FRASES PARA PENSAR.

SE DARÁ TIEMPO AL TIEMPO,
QUE SUELE DAR DULCE SALIDA A MUCHAS AMARGAS DIFICULTADES.

Cervantes en el Quijote.

lunes, 31 de mayo de 2021

En el Día mundial sin tabaco.


Hoy es el Día mundial sin tabaco, y no me resisto a escribir unas líneas sobre ello. Eso sí, con todo el respeto del mundo hacia los fumadores, por tres motivos. El primero es que tengo amigos muy queridos que lo son; el segundo, que estoy seguro de que lo son a su pesar y que si apretando un botón dejaran mañana mismo de serlo, lo harían sin dudar. El tercero, que el que yo no lo sea no es en absoluto mérito mío.

Después de todo somos, como diría Blas de Otero, ángeles con grandes alas de cadenas. Cada uno tiene las suyas, y desde esta perspectiva, el tabaco es una de ellas. Y hay tantas… ¿verdad? Quien esté libre de pecado que tire la primera piedra.

Pero no es de los adultos, que arrastran su cadena como pueden, de lo que quiero hablar, sino de los que no sufriéndola aún, se la cargan gustosos, ajenos al peso que les acabará suponiendo.

Hablo de los niños y adolescentes que empiezan a fumar. Y de uno en concreto al que he visto ya varias veces pasando por la calle donde vivo. Rondará los catorce años. Baja y sube cada día, con sus amigos, camino del instituto. Todos llevan su mascarilla excepto él que, ufano, “pagao” de sí mismo, la lleva por la barbilla para poder fumar. Y lo hace con esa “gracia y salero” de quien exhibe su superioridad sobre los demás. Fuma como un hombre, diríamos; como toda una mujer, que tampoco nos van a la zaga en esta cuestión. Y estoy seguro de que se sentirá orgulloso de sí mismo. Hasta pensará que causa envidia y admiración. Que es libre porque hace lo que le da la gana...

Si supiera, si tan sólo intuyera, la inmensa pena que da. Lo patético que resulta. Pero para cuando caiga en la cuenta de eso, igual ya es tarde.

A él van dedicadas estas líneas que no leerá nunca.

domingo, 30 de mayo de 2021

Previsiones inciertas.

 NOTA DE LA SEMANA: ¿?

Semana esta que viene difícil de predecir. De las que hay que seguir las previsiones día a día, pues la atmósfera parece que estará bastante revuelta.

No hablamos ni de grandes calores, ni mucho menos de grandes fríos, ni de ventoleras. Hablamos de nubes, de posibilidad de lloviznas, de lluvias e incluso de tormentas. Pero sólo posibilidad.

A día de hoy, el día más inestable parece que será el martes, y los más tranquilos, mañana y el miércoles. Y del jueves en adelante, a saber. Poco más se puede decir con certeza.

Por esto, porque no sé cómo va a acabar siendo la primera semana de junio, no puedo ponerle nota.

Seguimos en modo primavera.


sábado, 29 de mayo de 2021

David y Goliat.

 

Hay ahora un anuncio que ha tomado como referencia la historia de David y Goliat. Por poco que veáis la tele lo habréis visto ya. Me llamó la atención porque me pareció inteligente, y entre tanta basura publicitaria se agradece algo bien hecho, al margen de que sea más o menos verdad lo que se publicita.

Y pensé, este spot parte de la curiosa base de que la gente conoce la historia de David y Goliat, que está en la Biblia. Y sí, es cierto que hoy día una inmensa mayoría conoce esta historia.

Pero también es cierto que, según los planes de estudio, en esta España nuestra, al cabo de unos años, muchos niños no tendrán ni la más mínima idea de quienes fueron estos señores, porque las autoridades educativas se están empleando a fondo para erradicar toda referencia religiosa que pueda “alienar” a nuestros niños y jóvenes.

Hay que ser muy fanático e inculto, ambos rasgos suelen ir unidos, para ignorar, despreciar y ocultar el hecho religioso presente en nuestras vidas, y empeñarse en que no sea trasmitido a las nuevas generaciones. Nuestra historia; nuestra pintura, nuestra escultura, nuestra arquitectura, nuestra música, nuestra literatura, nuestra gastronomía, nuestras tradiciones, nuestro lenguaje, y tantos otros aspectos de nuestra cultura, no pueden entenderse cabalmente sin la religión, le pese a quien le pese.

Por esto, la religión es un elemento básico, necesario e imprescindible, al que tienen derecho las nuevas generaciones, para poder vivir en plenitud la riqueza del mundo en el que han nacido. Y debía ser asignatura obligatoria en todos los colegios e institutos del país.

