FRASES PARA PENSAR.

SE DARÁ TIEMPO AL TIEMPO,
QUE SUELE DAR DULCE SALIDA A MUCHAS AMARGAS DIFICULTADES.

Cervantes en el Quijote.

viernes, 1 de julio de 2022

Niños, niñas y "niñes".


¡Qué difícil lo tienen los papás que quieren educar a sus hijos en libertad, habida cuenta de que tienen que llevarlos al colegio donde pueden ser víctimas de hábiles manipulaciones ideológicas!

Hablo de la manipulación que supone “comerles el coco” a los niños inculcándoles formas de pensar, incluso de hablar, del todo discutibles, y a menudo contrarias a las de sus padres.

Ayer mismo, viniendo del monte, escuché en la radio a una profesora que había desarrollado un proyecto cuyo objetivo era romper estereotipos para conseguir una sociedad inclusiva, plural, diversa y bla, bla, bla…

Habló ella, pagadísima de su trabajo, y dos de sus alumnos, ambos chicos, cuya comedura de coco se notaba a la legua, dando toda la pena del mundo.

Escuchaba asombrado e indignado, cuando la individua habló de lo motivador y liberador que su maravilloso proyecto era para los niños, las niñas y los "niñes" de su curso. ¡¡¡!!!

No pude evitar un violento exabrupto que se quedó en la intimidad del coche. Sus alumnos, alumnas y "alumnes" (deberá decirse así) tenían entre 11 y 12 años, o sea primero de secundaria.

¿Sabe esta señorita que a esa edad la identidad sexual está en plena formación? ¿Sabe esta señorita que si mal está interferir en ese proceso con planteamientos machistas  igual de mal está hacerlo con planteamientos feministas? ¿Sabe esta señorita que ante todo un docente debe respetar el desarrollo natural y la libertad de sus alumnos?

Lo que hay que hacer es dejar que jueguen a lo que quieran y con quien quieran, dejar que descubran la amistad con quien sea, dejarles que estudien tranquilos, facilitar el encuentro con sus padres, y no el enfrentamiento. En resumen, dejar que la naturaleza siga su curso en un entorno de seguridad, cariño y libertad.

El final de la obrita de teatro era la bronca entre un niño y  su padre al que le gritaba que era gay, con once años. Y le echaba en cara, a gritos, a su padre, que nunca le había hecho caso porque a él le gusta escribir poesías, mientras que a su otro hermano, muy macho él, si le demostraba cariño y aprecio desde siempre.

Repito.

¡Qué difícil lo tienen los papás que quieren educar a sus hijos en libertad, habida cuenta de que tienen que llevarlos al colegio donde pueden ser víctimas de hábiles manipulaciones ideológicas!

¿Verdad?

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