lunes, 26 de junio de 2023

Tiempo de adelfas.

Caminar por las ramblas, fuera de sendero, en esta época del año es todo un espectáculo, pues a las curiosas formaciones rocosas creadas a lo largo de milenios por el agua, a las playas de grava, a los pinares que suelen envolverlas se une la floración de las adelfas también conocidas en castellano y valenciano como baladre.

Es una planta tóxica, resistente a violentas inundaciones y a la sequía a la que controla creciendo en cursos intermitentes de agua. Llama la atención por el contraste entre el suelo rocoso o arenoso y seco, y sus verdes hojas y espléndida floración .También la vemos en autopistas y jardines dando una rotunda y llamativa nota de color.

Pero a mí, donde más me gusta verlas es en esas ramblas perdidas por el monte, sin caminos, por las que no pasa nadie, pues el avance es incómodo y a menudo con breves trepadas o destrepadas. Son auténticos jardines de roca y flores entre los pinares.

Un problema de estos ecosistemas es la basura, ya que mucha gente, desde siempre, las “ha confundido” con vertederos. Y siguen haciéndolo. Escombros, neveras, televisores, sofás, sillas, ruedas…, pueden aparecer de repente, tras una roca o un recodo, recordándonos la gran cantidad de cerdos que habitan entre nosotros.

El otro problema son los vehículos todo terreno, con o sin motor, que las utilizan como circuito haciendo un daño considerable tanto a la fauna y la flora, como al suelo.

En fin, es lo que tenemos.

A continuación comparto unas cuantas fotos de adelfas hechas hoy mismo, cuando el calor aún no apretaba y el aroma  del monte tras la tormenta de esta noche era una delicia. Las cuatro primeras, con la rambla en sombra, aún retenían agua; luego, al avanzar la mañana parecía que lo que retenían era la luz.














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