FRASES PARA PENSAR.

SE DARÁ TIEMPO AL TIEMPO,
QUE SUELE DAR DULCE SALIDA A MUCHAS AMARGAS DIFICULTADES.

Cervantes en el Quijote.

sábado, 31 de octubre de 2020

Cuando ser "chivato" es una obligación moral.


Nunca pensé que llegaría a escribir lo que voy a escribir esta tarde, pero como dice el refrán, a grandes males, grandes remedios. Y es un gran mal, no ya la pandemia, que lo es, sino la insolidaridad e irresponsabilidad de demasiada gente que, haciendo caso omiso de recomendaciones e incluso prohibiciones, han montado ya, y montarán fiestecitas esta noche y otras venideras.

El precio que estamos pagando por todo ello es altísimo, incalculable; por eso veo que denunciar a la policía o a la Guardia Civil cualquiera de esas reuniones, fiestas, juergas, que además de ilegales son irresponsables e insolidarias, es una obligación ciudadana.

Es triste decir que en estos momentos, ser “chivato” es ser un héroe, una buena persona, un buen ciudadano. Es una dolorosa obligación moral. Y escribir esto me duele en el alma, pero estoy convencido de que es así. 

No podemos permitir que sigamos sufriendo, que siga sufriendo tanta gente, en gran medida por el comportamiento aberrante e irresponsable de una minoría no tan minoritaria como desearíamos. Ante un gran mal, un gran remedio.

Y en cuanto a la policía y a la Guardia Civil, quiero manifestar mi respeto por su trabajo y  mi apoyo, ante la ardua tarea que tienen de protegernos de nosotros mismos. Ardua porque la imbecilidad está muy crecidita en estos tiempos que corren.

Malos tiempos, en los que la delación, el chivatazo, son actos heroicos. Sí, malos tiempos. Tiempos negros.

jueves, 29 de octubre de 2020

Fuego en Bejís.


Se veía venir. Demasiado bien, habían ido las cosas este verano. Hacia el mediodía, un violento incendio forestal se ha declarado en Bejís. Ha empezado cerca de Arteas de arriba, aldea de este pueblo del alto Palancia. Una zona agreste y muy bonita.

Y es que, como vengo diciendo, el monte está muy seco, por muy otoño que sea. Y abandonado. Y según me ha comentado un amigo, a partir del uno de octubre, como todos los años, dan permisos para hacer quemas agrícolas, posible origen del fuego.

Si es así, es para destituir fulminantemente a toda la cadena de mando que permite semejante barbaridad, llegando hasta lo más alto. Y aún en el caso de que el origen de este fuego en concreto no sea ese, el hecho cierto es que sí se permiten quemas agrícolas desde esa fecha. Y eso es una barbaridad tan extrema que entra en el terreno del delito.

¿Qué demuestra esto? Que las autoridades medioambientales que tenemos no se enteran, y además les importa un bledo el monte, porque es de sentido común que, sea la fecha que sea, mientras el monte no este húmedo no se deben permitir las quemas agrícolas. Hasta una sepia podría entender esto.

¿Y sabéis que pasará? Que pese a este incendio, no las prohibirán hasta nueva orden, mañana mismo, ¡no! Así de imbéciles son.

Ojalá me equivoque y me tenga que tragar estas palabras.

Después de la lluvia.

La última vez que llovió, llovió muy poquito, pero fue suficiente para que una noche sin viento permitiera que, por la mañana, el monte fuera una fiesta de luz en la que millones de gotitas de agua reflejaban los rayos del sol en una atmósfera limpia y quieta.

Aquí tenéis algunas fotos.












lunes, 26 de octubre de 2020

Palabras de un amigo.


Voy a compartir esta tarde la entrada que nuestro amigo José Luis, sacerdote, dedicó ayer a mi madre, en su blog, Umbral de zona. En agradecimiento a él, por sus palabras, y en homenaje a mi madre.

Esta mañana he estado de entierro, acompañando a mis amigos Jesús, Paco y Lourdes que han perdido a su querida madre, Maruja. Ayer repentinamente se quebró su larga vida. En la celebración funeral he dicho yo unas palabras que me han dejado sólo a medias de lo que quería expresar. La emoción me invadía porque los recuerdos que tengo yo de esta persona son muchos y muy emotivos. En muchos momentos ella fue para mí, como una madre.

Cuando hemos salido del cementerio tenía esa sensación que a veces acude a mi alma, andar entre la pena y la esperanza; dejábamos sus restos mortales allí en el nicho y encerrábamos en su oscuridad todo lo que fue perecedero en su vida. Fuera, con nosotros, nos acompañaba todo lo hermoso y bello que su esposo Federico y sus hijos vivieron con ella. Cosas hermosas de las que yo también tuve la suerte de participar porque con ella me sentía siempre muy bien, como si fuera un miembro más de su propia familia.

