FRASES PARA PENSAR.

SE DARÁ TIEMPO AL TIEMPO,
QUE SUELE DAR DULCE SALIDA A MUCHAS AMARGAS DIFICULTADES.

Cervantes en el Quijote.

miércoles, 31 de enero de 2018

Mujer fácil.

FÁCIL, FÁCIL, FÁCIL, FÁCIL, FÁCIL...

Puedo entender que haya un profesor o profesora de instituto inculto e ignorante. Puedo entender que con el atrevimiento de la ignorancia, y la simpleza que otorga la incultura, se atreva a manipular a sus alumnos y les lleve a subir a youtube un vídeo ridículo para protestar por la quinta acepción de la palabra fácil, con el peregrino y manido argumento de que es discriminatorio para la mujer.
Todo esto lo puedo entender conociendo el mundo en el que vivo. Pero lo que no puedo entender es que esta imbecilidad sea noticia en el telediario de la noche, y en la primera cadena, ni más ni menos. Que hubieran sacado “la noticia” y el vídeo en cualquier otra, aún sería comprensible, o incluso más que comprensible, pero en la primera…
La RAE, en el diccionario, nos dice en su quinta acepción: Dicho especialmente de una mujer: Que se presta sin problemas a mantener relaciones sexuales. Y decir esto ni discrimina, ni deja de discriminar. Simplemente constata que el adjetivo fácil junto al sustantivo mujer significa lo que dice que significa. ¿Por qué? Porque así lo utilizaba, lo utiliza y lo utilizará la gente. Y porque está presente también en la literatura desde hace mucho tiempo. Y porque esa expresión designa una realidad existente que de algún modo hay que nombrar.
Porque a ese profesor o profesora, no sé, que creerá ahora que está haciendo algo importante, alguien debería explicarle qué es la RAE y qué es y  cómo funciona un diccionario. Y a sus alumnos, alguien debería decirles esto también, y además advertirles que están haciendo el ridículo dejándose arrastrar por la ignorancia y la simpleza de su profe o “profa”.
Lo he dicho ya otras muchas veces. La justa y necesaria lucha por la igualdad entre el hombre y la mujer se ve empañada y trivializada, demasiadas veces, por estupideces como estas. Hasta el punto de que visto lo visto, me atrevo a pensar que quien decidió convertir en noticia esta tontería lo hizo con la intención, no de apoyar la causa, sino de ridiculizarla una vez más. No lo sé. 

lunes, 29 de enero de 2018

Nuestra primavera invernal.

En pleno invierno, por estas tierras del Mediterráneo, los almendros y las aliagas anuncian ya la primavera. Hoy, el campo, húmedo y limpio, era una fiesta. Casi me parecía escuchar a los árboles y plantas absorbiendo el agua que, aunque de modo desigual, por fin llegó. Porque esta primavera invernal nuestra, siempre es hermosa, pero si es bendecida con el agua, es mucho más hermosa todavía. Aquí tenéis tres “fotitas”.




domingo, 28 de enero de 2018

Un temporalito de levantito.


No podemos decir que ha sido un temporal de levante, al menos en esta comarca, pero sí un “temporalito de levantito”. Y como más vale poco que nada, pues alegrémonos. Además, hacia media semana parecía que se disipaba, como casi siempre; pero no, al final ha llovido. Doce litritos en el pluviómetro de mi casa. Pues vale. Pues bien.
Lo que sí me ha gustado mucho ha sido el día gris, fresco, lluvioso. Ver las calles mojadas. Oír caer el agua en el patio. Pensar en los campos y las montañas bajo la lluvia que los limpia y vivifica. Y además, en domingo.
Este sí que ha sido un domingo de buen tiempo. Y hubiera sido aún mejor si en vez de doce hubieran caído cincuenta, sesenta, cien… Pero bueno, lo dicho, más vale poco que nada.
Ahora parece ser que esta semana, miércoles o jueves, puede llover algo otra vez. Poco será, pero aunque sea poco, ojalá sea.

sábado, 27 de enero de 2018

Nuestro pequeño roblecito.

Con la leve lluvia de ayer cayó la última hoja de nuestro roble. Ya lo tenemos algunos años y con él sigo el paso de las estaciones allá arriba, en mis queridas tierras del norte. Es pequeñito, pero sus hojas, unas pocas, son enormes y bonitas, muy bonitas.
Es el roble uno de mis árboles preferidos, y los robledales, unos bosques umbríos y frescos, siempre misteriosos, que me gusta cruzar cuando voy camino de las montañas, y en los que modero el paso al bajar de regreso al valle.
Le dedico a este pequeño arbolito esta entrada. Un poema de Rosalía de Castro, que ya publiqué, pero que vuelvo hacerlo en honor a nuestro roble, y dos fotos.

