo un momento que nos hizo sentir realmente mal.
No digo nada que estropee la película a quien no la haya visto, si cuento que en un momento determinado se ve como unos soldados nazis arrasan a golpes y con lanzallamas un depósito de obras de arte originales, únicas, irrepetibles.
La secuencia nos resultó dura, desagradable, irritante. Y luego nos preguntamos por qué. No fue difícil encontrar la respuesta. Por la educación, por la cultura que a través de mucha gente nos ha sido trasmitida, y que ahora nos permite gozar y también nos puede hace sufrir.
No somos intelectuales, ni entendidos en arte, ni ciudadanos de un alto nivel cultural, pero sí hemos entrado en ese ámbito vital que nos permite emocionarnos, como nos ha pasado estos días,  ante el Moisés o la Piedad de Miguel Ángel, los frescos de la iglesia del Gesù, de Giovanni Battista Gaulli, el Panteón de Agripa, sencillamente perfecto, o el lugar hoy en ruinas y lleno de gatos, donde mataron a Julio Cesar.
Y entonces pensamos en nuestra faena, en la inmensa responsabilidad que tenemos de trasmitir a nuestros alumnos, no contenidos fríos, de examen, sino esa capacidad de asombro, de disfrute, de gozo que hace que la vida sea más rica, más honda, más vida.
Ese es el verdadero examen. El alumno que viendo Monuments Men haya sentido esa rabia, esa indignación, ese malestar al ver cómo ardía un Picaso, por ejemplo, está aprobado, y con buena nota. Y el “profe”, que haya conseguido eso, podrá dormir esa noche con la satisfacción del deber cumplido, aunque…no cumpla las programaciones.


La Piedad, de Miguel Ángel, en la basílica de San Pedro, en el Vaticano.
El Moisés de Miguel Ángel, en la discreta iglesia de San Pietro in Vincoli.
Entrada al Panteón de Agripa, en la plaza de la Rotonna.
Ruinas del lugar donde fue asesinado Julio César, en la plaza Argentina.
Triunfo del nombre de Jesús, de Giovanni Battista Gaulli, en la iglesia del Gesù.

domingo, 27 de abril de 2014

Un día para la historia en un momento delicado de la historia.


Todas las grandes crisis económicas han acabado en guerras. Es como si la historia tuviera su propia dinámica, una dinámica que fuera más allá de la voluntad de los hombres. Sólo pensar esto me asusta.
Estos días, la situación en Ucrania está agitando de modo siniestro el fantasma de una 3ª guerra mundial. Las fichas, en el tablero del mundo, parecen estar situándose en orden de combate.
Y en este momento de la historia, el Papa Francisco canoniza a Juan XXIII y Juan Pablo II, dos personajes centrales del siglo XX, dos Papas que tuvieron la paz como uno de sus objetivos fundamentales.
Pero su paz no era una paz basada en pactos políticos o militares, vacíos de alma, sino una paz basada en la libertad y la justicia, y en último término en la misericordia “que siempre espera, siempre perdona, porque siempre ama”, como acaba de decir el Papa Francisco ante “gente de toda raza, lengua, pueblo y nación”, ante gente “importante”, ante gente “menos importante”, ante gente “nada importante”…
Y me gusta pensar que el momento de darse la paz, haya sido signo, en esta mañana gris y lluviosa en Roma, de que sí es posible la paz en el mundo. La universalidad de la Iglesia, muy visible estos días en la ciudad eterna, hemos sido Isabel y yo testigos, nos marca el que debería ser el camino de la historia.
Porque es mucho más hondo lo que nos une que lo que nos separa a los hombres. Me ha resultado gracioso el ver cómo, cuando el Papa ha saludado a todas las delegaciones del mundo, una por una, presentes en este día histórico, alguien, no sé de que país, ha sacado el móvil y se ha hecho una foto con él…Si es que todos somos personitas, después de todo. Sí, es más, mucho más, lo que nos une que lo que nos separa. 

sábado, 26 de abril de 2014

Callejeando por Roma.

