FRASES PARA PENSAR.

SE DARÁ TIEMPO AL TIEMPO,
QUE SUELE DAR DULCE SALIDA A MUCHAS AMARGAS DIFICULTADES.

Cervantes en el Quijote.

miércoles, 29 de abril de 2015

Antonio del Pozo, no hemos venido a decirte adiós.


Una amiga del padre Antonio, leyó en el blog la entrada que escribí con motivo de su muerte repentina. Me respondió amablemente, agradeciendo mis palabras y enviándome la homilía que el martes, 14 de abril, pronunció el Superior en la misa de su entierro. Hoy, según me dice en el correo esta amiga suya, Carmen, hubiera sido el día de su cumpleaños. Por eso quiero, precisamente hoy, compartir con todo respeto y cariño, este bonito y sentido texto.

Querido Antonio: te has ido sin despedirte. Te has ido sin decir nada. Cosa bien rara en ti. Me dicen mis hermanos que antes de salir de casa estabas muy contento, incluso bromeando.
La última vez que nos vimos fue en la noche del martes viendo el partido de fútbol del Atlético de Madrid con el Real Madrid. Comentabas con pasión las incidencias del partido
Esta última semana, Antonio, estabas dedicado con ilusión a la preparación de la celebración de tus bodas de oro sacerdotales. Te hubiera tocado decir unas palabras a tus colegas de ordenación. Habías titulado tu charla: “MIS FELICES 50 AÑOS DE SACERDOTE MISIONERO”. Estabas viviendo estos días con mucha ilusión. Mencionabas el canto del Magnificat como agradecimiento por lo que el Señor había hecho en ti y por medio de ti.

No hemos venido a decirte adiós, Antonio
Estamos aquí para sentir tu presencia viva,
para celebrar tu caminar a nuestro lado,
para festejar que te nos has adelantado
a ese lugar donde florecen la ternura y la misericordia,
para recibir lo mejor de ti mismo como herencia y regalo,
para susurrar, a quienes quieran escuchar,
que somos hermanos,
hijos e hijas del mismo Dios, Padre.
No es tu recuerdo,
ni tus palabras,
ni tus obras,
ni tus gestos,
ni tus proyectos...
¡Eres tú mismo quien está a nuestro lado!
Tu gran corazón,
tu rostro alegre,
tu viva mirada,
tu espíritu solidario,
tu fe sostenida,
tu esperanza renovada cada día,
tu amor tan humano,
tus olvidos y despistes...
¡Todo lo sentimos dentro!
La vida continuará,
entre curvas y monótonas rectas,
desiertos interminables y gozosos oasis,
encrucijadas y decisiones arriesgadas,
en busca de una fe adulta compartida,
ofreciéndonos siempre caminos
inesperados y sorprendentes
y buenos compañeros de viaje.
Y tú, Antonio, estarás siempre a nuestro lado,
con nuevos proyectos bajo el brazo,
el Evangelio en el regazo
y el toque de tus familiares y amigos para no despistarnos.
¡Lo creemos firmemente!
Y se lo agradecemos a Dios,
que te quiere,
y nos quiere, siempre,
con esa tan suya y loca pasión
de enamorado.


GRACIAS ANTONIO.... no puedo decirte otra cosa. Por tu espíritu esperanzado e incansable, aún en los momentos más duros. Por tu ánimo, tu tesón, tu fe, tu amor por la vida, la justicia, por tu gran corazón. Un abrazo inmenso de mi parte y de todos los miembros de esta comunidad, con todo nuestro cariño para tu familia y amigos y para todos los que hoy nos acompañan.

martes, 28 de abril de 2015

Tres ideas sobre la educación de los niños.


Preparando una reunión de padres del último curso de infantil, y pensando cómo dar algunas orientaciones claras a los papás, mayoritariamente jóvenes, me han venido a la cabeza estas tres ideas que, creo, pueden ser útiles, sobre todo en estos primeros años de la vida de los niños. Las expongo en cuatro pinceladas, a la espera de desarrollarlas en tres próximas entradas con más detalle.

VUESTRO HIJO NO ES VUESTRO HIJO.

La utilización de los posesivos nos lleva muchas veces a error. Cuando yo digo que mi oreja es mía, por ejemplo, está claro que eso es cierto, pero si digo que mi hijo es mío, la palabra mío no tiene para nada el mismo significado, al igual que si hablo de mi mujer, mi marido, mi novia, mi amigo…
Las personas no son propiedad de nadie, ni siquiera el hijo es propiedad de la madre que lo parió, con perdón, ni del padre que colaboró en el proceso, al menos en el inicio. Sí, desde luego que son vuestros hijos, pero no son propiedad vuestra. Por eso no podéis hacer con ellos lo que se os antoje, lo que se os ocurra. No podéis usarlos para completar vuestro proyecto de vida, sino que debéis ayudarles a que encuentren el suyo, haciéndolos libres y autónomos más allá de vosotros mismos, porque ellos, desde el momento en que nacieron, ya están más allá de vosotros, lanzados al futuro. Ofrecedles vuestro pasado y vuestro presente para que desde su presente, que coincide ahora con el vuestro, construyan su futuro que ya será sólo de ellos.

HABRÉIS DE USAR LA VIOLENCIA PARA EDUCAR.