Torna, roble, árbol patrio, a dar sombra
cariñosa a la escueta montaña
donde un tiempo la gaita guerrera105
alentó de los nuestros las almas
y compás hizo al eco monótono
del canto materno,
del viento y del agua,
que en las noches del invierno al infante
en su cuna de mimbre arrullaban.

Que tan bello apareces, ¡oh roble!
de este suelo en las cumbres gallardas
y en las suaves graciosas pendientes
donde umbrosas se extienden tus ramas,
como en rostro de pálida virgen
cabellera ondulante y dorada,
que en lluvia de rizos
acaricia la frente de nácar.

 ¡Torna presto a poblar nuestros bosques;
y que tornen contigo las hadas
que algún tiempo a tu sombra tejieron
del héroe gallego
las frescas guirnaldas!


El suelo verde siempre y sus últimas hojas, con ese color único de los robles en otoño.

Y los brotes, anunciando ya la primavera. Aún estarán así días y días, hasta que surjan las nuevas hojas



miércoles, 24 de enero de 2018

Casi veinte siglos después y pensamos lo mismo.


Dice Marco Aurelio en su libro Meditaciones:

Desfile de vana pompa, representaciones en escena, rebaños de ganado mayor y menor, batallas simuladas, huesos arrojados a los perritos, migajas arrojadas a los estanques de peces, trabajos de hormigas pesadamente cargadas, carreras de ratoncillos asustados, marionetas movidas por hilos. Es preciso por tanto permanecer firme entre esto, sin cacareos y con buen ánimo pero con la comprensión de que cada uno vale tanto como vale aquello por lo que se afana.

Sí, esto dice. ¿Qué os parece? Escrito hace casi 2000 años tiene una actualidad absoluta. Parece que el emperador haya venido hasta hoy a través del Ministerio del Tiempo y tras conocernos, ya de regreso a Roma, hubiera dejado para su posteridad, nosotros, este sorprendente análisis de nuestra sociedad.
El texto tiene tres partes bien diferenciadas. Una primera en la que con una serie de metáforas describe nuestro mundo. "Desfile de vana pompa, representaciones en escena, rebaños de ganado mayor y menor, batallas simuladas, huesos arrojados a los perritos, migajas arrojadas a los estanques de peces, trabajos de hormigas pesadamente cargadas, carreras de ratoncillos asustados, marionetas movidas por hilos…" Espectáculos manipulados, contenidos televisivos “basura”, manipulaciones continuas de la realidad para entretener y embrutecer a la gente, ¿A qué os suena? Gran Hermano; Masterchef; Operación Triunfo; los matinales de casi todas las cadenas; el desvarío y los excesos en el deporte; el mismo juego político, tragicomedia permanente…Podéis ampliar la lista hasta la náusea.
Después, en una segunda parte, nos dice Marco Aurelio que ante esto hemos de mantenernos firmes, con calma, tratar de no contaminarnos, pero a la vez con comprensión e indulgencia hacia esa inmensa mayoría que, sin saberlo, ha entrado en el juego y como perritos o peces en el estanque comen lo que les echan: huesos y migajas.
Y para concluir, y si no había bastante con lo dicho, acaba sentenciando que, después de todo, "cada uno vale tanto como vale aquello por lo que se afana", el valor de los objetivos por los que vive y lucha. 
E inevitablemente, llegados a este punto, nos sentimos interpelados… Una pregunta que nos llega a través del tiempo y de la historia. ¿Cuáles son mis objetivos en la vida? ¿El dinero, el poder, la fama…? ¿Qué valor tienen estos objetivos? Ese es mi valor, el de mis objetivos, dice el emperador.
Creo que aquel hombre sabio y poderoso, rara combinación ésta, se reiría mucho de la desenfrenada carrera por brillar, cada uno en todo nuestro esplendor, en la que estamos inmersos. Tristes objetivos, tristes vidas, cuyo único valor es el de ser humanas por el hecho de serlas, que ya es mucho, pero sin valor añadido alguno. Sólo el valor, como dirían ahora, que nos viene de serie.
Y creo que se inclinaría ante toda esa gente, callada, discreta, silenciosa, que aquí y fuera de aquí, en cualquier lugar perdido del mundo, se entrega a los demás, investiga por los demás, protege a los demás, lucha por los derechos de los demás, crea arte por amor a la belleza, la belleza para el goce de los demás…, sin esperar reconocimiento alguno. Vidas plenas, vidas llenas de sentido.
No creo haber forzado para nada el texto de Marco Aurelio. Él lo escribió viendo desde arriba la realidad de su mundo. Es curioso cómo viendo desde dentro y desde bajo la realidad del mío, casi veinte siglos después, pienso lo mismo que él.

