FRASES PARA PENSAR.

SE DARÁ TIEMPO AL TIEMPO,
QUE SUELE DAR DULCE SALIDA A MUCHAS AMARGAS DIFICULTADES.

Cervantes en el Quijote.

jueves, 31 de marzo de 2022

Reflexión sobre un tortazo.

Esto estaría mejor visto.

No me resisto a reflexionar un poquito sobre el tortazo que ya, por lo que veo, va a pasar a la posteridad. Y lo hago porque me parecen muy curiosos algunos de los análisis que por ahí se están haciendo.

Parece ser que casi todo el mundo está de acuerdo en que eso no está bien. “Nene, eso no se hace”, parece decir la mayoría. Y es verdad, eso no se hace.

El planteamiento es sencillo. La violencia no es respuesta. Menos si es física. Y menos aún si viene de un personaje público, con influencia sobre muchísima gente. Y ese es el problema. La violencia no es respuesta. Ese es el gran problema. Eso es lo realmente censurable y punible. A fin de cuentas es lo que, en otra escala, está haciendo Putin.

Pero mi sorpresa viene cuando veo a mucha gente rasgándose las vestiduras, no porque el bofetón sea un acto violento, sino por ser un acto  machista. Y eso es lo realmente malo; que ha sido machista. Will Smith es un puto machista, es la conclusión.

Y más aún, estoy seguro de que muchos, demasiados de estos individuos, si hubiera sido la señora la que le hubiese propinado el guantazo, estarían hablando de que ha sido un acto de rebelión legítimo. De que ya era hora de que pararan los pies a los machos. De mujeres empoderadas y de luchas por la libertad etc. etc. etc. Y Jada Pinkett, una heroína, sería la conclusión.

Creo que hace ya tiempo perdimos el norte en estas cuestiones. El problema, lo censurable ante todo, es la violencia, venga de donde venga y vaya dirigida a quien vaya dirigida.

Cierto que hay que superar los patrones culturales que establecieron la supremacía del hombre sobre la mujer. Pero no perdiendo de vista que la repudia al machismo debe enmarcarse en un marco mucho más amplio y de un rango moral superior. El derecho de todas las personas a la vida, a la libertad y a la dignidad más allá de que sean hombres, mujeres o lo que quieran o puedan ser. Y la condena a los actos violentos, físicos, verbales o estructurales contra cualquier ser humano, más allá de cualquier consideración.

Y es muy posible, esta es mi conclusión, que esta perspectiva sesgada y tendenciosa de la realidad, tan provechosa para algún que otro partido, esté en la base de las dificultades que la justa y necesaria lucha de la mujer por sus derechos está teniendo.

miércoles, 30 de marzo de 2022

Gracias por aquella tarde de sábado.

No he tenido tiempo, pero también es verdad que no tenía muy claro cómo decir lo que quería decir después del concierto en la parroquia el pasado sábado. Por eso no me he apresurado a escribir. Pero lo que tenía muy claro es que quería, quiero dejar constancia en el blog de aquella tarde.

Una de las mayores angustias de esta vida es vivirla sin encontrarle sentido. Vivir por vivir, más allá de desear o no desear hacerlo. Vivirla casi como un proceso biológico sin pies ni cabeza. Vivirla como una sucesión de tristes días huecos, con alguna alegría de vez en cuando tan breve como superficial. Vivirla sin más futuro que la nada.

Hay así mucha, demasiada gente.

El sábado, amigo mío, tú estabas en el otro extremo. Muy cerca del Cristo, en tu parroquia, respirando música, arropado por largos y bien merecidos aplausos de tu pueblo… Sé que la emoción, y no solo la tuya, era intensa, incontenible. Y esos aplausos, esa música maravillosa, esa parroquia donde has vivido toda tu vida de fe y ese Cristo tan cerca, hacían más intensa todavía esa emoción, y más incontenible.