No tengáis miedo a las palabras. No caigáis en la trampa de la estética de un lenguaje sin ética, tonto y ñoño por añadidura y que además confunde. Atreveos a llamar a las cosas por su nombre y actuad en consecuencia.
Tendréis que utilizar la “violencia” con vuestro hijo, porque vuestro hijo necesita que le pongáis límites, necesita no salirse siempre con la suya, necesita aprender a hacer lo que debe y no sólo lo que le apetece, necesita conocer y aceptar el no como respuesta. Y eso no es fácil. No lo hará de buen grado. Opondrá resistencia y vosotros tendréis que vencerla, y no valdrá el ¿no comprendes nene, bonico, cariñín…? No, no comprende, y se pondrá burro. Y tendrás que ignorarle, dejarle llorar, rabiar, berrear hasta el agotamiento, o hasta que, viendo que no consigue nada, se canse y cambie tan lindamente de tercio en un santiamén. Y eso es violencia, porque le violentáis a él y os violentáis vosotros. Por supuesto que no me refiero a la violencia física, ni siquiera a la verbal, por supuesto. Porque a esa violencia se le llama maltrato y eso es una aberración y un delito.
Haceos a la idea de que educar duele. Y tened claro, si no os duele, es que no estáis educando, y lo pagaréis muy caro, y vuestro hijo también. Cuando educando tengáis dudas a la hora de tomar una decisión, elegid la que más os duela, y no os equivocaréis.

LO HABÉIS DE AMAR.

            Esto sobre todo. Esto es lo que da sentido a todo. Si no se tiene un hijo para amarlo es mejor comprarse unos peces de colores o una boa, y ni eso. ¡Pobres peces y pobre boa! El amor es lo que da sentido humano al ciego mecanismo biológico que perpetúa la especie.
            Y amar es poner el bienestar y la felicidad de la persona amada por delante del mi propio bienestar y mi propia felicidad. Y eso significa, no sólo un buen techo, vestirle, alimentarle, comprarle cositas, sino compartir con él vuestro tiempo, crear a su alrededor un entorno de respeto y comprensión, respetar su dignidad y su libertad, aunque lo pasemos mal a veces, no usarlo nunca como arma contra nadie, ya sabéis a qué me refiero, aceptarlo como es para que pueda acabar siendo lo que él quiera ser.
Y ¡ojo! no caigamos en la trampa de que porque le queremos mucho le dejemos hacer lo que le da la gana, para que sea feliz. Así será un pobre desgraciado y a vosotros os hará desgraciados también. Sigue siendo verdad eso de que quien bien te quiere te hará llorar. Precisamente porque le queréis y su bienestar está por delante del vuestro, tendréis que sufrir vosotros al verle sufrir a él por no salirse con la suya, por ejemplo. Os dolerá su llanto, pero porque lo amáis, su educación está por delante de vuestro bienestar. Es así. Duro pero cierto. No se puede educar sin amar.

CONCLUSIÓN.

         Podríamos concluir que educar es alumbrar en el amor y con dolor a un hombre libre, a una mujer libre. Y esto siempre es una aventura tan dura como gozosa.

lunes, 27 de abril de 2015

Abel Martínez Oliva.


Se llamaba Abel Martínez, pero eso a casi nadie le interesa. Era, según dicen, de Lérida y tenía 35 años. Trabajaba como profesor de Historia en un instituto de Barcelona, y murió en acto de servicio. Cayó abatido a la puerta de su aula, cuando acudía a poner orden en un incidente escolar.
Fue muerto (¿podré decir asesinado?) por un estudiante incontrolado del que lo sabemos casi todo y por el que todo el mundo, desde jueces a periodistas, pasando por psicólogos y políticos, está muy preocupado. Nadie sabe nada (ni importa, al parecer) de Abel y su familia, de su novia o tal vez de sus hijos.
Era un profesor. Si hubiera sido un militar caído en lejanas tierras, habría ido a buscar su cadáver el ministro del ramo, se le habrían hecho honores de Estado y seguramente le habrían condecorado con distintivo rojo o amarillo, vaya usted a saber.
Pero Abel era simplemente un profesor. Un profesor interino para más inri. El primer docente muerto en las aulas de nuestro país no se merece el oprobioso silencio, el incomprensible ninguneo que le han dedicado los medios de comunicación.
Así que solicito desde aquí que el próximo instituto que se inaugure en España lleve el nombre de Abel Martínez, y que se conceda al profesor leridano, a título póstumo, la Cruz de Alfonso X el Sabio.

Comparto este texto publicado en el periódico El Mundo, el pasado viernes, 24 de abril, como carta al director, de Luis Azcárate Irirarte, de Pamplona, y que ha llegado a mis manos vía whatsapp Me identifico plenamente con él, pero quiero dar una vuelta más de tuerca al asunto.
¿Por qué ese silencio, ese ninguneo? Porque la versión oficial aceptada por casi todos ha sido la del hecho puntual, la del accidente lamentable. Y accidentes hay todos los días. ¡Qué le vamos a hacer!
¡No! Abel ha sido la primera víctima, no de un accidente fortuito, sino de un sistema educativo sin norte y de una sociedad rota. Ha pagado con su vida los errores de muchos, y ese sacrificio exige una profunda reflexión sobre lo que está pasando en la educación. Además, y por respeto a su memoria, el próximo instituto que se construya en España (sólo se guardó silencio en su memoria en Cataluña, ¡qué triste, qué vergüenza!) debería llevar su nombre y, como homenaje póstumo, bien merece la Cruz de Alfonso X el Sabio. Es lo menos.
Y no quiero decir nada más. Si queréis compartir esto, creo que es de justicia, adelante. 

domingo, 26 de abril de 2015

Una pequeña comitiva...Romería de San Marcos en Sinarcas.