Callejear durante estos últimos cuatro días por Roma, viendo y sintiendo cómo, poco a poco, la ciudad iba entrando en fiesta ha sido increíble, muy grato. Nos costó abandonar, ayer viernes, el bullicio cosmopolita, el ambiente de júbilo que iba extendiéndose y envolviéndonos. Esta noche Roma será...no encuentro palabras.
Cuatro días de callejeo que me han dado material para muchas entradas. Para empezar, sólo compartir quince fotos de las muchísimas que he hecho.

La Plaza de España, adornada con azaleas bajo una fina llovizna.
Un típico callejón romano. Colores intensos, muchas motos, algo sucio...
En la plaza de San Pedro.
La basílica de San Pedro.
Típicos pinos romanos en Villa Borghese.
Tenderetes en el Campo de Fiori.
Ruinas en la plaza Argentina. Aquí mataron a Julio César.
La cúpula de San Pedro desde el castillo de S. Angelo.
El castillo de S. Angelo reflejándose en las aguas del Tíber.
Cena en uno de los baretes de la plaza del Panteón.
Y luego visita nocturna a la Fontana de Trevi.
Dos turistas leen la inscripción de la estatua de Trajano. Detrás los foros imperiales.
Los muros del Coliseo con la luz del atardecer.
Tras el Circo Massimo las increíbles ruinas del Monte Palatino.
La fachada de San Juan de Letrán  contra el cielo del atardecer.

miércoles, 23 de abril de 2014

Día del libro, el año del centenario de Platero.


Ya el Día del Libro del año pasado lo celebré con Platero y yo, mostrándoos el precioso capítulo titulado “Viñeta”, que hace referencia a la magnífica unión de un día de lluvia y un buen libro.
Este año, lo de la lluvia en serio seguimos esperándolo. Lo del buen libro, es más fácil, y va a ser el mismo del año pasado, Platero y yo, ya que en este 2014 cumple cien años de su publicación, ¡qué menos!
El capítulo que os propongo leer es uno, desde mi punto de vista, de los más conmovedores. Es el  CXXXVI, uno de los últimos,  titulado “A platero en el cielo de Moguer”.

Dulce Platero trotón, burrillo mío, que llevaste mi alma tantas veces —¡sólo mi alma!— por aquellos hondos caminos de nopales, de malvas y de madreselvas; a ti este libro que habla de ti, ahora que puedes entenderlo.
Va a tu alma, que ya pace en el Paraíso, por el alma de nuestros paisajes moguereños, que también habrá subido al cielo con la tuya; lleva montada en su lomo de papel a mi alma, que, caminando entre zarzas en flor a su ascensión, se hace más buena, más pacífica, más pura cada día.
Sí. Yo sé que, a la caída de la tarde, cuando, entre las oropéndolas y los azahares, llego, lento y pensativo, por el naranjal solitario, al pino que arrulla tu muerte, tú, Platero, feliz en tu prado de rosas eternas, me verás detenerme ante los lirios amarillos que ha brotado tu descompuesto corazón.

Es un capítulo en los que el amor y la ternura de Juan Ramón hacia Platero, hacia el bueno de Platero, hacia todo lo bueno, limpio, sencillo, se conjuga, no ya con la esperanza, sino con la certeza de que Platero ya vive feliz en su prado de rosas eternas, y más aún, que desde ese Paraíso entenderá ese libro que habla de él, ahora que puede entenderlo. ¡Qué hermoso ramillete de metáforas!
¡Maravillosa forma de acabar un libro único! Uniendo el amor, el cariño, la ternura con la certeza de que lo bueno, lo bello, lo hermoso está llamado a la eternidad, y que es eso lo que tendrá la última palabra.
Y esto, es curioso, también lo dijo el Papa Francisco este Viernes Santo.
 Feliz día del libro.

lunes, 21 de abril de 2014

Roma. 2767 años.