NOTA. 
A cada uno lo suyo. Quiero decir que este texto, si lo conocía lo había olvidado, o quizá no lo conocía. Fue un alumno mío de filosofía el que lo encontró y lo expuso al principio de la clase, como hacemos cada día. Compartimos, como hicimos con Cicerón, textos que ellos seleccionan por turno; ahora son de Marco Aurelio. Mi agradecimiento a este alumno y a todos los que han buscado y buscan antiguos y sabios pensamientos y nos regalan su reflexión personal desde el aquí y el ahora.

lunes, 22 de enero de 2018

Y aguanta verde.

Sólo quiero compartir estas fotos, hechas hoy mismo, de una de las zonas más bonitas que tenemos cerca. Esa soledad alta y llena de paredes y barrancos que hay entre Chiva, Siete Aguas y Chera. Hacía un calor absurdo y soplaba un leve pero desagradable viento de poniente, seco como un diablo, ¡cómo no! Pero el monte sigue verde, ya veis, sigue verde. Tan verde como vulnerable e indefenso.
Y pensaba en ese temporal de levante que siguen diciendo que igual viene. Que es posible. Que quizá, por fin, en unos días, llueva. Y lo deseaba con toda el alma. Que vuelva el frío, que llueva, que nieve. ¡Estamos en enero! ¿A qué espera el clima para acabar con esta maldición bíblica? Y lo que más me duele, ¿a quién le importa todo esto?










sábado, 20 de enero de 2018

¿Lloverá por fin algún día?


Grata sorpresa que abre una puerta a la esperanza. Según he visto hoy mismo en los mapas a medio plazo de Wetterzentrale, la agencia alemana de meteorología, el vienes próximo se iniciaría un temporal de levante en toda regla que regaría por fin nuestra tierra.
De momento lo alargan hasta el lunes. ¿Será, no será? La verdad es que estoy cansado de ver estas predicciones que luego acaban en nada. Pero esta vez parece muy claro, muy típico, por decirlo de algún modo. Y hace tanto que no llueve en serio que algún día tendrá que hacerlo, ¿no?
El monte lo necesita, el campo lo necesita, nosotros, aunque no lo sepamos, lo necesitamos. ¡Ojalá se pase días y días lloviendo! El viernes, si se cumplen los mapas, empezará la fiesta. Empezará el verdadero buen tiempo. ¡Ojalá esta vez se cumpla!

viernes, 19 de enero de 2018

Habla Marco Aurelio, emperador de Roma.


Como anillo al dedo me vino el emperador Marco Aurelio para poner, con pocas palabras, la guinda al pastel de lo que me aconteció al salir del supermercado. Por eso quiero compartir estas palabras del emperador filósofo que no solamente son aplicables al incidente en cuestión, sino a un sinfín de situaciones, muchas de ellas cotidianas.
Es tan claro el pensamiento y está tan bien dicho que no hacen falta comentarios. Sólo uno. Está escrito hace casi 2000 años. Poco hemos cambiado, ¿verdad?

DEFENDERE AUTEM NON HIS DELECTATUR NON ERIT TAMQUAM EA.

UNA BUENA FORMA DE DEFENDERTE DE ELLOS ES NO PARECERTE A ELLOS.

(Nota: traducción hecha con google. Si no está bien, agradecería que me lo comunicarais).

miércoles, 17 de enero de 2018

Demasiada rabia para andar con ella a cuestas.