Andando por el mundo a lomos de “Roberta”, mi Rocinante, me topo con frecuencia con situaciones pintorescas, imágenes inesperadas, encuentros curiosos…
Es esta una de las gratificaciones que obtienes de ir en moto sin rumbo fijo, despacio, haciendo poco, muy poco ruido, y por lugares a menudo solitarios y alejados de pueblos y ciudades excesivamente grandes.
Además, el llevar la cámara siempre a mano,  me permite inmortalizar esos momentos, sin necesidad de apearme de "Roberta".
Pues bien, ayer sábado, yendo de Sinarcas a Talayuelas por una bonita pista forestal, me sorprendió ver a lo lejos a unas doce personas que transportaban algo a buen paso, entre campos muy verdes, camino de la ermita de San Marcos. Pronto me di cuenta que era el Santo. Junto a la ermita había algunos coches, pero luego, cuando un rato después volví a pasar por allí, aquello estaba a reventar, y se escuchaba nítidamente la música y las voces de la fiesta.
Y es que el último sábado de abril, en Sinarcas se celebra la romería de San Marcos, con comida campestre, baile en la era y degustación del buen vino de la tierra, preparado por los quintos para la ocasión.
El día estaba gris y algo fresco y ventoso, pero el ambiente en la ermita era simpático y agradable. O sea que ya sabéis, si el año que viene os apetece ir de fiesta, en plena primavera, en un entorno precioso y no muy lejos de aquí, pues…podéis ir a Sinarcas. ¿Por qué no?

En esta foto, me he permitido eliminar un panel informativo con photoshop. Queda más auténtica.
Estas es tal cual, sólo he recortado algo la foto por bajo para acercar la comitiva.
Esta está hecha con el zoom. No cuento más de catorce personas. Pero luego la ermita estaba llena. 
Ésta foto no es mía. Es la ermita un día azul, no ayer, claro está.

jueves, 23 de abril de 2015

Una literatura de narices.

No es una persona, pero tiene narices, ¿eh?
Quiero celebrar el Día del Libro proclamando a los cuatro vientos que el castellano o español, que de ambas formas decirse puede, tiene una literatura como la copa de un pino, espectacular, impresionante, de narices. Sí, una literatura de narices.
Y de narices va esta entrada. Dicho de otra forma, esto es una entrada decididamente nariguda. Porque la nariz, “facción saliente del rostro humano, entre la frente y la boca, con dos orificios, que comunica con el aparato respiratorio”, según el diccionario de la Real Academia, es la indiscutible protagonista de tres textos divertidísimos de nuestros clásicos.
Empecemos por el Lazarillo de Tormes. En el primer tratado del libro, Lázaro le da el cambiazo al ciego al que sirve y le pone un nabo repulsivo en lugar de la longaniza que éste iba a asarse y comerse, tragándosela él casi sin masticar. Cuando el ciego muerde y se da cuenta de que aquello no es lo que debería ser, coge a Lázaro por la cabeza, le abre la boca y mete allí su narizota para ver si huele a longaniza. La descripción del apéndice nasal del ciego, y de lo que sucede como consecuencia de su violenta introducción en la cavidad bucal del chiquillo, es genial.

Yo torné a jurar y perjurar que estaba libre de aquel trueco y cambio; mas poco me aprovechó, pues a las astucias del maldito ciego nada se le escondía. Levantóse y asióme por la cabeza y llegóse a olerme. Y como debió sentir el huelgo, a uso de buen podenco, por mejor satisfacerse de la verdad, y con la gran agonía que llevaba, asiéndome con las manos, abríame la boca más de su derecho y desatentadamente metía la nariz. La cual él tenía luenga y afilada, y a aquella sazón, con el enojo, se había aumentado un palmo; con el pico de la cual me llegó a la golilla.
Y con esto, y con el gran miedo que tenía, y con la brevedad del tiempo, la negra longaniza aún no había hecho asiento en el estómago; y lo más principal: con el destiento de la cumplidísima nariz, medio cuasi ahogándome, todas estas cosas se juntaron y fueron causa que el hecho y golosina se manifestase y lo suyo fuese vuelto a su dueño. De manera que, antes que el mal ciego sacase de mi boca su trompa, tal alteración sintió mi estómago, que le dio con el hurto en ella, de suerte que su nariz y la negra mal mascada longaniza a un tiempo salieron de mi boca.

Veamos ahora el capítulo XIII de la segunda parte del Quijote, en el que Sansón Carrasco y un vecino del pueblo, disfrazados del Caballero de los Espejos y su escudero, salen a buscar y retar al inefable Caballero de la triste figura, para, derrotándolo, conseguir que volviera a casa. Se encuentran en un bosque, de noche. Sancho confraterniza con el escudero que, dicho sea de paso, está empeñado en pelear con él a la vez que lo hagan los caballeros. Sancho no ve necesario pelearse con nadie, el buen Sancho, y mucho menos cuando descubre la horrenda y descomunal nariz del citado escudero. El capítulo es divertidísimo.