Ahora bien, la religión como elemento cultural. No la fe. No es lo mismo. La trasmisión de la fe debe darse en otros ámbitos, la familia, la parroquia, las comunidades de creyentes, las asociaciones juveniles confesionales, las relaciones personales…

Pero todos tienen derecho, sean creyentes o no, a tener una formación religiosa sólida. No hace falta tener fe para conocer la historia de David y Goliat y saborear toda su riqueza, que no es poca. Ni el conocerla tiene por qué llevar a nadie a tener fe.

Porque es, aparte de una historia bíblica, un cuento bonito para contar a los niños. Y al joven, débil e indefenso frente al poderoso guerrero, se lo encontrará después ese niño, cuando no sea tan niño, en pinturas, en esculturas, en la música, en el lenguaje, incluso en su propia vida, sirviéndole quizá, para tener ánimo cuando sabiéndose David tenga que enfrentarse a los muchos Goliat que te encuentras en la vida.

No, nadie tiene derecho a mutilar en nombre de no sé qué extraña liberación, nuestra propia cultura. Nadie tiene derecho a empobrecer la formación de nuestros niños y jóvenes privándoles de un elemento tan esencial para entenderla. Nadie tiene derecho a ocultar a las nuevas generaciones que somos lo que somos y como somos, en gran parte por todo ese tejido que nuestros antepasados elaboraron durante siglos para relacionarse con Dios, creamos o no en su existencia, tejido riquísimo al que llamamos religión.


viernes, 28 de mayo de 2021

Actualización fin de semana del 29-30 de mayo de 2021.

Lo que llamamos buen tiempo es lo que tendremos este fin de semana. Dos días parecidos. Cielos despejados o casi, vientos flojos, temperaturas agradables, entre 14 y 27 más o menos. ¡Vamos, ideales para estar al aire libre!

Y poco más hay que decir. Aprovechadlo porque la semana próxima, de momento, se ve más mareadita. Veremos.


Concienciar, informar y sancionar.


Me ha resultado curioso el cartelito que he visto en una excursión por la sierra. Por supuesto que estoy de acuerdo con él íntegramente, como casi todo el mundo. Sin embargo me llama la atención el desigual seguimiento de los consejos por parte de la gente. Y más aún, el control que hay, para que se respeten todos sin excepción: ¡ninguno!

El camino es concienciar, informar y sancionar a los infractores. Concienciados, con eso de la sostenibilidad y demás lugares comunes de moda, debemos estar todos, excepto algún que otro tarugo. Informados también, ahí está el cartelito, y hay más; pero ¿dónde están los forestales vigilando  o la Guardia Civil multando cada fin de semana, cuando la sierra se convierte en un putiferio?

Muy desgraciadamente, en la sociedad en la que vivimos, no basta la concienciación y la información. Es necesaria la sanción. Y cuando a uno de esos gilipollas que se sienten por encima de todo y de todos le claven mil euros de multa, y no se la pueda quitar ningún amiguete, el boca a boca empezará a surtir efecto. Es lamentable, pero es así.







miércoles, 26 de mayo de 2021

Una ola de color.

Ya a principios de abril, en las zonas más bajas, cerca del mar, las amapolas nos dicen que es primavera, y poco a poco van a ir llenando con su rojo intenso nuestros montes y campos, ascendiendo conforme el tiempo pasa hasta principios de junio. Y en las regiones más altas y frías florecerán ya casi en verano. Es como una ola de color que desde el mar trepa poco a poco a las tierras más altas. Y su fin, allí, marca el inicio del estío.

Ahora, en la Serranía, están en todo su esplendor, regalándonos un espectáculo de una belleza abrumadora. Bordeando los caminos, delimitando campos, decorando ribazos, entre los pinos, los romeros y los tomillos, en los trigales, la cebada o el centeno, junto a los arroyos, exhiben su rotunda presencia, y su belleza inaprehensible; no podemos hacer un ramo de amapolas, mueren en cuanto las sacas de su tierra.

Son de una belleza rotunda, frágil y efímera.

 


















martes, 25 de mayo de 2021

Impresionante el embalse de Loriguilla.

Para contrarrestar la horrible foto de la anterior entrada, comparto unas cuantas de la cola del embalse de Loriguilla hechas anteayer. ¡Impresionante! Nunca lo había visto tan alto. Se puede entrar en barca por el cañón del Turia; vimos una a motor que lo hacía. Y la cascada de Domeño desaguando a lo grande. Todo un espectáculo. Y hoy, que he estado también por allí, aún lo he visto más más alto. Sigue entrándole el agua de la cascada, la que baja por el cauce y la del río Tuejar.














lunes, 24 de mayo de 2021

No tenemos derecho.