La muerte siempre nos descoloca y cuando nos toca de cerca, buscamos en medio de la tristeza y la pena poder de nuevo situarnos. Ser creyente nos sitúa de nuevo en la clave: también Dios, precisamente está con nosotros. Esta muerte no es una más, es la ocasión de recordar que la ausencia que nos entristece es parte del amor que ella nos dio y al que nosotros correspondimos.

Por eso, sus hijos, al final de la ceremonia del entierro, no han hecho más que dar gracias por esta madre, Maruja, que Dios les dio.

Su alegría íntima, su admirativo amor hacia todo lo que le rodeaba, su optimismo vital, su generosidad constante, borraba muchas veces los defectos que lógicamente también ella poseía. Maruja, a lo largo de sus muchos años sembró de buenos ejemplos su vida; que éstos queden siempre en el corazón de sus hijos y de todos los que la quisimos tanto.

Descansa en paz.

Semana "constipadora".

NOTA DE LA SEMANA: 4.

Este lunes ventoso y fresco inicia una semana otra vez seca. Por ninguna parte se ven lluvias ni nada que se le parezca. Además, las temperaturas máximas irán subiendo hasta rebasar los veinticinco, mientras que las mínimas se quedarán rondando los diez.

Los vientos serán de componente oeste, pasando a componente este hacia media semana, y dando entrada a calmas hacia el fin de semana. Los cielos, despejados.

En resumen, semana confortable, aunque “constipadora” por la diferencia de temperaturas entre la mañana y el medio día. Muy buena también para actividades al aire libre, el más sano que hay.

 A una semana así, le pondría buena nota si hubiera llovido como toca. Si octubre nos hubiera dejado un buen puñado de litros, como es lo normal. Pero con el tiempo que llevamos sin ver llover de verdad, le pongo un cuatro por eso de, al menos, no traernos ninguna desgracia meteorológica tal como una “ponentá”, la peor de todas después de esos diluvios de quinientos o seiscientos litros que nos visitan de vez en cuando.

domingo, 25 de octubre de 2020

De todo corazón, muchas gracias.


Queremos agradecer todo el apoyo y el cariño que en estas horas nos habéis manifestado, arropándonos con vuestras palabras y presencia de muchas formas diferentes. Para ello voy a compartir el texto que he leído al final de la eucaristía en la que hemos despedido a la mamá. 

De todo corazón, muchas gracias.

Creo que este es momento de dar las gracias. Gracias a la mamá por habernos dado la vida, junto al papá. Gracias a nuestra hermana Lourdes por su entrega total y absoluta a nuestra madre hasta el último momento. A mi hermano Paco, por estar siempre ahí, al quite. Gracias a todos los que nos habéis manifestado vuestra cercanía y cariño en este momento triste; gracias a los que estáis aquí presentes. Sabed que se nos ha hecho muy duro no poder abrazaros, besaros, daros ese apretón de manos que todos necesitábamos, y nosotros en estos momentos de una manera muy intensa.

Y sobre todo, gracias a Dios por la vida de la mamá. Una vida larga, plena. Un esposo al que amó y que la amó siempre. Tres hijos, casados con personas buenas, dos nietas también casadas con dos buenos hombres, cinco biznietos… Y un gran deseo de vivir, hasta el último momento.

 Todo le parecía bonito, el cielo, los árboles, las casas, hasta las carreteras y los camiones. Las terrazas de los bares, donde le encantaba invitarnos a  almorzar, comer o cenar; y bien a gusto que comía rodeada de los suyos.

Sí, todo era hermoso y nuevo cada día porque sus pérdidas de memoria, con la edad cada vez más frecuentes, en ella se convertían en un continuo gozoso descubrimiento de novedades, siempre bonitas.

Ayer por la mañana, recién empezado el día, casi sin darse cuenta, en brazos de su hija, partió a la Casa del Padre, donde todo es nuevo de verdad y bonito a rabiar; a la luz, que tanto le gustaba, y a la vida para siempre.

Y su cuerpo mortal descansará aquí, en Ribarroja. Ya nos los dijo hace años. El día que me muera quiero que me enterréis aquí, así estaré más cerca de vosotros; y además me gusta el pueblo. Y así va a ser.

Por todo esto, y mucho más, gracias.

sábado, 24 de octubre de 2020

Yo soy la resurrección y la vida.

 


           Yo soy la resurrección y la vida: el que cree en mí, aunque haya muerto, vivirá; y el que está vivo y cree en mí, no morirá para siempre.

Jn, 11,25-26.


viernes, 23 de octubre de 2020

Todos somos soldados en esta guerra.


Quiero comentar el discurso que desde La Moncloa ha hecho el Presidente del Gobierno esta mañana, ante la situación grave en la que estamos, y las duras semanas que nos aguardan, según sus propias palabras.