La virgen vestal Rea Silvia, hija de Numitor, rey de Alba longa, y descendiente del héroe troyano Eneas, reposaba junto a un río cuando el dios Marte, que por allí pasaba, prendado de su hermosura la dejó embarazada. De la unión nacieron Rómulo y Remo, mellizos, que fueron introducidos por su madre en una canasta y arrojados al río Tíber, por miedo a que su tío, el malvado rey Amulio que había destronado a su padre Numitor los encontrase y los matase, pues precisamente con la intención de que no tuviese descendencia la había forzado a ser virgen.
La canasta con los bebés encalló en una zona donde el Tíber discurría entre siete colinas. Allí, una loba los encontró y cuidó amamantándolos hasta que un pastor los rescató de la vida salvaje y se los llevó a su choza donde su mujer se ocupó de ellos.
Ya de adultos, conociendo su verdadera historia, repusieron a Numitor en el trono de Alba Longa y decidieron fundar una nueva ciudad donde había encallado el cesto con el que su madre quiso salvarles la vida.
El lugar exacto fue motivo de discusión entre los hermanos, por lo que decidieron consultar el vuelo de las aves. El resultado de la consulta  aconsejó a Rómulo construir la ciudad en el Monte Palatino. Allí trazó con un arado un surco, marcando así los límites de la futura ciudad, y jurando matar a quien lo cruzase. Remo, actuando bajo los efectos del alcohol, lo atravesó y Rómulo tuvo que matarlo. Lleno de tristeza lo enterró allí donde iba a fundar la ciudad.
Así quedo Rómulo como fundador y primer rey de Roma. De esto, hoy 21 de abril de 2014 hace, según la historia oficial de la ciudad, 2767 años.
A las 12 del mediodía, una campana especial, llamada La Catarina, sonará sobre el monte Capitolino, conmemorando así aquellos hechos ya perdidos en el bosque impenetrable donde se unen los mitos, las leyendas y la historia.
Bosque impenetrable pero nuestro, porque Roma no es una ciudad más. No puede resultarnos ajena; porque en ella están las raíces más profundas de nuestra cultura. No podemos entendernos a nosotros mismos sin Roma y su maravillosa y fértil unión con Grecia.
Esta fecha, estos mitos, estas leyendas, deberían ser conocidas por nuestros niños, por nuestros jóvenes, porque más allá de lo curioso o lo anecdótico, encierran el alma misma de lo que somos. No es la historia de Roma la que empezó, según la tradición,  hace hoy 2767 años, es nuestra propia historia.

domingo, 20 de abril de 2014

El mal no tendrá la última palabra.¡Feliz Pascua!

Con estas sencillas, profundas y esperanzadoras viñetas de Cortés y las palabras que el Papa Francisco dijo al final del Via Crucis el Viernes Santo, os deseamos, Isabel y yo, una muy feliz Pascua.





Guíanos Jesús de la cruz a la resurrección. Enséñanos que el mal no tendrá la última palabra, sino el amor, la misericordia y el perdón.

Francisco, Papa.

viernes, 18 de abril de 2014

Viernes Santo.


El mensaje que ha enviado por twitter, hoy Viernes Santo, el Papa Francisco dice “Seguir de cerca a Jesús no es fácil, porque  la vía que Él elige es la vía de la cruz”, y por eso, porque no es fácil, 2000 años después estamos como estamos.
¡Claro que se nos pueden pedir responsabilidades! Responsabilidades por nuestra atroz incoherencia. No es fácil ser coherente con el mensaje de Jesús porque eso, tarde o pronto nos lleva a la Cruz. Lo sé y lo vivo día a día. Incoherencia reiterada, incoherencia perdonada hasta setenta veces siete y más, las que hagan falta.
 Y en el fondo, la certeza de que sólo una vida vivida en coherencia con el evangelio nos da esa paz y esa alegría que no nos puede quitar nadie. Esa paz y esa alegría que arranca de saberse inmensamente querido por alguien del que, sobre todo, sabemos que nos quiere muchísimo y que nos impulsa a querer, a querernos por encima de todo. A amar, aunque el amor nos lleve a la Cruz, como a Él le llevó.

NOTA: No hablo del amor como sentimiento etéreo y pasajero. Hablo del amor concreto que implica, palabras, gestos, silencios oportunos, actuaciones; que implica pensar en el otro antes que en ti; que implica perdón y olvido de la afrenta; que implica decisiones empresariales, económicas, sociales; del amor que cambia el mundo de arriba abajo porque es vino nuevo en odres viejos.

Ayer murió Gabriel García Márquez .