Y fuiste capaz de contenerla, a duras penas, en esas palabras últimas, antes de dirigir el Cant dels ocells, hablándonos de “eixa palometa que volia alçar el vol…”

Y lo alzó, “hacia otra luz más pura”, como diría Machado, y desde esa luz, nuestra fe nos dice que, inmensamente feliz, te contemplaba dirigiendo la banda, en su parroquia, os contemplaba a ti y a los tuyos, a su esposo de toda la vida; y desde la plenitud de sentido de su existencia, colmada  ya para siempre, os deseaba que más allá del dolor profundo y humano de la separación, sigáis sus pasos en paz, con la esperanza de que, no podemos ni imaginar de qué forma, algún día nos encontraremos todos en un Cielo nuevo y una Tierra nueva.

Su vida entera, de principio a fin tuvo sentido. Y creo que el sábado por la tarde, de algún modo, esa vida cumplida estalló en una explosión de música, aplausos, lágrimas y oraciones, alcanzándonos a todos los que tuvimos el inmenso privilegio de acompañarte.

Ella puede decir ahora, con Neruda, “confieso que he vivido”, y añadir," y ha valido la pena”. Ese es el camino que nos marca. Uno de los grandes regalos que nos deja. Que la vida, después de todo, tiene sentido.

¡Gracias y que Dios os bendiga!







martes, 29 de marzo de 2022

Difícil de entender.

Comparto estos tuits del Papa publicados el 27 de este mes. No hacen falta comentarios.

Hay necesidad de repudiar la guerra, lugar de muerte donde los padres y las madres entierran a los hijos, donde los hombres asesinan a sus hermanos sin ni siquiera haberles visto, donde los poderosos deciden y los pobres mueren.

Desde el inicio de la agresión a Ucrania un niño de cada dos se ha desplazado del país. Esto quiere decir destruir el futuro, provocar traumas dramáticos en los pequeños e inocentes entre nosotros. Esta es la bestialidad de la guerra, ¡acto bárbaro y sacrílego!




DIFÍCIL DE ENTENDER


lunes, 28 de marzo de 2022

Canción del esposo soldado. Miguel Hernández.


No tengo tiempo de más, pero no quiero acabar el día sin compartir un poema de Miguel Hernández, porque hoy hace 80 años murió de tuberculosis en la cárcel de Alicante. Revisando sus poemas he encontrado este que comparto porque en estos tiempos que estamos viviendo es tristemente actual. Se titula Canción del esposo soldado.


He poblado tu vientre de amor y sementera,

he prolongado el eco de sangre a que respondo

y espero sobre el surco como el arado espera:

he llegado hasta el fondo.

 

Morena de altas torres, alta luz y ojos altos,

esposa de mi piel, gran trago de mi vida,

tus pechos locos crecen hacia mí dando saltos

de cierva concebida.

 

Ya me parece que eres un cristal delicado,

temo que te me rompas al más leve tropiezo,

y a reforzar tus venas con mi piel de soldado

fuera como el cerezo.

 

Espejo de mi carne, sustento de mis alas,

te doy vida en la muerte que me dan y no tomo.

Mujer, mujer, te quiero cercado por las balas,

ansiado por el plomo.

 

Sobre los ataúdes feroces en acecho,

sobre los mismos muertos sin remedio y sin fosa

te quiero, y te quisiera besar con todo el pecho

hasta en el polvo, esposa.

 

Cuando junto a los campos de combate te piensa

mi frente que no enfría ni aplaca tu figura,

te acercas hacia mí como una boca inmensa

de hambrienta dentadura.

 

Escríbeme a la lucha, siénteme en la trinchera:

aquí con el fusil tu nombre evoco y fijo,

y defiendo tu vientre de pobre que me espera,

y defiendo tu hijo.

 

Nacerá nuestro hijo con el puño cerrado

envuelto en un clamor de victoria y guitarras,

y dejaré a tu puerta mi vida de soldado

sin colmillos ni garras.