Comparto un tuit del papa Francisco de ayer mismo. Me llama la atención tanto lo que dice como el cómo lo dice. Y es que estamos muy lejos de reconocer como pecados graves las agresiones contra la naturaleza. El Papa lo tiene muy claro.

Cada año desaparecen miles de especies vegetales y animales que nuestros hijos ya no podrán ver, perdidas para siempre. Por nuestra causa, miles de especies ya no darán gloria a Dios con su existencia. No tenemos derecho.

domingo, 23 de mayo de 2021

Casi toda de levantes.

NOTA DE LA SEMANA: 9.

A este domingo lluvioso y fresco le seguirá un lunes despejado y caluroso, con una subida de las máximas de más de 10 grados, acercándose a los 30, y vientos secos del oeste y noroeste. El martes volverán a bajar situándose en los 23, al entrar levantes, y el resto de la semana, irán recuperándose otra vez poco a poco. Las mínimas no tendrán tanta variación, aunque también tendrán tendencia a subir hacia el fin de semana, rondando hasta entonces los 12 o 13. En cuanto al viento, flojo toda la semana.

El cielo, excepto mañana, el típico de situaciones de vientos marítimos; sol y nubes jugueteando. Y de lluvias, no se ve ninguna, aunque tampoco se veía el domingo pasado y mirad hoy; ya llevamos 10 litros y aún puede llover más; aunque algunos modelos dan lloviznas entre martes y miércoles.

Esto es lo que se ve ahora. Si se cumple, puedo ponerle, contando con la lluvia de hoy, un 9, porque es bueno que llueva en mayo. Ahí está la expresión como agua de mayo, para decir que algo nos ha venido muy bien.


Una cabronada inadmisible.


 

Si no lo veo no lo creo. Y desde luego, no encuentro palabras para calificar la decisión de las autoridades de hacer firmar a todos aquellos menores de 60 años un consentimiento para que se les administre la segunda dosis de astrazeneca. Imagino que con el objetivo de que si luego les pasa algo, es su responsabilidad, yo me lavo las manos. ¿Para qué ha firmado?

Después del desconcierto y el miedo generado durante meses, desconcierto y miedo de oscuras y turbias causas ajenas a la medicina, alrededor de la vacuna británica, y de haber vacunado con la primera dosis ya a muchísima gente, en educación a todos, dejar la decisión de cómo acabar el proceso de inmunización en manos de los ciudadanos de a pie, me parece una cabronada de dimensiones inimaginables.

¿Qué criterio puede tener una persona, ajena del todo a la medicina, para tomar esta decisión estrictamente médica? Ese miedo, solo ese miedo sembrado durante meses por la incompetencia de los políticos a través de los medios de comunicación.

En una situación de confusión y miedo, con un profundo hartazgo y con un tímido principio de esperanza amenazado por la incertidumbre, hay que tomar una decisión médica sin ningún dato objetivo, y sin ningún asesoramiento  en el que basarse para tomarla.

De verdad que no lo entiendo. Esto va a generar más preocupación y más ansiedad todavía en muchísima gente que no tiene ni la más ligera idea de qué es lo mejor. Y no tiene por qué tenerla. ¡Cómo si no hubiéramos soportado ya bastante preocupación y bastante ansiedad!

Las dos opciones son buenas, nos dicen, pero para completar la vacunación con la misma vacuna con la que se empezó, hay que firmar que asumo yo la responsabilidad de lo que me pase. ¿Yo? ¿Qué se yo, por Dios? El sentido común me dice que empezar con una y acabar con otra no está claro. Pero para que me pongan la misma he de firmar. ¿Tan peligrosa es? Y si no lo es, ¿por qué he de firmar?

Este planteamiento de la firmita de marras lo veo inadmisible, y aún más, delictivo. Es un delito forzar a que la gente tome una decisión tan importante, tanto a nivel personal como colectivo, sin más criterio que el único que le han dado, el miedo. Porque lo demás es confusión.

Habrá quien dirá, pues yo ninguna de las dos, “¡a fer la ma, gilipollas!” Y eso, desde luego, no es bueno. Pero es una reacción perfectamente comprensible, y justificada.

Ni estos, ni los que firmen, ni los que no firmen, son responsables de nada. Los responsables son los imbéciles que nos han llevado a esta lamentable situación. De verdad que si fuera millonario los denunciaba, porque seguro que este desacato estará tipificado en el código penal.

sábado, 22 de mayo de 2021

Tin Tin y Milu volando.

Tin Tin y Mulu, volando.