El capitán miró a Fermina Daza y vio en sus pestañas los primeros destellos de una escarcha invernal. Luego miró a Florentino Ariza, su dominio invencible, su amor impávido, y lo asustó la sospecha tardía de que es la vida, más que la muerte, la que no tiene límites. ¿Y hasta cuándo cree usted que podemos seguir en este ir y venir del carajo? le preguntó.
Florentino Ariza tenía la respuesta preparada desde hacía cincuenta y tres años, siete meses y once días con sus noches.
“Toda la vida – dijo."

Con las últimas líneas del libro El amor en los tiempos del cólera rendimos Isabel y yo humilde homenaje a Gabriel García Márquez, uno de los muy grandes de la historia de la literatura en esta hermosísima lengua nuestra.
Hemos gozado con Cien años de soledad, El coronel no tiene quien le escriba, con Crónica de una muerte anunciada, obra ésta leída además con mis alumnos que se emocionaban, cuando la escuela era otra cosa, con El amor en los tiempos del cólera, cuyo final encabeza esta entrada y que pusimos Isabel y yo en la invitación a nuestra boda.
Sí, es la vida más que la muerte la que no tiene límites. Y ahora, cuando Gabriel nos deja, la respuesta de Florentino Ariza a la pregunta del capitán “¿Y hasta cuándo cree usted que podemos seguir en este ir y venir del carajo?” adquiere una fuerza inusitada, arrolladora “toda la vida”.
Florentino y Fermina son unos ancianos; pero él responde “toda la vida”.
Toda la vida seguirá acompañándonos Gabriel García Marquez, generación tras generación, a través de tantos personajes ya inolvidables, Fermina Daza, Florentino Ariza, Santiago Nassar, Aureliano Buendía…
Toda la vida.

jueves, 17 de abril de 2014

Tres jueves hay en el año...

Tres  jueves hay en el año que relucen más que el sol, Jueves Santo, Corpus Cristo y Miércoles de Ceniza.
¿Verdad que es una tontería? Pero es una tontería inocente.
También es una tontería cuando los cristianos romanos, católicos, apostólicos, devotos y practicantes no damos testimonio en nuestro día a día del amor que, en palabras de San Pablo, “es sufrido, es benigno; no tiene envidia, no es jactancioso, no se envanece; no hace nada indebido, no busca lo suyo, no se irrita, no guarda rencor; no se goza de la injusticia, mas se goza de la verdad. Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta”.
Sí, practicar públicamente pero no dar testimonio también es una tontería, pero en este caso no es inocente. Es algo que irrita, indigna, duele a mucha gente. Es un escándalo.

martes, 15 de abril de 2014

La luna llena de la Pascua.

Esta foto está hecha hace un rato desde la montañeta de las antenas.
Ahí la tenéis. La primera luna llena de la primavera elevándose sobre la ciudad. La luna que nos anuncia la próxima Pascua.
El domingo después del primer plenilunio tras el equinoccio es el Domingo de Pascua, la fiesta cristiana por excelencia. La fiesta de las fiestas. La fiesta en la que celebramos que “rotas las cadenas de la muerte Cristo asciende victorioso del abismo”. La fiesta sobre la que se fundamenta la Iglesia, porque "si Cristo no ha resucitado, vana es nuestra Fe".
Sí, hace un rato, a las nueve y dos minutos de la noche, la luna, en silencio, nos ha anunciado esta gran noticia. Se acerca la Pascua.
            Miradla. Si podéis y queréis, miradla. Está preciosa avanzando entre las nubes. Es la luna que anuncia, cada año, la más grande de las fiestas.

domingo, 13 de abril de 2014

Jesucristo Superstar en Ribarroja del Turia.