Mas apenas dio lugar la claridad del día para ver y diferenciar las cosas, cuando la primera que se ofreció a los ojos de Sancho Panza fue la nariz del escudero del Bosque, que era tan grande, que casi le hacía sombra a todo el cuerpo. Cuéntase, en efecto, que era de demasiada grandeza, corva en la mitad y toda llena de verrugas, de color amoratado, como de berenjena; bajábale dos dedos más abajo de la boca; cuya grandeza, color, verrugas y encorvamiento así le afeaban el rostro, que en viéndole Sancho comenzó a herir de pie y de mano, como niño con alferecía, y propuso en su corazón de dejarse dar doscientas bofetadas antes que despertar la cólera para reñir con aquel vestiglo.

Y acabemos con este soneto famosísimo de Quevedo, que poca gracia le haría leerlo a la persona en la que pensaba cuando lo escribió, supuestamente don Luis de Góngora, con quien tan mal se llevaba. Ahí va esa colección de metáforas nasales realmente ingeniosa, y muy divertida también, de nuestro inolvidable don Francisco. Enorme, fea, deforme, con abundante pelambre…, así la describe. Bueno, leedla.

Érase un hombre a una nariz pegado,
érase una nariz superlativa,
érase una nariz sayón y escriba,
érase un peje espada muy barbado.

Era un reloj de sol mal encarado,
érase una alquitara pensativa,
érase un elefante boca arriba,
era Ovidio Nasón más narizado.

Érase el espolón de una galera,
érase una pirámide de Egipto,
las doce Tribus de narices era.

Érase un naricísimo infinito,
muchísimo nariz, nariz tan fiera
que en la cara de Anás fuera delito.

Ya veis, cuestión de narices. Y es que, como he dicho al empezar, tenemos una literatura de narices.

 ¡Feliz Día del Libro! Y a leer mucho, que mola.

miércoles, 22 de abril de 2015

Ha sido un brote psicótico, ¡claro!

Así que ésto ha sido el problema. ¡Claro!
¿Lo veis? Lo dije y es lo que está pasando. Ya estamos hozando en la basura, dando de paso ideas, perdiéndonos en detalles tan insignificantes como escabrosos y alimentando el morbo del personal hasta la saciedad, hasta que otra atrocidad le quite el protagonismo a esta, o el seguir hurgando en ella pierda audiencia y vaya cayendo en el olvido.
Y lo peor, la gran conclusión a la que hemos llegado, ideal para quitarnos el susto del cuerpo, calmarnos las conciencias y lograr que todos podamos mirar tranquilamente a otra parte. Ideal para que nade cambie. Sí, esta es la conclusión ideal: que el niño en cuestión se volvió majara, se le cruzaron los cables, enloqueció. Un brote psicótico…
Y entonces pensamos, ¡ah! claro, un brote psicótico aislado no significa nada. Vamos por el buen camino. Lo sucedido no es significativo. Total, un “pirao”. “¡Tranqui tronco!”, que mañana juega el Barça contra el Chorbascluecas CF.
Sí, aquí no ha pasado nada. Además, para tranquilizarnos del todo, una legión de psicólogos, psiquiatras y demás gurús del comportamiento humano, nos están explicando estos días por radio, televisión, prensa, internet qué es eso del brote psicótico. Porque eso ha sido lo que le ha costado la vida a un profesor, sin comerlo ni beberlo. Sólo eso.
Os invito a que releáis en la anterior entrada, algunas de las causas que, pienso están creando un caldo de cultivo idóneo para que hechos como estos o semejantes, se puedan repetir.
Y otra cosa, para acabar. Me asusta, cabrea e indigna haber pronosticado y acertado lo que iba a suceder. ¡Ojalá me hubiera equivocado! Pero ya os lo dije y lo repito, dirán que ha sido algo puntual, no significativo. Cosa de un “pirao”. Nada importante. Toda va bien.
Es lo que han hecho. Es lo que hemos hecho.

lunes, 20 de abril de 2015

Tragedia en el instituto Joan Fuster de Barcelona.