 

Es preciso matar para seguir viviendo.

Un día iré a la sombra de tu pelo lejano,

y dormiré en la sábana de almidón y de estruendo

cosida por tu mano.

 

Tus piernas implacables al parto van derechas,

y tu implacable boca de labios indomables,

y ante mi soledad de explosiones y brechas

recorres un camino de besos implacables.

 

Para el hijo será la paz que estoy forjando.

Y al fin en un océano de irremediables huesos

tu corazón y el mío naufragarán, quedando

una mujer y un hombre gastados por los besos.

Gris, lluvia y frío.

Semana interesante esta que empezamos. Habrá un poquito de todo si se cumplen las previsiones de hoy. Típico de la primavera.

Tras los 200 litros caídos hasta ahora en mi pluviómetro, entre el martes y el miércoles aún pueden añadirse algunos más, creo que no muchos, pero algunos más. Por otro lado las temperaturas oscilarán entre los 20 de máxima del jueves y tan solo un grado de mínima el domingo.

Esto es el resumen de lo más significativo. Día por día sería así. Martes, gris con riesgo de alguna llovizna y miércoles con posibles lluvias que pueden tener más entidad. De jueves a domingo se acaban las lluvias pero llega un desplome de las temperaturas cara al fin de semana que, junto a abundantes nubes y viento flojo o moderado, dará una acusada sensación de frío.

En conclusión, una semana que recordará mucho al mes de enero y nos hará utilizar paraguas, impermeables, plumíferos y demás artilugios para defendernos de las inclemencias meteorológicas.


sábado, 26 de marzo de 2022

Receta. Cocuelas de santa Metodia.



En realidad es una variante de una receta ya publicada. Su nombre, cocuelas de santa Metodia, se explica fácilmente. Cocuelas porque son como pequeñas cocas, y lo de santa Metodia es porque sí, porque se me ocurrió. De hecho existió san Metodio, no santa Metodia, lo cual no quiere decir que no haya habido alguna mujer llamada Metodia que haya sido, muy, muy buena; o más de una, ¡quién sabe! Pero vayamos al grano.

Ingredientes para 18 cocuelas.

Cuatro manzanas.

Un buen puñado de piñones.

Otro puñado de pasas.

200 ml. de leche.

100 g. de azúcar.

2 huevos.

100 gr. de harina.

Pimienta negra.

Canela.

Mantequilla.

Chocolate para fundir.

Guindas y hojitas de menta. Opcional.

Empezaremos por introducir en el horno precalentado las manzanas troceadas en ocho partes hasta que estén muy blanditas.

Por otra parte batiremos los huevos con el azúcar, la pimenta y la canela. Luego añadiremos la harina y seguiremos batiendo hasta hacer una masa uniforme. Después verteremos la leche. De esta forma no se harán grumos y quedará una crema homogénea con tropezones (los piñones y las pasas).

A esta crema le pondremos las manzanas ya asadas, y con el batidor las pisaremos bien y lo iremos mezclando todo hasta conseguir una masa densa.

Untaremos cada cuenco de los moldes con abundante mantequilla antes de verter en ellos la citada masa, y los meteremos en el horno precalentado a 240º durante quince minutos, y a 170º durante otros quince minutos.

Desmoldaremos las cocuelas, las dejaremos enfriar y las recubriremos con chocolate que previamente habremos fundido. Volveremos a dejarlas enfriar y vendrá el momento de la decoración.

Por ejemplo, añadir encima de cada cocuela una guinda y una o dos hojitas de menta, puede quedar la mar de mono. Y además está muy bueno.

Respecto a la conservación, pueden congelarse individualmente envueltas en papel de aluminio, con la condición de que para consumirlas se descongelen a temperatura ambiente.






           

viernes, 25 de marzo de 2022

Actualización fin de semana del 26-27 de marzo de 2022.