            Vinieron ayer sábado nuestros amigos de Valencia, como decimos Isabel y yo, a ver Jesucristo Superstar. Se quedaron sorprendidos. Les gustó. Y yo me sentí orgulloso del “cole” en el que llevo más de 30 años trabajando. Y eso es bueno. Sí; orgulloso de ese numeroso grupo de alumnos que tan bien lo hicieron.
Y agradecido a los “profes” implicados y entregados de cualquier forma durante tanto tiempo a la obra de la que estamos disfrutando. Agradecido, ¡cómo no! a los “pensadores” que han creado lo que hemos visto. Agradecido también a todos los que, desde fuera del colegio, han colaborado facilitando así que esto haya podido ser realidad.
            Les llamó especialmente la atención a mis amigos, el trabajo que supone el montar algo así. Muchas horas, ilusión, imaginación, problemas superados, coordinación… trabajo con mayúsculas. Trabajo duro pero gratificante. Trabajo de ése que puedes decir, misión cumplida, ahí está. Y descansar satisfecho. Y guardarlo para siempre como un bonito recuerdo.
            Disfrutad pues de estos días, del reconocimiento de vuestro trabajo, de la larga ovación del auditorio lleno y en pie, del cartel de ya no hay entradas para la última representación, hoy Domingo de Ramos. Lo merecéis. Y disfrutad también de la huella que una experiencia como ésta dejará en vuestra vida.

            ¡Gracias y enhorabuena!

sábado, 12 de abril de 2014

Un mentira y un error.

...pero a qué precio.
Por mi trabajo veo de muy cerca, muchas más veces de las que quisiera, las consecuencias de las separaciones de los padres en los niños y adolescentes. Y subrayo que muchas, muchísimas más veces de las que quisiera.
Y a la sombra de este espectáculo tan triste como cotidiano, he visto cómo han crecido una gran mentira y un lamentable error que, sabiamente conjugados, intentan convencernos de la cuadratura del círculo. Y con muchísima gente lo consiguen. Pero el círculo nunca será cuadrado por muchas vueltas que le demos o incluso aunque por ley así lo decretemos.
La gran mentira. Los niños no se enteran, lo han tomado bien, están contentos de tener dos casas, se han adaptado pronto… Mentira, mentira cochina. Los niños y adolescentes, cuando sus padres se separan, sufren siempre, tanto en el momento de la ruptura como en el proceso que ha llevado a ella y el que le sigue. Sufren. Y lo sé porque lo veo y me lo dicen. Y si en todo este proceso los papás, o sólo uno de ellos, no hace falta que sean los dos, no han tenido ni tienen el sentido común suficiente como para proteger al niño de sus luchas y desavenencias, el sufrimiento entra en el terreno de la tortura.
Pero claro, hemos de calmar nuestra conciencia y para ello, el querer creer que el niño se lo ha tomado bien o no se entera, nos es muy útil. Una mentira útil y piadosa para con nosotros mismos.
El lamentable error. El trivializar el hecho de la separación a fuerza de ser algo legal, y así debe ser, “progre”, de haberse convertido en algo habitual, cotidiano, normal. Como si algo por ser normal fuera necesariamente bueno. No. La separación es el fracaso de un proyecto de vida de dos personas que en algún momento fue hermoso, fracaso del que uno, a veces los dos, son responsables, fracaso con consecuencias importantes siempre, y más si hay niños por el medio. No es una tontería, no es una “modernez”. Es algo muy serio.
Y lógicamente, como no es fácil asumir fracasos, quitamos hierro al asunto y justificamos con mil argumentos lo que no es más que eso, un triste fracaso. Lo hacen muchos, no pasa nada, es por el bien de todos, se me acabó el amor, ya no es lo que era, la culpa la tiene ella, él, el suegro, los niños, su hermana, la crisis, el trabajo…
No. No me gusta ni lo que está pasando, ni cómo la sociedad lo está afrontando. ¡Claro que se puede llegar a la conveniencia o incluso necesidad de una separación! Puede haber mil motivos muy, pero que muy serios. Conozco casos. Pero sean cuales sean los motivos, si hemos llegado a tan triste situación, primero tengamos conciencia del daño que les hemos hecho, o que no hemos podido evitar a nuestros hijos e intentemos suavizar ese inevitable daño, y después superemos el fracaso que es en sí mismo la ruptura, reconociéndolo como tal. Y desde el honesto reconocimiento de esta dolorosa realidad, reconstruyamos entonces nuestra vida, pues a eso todos tenemos derecho, a levantarnos del suelo una y mil veces, pero sin negar puerilmente el suelo y cuidando a los que hemos arrastrado en nuestra caída más aún que a nosotros mismos.

miércoles, 9 de abril de 2014

Es una irresponsabilidad rayana con el delito.