Tristeza, preocupación, desamparo, miedo, son sentimientos que se agolpan hoy ante la noticia de lo ocurrido en Barcelona esta mañana. Un chaval de trece años intenta acabar con la vida de una profesora, su hija y otro compañero y mata a un profesor que acude al oír los gritos, y que llevaba unos pocos días en el instituto cubriendo una baja por enfermedad.
Hay quien dirá que es un terrible incidente, sí, aunque no significativo estadísticamente. Un caso entre miles y miles. Después de todo, aquí no pasa nada. Sólo el circo mediático que se montará y que pasará, como siempre. Al principio las águilas de la información, luego los buitres, hurgando en la carroña de las miserias humanas, al final los gusanos, convirtiendo en tierra y olvido el horror larvado sobre el que gravita nuestra sociedad…
Porque éste será exactamente el proceso. Impacta la noticia, atrae el morbo, nos perdemos en los detalles, y hozamos en la basura como cerdos, pero no hacemos frente, no haremos frente a las causas reales de estas situaciones, situaciones mucho más frecuentes de lo que pensamos, que no acabando en tragedia están en la antesala misma de la tragedia.
De aquellos polvos vienen estos lodos, dice el refrán. Y yo puedo decir, con conocimiento de causa, que aún pasa poco para lo que podía pasar.
Así, a vuelapluma, veo varias cuestiones que inciden directamente en un porcentaje no pequeño de nuestros niños y jóvenes, convirtiéndolos en víctimas que buscarán su venganza y extenderán su dolor.
Una sociedad incoherente que proclama unos valores y actúa en contra de ellos. Los defensores de la honestidad hacen trampas, los adalides de la tolerancia arrinconan a quien no piensa como ellos, el dinero el poder y el prestigio se elevan de hecho como dioses absolutos, a la vez que hermosos discursos hablan de solidaridad, servicio y autenticidad.
Una escuela incapaz de integrar a un alumnado cada vez más diverso y complejo por falta, entre otras causas, de medios eficaces, lo que provoca un sufrimiento en muchos niños y jóvenes ante el cua,l el profesorado, muchas veces, poco o nada puede hacer.
Un sistema sanitario donde la salud mental es privilegio de quien se puede pagar un especialista, ya que los servicios públicos están totalmente desbordados y, en la necesaria priorización, dejan casos que aún no estando mal en el presente, tienen un pronóstico impredecible.
Un elevado número de familias rotas, de parejas enfrentadas que utilizan a los hijos como arma en su vergonzosa relación, o que por legítimas exigencias laborales u otras exigencias quizá ya inconfesables, abandonan de hecho a sus retoños al colegio, a los servicios asistenciales, a la calle… ¡Pero son los mejores padres del mundo!
Un acceso a Internet sin control, sin previa educación, sin acompañamiento de ningún tipo, sin tener en cuenta que Internet es una puerta abierta al mundo entero, desde lo más noble y digno hasta lo más rastrero y detestable. Juegos terribles, contenidos indignantes, ideologías peligrosas…Allí esta todo, y ellos lo saben.
Unas redes sociales que atrapan, y que para su adecuado disfrute exigirían una ética a la que no se llega sin formación. Unas redes sociales que agrandan los efectos de las relaciones humanas sanas y respetuosas, pero también agrandan los efectos de lo más repugnante y miserable que, desde que el hombre es hombre, ha emponzoñado la convivencia humana convirtiéndola para algunos, siempre demasiados, en un infierno.
No me puedo quitar de la cabeza a este compañero que ha pagado con su vida lo mal que lo estamos haciendo entre todos. No puedo.
Por eso no acepto que se reduzca esto a un incidente estadísticamente insignificante, a una cuestión individual puramente anecdótica, y a un espectáculo mediático más de violencia y sangre. ¡No!
Lo que ha sucedido es muy grave, no es algo insignificante, no debe caer en el olvido, acabada “la fiesta” que montarán los medios de comunicación. Lo que ha sucedido debe ser un aldabonazo a las conciencias de todos, que nos fuerce a abrir los ojos y ver lo que realmente estamos haciendo con nuestros niños y nuestros jóvenes, que es consecuencia directa de cómo vivimos la vida. Esto nos dice que hemos de buscar otra forma de vivir.
No, no es baladí lo que ha sucedido hoy. No es un niño que se ha "vuelto loco".

domingo, 19 de abril de 2015

Antonio del Pozo, misionero comboniano. Su huella en mi vida.


Había acabado mi primer año de carrera y andaba mareado con eso de la vocación, dándole vueltas a qué quería hacer con mi vida. Fue un verano importante aquel.
El caso es que de modo accidental, fui a parar un día de principios de julio, con mi bici, a la puerta de la casa que los misioneros combonianos tenían y tienen en Moncada. Y aquello tuvo consecuencias.
Pero no es de mí de lo que quiero hablar en esta entrada, sino de la persona que allí encontré y que hoy, cuarenta años después, puedo decir que fue mi gran orientador, en el sentido más amplio y hermoso de la palabra.
Estoy hablando del padre Antonio del Pozo, misionero comboniano, maestro y amigo, que el martes pasado, catorce de abril, falleció de un infarto en su comunidad de Moncada, donde lo conocí.
Todas las Navidades nos felicitaba, estuviera donde estuviera. Estas últimas lo hizo desde Moncada, y mi madre me insistió en que fuera a verle, que se alegraría. Y tenía razón. Queriendo visitarle, dejé pasar el tiempo. Tantas veces postergamos lo verdaderamente importante…Ya no podré hacerlo, y lo lamento.
Con el padre Antonio viví experiencias que me marcaron para siempre. Su forma de vivir en comunidad, acogedora y exigente. Su compromiso con los últimos, con los olvidados de la tierra. Su alegría contagiosa, profunda, serena. La paz que su presencia trasmitía. La capacidad de escucha, sabías que te escuchaba del todo, que te escuchaba de verdad. Su palabra inteligente, abriéndote siempre interrogantes nuevos que te lanzaban a seguir caminando. Su respeto absoluto y profundo por la libertad de los demás. Su fe limpia de polvo y paja, cimiento de toda su vida…
Vida que estuvo dedicada a las misiones, particularmente en Togo, aunque fue a otros lugares, donde también se le reclamó. También a la formación de nuevos misioneros, tarea esta en cuyo desempeño yo le conocí. Y en cuidar a su madre, cuando ya anciana necesitó de su hijo. Él, renunciando a África, su gran pasión misionera, estuvo entonces, unos años, de párroco en el pueblecito salmantino donde ella nació y vivía, para estar a su lado, hasta que falleció.
Una vida dedicada a los demás desde lo más hondo del Evangelio. A los de muy lejos, a los de más cerca, a los de al lado mismo. Como el Maestro, una vida dedicada a los demás hasta el final…
Hablaba el otro día, con un amigo, de la huella, del reflejo que dejan en nosotros muchas de las personas que nos han precedido. No siempre es buena esa huella, ese reflejo, y entonces hay que tener el coraje de borrar la huella, de apagar el reflejo. Pero cuando es buena hay que reconocerla, que valorarla, que gozarla, y hay que decirlo a los demás, hay que decir, ese hombre me dio luz, me mostró caminos, dio sentido y esperanza a mi vida. Porque hay que dar testimonio de lo bueno. 
Por eso hoy, con profunda gratitud, mucho cariño y un punto de nostalgia recuerdo a Antonio del Pozo, reconozco la luz que me dio y pienso que ya estará junto al Padre, en ese Cielo Nuevo y esa Tierra Nueva a la que él entregó toda su vida.

viernes, 17 de abril de 2015

Este año sí hay primavera.