Fin de semana con dos caras. El sábado más de lo mismo, cielos cubiertos, lluvias y frío. El domingo parece ser que veremos el sol, más por la tarde que por la mañana, y subirán algo las temperaturas. Y el viento seguirá soplando de levante moderado con alguna racha no tan moderada el sábado, y más flojo el domingo.

Habrá que aprovecharlo pues, porque parece ser que el lunes vuelve a taparse el cielo, y el martes lloverá, y el miércoles y… ya veremos. Hay modelos que anuncian el fin de este largo y atípico período de lluvias para el jueves.


... pero voz que no se apaga.


No hace mucho fue el día mundial de las enfermedades raras. La España vaciada se vació y sigue haciéndolo porque al ser pocos… Para conseguir algo de las autoridades hay que recoger muchas firmas. Ahora, con la huelga del transporte, el Gobierno negocia solo con la plataforma mayoritaria.

Como estos podríamos poner muchos ejemplos más para demostrar cómo lo que importa es el número. La mayoría se lleva siempre el gato al agua. La minoría, a la que ni siquiera se le escucha, queda olvidada y marginada. Excluida.

Pero no hemos de olvidar que en tiempos del nazismo, la mayoría era la que seguía a Hitler. Y en la Unión Soviética, la mayoría apoyaba a sus líderes, no más democráticos y respetuosos con los derechos humanos que el dictador nazi.

¿Qué quiero decir con esto? Que las mayorías no siempre tienen la razón, y que guiarse exclusivamente por ellas y gobernar tan solo en función de ellas, no solo ha provocado grandes injusticias, sino auténticos baños de sangre. Por eso creo que es muy importante escuchar y atender también a las minorías. También tienen algo que decir, y también tienen sus necesidades.

 Invertir en la investigación de las enfermedades raras no solo es justo, sino que puede arrojar luz sobre enfermedades no tan raras. Atender a los pueblos pequeños, dotándolos de buenos servicios sanitarios, educativos (la LOGSE fue un golpe mortal al mundo rural) y de buenas comunicaciones, no solo es justo, sino que redunda en beneficio de todos. Determinadas reivindicaciones, como la reciente de la atención personalizada en los bancos, no debería exigir recogidas de firmas, bastaría con escuchar a los que no se aclaran con las pantallitas, aunque sean pocos y “a extinguir”, porque eso es lo justo. En el conflicto del transporte, ningunear a quienes no están integrados en la plataforma mayoritaria solo lo alarga innecesariamente. Y tampoco es justo.

Todo esto se ve muy claro también en la dinámica actual de las redes sociales. El número de seguidores convierten a uno de pelagatos en “influencer”, como se  dice ahora. Pero el número de seguidores no garantiza que lo que esa persona trasmite con su gran influencia sea digno de ser trasmitido. Incluso puede ser, y hay casos en que lo es, contrario a los principios más elementales de la ética, o simplemente vulgar e intrascendente, inútil pues y perjudicial para los influenciados.

Ante esta situación, situación con mil caras, urge tener ante todo una actitud crítica. Pensar por uno mismo más allá de lo que piense la mayoría. No dejarse “comer el coco” por nadie ni por nada. Y cuando nuestro pensamiento nos lleve a sintonizar con los demás, ¡a disfrutar de ser uno entre todos, del calor de los otros! Pero cuando nos lleve a enfrentarnos, aguantar en paz el dolor de ser yo mismo, y el frío de la soledad y la incomprensión a la que puede conducirnos. Aceptar el ser voz que grita en el desierto, pero voz que no se apaga.

Receta. Alitas de pollo tal cual.


 

Es esta una receta tan sencilla que casi no es receta, pero en determinadas circunstancias es un buen recurso para salir del paso.

Ingredientes para dos o tres personas:

Una docena de alitas de pollo.

Dos pastillas de caldo de carne.

