De las
dos sorpresas que podía traernos la primera semana del otoño, una de ellas no
va a ser. No va a llover, o lo sumo mañana llovería como hoy, es decir, nada,
solo para ensuciar, esta madrugada. El paraguas gigante que tenemos sobre el
golfo de Valencia sigue bien abierto, y sin intención de cerrarse.
Tengamos
presente que en todo el verano meteorológico, de junio a agosto, hemos recogido
tan solo 24 litros, y septiembre, a este paso, acabará con dos o tres como más.
Muy mal. Al norte al sur, al este y al oeste sí ha llovido más.
Lo que
sí llega ya es un claro refrescamiento, muy “constipador” por lo brusco que va
a ser. El día más fresco será el miércoles en que las temperaturas oscilarán
entre 14 y 25. Y en cualquier caso, parece que las máximas ya no superarán los
30 y ni las mínimas los 20. Todo un alivio.
Pese a
eso, hacia finales de la semana algunos modelos dan otro subidón de las máximas
que volverían a superar los 30. Las mínimas ya no remontarían demasiado.
Esperemos que se equivoquen.
El
viento, entraría flojo, aunque se notará, del noroeste, mañana y pasado, para
volver al este y sureste el resto de la semana. Y el cielo, con nubes y claros
excepto mañana en que luciría el sol todo el día.
Y como
ya he dicho, de lluvias, aquí, nada de nada. Y no será que ya va haciendo mucha
falta. Pero ese paraguas del que hablo…
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