Aconteciome un día de estos. Salía del aparcamiento de un centro comercial cuando me di cuenta de que iba en dirección contraria. Viendo que ya tenía la salida a la carretera a unos diez metros, y que me incorporaría así a la dirección correcta, me dispuse a consumar la ilegalidad, pues cambiar de sentido era mucho más complicado.
Entonces apareció un todo terreno enorme que me cortó el paso. Él iba por donde toca. Frené y reculé haciéndome a un lado para dejarle pasar, pero el caballero en cuestión, henchido de celo por el cumplimento de la ley, no se conformó con obligarme a retroceder muchos metros sino que me arrinconó impidiéndome avanzar. Él ya tenía sitio para seguir su camino y yo el mío, pero no lo hizo, me arrinconó más todavía cortándome el paso hasta que se situó junto a mí y desde su altura me gritó, hecho un energúmeno, no sé muy bien qué.
Isabel me dijo que estuviera tranquilo y no hiciera nada. No llevaba intención de hacer nada, desde luego, pues la estupefacción me tenía poco menos que paralizado. ¿Tan grande era el delito que había cometido como para que aquel individuo montara el numerito que estaba montando? ¿Tan horrible e irreparable mi error?
Finalmente se fue con indignado acelerón y nosotros pudimos seguir nuestro camino hacia el hogar, dulce hogar, donde la leña ardía en la estufa y la cocina me esperaba para hacer un cocidito. Él iría a comprar, supongo, indignadísimo, enfadadísimo, con la tensión por los aires y la mala leche a flor de piel.
Quizá en otros momentos de mi vida hubiera querido salir del coche y atizarle un mamporro o una “patá en los huevos” acompañando estos actos con lindezas como gilipollas, imbécil, tonto el culo, pero qué te has creído…Pero no. No sentí esa necesidad porque más bien me dio pena. Sí, a la sorpresa inicial siguió un sentimiento de pena.
¡Pobre hombre! Mal le debe haber ido el día o quizá la vida para montar semejante pollo por el simple hecho de que un desconocido, conduciendo un coche viejo y pequeñito, se hubiera confundido de dirección unos metros retrasando así su entrada al aparcamientos unos segundos.¡Pobre hombre!
Porque tengo claro que no fue un desmedido afán por la defensa de la ley lo que provocó la desatinada actuación de este señor, sino la necesidad de descargar sobre alguien o algo eso, las tristes consecuencias de un mal día; y que solo sean las de un mal día. Que no sean las de una vida entera, porque la violencia de su actuación denotaba mucha rabia, demasiada rabia para andar por el mundo con ella a cuestas.

martes, 16 de enero de 2018

¿Qué es esa columna de humo?


Comparto esta foto que hice ayer por lo curiosa que resulta la perspectiva. Lo que se ve es Ribarroja, y al fondo una columna de humo, aparentemente no demasiado lejos. Pero no es humo afortunadamente, sino el vapor que desprende la central nuclear de Cofrentes.
La foto está tomada desde la sierra Calderona, cerca de Náquera. Las montañas que se ven son, en primer lugar, detrás del pueblo, la Selleta (Montaña del Flare) y las Rodanas. Luego se aprecia muy bien el Montrotón, la montaña de Yátova, con su característica forma de flan. A la derecha se eleva la sierra Martés. Más atrás, a la izquierda, la Muela de Cortes y al fondo, al centro, el perfil del Caroche.
Para que luego digan que Valencia es sol y playa. Lo es, pero también es montaña, mucha montaña, y ¡que montañas! Aunque no son ni sombra de lo que fueron, siguen siendo un entorno natural bellísimo y solitario. Cualquier ruta que hagamos desde donde está hecha la foto hasta Cofrentes, por ejemplo, es sencillamente impresionante.

domingo, 14 de enero de 2018

El abuelo un día...


Hoy hemos celebrado la Jornada Mundial del Emigrante y del Refugiado con el lema, “Acoger, proteger, promover e integrar a los emigrantes y refugiados“. Con este motivo, y en solidaridad con toda la gente que por mil causas distintas se ve obligada a abandonar su tierra, quiero compartir una canción de Alberto Cortez que siempre me ha gustado mucho, y que habla precisamente de un hombre, como tantos otros, que tuvo que dejar atrás su mundo, al que nunca volvió.
Aquí tenéis la letra, y pulsando a continuación podéis escuchar la canción: El abuelo.

El abuelo un día
cuando era muy joven
allá en su Galicia,
miró el horizonte
y pensó que otra senda
tal vez existía.
Y al viento del norte
que era un viejo amigo,
le habló de su prisa,
le mostró sus manos
que mansas y fuertes,
estaban vacías,
y el viento le dijo:
"Construye tu vida
detrás de los mares,
allende Galicia".

Y el abuelo un día
en un viejo barco
se marchó de España.
El abuelo un día,
como tantos otros,
con tanta esperanza.
La imagen querida
de su vieja aldea
y de sus montañas
se llevó grabada
muy dentro del alma,
cuando el viejo barco
lo alejó de España.  

El abuelo un día
subió a la carreta
de subir la vida.
Empuñó el arado,
abonó la tierra
y el tiempo corría.
Y luchó sereno
por plantar el árbol
que tanto quería.
Y el abuelo un día
lloró bajo el árbol
que al fin florecía,
lloró de alegría
cuando vio sus manos,
que un poco más viejas
no estaban vacías.

Y el abuelo entonces,
cuando yo era niño,
me hablaba de España,
del viento del norte,
de la vieja aldea
y de sus montañas.
Le gustaba tanto
recordar las cosas
que llevo grabadas
muy dentro del alma,
que a veces callado,
sin decir palabra,
me hablaba de España.