Vino blanco y agua.

Pimienta negra en polvo.

Unas hojas de laurel.

Ponemos las alitas en una cazuela y las cubrimos con el vino y el agua a partes iguales. Añadimos la pimienta y las pastillas de caldo, y ya está.

Solo queda dejarlo hervir hasta que reduzca tanto que esté a punto de quemarse, pero sin llegar a hacerlo. Yo pongo fuego fuerte al principio, y cuando va reduciendo bajo el fuego a medio, y vigilo con frecuencia para que quede casi seco, pero solo casi. El asunto es que no quede prácticamente nada líquido en la cazuela.

Están buenísimas, y no hace falta echarles ni salsas ni mejunjes extraños.

jueves, 24 de marzo de 2022

Hoy no había silencio en la montaña.

Hoy no había silencio en la montaña. Me he escapado un rato, dos horas cortas, a la sierra, y bajo una llovizna persistente me he adentrado un poco en ella.

¡Qué delicia! El viento, y el agua que corría por todas partes, componían una sinfonía que bien podría llamarse Temporal. En mi caminar, a ratos dominaba el viento, otros era el agua, a veces se unían ambos en una suerte de apoteosis musical. El instrumento que tocaba el aire eran las copas de los árboles; el agua, la tierra.

Todo un espectáculo. Lástima que no pueda compartir más que imágenes, porque aunque hubiera grabado un vídeo, sería un pobre reflejo de lo que era estar allí esta tarde. Faltaría el cielo gris, el frío, el aroma a tierra mojada y a vegetación, esa sinfonía de la que hablo, envolviéndote por todas partes…














miércoles, 23 de marzo de 2022

La lluvia está encinta de esperanza.


Puede resultar triste la lluvia. De hecho lo es para mucha gente, y más en esta tierra donde no es ni mucho menos frecuente. ¡Tantos días sin sol! ¡Todo húmedo! ¡Esa luz apagada, mortecina!

Lo entiendo. Aunque a mí me gusta, entiendo que resulte triste. Pero pasar por esa tristeza es necesario para gozar del estallido de vida que vendrá después. Y solo con saber que es el camino para gozar de esa vida que en silencio se está gestando gracias a ella, hace que la tristeza sea más llevadera.

Sobre esta idea he escrito el poema que comparto a continuación titulado La lluvia está encinta de esperanza.

 

La lluvia está encinta de esperanza.

Es triste.

nos refugiamos de ella,

rompe nuestros planes,

nos quita la luz,

el cielo azul,

el sol

y sus caricias.

Todo lo pinta de gris.

 

La lluvia está encinta de esperanza,

porque la tierra,

que en silencio la acoge,

queda felizmente fecundada.

Y a su debido tiempo,

surgirá la vida

que dará vida.

Vida que abierta al sol,

bajo un cielo limpio,

será una fiesta en la luz.

 

La lluvia está encinta de esperanza,

como tantos

días duros,

tantos esfuerzos rudos,

tantos dolores aceptados,

tantos tiempos,

como la lluvia,

grises,

tristes,

pero preñados de esperanza.

 

J.Q.S.

martes, 22 de marzo de 2022

En las orillas del Sar.

Era la mañana serena y plácida. El sol brillaba en un cielo azul, y el aire en calma y la temperatura suave invitaban al paseo sosegado por las callejuelas y placitas de la ciudad que empezaba a despertarse poco a poco.

Hablo de Santiago este sábado pasado. Tras la visita a la catedral, aún tranquila, nuestro caminar nos llevó a la plaza de Cervantes, donde una librería, cuando el tiempo lo permite, saca libros a la calle en unos expositores.

Y allí, muy cerquita de donde vivió Rosalía de Castro, encontré un facsímil de la primera edición, publicada en 1884, de su libro de poemas En las orillas del Sar. Costaba entonces cuatro pesetas y especificaba cual era el único punto de venta en Cuba, y que el precio, en el resto de América, lo fijarían los corresponsales, según el cambio.