Ha pedido tres cosas, unidad, disciplina social y moral de victoria. Totalmente de acuerdo. Ahora bien, ellos, los políticos, son los primeros que deben crear esa unidad, soldando las dos brechas que nos debilitan: la que hay entre Gobierno y oposición; y la tan nuestra, la que tenemos entre las Comunidades Autónomas. Todas las Comunidades unidas, junto al Gobierno apoyado por la oposición; eso es unidad, y lo demás cuentos.

También ha aludido a la disciplina social. Cierto es que hay mucha gente haciéndolo muy bien, pero también hay demasiada haciéndolo mal o muy mal. Y todo el mundo sabe que la disciplina se consigue con concienciación y con sanción. Desgraciadamente hay gente que sólo entiende el lenguaje del palo y tentetieso, de todas las edades, particularmente adolescentes y jóvenes. Pues palo y tentetieso, sin miedo. No está el horno para bollos.

Y varias veces ha hablado de moral de victoria. La necesitamos. Ha habido mucho sufrimiento, lo está habiendo y lo habrá. Sufrimiento ocasionado por cuestiones de salud, cuestiones económicas, cuestiones psicológicas, cuestiones sociales… Sufrimiento, porque esta guerra se está haciendo larga y no se le ve el final. Se ha roto mucho, y ni siquiera sabemos cuándo podremos empezar a reconstruir; cuando volverá el trabajo sin miedo, la fiesta, el beso y el abrazo, la vida… Moral de victoria…

Empezaré a tenerla, cuando me sienta parte de un ejército disciplinado, dirigido por unos mandos unidos y que saben dónde van. Necesito ver a los mandos con una sola voz, y ver cómo le cae el pelo al primer soldadito que se sale de madre. Quizá este ejemplo castrense nos ayude a entender la situación en la que estamos.

Todos somos soldados en esta guerra. Y para tener moral de victoria necesito fiarme de mis mandos y de mis compañeros. 

jueves, 22 de octubre de 2020

Quizá sea por su simplicidad...

Hay fotos que me parece bonitas, y no sé muy bien por qué. Como esta, que hice hace poco en un pueblecito minúsculo, no muy lejano. Quizá sea por su simplicidad. El árbol en otoño, el cielo muy azul de fondo, y una farola de las de toda la vida.



Parece ser que sí, que es mucho pedir.


 

No sé si alguien, con poder e influencia, ¡claro!, se estará planteando un problema del que oigo poco hablar pero que considero muy grave, el de la salud mental de la población. Me da la impresión de que no.

Hay un hecho. La inmensa mayoría de la gente lo está pasando mal o muy mal, y de estos, bastantes, extraordinariamente mal. Aunque no lo parezca. Y no se le ve el fin a esta historia.

Cada persona tiene una capacidad de aguantar los tiempos de vacas flacas, de sufrimiento, de mal rollo, por decirlo de modo coloquial, sobrepasada la cual, la salud mental empieza a deteriorarse; irritabilidad, agresividad, ansiedad, depresión…, y activación de patologías psicológicas o psiquiátricas latentes. Y esto se está haciendo muy largo. No olvidemos además que uno de los factores más estresantes ante cualquier situación de dolor o sufrimiento, del tipo que sea, es no conocer su fecha de caducidad, por decirlo de algún modo. Y otro, no tener ni tiempos ni espacios de desahogo para poder compensar, aunque sea a ratos, “lo mal que lo estamos pasando”.

Creo haber descrito con bastante claridad la situación que estamos viviendo. ¿Sería mucho pedir pues, que quienes deciden nuestras vidas y haciendas, dejaran de despellejarse yendo cada uno a la suya, e hicieran frente común ante el enemigo que nos está arruinando la vida? ¿Sería mucho pedir que los medios de comunicación dejaran de saturarnos con toda suerte de información excesiva, inoportuna y contradictoria? Esto mitigaría el deterioro de la salud mental de muchísima gente.

Parece ser que sí, que es mucho pedir.

Ni nuestros políticos, sobre todo los de alto rango, ni los medios de comunicación, están a la altura de las circunstancias. Más aún, están actuando con una irresponsabilidad y una ruindad rayanas en el delito. Los unos, aprovechando el río revuelto para “pescar” sus propios objetivos, entre los que destaca reventar al adversario. Los otros, colaborando en esa infame pesca en río revuelto y reventando la moral de la gente con su forma de informar, agravando lo mal que lo estamos pasando, con el único criterio de la audiencia.

Suponía yo, inocente de mí, que en una guerra, y esto lo es, el gobierno y la oposición hacen piña frente el enemigo, apareciendo ante los ciudadanos como una voz; y los medios de comunicación apoyan unánimemente esa voz, y cuidan la moral de la población, atendiendo, no sólo a su salud física, sino también a la mental.