El abuelo un día,
cuando era muy viejo,
allende Galicia.
Me tomó la mano
y yo me di cuenta
que ya se moría.
Y entonces me dijo,
con muy pocas fuerzas
y con menos prisa,
"prométeme, hijo,
que a la vieja aldea
irás algún día,
y al viento del norte
dirás que su amigo,
a una nueva tierra
le entregó la vida".

Y el abuelo un día
se quedó dormido
sin volver a España.
El abuelo un día,
como tantos otros,
con tanta esperanza.
Y al tiempo al abuelo
lo vi en las aldeas,
lo vi en las montañas,
en cada mañana
y en cada leyenda,
por todas las sendas
que anduve de España.

sábado, 13 de enero de 2018

Si por siempre enmudecieran...


Andaba hace algún tiempo en la sierra, por las proximidades de la Cartuja de Portaceli, cuando en el silencio del monte escuché el tañido de las campanas del monasterio. Me detuve y sentado en una piedra junto al camino, escuché. El momento se prolongó, como diría Juan Ramón Jiménez, más allá de sí mismo.
Al llegar a casa releí el precioso poema sobre las campanas, de Rosalía de Castro, que comparto ahora. Poema que a más de uno habría que enviárselo y dedicárselo personalmente.

Yo las amo, yo las oigo,
cual oigo el rumor del viento,
el murmurar de la fuente
o el balido del cordero.
Como los pájaros, ellas,
tan pronto asoma en los cielos
el primer rayo del alba,
le saludan con sus ecos.
Y en sus notas, que van prolongándose
por los llanos y los cerros,
hay algo de candoroso,
de apacible y de halagüeño.
Si por siempre enmudecieran,
¡qué tristeza en el aire y el cielo!
¡Qué silencio en la iglesia!
¡Qué extrañeza entre los muertos!

jueves, 11 de enero de 2018

Impúdica orgía de sentimientos infantiles.

¡ESTO NO SE HACE!

Vuelvo sobre el tema porque ayer noche fue la gran final. Y sigo sin poder evitar el asociar directamente la película Los juegos del  hambre con el programa Masterchef, y de un modo especialmente sangrante con la versión infantil de este aberrante reality show que tanto éxito tiene. En Panem también tenían éxito los juegos del hambre.
El paralelismo es total y escalofriante entre ambos programas de televisión, porque tanto el concurso a vida o muerte que se plantea en la película, como el masterchef junior no son más que concursos de televisión. Eso sí, concursos de los más inmorales que ha creado la tele, los "reality show".
Pienso que no exagero si digo que es contrario a los principios éticos más básicos hacer espectáculo de los sentimientos reales de las personas, aunque éstas se presten voluntariamente a ello en busca de la fama, del dinero o de un sentido a su vida que no encuentran.
Si además los protagonistas de ese espectáculo son niños la cosa tiene más morbo, claro está. Y eso es el programa de marras que ayer acabó su no sé qué edición y que tuvo, como en Panem, a millones de personas pegadas a la pantalla.
Parece ser que nadie se ha parado a pensar en las consecuencias gravísimas que en personas en plena formación tiene la bárbara presión psicológica que supone un concurso de estas características.
El inicial proceso de selección, la tensión en los programas, la frustración de las expulsiones, el endiosamiento de los ganadores, envuelto todo en la parafernalia de la televisión, y vivido ante millones de personas, es una experiencia que resultaría, de hecho resulta, difícil de gestionar para los adultos. Pues si esto es así con gente formada, teóricamente al menos, ¿cómo puede gestionarla un niño?
Pero claro, ¿a quién le importan los niños? El invento da dinero, y mucho a mucha gente. La cocina, degradada por cierto, como pretexto; y los niños, sus sentimientos, sus emociones, sus expresiones, su alegría y su dolor como una impresionante fuente de ingresos que es, en el fondo, de lo que se trata. Esto es el programa.
¿Dónde está la protección de la infancia? ¿Dónde los derechos del niño? De verdad que si tuviera dinero suficiente contrataría a un bufete de abogados para interponer una demanda millonaria a quien inventó, a quien lo exhibe y a quien se lucra con este programa. Va contra los derechos humanos y los derechos del niño.
Pero no tengo ese dinero y sé que anoche muchas familias entraron, sin conciencia de ello, en esa orgía de sentimientos infantiles expuestos impúdicamente a sus miradas de espectadores. Y luego a dormir tan tranquilos. Como en el Show de Truman, otra interesante película sobre la vergüenza pública de los "reality show". 
Esto a mí me parece muy triste, pero sobre todo me da miedo, porque veo con una claridad diáfana que cuando algo da dinero no respetamos ni a los niños, ni a nuestros niños. Si hay dinero en juego no respetamos nada. Sí, eso me da mucho miedo. Por eso, para ahuyentar algo ese miedo, comparto una vez más mi pensamiento y preocupación por este tipo de programas y en particular por Masterchef junior.

miércoles, 10 de enero de 2018

¡Dejadla en paz de una puñetera vez!

