FRASES PARA PENSAR.

SE DARÁ TIEMPO AL TIEMPO,
QUE SUELE DAR DULCE SALIDA A MUCHAS AMARGAS DIFICULTADES.

Cervantes en el Quijote.

domingo, 29 de junio de 2025

Culpables e insolventes.

 


Ahora que está acabando el curso, los alumnos ya lo han hecho, voy a publicar una entradita que tenía escrita hace tiempo sobre la situación actual de la educación.

Dice quién me conoce que me jubilé a tiempo, por pelos pero a tiempo, porque en estos últimos años la educación, que ya estaba en caída libre, está alcanzando en su caída velocidades colosales. Quizá alcance la de la luz a este paso.

Son muchos los aspectos que se pueden analizar y desenmascarar, porque de eso se trata, de desenmascarar las intenciones ocultas o las torpezas  que desde hace muchos años mueven los hilos de esta situación.

Voy a centrarme en los maestros y profesores. De ser autoridad indiscutible han pasado a ser unos meros peones, maniatados y sin recursos, cuyo único objetivo acaba siendo acabar cada curso sin fenecer en el intento, porque de algo hay que vivir, claro. Y eso teniendo vocación.

Veo dos aspectos a considerar.

Respecto a la disciplina les han dejado prácticamente sin armas porque hagan lo que hagan, y ya pueden hacer poco, frente a los conflictos con los alumnos, inherentes a toda labor docente, deben estar dispuestos a justificar ante los padres cualquier medida que pueda no parecerles adecuada para su hijo. Y si no les satisface la justificación, acudirán a la dirección del centro o a la inspección pidiendo explicaciones y la cabeza del profe, si es menester, porque ¡claro! el profe lo está haciendo mal con mi nene y me lo traumatizará, o no es justo, o por qué al mío etc,etc,etc. No todos son así, pero de estos cada vez hay más.

Dice un amigo, profe de toda la vida, nos mandan al frente con escobas, pero el enemigo está bien armado. Y también, nos atan los cordones de los zapatos y luego nos dicen que corramos.

En lo referente a la tarea específicamente docente, deben también justificar todo de un modo exageradamente pormenorizado, lo que provoca una burocracia tan inútil como farragosa. Cada acción docente, por mínima que sea, conlleva una documentación previa y posterior desmedida. Y cada nota, y por supuesto los suspensos o una posible repetición, exigen tal cantidad de papeleo justificando todo minuciosamente, que acaban agobiando al profe y quitándole mucho de su tiempo que sería más útil para todos si pudiera dedicarlo a sus alumnos.

Sin hablar de los “inventos” que se suceden a un ritmo vertiginoso, sin valorar nunca, si ha sido eficaz o no el susodicho “invento”, porque enseguida vendrá otro, o una modificación del anterior. La cuestión es innovar por innovar, sin valorar si la innovación aplicada ha servido para algo, lo que solo se podría saber con un largo período de no innovación, de estabilidad, que nunca llega.

Si pensamos en estos dos aspectos, y profundizamos un poco en ellos, veremos que son las dos caras de una misma moneda. El docente “es culpable” mientras no se demuestre lo contrario, por eso debe justificar detenidamente y por escrito todas sus acciones, tanto en el ámbito de la disciplina como en el de la docencia. Cada día debe poder demostrar ante autoridades educativas y padres que todo lo que hace es correctísimo y según ley. Porque no se le supone su buen hacer. Más bien al contrario, como se presupone que no lo hará bien hay que atarlo corto.

También es considerado insolvente a nivel profesional, por eso hay que atiborrarlo con nuevas y siempre fugaces herramientas, y marcarlo entre la administración y los padres para que haga las cosas “como es debido”. Su profesionalidad ha quedado disuelta. Los profesionales son la administración que sabe qué hay que hacer y cómo, y los padres, que son los que conocen muy bien a sus hijos y también saben qué hay que hacer con ellos y cómo. 

Y hasta aquí, hoy. Próximamente compartiré la única salida posible que veo a esta situación, aun sabiendo que tal salida no es factible, porque aunque hay un clamor por la situación de la educación y de los docentes en España, nada va a cambiar a mejor.

No hay comentarios:

Publicar un comentario