Para mí una joyita más que tengo en casa.

Leyendo hoy algunos poemas, junto al fuego, he encontrado uno que dedica a las encinas y robles, y también a los pinos. Voy a compartir el fragmento que dedica a estos últimos, tan nuestros. La naturaleza está muy presente en toda su obra. Y no la describe como algo exterior a ella, sino como parte de ella misma. Hay siempre un íntimo y emotivo diálogo entre ambas.

También comparto tres fotos. Una, la de una señora, ya muy mayor, que parecía salida de una novela, cuando fue a mirar libros (la desfiguro un poco por respeto a la privacidad); otra, la de la casa donde vivió Rosalía de Castro; y otra, la del libro del que hablo.


Una mancha sombría y extensa

borda a trechos del monte la falda,

semejante a legión aguerrida

que acampase en la abrupta montaña

lanzando alaridos

de sorda amenaza.

 

Son pinares que al suelo, desnudo

de su antiguo ropaje, le prestan

con el suyo el adorno salvaje

que resiste del tiempo a la afrenta

y corona de eterna verdura

las ásperas breñas

 

Árbol duro y altivo, que gustas

de escuchar el rumor del Océano

y gemir con la brisa marina

de la playa en el blanco desierto,

¡yo te amo!, y mi vista reposa

con placer en los tibios reflejos

que tu copa gallarda iluminan

cuando audaz se destaca en el cielo,

despidiendo la luz que agoniza,

saludando la estrella del véspero.*

 

El poema es muy clarito, pero quiero destacar eso de “son pinares que al suelo, desnudo de su antiguo ropaje, le prestan con el suyo el adorno salvaje”. El antiguo ropaje son los robles y las encinas que han sido talados. Hay una preocupación muy profunda en ella por el deterioro de la naturaleza y sus consecuencias incluso en la historia y la cultura de su querida Galicia.

*Véspero, atardecer. Estrella del véspero, Venus.







lunes, 21 de marzo de 2022

En el Día Internacional de los bosques.

Me gusta la alta montaña. Su desnudez, su simplicidad, su geometría sencilla y rotunda, pero no menos me gustan los bosques. De hecho, a menudo están al principio y al final de muchas jornadas montañeras. Te despiden y te reciben acogedores, cuando por la tarde, cansado y satisfecho regresas al valle.

Hoy es el Día Internacional de los Bosques, y quiero hacerlo presente en el blog con unas cuantas fotos de un bosque del Pirineo muy querido por mí, y  un poema de Rosalía de Castro dedicado a los bosques.

Ese bosque del que hablo lo he recorrido muchas veces, solo y en compañía. Con sol, lloviendo, envuelto en brumas… Incluso he acampado en él una noche oscura y húmeda envuelto en espesa niebla… No me dan miedo, al contrario, me siento en ellos extrañamente protegido, cómodo, tranquilo.

El poema de Rosalía de Castro, ya compartido en el blog, es una añoranza de los bosques que fueron y ya no son. Hago hoy mías sus palabras pensando en tantos y tantos nuestros que tampoco están ya.


Bajo el hacha implacable, ¡cuán presto

en tierra cayeron

encinas y robles!;

y a los rayos del alba risueña,

¡qué calva aparece

la cima del monte!

 

Los que ayer fueron bosques y selvas

de agreste espesura,

donde envueltas en dulce misterio

al rayar el día

flotaban las brumas,

y brotaba la fuente serena

entre flores y musgos oculta,

hoy son áridas lomas que ostentan

deformes y negras

sus hondas cisuras.

 

Ya no entonan en ellas los pájaros

sus canciones de amor, ni se juntan

cuando mayo alborea en la fronda

que quedó de sus robles desnuda.

Sólo el viento al pasar trae el eco

del cuervo que grazna,

del lobo que aúlla.