Este año sí, este año sí hay primavera. Gracias a esos litrillos que cayeron en marzo, el monte ha vuelto a la vida, y está espectacular.
Ahora faltaría que lloviera más. Algunas previsiones dan agua por aquí la semana que viene. Otras no. Habrá que esperar, pero ojalá volviera a llover.
De momento ya podemos disfrutar de la bonita primavera mediterránea. Así está el monte ahora. Los pinos recobrando su verdor, flores por doquier, algún arroyito mínimo, pero que suena... La vida.




















miércoles, 15 de abril de 2015

...y quieren llevar su mochila.



Llueve, el cielo está muy gris, oscuro, no escampará. Hace frío, la humedad se cuela por todas partes. El camino es largo, duelen los pies, molestan las rozaduras y las ampollas…y el grupo sigue caminando, juntos, en silencio, cada uno metido en sí mismo, a veces un comentario, una broma, luego, de nuevo, el silencio… y el camino. Sigue lloviendo, sigue el frío, la humedad, esa ampolla que duele, y el cielo fosco y la tierra verde de Galicia envolviéndolo todo.
Saben que pueden coger el autobús si se cansan. Ni lo piensan. Les han ofrecido llevarles las mochilas en un vehículo, para que el trayecto sea más llevadero, más cómodo. Y se han negado. Llegarán andando, cargados con ellas, cansados, mojados, doloridos…pero contentos, con una alegría quizá desconocida para muchos, vieja conocida para algunos. Una alegría que viendo sus pies, conociendo la dureza de la jornada, su esfuerzo ilusionado, conmueve.
Nuestros chicos, están atravesando hoy una frontera invisible pero real, están entrando en una dimensión diferente de la vida. Isabel me decía este mediodía,” este camino tiene algo, aquí hay algo…” y yo pensaba, sí, algo que no se puede decir con palabras. Algo que de tan hondo, tan esencial escapa incluso al mismo lenguaje. Algo que sólo conoce el caminante, el peregrino.
Yo no he hecho nunca el Camino de Santiago, pero sí he andado muchos caminos, y algo entiendo de lluvia, frío, cansancio y ampollas, y creo que puedo entenderles cuando quieren recorrer su camino entero, sin alivios que lo desluzcan, aunque les cueste, porque ese esfuerzo tiene una belleza, una hondura que solo caminando se puede descubrir. ¡Cómo entiendo que en un día duro como hoy, no hayan querido liberarse del peso de la mochila…!Qué hermosa es esta decisión!
¡Ánimo! ¡Enhorabuena! Y una vez más que Dios os bendiga.

martes, 14 de abril de 2015

El valle de Hecho en primavera. Fotografías.

Tal y como dije he subido a Picasa una selección de las fotos realizadas esta pasada semana en el valle de Hecho. Si queréis verlas, hay un montón, pulsad En el valle de Hecho. Primavera.
A continuación tenéis, comentadas, diez de las que más me han gustado.

Pico de Agüerri al atardecer.
Pico y Agujas de Ansabere al amanecer.
El macizo de Peña Forca difuminado por la niebla.
Mallo de Atxerito y Ansabere emergen sobre las brumas en un día radiante.
Desde la cima de La Cuta, las montañas del norte del llano de Napazal entre nubes.
El Bisaurín. A su derecha, el Fetas.
El pico de Agüerri tras la arista nevada de la sierra de Gabás.
La cima del Bisaurín sobre las nubes.
Desde el Pueyo de Segarra, el Castillo de Acher, el Midí d´Ossau y el Balaitús.
La hermosa barrera montañosa al norte del llano de Napazal. Al fondo a la derecha La Collarada.

lunes, 13 de abril de 2015

Pensando en las próximas elecciones.