Solo un comentario  breve. ¡Que dejen en paz de una vez por todas a Diana Quer!  Por respeto a ella y a su familia. Que actúe la justicia y punto. No entiendo el circo desquiciado que han montado alrededor de este asesinato.
Hay más, desgraciadamente hay más muertos, más desaparecidos. Pero por algún motivo que desconozco los buitres de la prensa y la tele han visto dinero en éste, y están explotando el filón con una desvergüenza absoluta.
¡Ya! ¡Ya! carroñeros. Por respeto a Diana. Por respeto a su familia. Por respeto a la gente, a la pobre gente, a la que echáis toda esta basura sórdida cual si fueran cerdos en la porqueriza a la espera de los restos de vuestro banquete.
¡Ya está bien!

María en la catedral.


Hay noticias que tienen su gracia. Hoy me he enterado de una curiosa y con su toque un punto divertido. Resulta que a un par de monaguillos de la catedral de Santiago de Compostela no se les ocurrió otra cosa que poner el pasado 6 de enero medio kilo de marihuana en el botafumeiro. Ocurrencias de la juventud.
Lógicamente el personal asistente a misa notó un olorcillo un poco extraño, quizá para alguien conocido, pero desde luego poco usual en tan sacro lugar. No sé si el aroma en cuestión elevó el espíritu de alguno de los asistentes más de lo debido, pero lo que si sucedió es que, realizadas las averiguaciones pertinentes, se descubrió a los autores que intentaron emporrar a la catedral en pleno y fueron denunciados a la policía.
Tras pasar la noche en el calabozo quedaron en libertad sin cargos, pues parece ser que no hay ley escrita que diga que no se puede poner marihuana en el botafumeiro y por lo tanto no había propiamente delito. Lo que sí ha pasado lógicamente es que han sido expulsados del monaguillato.(1)
En fin, ocurrencias curiosas del personal donde no ves mala intención sino ideas extravagantes de esas que se generan en lo más recóndito del cerebro no se sabe cómo y, que mira por dónde, va y se ejecutan.
No sé si esta historia habrá molestado mucho a las autoridades eclesiásticas de Santiago; me sabría mal. A los policías que los detuvieron y al inspector que les interrogó debe haberles dado bastante risa. Y seguro que a Santiago y al mismísimo Dios Todopoderoso, más.

(1.De cardenal cardenalato, pues de monaguillo, monaguillato)

martes, 9 de enero de 2018

Una ciudad que se reconstruye.

Glasgow es una ciudad que sufrió mucho con la reconversión industrial de Margaret Thatcher. Las cicatrices de la crisis provocada están muy presentes en el paisaje urbano. Calles sórdidas, grandes edificios abandonados, barrios donde se percibe la penuria del obrero en paro. Pero también se ve en Glasgow la fuerza de una ciudad que se reconstruye a sí misma, que se niega a caer en el pozo de la miseria y el abandono.
Por eso me llamó la atención ese interés por hacer bonito lo feo, decorando con hermosos dibujos paredes tristes de edificios más tristes aún. Comparto hoy dos preciosas pinturas llenas también de significado, probablemente de muchos significados, según quien los mire, porque a fin de cuenta  es arte, y el arte a cada uno le habla de un modo personal y único. Esa es una de sus grandezas.




lunes, 8 de enero de 2018

¿Qué transmite esta pintura?


Paseando un día de estas Navidades por Glasgow, en concreto por los alrededores de la catedral, zona muy concurrida por jóvenes, vimos esta pintura en la pared de una finca. No era la única, había más, y algunas muy bonitas, pero ésta que comparto hoy me pareció especialmente significativa y muy elocuente.
No voy a comentarla. Os la dejo para que saquéis vuestras propias conclusiones. Lo único que diré es que pienso que deberían verla muchos adolescentes y jóvenes; incluso algunos adultos de esos que viven instalados en una perpetua adolescencia.

domingo, 7 de enero de 2018

Menos rasgarse las vestiduras.