Así se ganan las guerras.

¿Y aún nos preguntamos por qué España es uno de los países que más está sufriendo con la pandemia? 

miércoles, 21 de octubre de 2020

Sobre una roca del sendero.

Sobre una roca del sendero, poco después de levantar la niebla, bajo el sol de la mañana, vi esta pequeña telaraña, cubierta de gotitas de agua y muy cerca de un pequeño nido en forma de vasija.

No sé si es casualidad o es que la arañita que ha tejido su trampa vive junto a ella. Si es así, me hizo gracia pensar lo bien que se lo monta el bicho. De su casa al puesto de trabajo hay poca distancia, y eso es calidad de vida, incluso en el mundo de las arañas. O igual son dos bichitos distintos que viven en amigable vecindad. También eso está bien.

Cositas que te regala el monte si vas atento y con respeto.






martes, 20 de octubre de 2020

¿Por quién doblan las campanas?

 


Sucedió un día de estos que, casi a la vez, leí un tuit del papa Francisco y escuché un poema del poeta inglés John Donne que venían a decir lo mismo. Pronto me vino también a la mente una famosa frase de Terencio.

Hablaban los tres de una gran verdad, por cierto profundamente cristiana; una gran verdad que la desgraciada pandemia nos está recordando brutalmente cada día.

Nos dice el dramaturgo romano Terencio, desde el siglo II antes de Cristo.

Hombre soy: y nada de lo humano me es ajeno.

Y John Donne, desde el siglo XVII:

Ningún hombre es una isla entera por sí mismo. Cada hombre es una pieza del continente, una parte del todo. Si el mar se lleva una porción de tierra, toda Europa queda disminuida, tanto da si es un promontorio, o la casa de uno de tus amigos o la tuya propia. La muerte de cualquier hombre me debilita, porque me encuentro unido a la humanidad; por eso, nunca preguntes por quién doblan las campanas: doblan por ti.

Y el papa Francisco, hace unos días:

Necesitamos desarrollar la conciencia de que hoy o nos salvamos todos, o no se salva nadie: la pobreza, la degradación, los sufrimientos de una zona de la tierra son caldo de cultivo de problemas que finalmente afectarán a todo el planeta.

Y es esta la razón de por qué, más allá de cuestiones biológicas, no hay manera de quitarnos la pandemia de encima. Porque me atrevo a decir que, si todos tuviéramos esto claro y hubiéramos actuado en consecuencia, ya estaría controlada.

La insolidaridad de un mundo cosméticamente solidario, sólo cosméticamente, y las hondas desigualdades sociales, tanto en nuestra sociedad como entre las distintas naciones, hacen imposible controlar al bicho.

La pandemia se ha extendido y se ha hecho fuerte porque ha aprovechado nuestro punto débil, nuestro talón de Aquiles, que no es más que nuestra falta de principios morales y de educación con mayúsculas.

En una sociedad moral, no amoral o inmoral, donde todos vivieran en condiciones dignas, y donde además la educación hubiera dado a todos los ciudadanos unos principios morales sólidos, los mismos que habrían permitido establecer la justicia en esa sociedad, la pandemia habría sido un breve episodio sin grandes consecuencias.

El verdadero caldo de cultivo en el que se multiplica y propaga el virus, es una repulsiva pócima compuesta por la injusticia social, la insolidaridad, el egoísmo, la irresponsabilidad… El caldo de cultivo en el que estamos acostumbrados a vivir y que ahora se nos ha hecho inhabitable. Pero no tenemos otro.

En el pecado está la penitencia.

Si hubiéramos entendido a tiempo que nada humano me es ajeno; que cuando doblan las campanas también doblan por mí; y que aquí, o nos salvamos todos o no se salva nadie, otro gallo cantaría. Y también me atrevo a decir que, aunque lo están pagando justos por pecadores, es tristemente cierto que tenemos lo que merecemos.

 

Bárbara no nos traerá nada.


Alex no nos trajo nada de nada; Bárbara tampoco nos traerá nada, con lo que acabaremos este octubre con tres miserables litritos de agua. El mes de octubre más seco desde el año 1999, en el que instalé un pluviómetro en casa.

Ya sé que esto no le importa a casi nadie, mientras haya agua en el grifo. Pero es que hay más agua de la que hablar fuera de la de los grifos. Los montes están secos a rabiar y los embalses van bajando de nivel día tras día. Pero como he dicho, mientras haya agua en el grifo…

Está siendo malo este otoño. Por muchas cosas; por esto también. ¡Qué bien vendrían varios días de lluvias mansas pero constantes! ¡Qué bueno sería que cuando llegara el frío encontrara los montes húmedos, la tierra mullida…!

