FRASES PARA PENSAR.

SE DARÁ TIEMPO AL TIEMPO,
QUE SUELE DAR DULCE SALIDA A MUCHAS AMARGAS DIFICULTADES.

Cervantes en el Quijote.

miércoles, 23 de noviembre de 2016

Es Rita Barberá la que nos denuncia.


Me parece muy triste la historia de Rita Barberá. Una historia de estas que bien puede ser una novela de las que te dejan un sabor amargo, muy amargo.
Cofundadora del partido en el que militó toda su vida, veinticuatro años alcaldesa de Valencia, acusada y sentenciada sin previo juicio, por los medios de comunicación y sus adversarios políticos, repudiada por los suyos, muere de un infarto, a los 68 años, en un hotel de Madrid, junto a su hermana y su sobrino a los que había llamado al encontrarse lejos de casa, sola y enferma…
Yo no sé si esta mujer, que dejó una ciudad bien distinta a la que encontró, que tuvo, como todos, aciertos y errores, que ya está en la historia de Valencia, era o no corrupta, ni en qué consistió su corrupción. La justicia estaba en ello. No ha tenido tiempo.
Pero yo creo que con la última etapa de su vida y con su muerte, casi sola, lejos de su ciudad, ha sido ella la que nos denuncia a todos.
Denuncia la última etapa de su vida el sucio juego político que, en aras de intereses partidistas, juzga y sentencia, violando el derecho que todos los ciudadanos tenemos a la presunción de inocencia. Denuncia también a los medios de comunicación que juegan con la verdad y el honor de las personas, en función de sus tendencias políticas, más allá de todo principio ético.
Y su muerte denuncia a los que han perdido de vista el valor de la vida humana y la dignidad de las personas, y no saben ni siquiera guardar silencio en el momento de la muerte, que es lo menos. Ni un minuto de silencio en el Congreso, justificando este impresentable comportamiento con un argumento del más rancio populismo. Ni silencio en las redes sociales, donde hay gente que va incluso más allá, burlándose, con grotescos chistes y estúpidas ocurrencias, de una persona que acaba de morir.
Creo en la presunción de inocencia. Creo en la dignidad de las personas. Y no soy yo quién, para juzgar, sentenciar y condenar. Son los jueces. Y desde luego, nadie, ni siquiera los jueces, tienen derecho a despojar de su dignidad como ser humano a nadie, absolutamente a nadie. A Rita Barberá tampoco.

Descanse en paz. 

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