Sin
compasión. Máximas de 35 y mínimas de 23 los dos días. Cielos despejados y
viento de levante flojo pero que se nota. Y ese vientecillo es lo que hace
soportables las noches al aire libre.
Y de
lluvias, nada de nada, porque las tormentas que llevan merodeando todos los
días nos esquivan, y si llegan, como ayer, dan muy poco de sí. La de ayer nos
dejó tan solo dos miserables litros.
En
fin. Aún no ha entrado el verano, lo hará mañana de madrugada, a las 4,42
horas, y parece que ya estemos en plena canícula. Si esto no cambia nos esperan
meses muy, muy duros.
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