En un centro de dos líneas, con las aulas bien llenas, se organiza una reunión de padres de alumnos de 3º de primaria a 4º de ESO, para tratar el tema del uso de las nuevas tecnologías con una especialista. Acuden siete personas.
Si descontamos los que por horario no han podido asistir, los que no se han enterado porque la citación se ha quedado en la mochila del chiquillo, los que a última hora han tenido un problema…, si descontamos a los que de verdad no han podido ir, que los hay, queda un número considerable de papás a los que esto de las nuevas tecnologías parece importarles un bledo.
Y aquí está el problema. Que no hay conciencia real de que de verdad hay un muy serio problema y de que quien lo está generando no es consciente de ello. La cuestión es que muchos de vosotros, papás, estáis, en este aspecto, actuando de un modo absolutamente insensato. Esto es lo que pasa. Y no os lo creéis.
Quiero ser claro. Nadie en su sano juicio le daría un cuchillo jamonero para que juegue con él, o una escopeta de caza cargada, o las llaves del coche para que vaya al “cole” a un niño o a un adolescente. Pero sí le dais un móvil con acceso a Internet y por lo tanto todo lo que eso supone, wassap, face-book, tuenty, you-tube…y os quedáis tan anchos. Les dais la llave a contenidos buenos y útiles pero también les abrís la puerta a la violencia, la discriminación, el acoso, el racismo, las amistades peligrosas, el sexo inadecuado a su edad, la pornografía…
Vamos a ver. ¿Es tan difícil entender que hay una edad para cada cosa, para el cuchillo, la escopeta, el coche, Internet y un aprendizaje necesario y previo para poder usar estas herramientas con seguridad y eficacia?
Los niños, los adolescentes, no deben tener móvil con acceso a la red y todo lo que ello conlleva, sin una formación previa y continua y un control paterno estricto y permanente.
Es peligroso. Es muy peligroso. Pierden la intimidad, generan adicción al aparatito, ven lo que no deben ver, juegan a lo que no hay que jugar, dan datos personales y familiares vete tú a saber a quién, se hacen daño en las redes sociales, y mucho, más del que os imagináis…
Y no me invento nada. Es una irresponsabilidad rayana con el delito el comprarle al niño, al adolescente, un móvil y permitir que lo use sin formación y sin control. Es una irresponsabilidad cuyas consecuencias pagarán, están pagando, primero ellos, luego vosotros, los papás, después los profesores que estamos hasta las narices del mal uso de Internet y de los móviles en particular…la sociedad entera está pagando y pagará, cada vez más caro, este desatino.
Y los pocos que de verdad veis la magnitud y gravedad del problema lo tenéis tan difícil... De verdad que lo tenéis difícil, lo sé. Pero no os rindáis. Formaos vosotros, pedid ayuda a especialistas, apoyaos en los que se toman esto en serio, que los hay. No os rindáis. Que por vosotros no quede.
Internet es una herramienta maravillosa, extremadamente útil, que está cambiando y cambiará el mundo pero, como pasa con cualquier herramienta, hay que aprender a usarla poco a poco y acompañar al aprendiz hasta que su madurez personal le permita utilizarla para su propio bien y el de los demás.
¡Y ojito con los móviles como regalo de Primera Comunión! ¡Miedo me da! Volveré sobre el tema.

lunes, 7 de abril de 2014

De Olocau a Gátova por el Pico Gorgo.

Hay que currárselo un poquito pero te quedas a gusto. Ruta larga, alrededor de 30 km. y con un desnivel acumulado de 1144 metros, nos permite disfrutar de una espectacular zona de la sierra Calderona.
Es excursión de un día que se puede hacer saliendo de Olocau, tras almorzar, hacia las 10 de la mañana, llegando a Gátova a la  hora de comer. Después, por un camino diferente, también muy bonito, se regresa a Olocau a donde llegas alrededor de las 7 de la tarde.
A mí me costó cuatro horas y media cortas ir, subiendo el pico Gorgo, y cuatro volver. Sin prisas pero sin pausas, disfrutando del entorno, haciendo fotos, contemplando de vez en cuando el amplísimo horizonte o los pequeños detalles del camino, cogiendo espárragos...
La ruta es también bastante solitaria en casi todo su recorrido lo que, al menos para mi gusto, resulta un valor añadido a los que esta excursión en sí misma ya tiene.
Necesario buen calzado. Se puede ir en pantalón corto si hace calor, pues todo el camino son senderos o pistas, no te pinchas. Agua, importante, y ahora más, ya que las pocas fuentes que hay están secas.
En fin, una muy recomendable excursión para quien quiera acabar la jornada cansadito y contento, típica combinación que sella un buen día de montaña. La guinda, una buena cena.