Pero no. De momento no se ve, ni siquiera a largo plazo, que vaya a llover. Necesitaríamos que Clement, la próxima borrasca, entrara por el golfo de Cádiz y no por Galicia, que ya tiene bastante agua. Pero la tal Clement hará lo que le dé la gana, y como las borrascas no tienen misericordia por las tierras de las que se olvida la lluvia, ni sentido de la justicia, pues igual pasamos otra vez la mano por la pared.

Acabo con la cierta y odiosa frase de moda, es lo que hay.

domingo, 18 de octubre de 2020

Imágenes de una excursión.

Andar por caminos solitarios, sin ver a nadie en todo el día, rodeado de silencio y naturaleza es ejercicio físico, pero también espiritual. Mientras avanzo por caminos y senderos, contemplo, pienso, me integro en el entorno que parece ignorarme, o hacerme suyo, no sé. En cualquier caso siempre queda algo que va mucho más allá de lo que puedan recordarnos las fotos,

Comparto algunas de una reciente excursión.

Los chopos en otoño dan su inconfundible nota de color.

Y los servales.

En un recodo del camino me encuentro con corzo, que se aleja sin mucha prisa.

Estas bonitas flores secas me acompañan durante varios kilómetros a ambos lados del camino.

Las bayas de los escaramujos destacan con su rojo intenso y brillante.

Y llegando al pueblo un bosquecete de coníferas me recuerdan otros bosques.


Semana poca gracia.

            NOTA DE LA SEMANA: 3

A la marcha que vamos, este mes de octubre será el más seco del siglo, de lo que llevamos de siglo, al menos en el pluviómetro de mi casa. Porque esta semana que empezamos, rica en nubes, será, una vez más, pobre en lluvia. De momento parece que tan solo el jueves, con mucha suerte, podría lloviznar o llover muy poquito.

Vientos variables, flojos en general, temperaturas al alza, oscilando entre los 15 y los 25, o incluso más, y mucha nube. O sea una semanita poca gracia, “sense chicha ni llimoná”. Quizá hacia el fin de semana vuelvan a bajar las temperaturas.

Mal otoño está siendo por aquí para las setas, porque el monte está tan seco que no es que no hay rebollones; es que no hay nada de nada, “setilmente” hablando. Y probablemente, como parece que llegará el frío antes que el agua, ya no saldrán este año. Quizá si el jueves lloviera bien por el interior…

Y poco más hay que decir de momento. Lo dicho, poca gracia, por eso le pongo un 3 y no más. Y el 3 lo tiene porque no hay ponientes fuertes, que ya es mucho.

sábado, 17 de octubre de 2020

Hoy hubiera cumplido cien años Miguel Delibes.


 

Hoy hubiera cumplido cien años Miguel Delibes. Valga esta entrada como humilde homenaje a este grandísimo escritor con cuyas obras he vivido momentos inolvidables como lector y como profesor de lengua.

Mucho en común tiene mi pensamiento y mi forma de entender la vida con él. Empezando por su fe, siempre se declaró cristiano y católico, fe que se puede ver, de un modo sutil pero cierto, a lo largo de muchas de sus obras.

También comparto su profunda preocupación por la naturaleza y el mundo rural, y su compromiso activo por defenderlos, lo que han hecho de él un modelo para mí de cómo, si de verdad los amamos, podemos desde nuestro lugar en el mundo, por humilde que sea, hacer algo por ellos; empezando por respetarlos. Y comparto plenamente con él su análisis de lo que está sucediendo.

Su capacidad para entender el mundo de los niños también me ha resultado asombrosa. Es capaz de pensar como ellos piensan, hablar como ellos hablan, sentir como ellos sienten, y trasmitirlo con un dominio de la lengua realmente admirable.

Así mismo me ha cautivado su sensibilidad ante el dolor humano, su manera delicada y respetuosa de acercarse a él, su forma contenida pero hondísima de expresarlo y compartirlo en sus obras.

Y su amor apasionado e incondicional por esa lengua, el castellano o español, que ha trabajado con mano de artista, y ha cuidado y defendido como un padre a su hijo. ¡Qué castellano más bonito, qué claro, qué limpio, qué rico! ¡Cuántas palabras he aprendido con él que utilizo ahora! Han sido como regalos que me ha hecho a lo largo del tiempo.

De su extensa obra, la cual he leído íntegramente, quiero hoy recordar tres libros especialmente significativos para mí. Un mundo que agoniza, pequeño librito que incluye su discurso de entrada en la RAE, y que es un clarividente análisis del deterioro de la naturaleza y del mundo rural en aras de un progreso mal entendido.

Recuerdo también Señora de rojo sobre fondo gris. Es el libro más conmovedor que he leído. Dedicado a su esposa, que falleció muchos años antes que él, me abrumó y emocionó hasta las lágrimas, por la delicadeza, la ternura, el amor en estado puro…, y la infinita tristeza que hay en sus páginas.

