miércoles, 10 de agosto de 2022

Alerta meteorológica.


Escribo esta actualización del tiempo que nos espera con profunda preocupación por lo que se nos viene encima. La ola viene bien alta, y espero que las autoridades estén a la altura de las circunstancias.

Si bien es cierto que la situación se normalizará a partir del miércoles 17, hasta entonces y desde el viernes, el calor será aún mayor de lo esperado, alcanzando los 41ºC. En eso coinciden todos los modelos, pero algunos, para más inri, dan además episodios de poniente y riesgo de tormentas secas.

Por esto el que pasemos calor es lo de menos. Nuestros montes, resecos tras un verano tórrido, y en gran parte abandonados, son un bidón de gasolina, y les rondarán mechas encendidas.

No bastará con que se decrete la alerta máxima y esté la Guardia Civil, los bomberos, y la UME listos para intervenir. También ayuntamientos y ciudadanos deberían estar atentos y ser especialmente cuidadosos. Y además debería cerrarse el acceso a todas las zonas forestales, tanto a pie como en cualquier vehículo; ya se hizo el año pasado en alguna ocasión.

Y pese a todas las medidas que se tomen, van a ser días muy, muy peligrosos. Y veremos lo que pasa. Veremos lo que pasa porque lo que se debería haber hecho hace ya mucho tiempo y a largo plazo para que situaciones como estas no sean tan graves, no lo han hecho, ni lo harán.

Tengo miedo.

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