Recientemente han llegado a mis oídos noticias alentadoras, buenas noticias. Porque es buena noticia que la gente se mueva mirando adelante. Que ante el desánimo, la indignación, el cabreo, el pasotismo, el revanchismo, haya quien se levante y plante cara al viento; “al vent, la cara al vent”, como decía la vieja canción de Raimon que tantos cantamos con ilusión hace ya muchos años…
Me gustaría tener carácter y estar en condiciones de unirme a toda esa gente que en vez de lamentarse, inhibirse o atrincherarse en los prejuicios de siempre, se lanza al duro ruedo de la política, con honestidad, con ganas, con ideas frescas y mirando adelante. Pero no es el caso
Lo que sí puedo hacer es saludar y aplaudir públicamente a los que lo hacen. Por ejemplo, la idea, ya realizada, de crear una agrupación local de Ciudadanos y presentarse a las próximas elecciones en Ribarroja es buena, pienso que muy buena. Es bueno que gente con ganas y con espíritu de servicio, que hasta ahora miraban la corrida desde la barrera, entren en la arena, bien creando algo nuevo, como es el caso que he comentado, bien incorporándose a lo que ya existía.
Quien me siga más o menos en el blog, sobre todo a través de la sección reflexiones políticas, se habrá dado cuenta que nunca “me he casado” con una opción política determinada, alabando o censurando, según mi punto de vista, las acciones concretas que en cada momento han realizado los diferentes partidos. Y esto voy a seguir haciendo. Por eso, esta entrada no es una adhesión pública al anteriormente citado partido, sino un aliento y un apoyo a los que han dado el paso de implicarse en la noble tarea de hacer una sociedad mejor a través de la política, y repito, sea creando una nueva agrupación local, sea incorporándose a las que ya existían.
Ahora bien, no “casarse” con ningún partido, no significa no votar y no apoyar cuando consideremos que debemos apoyar. Habremos de votar a quien creamos que lo puede hacer mejor y apoyar las decisiones que creamos acertadas, sean del partido que sean. Votar a un partido no es firmar un cheque en blanco.
Pero llegados a este punto, se me podría preguntar, ¿según qué criterios votas a uno o a otro?, ¿según qué criterios apoyas unas decisiones u otras? No tengo problema en exponerlos, más aún, creo que debo hacerlo, por si a alguien le sirve mi reflexión. Y lo voy a hacer a modo de decálogo, planteando lo que yo, como un anónimo ciudadano cualquiera, pido a una opción política para poderme fiar de ella, para votarle con convencimiento, con ilusión, no como mal menor, triste y frecuente forma ésta de votar. Porque eso sí, votar hay que votar, no hacerlo me parece una irresponsabilidad.

1 Pido que su prioridad sea la justicia social, que supone trabajo, educación, sanidad para todos, no desde perspectivas ideológicas ya caducas, sino desde una gestión de lo público prudente e inteligente.
2 Pido que busquen un pacto por la educación para que, dejando de utilizarla como herramienta política, lleguemos a un sistema educativo estable y duradero donde el trabajo de alumnos y docentes pueda dar sus frutos algún día.
3 Pido capacidad para superar la historia, que no olvidarla, de cerrar de una vez por todas la vieja herida, la brecha entre las dos Españas que tanto dolor ha causado y que tan rentable a algunos ha sido ya demasiadas veces para perjuicio de todos.
4 Pido que no reduzcan el saludable juego parlamentario a un intercambio de insultos y descalificaciones entre unos y otros. Pido que entiendan el debate no como algo que se gana o se pierde, sino como un instrumento para buscar el consenso y el bien del ciudadano.
5 Pido que en las campañas electorales, los partidos se limiten a exponer sus programas, a decirnos que harán si ganas las elecciones, y que dejen a los rivales en paz. El espectáculo habitual en las campañas parece una pelea ruin y pueril. Ridícula. Me da mucha vergüenza.
6 Pido que no utilicen la corrupción como arma política. No hay partidos corruptos. Hay personas corruptas en todos los partidos. Y aquel partido que dice que en su seno no los hay, miente. Que los localicen y los expulsen. Y punto. Porque en esto, quien esté libre de pecado, que tire la primera piedra.
7 Pido la sensibilidad y tolerancia hacia “los otros”. Hacia las otras formas de pensar, de ser, de vivir. Pido empatía social, tener la capacidad de ponerse en la piel de quien no piensa como tú y encima no manda. Nadie tiene la verdad absoluta, ni el gobierno, ni la oposición, ni los partidos minoritarios. Nadie.
8 Pido un sentido de la realidad. En el mundo complejo y globalizado en el que estamos, hay cosas que no se pueden hacer, aunque serían buenas en principio, pero sus efectos secundarios serían catastróficos. La prudencia y el realismo son imprescindibles. Lo otro es populismo suicida. No hay que olvidar que a veces es peor el remedio que la enfermedad.
9 Pido la necesaria y urgente superación, de una puñetera vez, de las palabras derecha e izquierda. Son palabras vacías de contenido hoy en día, y seguir interpretando la realidad según esta clave, es pura manipulación. Me da también vergüenza cada vez que escucho esta hueca cantinela.
10 Pido que tenga respeto a las reglas del juego democrático. El respeto a la Constitución, y el estar abierto a la posibilidad de reformarla siempre que se obtenga la mayoría parlamentaria suficiente para hacerlo, lo veo fundamental.

Pues sí, esto es lo que pido. El partido que sacara un diez en este examen me convencería y le votaría con ilusión. Pero, ¿hay alguno? No sé, habrá que buscarlo. Y si ninguno alcanza el diez, al menos que se acerque.
Observar, escuchar, pensar. Por el bien de todos, por la democracia, se vota desde la razón, no desde la emoción, la rabia o el cabreo. Tampoco desde la costumbre,  la tradición, o el prejuicio. Se observa y se escucha a todos. Luego, se piensa y después se vota. Y ya está. Es fácil.
Bueno, esto es lo que pienso. Conozco y respeto otras formas de pensar, aunque confieso que algunas me asustan.

NOTA:
Y puestos a pedir, pediría una cosita más, menos importante que las anteriores, pero al menos para mí, muy significativa. ¡Que no hagan el tonto con el lenguaje!

domingo, 12 de abril de 2015

Camino. La novena acepción.