Y para acabar no puedo menos que hablar del libro que he leído más veces en mi vida, y que no me canso de leer, El camino. Algunas de mis mejores y más memorables clases han sido leyendo este libro. El silencio y la atención, manifestadas de un modo entrañable en las caritas de mis alumnos, no se me olvidarán jamás. Y el día en que acabábamos el libro, confieso sin vergüenza, que se me hacía un nudo en la garganta; nudo que sabía compartido con muchos de ellos, cuando leía, solemne y pausadamente los últimos párrafos. Y estallaban después en un aplauso impresionante.

—¡Mochuelo!

Se arrojó de la cama, exaltado, y se asomó a la carretera. Allí abajo, sobre el asfalto, con una cantarilla vacía en la mano, estaba la Uca-uca. Le brillaban los ojos de una manera extraña.

—Mochuelo, ¿sabes? Voy a La Cullera a por la leche. No te podré decir adiós en la estación.

Daniel, el Mochuelo, al escuchar la voz grave y dulce de la niña, notó que algo muy íntimo se le desgarraba dentro del pecho. La niña hacía pendulear la cacharra de la leche sin cesar de mirarle. Sus trenzas brillaban al sol.

—Adiós, Uca-uca —dijo el Mochuelo. Y su voz tenía unos trémolos inusitados.

—Mochuelo, ¿te acordarás de mí?

Daniel apoyó los codos en el alféizar y se sujetó la cabeza con las manos. Le daba mucha vergüenza decir aquello, pero era ésta su última oportunidad.

—Uca-uca... —dijo, al fin—. No dejes a la Guindilla que te quite las pecas, ¿me oyes? ¡No quiero que te las quite!

Y se retiró de la ventana violentamente, porque sabía que iba a llorar y no quería que la Uca-uca le viese. Y cuando empezó a vestirse le invadió una sensación muy vívida y clara de que tomaba un camino distinto del que el Señor le había marcado. Y lloró, al fin.

 

Gracias don Miguel, por su vida y por su obra.

viernes, 16 de octubre de 2020

Tiempo de madroños.

Tiempo de madroños. Es curioso cómo este bonito arbusto, espléndido en esta época del año, pasa bastante desapercibido. Sus hojas, verde oscuro; sus flores, pequeñitas y blanquecinas; sus frutos, desde el verde al rojo oscuro, pasando por un naranja precioso, lucen ahora en todo su esplendor. Y todo a la vez, las hojas, las flores, los frutos en sus distintos momentos de maduración; todo un espectáculo. Además, cuando están en su sazón son dulces, sabrosos y muy sanos.

Y ahí están; muriéndose de risa. Pocos se paran a mirarlos; ahora, en el monte todo el mundo corre a pata o con ruedas. Y claro, nadie tiene tiempo para contemplar, y menos para saborear sus frutos. ¡Qué mundo este!

En fin, es tiempo de madroños, y salir a disfrutarlos y recoger algunos en una cestita puede ser un buen plan. Son tan decorativos, y están tan buenos. Sacarlos como postre tras una buena comida puede ser todo un puntazo.

 "¡Huy qué bonito! Y están güenos. De dónde los has sacado. De un buen supermercado; cuestan una pasta ¿sabes?"






jueves, 15 de octubre de 2020

Quizá en otros paises...


 

Es tiempo de suscribir un pacto educativo global por y con las jóvenes generaciones, un pacto que comprometa a familias, comunidades, escuelas, universidades, religiones, instituciones, gobernantes, a la humanidad entera, para formar personas maduras.

Esto decía hoy el Papa, en un tuit, y yo le respondo así:

 Apunta muy alto Santidad. Duelen sus palabras a cualquier español preocupado por la educación y que además ha dedicado su vida a ella, y no porque no sea legítimo su deseo, sino porque mete el dedo en una llaga muy dolorosa. Pide un pacto por la educación a nivel global, cuando en España, nuestros políticos, no han sido capaces de llegar a ese pacto desde que volvimos a la democracia. Y seguirán sin ser capaces mientras el sistema educativo, en caída libre, se deteriora día tras día. ¿Cómo podemos los españoles ni tan siquiera soñar con algo así cuando en nuestro país vemos lo que vemos? Quizá en otros países menos cainitas, y con políticos dignos e inteligentes sea posible acercarse a su sueño, Santidad; pero aquí, no. Y esto me causa una profunda tristeza y una rabia poco cristiana. Rece por nosotros.

Un libro para el día de santa Teresa de Jesús.


Como ya he dicho, con ocasión de la fiesta de santa Teresa, voy a hablar de un libro. Si os gusta leer lo pasaréis muy bien. Se titula Y de repente Teresa. Es de Jesús Sánchez Adalid, y nos lleva a aquellos tiempos contradictorios y apasionantes en los que vivir como vivió santa Teresa era una impresionante aventura; aunque bien pensado creo que ahora pasaría lo mismo que pasó entonces, o peor.