Hay algunas situaciones en las que se ve muy clara la profunda estupidez en la que sin darnos cuenta vivimos sumidos. Una de ellas es la que provocan los temporales de nieve de cada invierno.
Hoy he visto, sin quererlo, el especial de la sexta sobre el tema y no he podido reprimir los tacos que junto a sapos y culebras salían de mi boca. Porque era todo él un patético despropósito, una inconmensurable majadería y una descarada manipulación política contra el gobierno.
Pobres conductores, con sus familias, niños, ancianos, perros, pájaros, desinformados, abandonados a su suerte en esas carreteras nevadas, sin que nadie les lleve una sopita caliente, les cante una nana y les diga personalmente que está nevando. Y la culpa de este horror, claro está, es del gobierno que no informa, no prevé, no actúa, y además no da la cara.
Este es el planteamiento. Planteamiento al que pongo varias objeciones. La primera es que informados estábamos todos. A no ser que uno sea idiota debería saber que estábamos en alerta roja y naranja, y que el temporal venía anunciándose varios días.
La segunda es que echarse a la carretera con semejante previsión, con o sin cadenas y justo de cara a la nevada es poco menos que una irresponsabilidad total de la que nadie tiene la culpa excepto el insensato que toma esa decisión. Y mucho más si lleva a la familia en pleno, suegra incluida.
La tercera es que es imposible controlar totalmente los efectos de un temporal de la extensión e intensidad que ha tenido y tiene éste, intensidad y extensión anunciadas sobradamente. Vivimos en la creencia falsa de que podemos afrontar todos los embates de la naturaleza y no es cierto. Es un espejismo muy típico de los urbanitas.
La cuarta es que estoy convencido de que la Guardia Civil, las máquinas quitanieves y todas las demás personas implicadas en gestionar esta crisis han hecho todo lo que han podido y más, y si ha habido errores, siempre los hay, la mayoría de ellos estarán en el terreno de lo inevitable.
Lo tengo así de claro. Tan claro como la falta de honestidad e incluso de inteligencia de los líderes políticos de la oposición que no han tardado nada en aprovechar la situación para cargar contra el gobierno, su incapacidad de gestión y su ineptitud. Y no saben que a poco sentido crítico que tenga una persona, esa jugada, por llamarlo de algún modo, es ridícula y pueril y deja muy clara su baja categoría personal y política.
Y una cosita me queda decir. Si en el gobierno estuviera otro partido habría escrito lo mismo, porque hubiera pasado lo mismo. No así ciertas cadenas de televisión a las que se les ve demasiado el plumero. ¿A que sí? Así que el personal se rasgue menos las vestiduras y asuma las consecuencias de su estupidez, que los medios de comunicación se ajusten algo a la ética, y que los políticos sean un poquito más serios y honestos. Por lo demás que siga nevando, que falta hace.

sábado, 6 de enero de 2018

Un regalo de Reyes.


Y la tierra les pidió a los Reyes Magos agua. Y los Reyes Magos, en su inmensa bondad, escucharon su ruego. Y empezó a llover, primero suavemente, después con más ganas. Al final llovió densa y mansamente durante horas y horas. Y al llegar la noche, el frío hizo del agua nieve en las montañas, y estas se vistieron de blanco. Y llovía, llovía; y nevaba, nevaba.
Y así estuvo días y días, saliendo el sol de vez en cuando, pero solo de vez en cuando. Y al viento de poniente los Reyes Magos lo encerraron en una jaula durante mucho tiempo. Y le dieron alas al viento de levante para que fuera al castillo donde estaban encerrados los temporales y los liberara.
Y así la vida volvió a la tierra. Y sus Majestades regresaron a Oriente dejando tras de sí una tierra verde y blanca, limpia, lista para la llegada de la primavera. Porque aquí, en Valencia, también tenemos derecho a eso, y los Reyes lo saben.

¡Qué cuento más bonito! ¿Verdad? Porque es un cuento. Ahora bien, algo parecido sí que nos han traídos losa Reyes, una bonita tormenta con sus rayos y sus truenos y unos pocos litrillos de agua. Ha sido un bonito regalo. 
Gracias Majestades por permitirnos saborear, aunque sea un poquito, el verdadero buen tiempo, el de esta tarde. Porque pediros que el cuento se hiciera realidad es mucho pedir, ¿no? Bueno, más vale esto que nada.
Melchor, Gaspar, Baltasar, ¡gracias!

viernes, 5 de enero de 2018

¡Feliz noche de Reyes!


Porque realmente, el mejor regalo que los Reyes Magos pueden hacerle a un niño es que se sepa querido, que se sienta querido, pero querido de verdad, con un amor que le lleve a ser un hombre íntegro, libre y feliz.

¡Feliz noche de Reyes!

jueves, 4 de enero de 2018

¡Qué alegría más grande!

¿Qué tendrá que ver esta foto con lo que he escrito? Pues sí, tiene que ver.