Hoy partís al norte, a Galicia, a hacer un trecho del Camino de Santiago. ¡Buen camino! Antes que todo, ¡que tengáis buen camino!
Y pensando en vosotros, he buscado en el diccionario, en ese tesoro de nuestra lengua, la palabra camino, y mirad lo que he encontrado. Ocho acepciones, una palabra con ocho acepciones. Una antigua palabra, de origen celta, que pasó al latín como camminus y que sigue hoy tan próxima a sus raíces...Veamos esas ocho acepciones.

1ª Tierra hollada por donde se transita habitualmente. Y tan hollada. Millones de personas, durante siglos, han hollado el suelo venerable por el que vais a pasar, han visto el verde paisaje que veréis, el cielo azul o gris que os acompañará.
2ª Vía que se construye para transitar. Puentes, albergues, ermitas, iglesias irán desfilando ante vuestros ojos. Mucha gente, a lo largo de la historia ha ido construyendo el camino para que estos días vosotros podáis transitarlo.
3ª Jornada de un lugar a otro. Cinco jornadas para llegar a Santiago. Una tras otra. Y la última, la de entrar a la plaza del Obradoiro, emocionante, hermosa, depende de la primera. Como decimos en montaña, el primer paso depende del último.
4ª  Dirección que ha de seguirse para llegar a algún lugar. En vuestro caso de este a oeste. Una dirección supone saber a dónde voy, y si no puedo saberlo, dejarme llevar por quien lo sabe. Fiarme. Porque hemos de tener un camino, de lo contrario erramos sin sentido.
5ª Modo de comportamiento moral. El buen camino y el mal camino. Esforzarse, compartir, ayudarse, contemplar, pensar es buen camino. También podíais estar haciendo otras cosas, quizá más divertidas, más rutinarias, más vacías. El buen camino y el mal camino…
6ª Adecuación al fin que se persigue. Tendréis tiempo para haceros esta pregunta. ¿Para qué  he venido? Para llegar a Santiago. ¿Para qué vivo? Si la vida es un camino, habrá que saber a dónde…
7ª Medio o arbitrio para hacer o conseguir algo. Este es el camino para ser rico, ser famoso, tener éxito, ser feliz…, decimos a menudo. ¿Para qué es nuestro camino?
8ª Cada uno de los viajes que hacía el aguador o el conductor de otras cosas. Un viaje este de los muchos que haréis en la vida. Somos nómadas. Nuestro cuerpo no está hecho para la “tele” y el sofá. Está hecho para moverse en el mundo. Moveos. Ahora a Santiago, mañana, a cualquier lugar del ancho mundo. El límite lo marcáis vosotros.

Pues eso. Estáis en un momento importante de vuestra vida, un momento donde el camino tiene muchas encrucijadas, donde al elegir una renunciáis a otras, donde lo que hagáis tiene consecuencias. Aprovechad el Camino.
Y no olvidéis una cosa. En el diccionario, la palabra camino, como habéis visto, tiene ocho acepciones. En cristiano hemos de añadir una, la novena acepción: Jesús.
Él dice, Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida.

¡Feliz Camino, y que Dios os bendiga y os proteja!

sábado, 11 de abril de 2015

Pirineos solitarios y con buen tiempo.¡Genial!

Recién llegaditos de un más que agradable viaje a los Pirineos, comparto unas breves líneas y unas fotos como anticipo del vídeo que subiré a youtube lo antes que pueda.
Hemos ido Isabel y yo, Pablo, muy antiguo alumno mío, amigo y promotor del viaje, nuestra sobrina Nuria y sus amigos Inma, Bea, Sergio, Panchi y Héctor.
Al muy buen rollo, como se dice ahora, que enseguida se generó entre todos, se le unió un tiempo excelente, una soledad absoluta en la montaña, una gran tranquilidad en el valle y unas comidas y unas cenas memorables repartidas entre el refugio de Lizara, el bar Subordán y la Borda Bisaltico, donde estábamos hospedados.
Ascender a once cimas en tres días acumulando unos tres mil metros de desnivel en ascenso y recorriendo cuarenta kilómetros, encontrándonos sólo con una persona, está pero que muy bien.
Cielos azules, mares de nubes, sarrios, montañas muy nevadas, narcisos en el fondo de los valles, amplios horizontes…A ratos frío, bastante; a ratos calor; viento fuerte el miércoles…la alta montaña al principio de primavera.
Hemos estado a gusto por todo esto y por ver la alegría que teníais de volver a los Pirineos, los que ya los conocíais, y el asombro al descubrirlos de los que nunca habíais estado en ellos. Alegría y asombro que habéis manifestado y compartido. Y eso ha sido muy bonito.
Gracias a vosotros, gracias una vez más a María y Carlos, de la Borda Bisaltico y a Arturo, del bar Subordán, y gracias siempre a los Pirineos cuya belleza y grandeza nos impulsan a beber la vida a grandes sorbos, elevándonos hasta el límite mismo de la tierra de las hombres, frente al azul, y más allá…

La primera cima. Punta Acuta, en la sierra de Gabás.
De camino al pueblo, atravesamos un extenso bosque, a ratos algo "penoso".
El miércoles, antes de salir hacia el Pueyo de Segarra. Nos esperaba una buena y gélida ventolera.
Pueyo de Segarra. Frío y viento, pero un panorama impresionante.
El miércoles por la tarde, por si no había bastante, a la calzada romana. Naturaleza y cultura.
El jueves, desde Lizara ascensión a Napazal y Mesola, entre otros. 
Comidita, algo tarde, en el refugio de Lizara.
Última foto, después de entonar el "Lágrimas", en la bonita terraza de la Borda Bisaltico.