Conoceréis más afondo a la santa. Entenderéis a la Inquisición, con sus luces y sus sombras, porque también tuvo luces. Podréis disfrutar de preciosas y profundas conversaciones entre los personajes. Veréis honestidad y mezquindad, juntas, como ahora. Paisajes, costumbres y el modo de vida de aquel siglo prodigioso desfilarán ante vosotros.

Y no os aburriréis, pues teniendo mucho de historia, es una novela que te capta desde el principio, costándote dejarla por eso de, "voy a leer un poco más, a ver qué pasa".

De este libro ya hablé el 25 de abril de este año, en pleno confinamiento, pero hoy creo que es un buen día para volver a hacerlo. A continuación tenéis la ficha bibliográfica.

 

FICHA BIBLIOGRÁFICA

Sánchez Adalid, Jesús

Y de repente, Teresa.

Editorial B.S.A. (Licencia para el Círculo de Lectores)

1ª edición. Barcelona, 2014.

ISBN 978-84-672-6300-8

Nada te turbe, nada te espante.


 

Con un libro que recomiendo muy vivamente, y del que hablaré en la próxima entrada, y el necesario poema, y más en los tiempos que corren, Nada te turbe, quiero celebrar la fiesta de Santa Teresa de Jesús, que es hoy.

No es casual que, de entre la impresionante obra literaria de la santa, sea este poema uno de los más conocidos, si no el que más. Es sencillo y profundo, y pone el dedo en la llaga del dolor humano, en esa herida que todos tenemos y que a veces duele, y mucho; y que a veces nos deja descansar; pero que aun entonces sabemos que está ahí. Por eso es como un bálsamo escuchar a santa Teresa decirnos desde el siglo XVI:

María, Pepe, Nieves, Manolo, Marta, Antonio, Paula, Pablo… (Pon tu nombre antes del Nada).

_____Nada te turbe;

nada te espante;

todo se pasa;

Dios no se muda,

la paciencia

todo lo alcanza.

Quien a Dios tiene,

nada le falta.

Solo Dios basta.

 

Eleva tu pensamiento,

al cielo sube,

por nada te acongojes,

''nada te turbe.''

 

A JesuCristo sigue

con pecho grande,

y, venga lo que venga,

''nada te espante.''

 

¿Ves la gloria del mundo?

Es gloria vana;

nada tiene de estable,

''todo se pasa.''

 

Aspira a lo celeste,

que siempre dura;

fiel y rico en promesas,

''Dios no se muda”.

 

Ámala cual merece

bondad inmensa;

pero no hay amor fino

sin ''la paciencia.''

 

Confianza y fe viva

mantenga el alma,

que quien cree y espera

''todo lo alcanza.''

 

Del infierno acosado

aunque se viere,

burlará sus furores

''quien a Dios tiene.''

 

Vénganle desamparos,

cruces, desgracias;

siendo Dios tu tesoro

''nada le falta."


Id, pues, bienes del mundo;

id dichas vanas;

aunque todo lo pierda,

''solo Dios basta.”


Este es el poema completo. La primera estrofa es la más conocida, pero si habéis seguido leyendo habréis visto que el resto del poema no es más que una ampliación, una clarificación de los versos iniciales.

Os dejo con santa Teresa.

¡Y felicidades a las Teresas, Teres, Teresitas, Teresines...!

miércoles, 14 de octubre de 2020

Pero sin engañar.


 

Por casualidad vi el otro día un vídeo en el que se cantaba una canción titulada Qué xula es la mascareta*. Tras la conmoción inicial lo vi más detenidamente, y descubrí lo interesante que es analizarlo. Y es lo que voy a hacer.

Vaya por delante mi respeto por quienes lo han hecho, adultos y niños. Es un intento de hacer entrar a los más pequeños en esta fea situación en la que estamos, y eso es bueno. Sí; cualquier intento de que niños, jóvenes, adultos y ancianos, cada lector que se sitúe donde quiera, hagamos lo que hemos de hacer para que este infierno acabe pronto, es bueno; hasta necesario, diría yo.

Pero sin engañar.

Y el problema de este vídeo, teniendo aspectos buenos, es que en el fondo está montado sobre una inmensa mentira, una falsedad. Ninguna mascarilla es chula, aunque esté llena de dibujitos, perlitas, brillitos, banderitas o cualquier cosa aplicable al desgraciado artilugio. Porque es eso, un desgraciado pero necesario artilugio. Y aunque la mona se vista de seda, mona se queda.

No creo que cambiar la realidad para que sea más fácilmente digerible sea un camino que nos lleve a ningún lugar deseable, sino al desencanto y la frustración, porque por muchas “monás” que hagamos, la realidad seguirá siendo la realidad, y siempre se impone.