A continuación tienes unas pocas fotos. Si quieres el track pulsa De Olocau a Gátova por el Gorgo.

Piteras recortándose contra el cielo azul, cerca de la Font de Sentig, en Olocau.
La flor de la murta.
Tomillo en flor sobre roca seca en una tierra seca.
El golfo de Valencia y el Motgó desde la cima del Gorgo.
Vértice geodésico en la cima del Gorgo.
Vista general de Gátova.
Fuente de quince caños en Gátova.
Molino restaurado cerca de Gátova.
Camino entre alcornoques en la ruta de regreso a Olocau.
Masía morisca de l´Olla, en la ruta de regreso a Olocau.
Brotes de higuera.
Cipreses llegando a Olocau.

domingo, 6 de abril de 2014

Aquella despedida de soltero en el restaurante Acueducto...


Entramos el sábado pasado a cenar a un acogedor y agradable restaurante junto al acueducto de Segovia mientras fuera llovía y hacia frío, todo un lujo, cuando muy amablemente, uno de los camareros nos aconsejó sentarnos en una mesa algo alejada de otra, ya preparada para una despedida de soltero, por si acaso…
Tanto la atención como la cena fueron exquisitas y el ambiente tranquilo, hasta que llegaron los de la despedida… y el ambiente siguió siendo tranquilo.
¡Qué gente más increíble! Eran unos doce o trece chavales bastante jóvenes que llevaban al novio empaquetado y unido a una silla también empaquetada. Cenaron pasándoselo muy bien, pero sin gritos ni estridencias. Seguimos cenando a gusto.
Cuando ya nos íbamos, algunos estaban en la puerta fumando. Seguía lloviendo. Isabel observó que llevaban un petardo. Ellos le dijeron que en toda despedida debía haber un petardo. Cuando Isabel pregunto, riéndose, si sólo llevaban uno, le dijeron que sí, pero que era gordo. Nos reímos más. Dijimos que éramos valencianos. Ellos que de Burgos, del Gamonal. En fin, una simpática conversación.
Nos despedimos deseándoles una buena fiesta y protegidos de la incesante lluvia por los paraguas, cruzamos camino del hotel, bajo el acueducto que, iluminado en la noche lluviosa, estaba precioso.
Y nos fuimos a dormir tan a gusto. Buena comida, buen precio, trato muy amable y una cena de despedida de soltero olé. Sí señor. En este país aún hay gente educada, que sabe estar, que no se cree el centro del mundo, que piensa en los otros, con los que se puede convivir.
Sí señor, bien por el restaurante Acueducto. Bien por aquellos burgaleses del Gamonal. 

Navafría. Hace 35 años.

