Y
seguimos con esta barbaridad. Una ola de calor tan temprana como larga y fuerte.
En la canícula sería más normal, y aun así, pero en junio… Las mínimas difícilmente
bajarán de los 23 o 24, y las máximas aún apretarán más que hoy, alcanzando los
37 o 38 a la sombra, claro. Al sol, ni te cuento. El viento seguirá del
sureste, flojo, y repito que afortunadamente, y el cielo estará despejado.
La
única esperanza es que se cumplan las previsiones y hacia el fin de semana el
calor empiece a normalizarse, situándose las temperaturas entre 22 y 31 grados.
Incluso la visita de alguna tormenta sería posible, pero aún queda lejos.
Es una
situación muy peligrosa para el monte por el riesgo extremo de incendio, y para
todos los que estén al aire libre, bien sea por obligación o por devoción. Los
años, por exceso o por defecto, y muchas enfermedades, pueden, con estas
temperaturas, desencadenar graves problemas de salud, incluso la muerte.
Verano,
¡qué desagradable eres por estas tierras!
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