FRASES PARA PENSAR.

SE DARÁ TIEMPO AL TIEMPO,
QUE SUELE DAR DULCE SALIDA A MUCHAS AMARGAS DIFICULTADES.

Cervantes en el Quijote.

sábado, 27 de septiembre de 2025

¡Ojalá no lo rompan!


 

En estos tiempos en que toda realidad se politiza enfundándola en el corsé derechas-izquierdas impidiendo así su adecuado análisis, creo que es muy importante intentar elevarse sobre esa gran mentira, lo cual no es fácil, pues la presión social parece obligarte a pensar y decir lo que el “bando” al que perteneces dice que debes pensar y decir.

En las excursiones que hago por ahí, muchas veces almuerzo o como en bares de pueblos o de polígonos industriales, y como lo hago en días laborables, puedo ver el ambiente cotidiano de estos lugares donde casi siempre se come bien o muy bien, y a muy buen precio.

Y puede decir que en muchas ocasiones me he encontrado almorzando o comiendo en lugares donde los nacidos en España somos la inmensa minoría. Gentes que habrán venido, ellos sabrán cómo y por qué, de América, de África, de Europa del Este…, charlan, ríen, y comen sus bocadillos con los cacahuetes y las olivitas, el vino con gaseosa o la cerveza, y muy a menudo el carajillo para acabar. Y están haciéndolo junto a la gente del pueblo de toda la vida, para quienes trabajan o con quienes trabajan.

¡Y qué queréis que os diga! Me gusta que esto sea así, más aún, me encanta que así sea y deseo que siga siendo. Y temo que la extrema polarización a la que estamos llegando acabe rompiendo este panorama de integración y madurez social.

Y ahora se entenderá el porqué del párrafo inicial de esta entrada. El tema de los inmigrantes no lo podrá resolver jamás un partido con sus socios que representa como más a medio país, sino un amplio consenso entre los partidos mayoritarios que tendrían como primera obligación ponerse de acuerdo en este y otros temas, para mantener a raya a los radicales, sean quienes sean.

Es un tema muy complejo, lo sé, y hay mucho trabajo aún por hacer, pero con serenidad, analizando la realidad, buscando acuerdos, pensando en las personas, en las que vienen de fuera y en las que estamos dentro desde siempre. Y pensando también en los valores culturales y sociales a los que con tanto esfuerzo, durante siglos, hemos llegado en Europa. Ni frases lapidarias, ni slogans, ni estadísticas sesgadas. Todo eso está de sobra. Como los arrebatos emocionales y demás parafernalia tan absurda y ridícula como peligrosa.

Esos almuerzos o comidas en entornos rurales o industriales, donde se ve a la gente que han venido de fuera, codo a codo con los que aquí estamos, trabajando, son para mí un bonito y tonificante espectáculo. ¡Ojalá nadie lo rompa! Ni los que lo quieren romper ni los que dicen defenderlo, pues tan peligrosos son los unos como los otros.

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