Lo que ocurre es que esto es lo que se está haciendo en la educación hace ya demasiado tiempo, y así nos va. Se les oculta la realidad a los niños y no tan niños a lo largo de toda la etapa obligatoria, con leyes estúpidas, normativas ridículas, y un lenguaje donde a nada se le llama por su nombre, para que luego se encuentren con un mundo académico y laboral donde las cosas son de verdad lo que son; o lo intentan.

Y esto no se hace. Es una fea zancadilla.

A los niños no se les debe decir que la mascarilla es chula. Es algo que hemos de llevar, nos guste o no; que molesta; que dificulta nuestra comunicación; que deseamos podérnosla quitar lo antes posible. No es chula, es una desgracia, aunque lleve dibujados a Blancanieves y los siete enanitos o a Harry Potter.

Y así, los niños aprenderán que hay cosas en la vida, permitidme el palabro, que joden, y mucho. Y la tarea del maestro, del profesor, es ayudarles a sobrellevarlas, no disfrazarlas, o negarlas. No se trata de adaptar la realidad al niño, sino de ayudarle al niño a aceptar la realidad, porque sólo así podrá sobrellevarla y, si puede y quiere, intentar cambiarla.

La idea del vídeo y la canción, muy bien. El planteamiento subyacente muy mal, pero responde a nuestro melifluo, edulcorado, nefasto, incoherente y caótico sistema educativo.

*Si queréis ver el vídeo teclead su nombre en internet. Yo no quiero poner ningún enlace a él en el blog.

martes, 13 de octubre de 2020

Sobre cazadores y pescadores.


No comer miel por no estropear la casita de la abejita Maya, o pescado por si mato a Nemo, o garbanzos por si me como a Garbancito, o ciervo por si era la mamá de Bambi, es un comportamiento bastante imbécil.

Y no por eso extraño, sino más bien frecuente, y cada vez más. Sobre todo en las ciudades, o en los pueblos que han dejado de serlo, es donde más han prendido estas ñoñeces simplonas, signo claro del alejamiento de la naturaleza y del desprecio, nunca reconocido, del mundo rural.

Esto viene a cuenta de que ayer se abrió la veda y el mundo de la caza se puso en marcha. Y estoy seguro de que habrá quien, desde estas ñoñas tonterías, aliadas con peregrinos razonamientos presuntamente ecologistas, estarán lamentado el “bichicidio” consentido por las autoridades que aún tienen el suficiente sentido común como para consentirlo.

Si bien es cierto que a lo largo de la historia se han cometido atrocidades, y se siguen cometiendo, en nombre de la caza, también es verdad que la reglamentación a la que está sometida actualmente la caza en España es tan exhaustiva y estricta que hace difícil, sino imposible, cualquier abuso.

Y por otra parte hay que reconocer que si alguien cuida el monte y se interesa de verdad por él, son los cazadores. Cuidan los caminos, se ocupan de que haya agua y comida para los animales, y tratan de que siga verde y limpio, sea en cotos públicos o privados. Además gozan de una íntima relación con la naturaleza que sólo ellos conocen.

Y lo mismo podríamos decir de los pescadores en los ríos. La caza y la pesca están hoy en día totalmente dentro del equilibrio ecológico de nuestro ecosistema, y no sólo no lo agreden, sino que colaboran activamente a su mantenimiento, aunque sólo  sea porque en montes sanos y ríos limpios se caza y se pesca mejor.

Por eso, esos planteamientos urbanitas contra la caza, incluso contra la pesca, carecen de una justificación mínimamente seria. Sólo se sustentan en la ñoñez a lo Walt Disney, en un desconocimiento y alejamiento del entorno natural y rural, y en planteamientos ideológicos muy simplones.

Nos haría bien, antes de denostar a cazadores y pescadores, leer a Ortega y Gasset o Delibes, por ejemplo; ambos, ciertamente preocupados por el medio ambiente y comprometidos con él, sobre todo Delibes. Pero es cultura de verdad, y claro… En la ignorancia y las posturitas políticamente correctas se siente uno mejor, más arropadito, más cómodo. Piensan por ti y te hacen creer que lo has pensado tú.

Y el caso es que a mí no me gusta ni cazar ni pescar. Como no me gustan ni la salsa, el merengue o el rap, pero no por eso desprecio, persigo o prohibiría, si tuviera potestad para hacerlo, ninguna de estas formas de música. Simplemente no las escucho.

Pues nada. Deseo a todos los cazadores una feliz temporada de caza, como a los pescadores; que sigan pescando a gusto. Que disfruten, y de paso cuiden nuestros montes y ríos como no lo hacen, entre otras porque no sabrían cómo, los que los critican y desearían su desaparición.