Me he llevado una alegría tremenda. ¡Vamos!, que esta noche no sé si voy a poder dormir de puro gozo, porque resulta que me he enterado por la tele que Fran Rivera ha perdido 20 Kg. y eso, dice, le ha cambiado la vida. De verdad, ¡estoy emocionado! Noticias así alegran la vida…
En fin, como dice un amigo mío; que sea noticia el hecho de que haya perdido 20 Kg. un tipo sin oficio ni beneficio y feo como un “pecao”, aunque de eso él no tiene la culpa, y cuyo único mérito se lo ha dado el azar biológico, es algo sumamente preocupante.
Pero, digo yo, como ha sido Navidad, acabamos de empezar el año y sus Majestades de Oriente están a la vuelta de la esquina, vamos a tomárnoslo con humor.
Brindemos pues en nuestras celebraciones festivas por el nuevo tipín del susodicho que a buen seguro le acompañará un nuevo “look”. ¡Claro que sí! ¡Claro que sí! ¡Claro que sí!

martes, 2 de enero de 2018

Hay otros mundos...

Viento, viento, viento, viento, mucho viento. Y viento seco, seco, seco. Y un día, y otro, y otro. Esta semana, por lo menos, hasta el sábado, con alguna tregua. ¿Y el agua? ¿Dónde está el agua? ¿Dónde está el agua que es vida? ¿Dónde la vida para nuestros campos y nuestros montes?
No sé si esto pasaba antes. No sé si es el cambio climático. Pero sí sé que estoy mucho más que harto, mucho más, mucho más. Y no por mí. Yo, con encerrarme en casa donde estoy muy bien, asunto concluido; por la naturaleza que nos rodea. Me agobia y me preocupa nuestro entorno natural. Nuestros campos, nuestros montes, nuestros pinares siguen aguantando el empuje del desierto que llama, cada vez con más insistencia, a nuestra puerta. ¡Qué triste!
Y qué contraste con lo que vivimos la semana pasada. En Escocia era todo lo contrario. Y aunque nos acompañó dos días el sol, el sol débil pero hermoso del norte, había agua por todas partes, y nieve, estaba bastante nevado. Además el viernes nevó, nevó bien. Pese al frío se veía la vida, se palpaba por doquier.
El recorrido por las Tierras Altas, las Highlands, fue una inmersión en ese mundo que anhelo. Un mundo en el que te puedes perder en una naturaleza libre y sana, solitaria y dura. Extensos páramos, montañas no muy altas pero imponentes, valles de suaves contornos, lagos, torrentes… Blanco y pardo ahora, pero lo podía imaginar verde en primavera o en verano; inimaginable en el esplendor del otoño. Y siempre misterioso, envuelto en la niebla, bajo la nevada, o la ventisca, o la lluvia fría de aquellas latitudes. Incluso con un cielo azul como tuvimos tenía el sabor de lo enigmático.
Y además, acampada libre. Puedes montar tu tienda donde te plazca. ¡Qué más se puede pedir! No pude evitar acordarme mil veces de esta hermosa tierra nuestra, maltratada por un clima cada vez más adverso, buen tiempo le llaman, y por una gestión medioambiental impresentable las más de las veces, basada en prohibirlo casi todo, que ha llevado al monte al abandono más absoluto.
Y al asombro por descubrir un mundo a mi medida, pero lejano e inalcanzable, se unía el malestar de saber lo que pasa por aquí abajo. De hecho, nada más salir del avión me lo recordó un desagradable golpe de viento seco, de ese maldito poniente que lo mata todo.
En fin, es lo que hay, dicen cuando nada podemos hacer, o cuando lo que habría que hacer sabemos que nadie lo va a hacer.
Comparto a continuación unas cuantas fotos de las Tierras Altas de Escocia, las hermosas, solitarias y misteriosas Highlands, que me han cautivado.

Un mundo de lagos, montañas y valles.

En ocasiones pequeños bosquecillos rodean los lagos.

Las brumas corren entre las montañas, aún con buen tiempo.

Había nieve, suficiente para decorar. Ideal para caminar.

El pueblo de Fort Williams con su puerto. Enclave estratégico para recorrer la región.

La ausencia de viento permitía fotos como esta.

En el lago Ness el sol se ponía ya por el horizonte. Aún no eran las tres de la tarde.

Rodeado de montañas nevadas era realmente impresionante.

Y no había monstruos, sólo una belleza incomparable. Y frío, mucho frío.

La luz rosada de un atardecer a medio día lo inundaba todo.

Y en este caserío, a orillas del lago Ness, no tendría inconveniente de pasar largas temporadas.