Este pasado fin de semana estuvimos en Segovia. Aparte de disfrutar de la ciudad bajo la lluvia, todo un lujo, recordar a Machado y comer bien, tuve la oportunidad de hacer un viaje al pasado, un viaje 35 años atrás.
El año 1979, cuando aún estaba en el grupo Junior de San Miguel y San Sebastián, “el movi”, nos fuimos de campamento de Pascua a Navafría, un pueblecito del Guadarrama a media hora escasa de la ciudad.
No sé cómo fuimos a parar allí. El caso es que el Jueves Santo llegamos a un paraje precioso a tres kilómetros del pueblo. Un denso pinar, el suelo muy verde, un bravo torrente y un barracón de madera y piedra iban a ser nuestra casa durante 7 días.
Seríamos alrededor de 50 personas entre niños y monitores y el mayor, con 19 años, era yo, creo recordar. No llevábamos coche, íbamos a dormir en tienda y toda la infraestructura del campamento cabía en el autobús. ¡Imagináosla!
El viernes salió un día limpio y frío. Lo dedicamos a montar “las instalaciones”. Pero en la noche del viernes al sábado nos llegó la sorpresa en forma de un suave repiqueteo en las lonas de las tiendas que nos despertó a muchos. Nevaba, nevaba con ganas. A la mañana siguiente, más de 30 cm. de nieve habían trasformado el paisaje, que estaba increíble, pero la nevada nos había “esclafado el campamento”… Estaban hundidas casi todas las tiendas y el toldo de la cocina, sacos y ropa, mojados, objetos y utensilios perdidos en la nieve… Un cielo oscuro y un intenso frío acabaron de crear un espectáculo desolador.
Cuando íbamos a bajar al pueblo a pedir ayuda, los forestales se adelantaron. Llegaron con un todo terreno y una brigada y nos montaron en el barracón una estufa de gasoil que estuvo día y noche encendida,  y en un claro próximo que había en el bosque, nos  hicieron una enrome hoguera que también ardió día y noche hasta que nos fuimos.
De este modo, el campamento se convirtió en un auténtico ejercicio de supervivencia en plena naturaleza. Dormíamos en el barracón, calentitos, y de día paseábamos por el bosque, charlábamos junto al fuego y bajábamos al barete del pueblo del que guardo gratísimo recuerdo.
Pero aún iba a pasar algo más en ese campamento. La tarde del sábado, cuando nos disponíamos a preparar la celebración de la Vigilia Pascual, a una de las acampadas, hoy muy buena amiga mía, esposa de un no menos buen amigo, y madre de tres hermosos retoños ya bien “criaos”, le cogió una especie de patatús que interpretamos como un ataque al corazón. Le faltaba el aire y comprobamos que tenía una taquicardia salvaje.
Mientras unos monitores entretenían a los niños para que no se dieran cuenta y se asustaran y otros acompañaban a la enferma, un chaval y yo salimos corriendo hacia el pueblo para pedir ayuda. Recuerdo aún aquella carrera de noche, por la carretera nevada y con el miedo de no llegar a tiempo haciéndote sacar fuerzas de flaqueza.
A la entrada estaba el cuartel de la Guarda Civil. Entramos y nos dijeron que el único coche disponible estaba de servicio pero que le llamarían por radio aunque había ido lejos y las carreteras tenían mucha nieve. Tardaría. Continuamos hasta el pueblo, y al entrar en el bar vimos que estaban los forestales. ¡Qué cara nos verían que salieron corriendo con nosotros mientras les contábamos lo que pasaba!
Enseguida, sabían conducir por carreteras nevadas, estuvimos en el campamento. En el momento de arrancar el coche de vuelta a Navafría le cogió otra crisis. Recuerdo la nieve saltando a los lados, los faros iluminando el bosque, las ruedas derrapando en las curvas. Lo recuerdo como si lo viera ahora.
Al llegar, estaba el médico, al que había avisado la Guardia Civil, un grupo de vecinos y llegaba, también a toda velocidad, la patrulla que estaba de servicio.
El médico, tras un minucioso examen, no detectó patología cardiaca alguna aunque como no estaba claro del todo, nuestra buena amiga se quedó, acompañada, en el pueblo, en casa de un vecino que amablemente se ofreció a acogerla en su casa y al día siguiente regresó a Valencia. Nunca más ha vuelto mi buena amiga a tener un susto parecido, ni a dárnoslo.
Este recuerdo, bastante vívido en mi mente, me hace pensar cómo eran las cosas hace 35 años. Aquello eran campamentos, aquello eran aventuras, aquello cambiaba a las personas, aquello nos hacía crecer, aquello nos hacía sentir la vida intensamente.
Doy gracias a Dios por haber podido vivir aquellos tiempos y por haberme podido sumergir  unas pocas horas en el pasado, también en una mañana gris, lluviosa y fría de principios de primavera, 35 años después.

Ayuntamiento de Navafría, frente al bar, donde nos esperaba el médico y la guardia civil.
El torrente, que seguía llenando el bosque con su sonido, como entonces.
Isabel pasea ante el barracón donde aguantamos seis días. Se estaba bien.
Actualmente la zona es una concurrida área recreativa y el barracón, en verano, un bar.
La carretera que llevaba al pueblo.