Los aviones pasan muy bajo sobre las Rodanas para aterrizar en Manises. A veces los fotografío. Ayer por la mañana fotografié este, y al llegar a casa vi en el ordenador el curioso modo en que iba decorado. No sé si es una compañía aérea, probablemente belga, que lleva este diseño o este avión en particular.


viernes, 21 de mayo de 2021

Actualización fin de semana del 22-23 de mayo de 2021.

No es la primera vez que tendremos, si se cumplen las previsiones, un fin de semana en blanco y negro. Sábado soleado y agradable y domingo gris, lluvioso y hasta fresquito.

Esto si se cumplen, porque lo que vaya a suceder el domingo, como casi siempre que hablamos de lluvia, está por ver. Hay modelos que dan mucha; otros unas lluvias “apañás”, sin excesos; otros, cuatro gotas “mal contás”; y otros nada de nada, solo un día fresco y gris, feucho.

¿Qué pasará al final? Emoción.


Ahora que se acerca el verano 2.

Hablaba en la anterior entrada de los miedos y prejuicios. Miedo a tomar decisiones que puedan restar votos, y prejuicios propios de otros tiempos que, en virtud de la cargante y profunda imbecilidad del paradigma falso de las derechas y las izquierdas, impiden un análisis de la realidad objetivo, previo a cualquier actuación eficaz.

Empezaremos por los miedos. Miedo a gestionar de un modo razonable el impacto de las carreras de montaña, los corredores y las bicicletas en el medio natural. Están causando verdaderos destrozos, algunos irrecuperables, sobre todo en la red de senderos, y en algunos lugares fuera de ellos. Miedo a acometer reformas legislativas sobre la propiedad privada, para facilitar la adecuada intervención en los montes. Miedo a restringir determinada actividades o a controlar aforos en muchos parajes que no pueden soportar la presión deportiva y turística. Se les llena la boca con la palabra sostenibilidad, y no tienen lo que hay que tener para aplicarla a aquello que realmente necesita ser “sostenido”.

Siguiendo por los prejuicios, hemos de poner el dedo en el más incapacitante de todos, la aversión sistemática, y a menudo irracional, hacia todo lo privado. Hay un hecho. No hay economía nacional que tenga la capacidad de soportar el coste de la gestión del medio ambiente. Es decir, no hay dinero público para pagar la adecuada atención de nuestros montes y zonas forestales. Por eso están tan abandonados. El monte ha de ser rentable, como lo era antes de que al dejar de serlo se abandonara.

La única salida eficaz son las empresas de gestión medioambiental que gestionan los montes aprovechando la biomasa. Generan puestos de trabajo en las zonas rurales fijando población, aportan riqueza y previenen plagas e incendios.

Pero para ello hay que hacer concesiones de extensos territorios a largo plazo a estas empresas para que su intervención les sea rentable. Y eso supone reformas legislativas sobre la propiedad del entorno natural y una inspección exhaustiva por parte de las autoridades de esa intervención. Y superar la atávica aversión a lo privado, permitiendo la gestión privada con control público.

Y el caso es que no veo otro camino para que nuestros montes y bosques vuelvan a ser sostenibles. Ahora no lo son. Y los adalides de la sostenibilidad, si tuvieran un poco de vergüenza, tendrían que cargar sobre su conciencia el imparable deterioro de la naturaleza que nos rodea. Los páramos que fueron bosques, las fuentes secas, los senderos destrozados, los inviables y peligrosos pinares rebrotados que pronto serán de nuevo pasto de las llamas…

Pero da igual. Estas dos entradas tampoco tendrán muchas visitas, o sea que estas palabras no son más que voz que clama en el desierto. En el desierto que será, porque “nuestros montes no pueden ser un jardín”.



Este letrero, que he visto parecidos en muchos sitios, situado muy cerca de aquí, resume muy bien las agresiones a nuestro medio natural. A la vista está que a algunas de estas advertencias no le hacen ningún caso, y ninguna autoridad hace nada para evitarlo.


jueves, 20 de mayo de 2021

Ahora que se acerca el verano 1.

Vuelvo sobre el tema del medio ambiente, y en concreto de nuestro entorno forestal, cuando el ya próximo verano va a ponerlo todo en riesgo una vez más.

Sé que en contra de lo que parezca no es este un tema que preocupe mucho a la gente. De hecho, las entradas sobre estos temas, en el blog, son de las que menos visitas reciben, lo que a mí me resulta bastante descorazonador.

El origen de la actual situación está en el abandono masivo del medio rural iniciado a mediados del siglo pasado. Y como en esta parte del mundo el medio natural ha evolucionado fuertemente enlazado con la actividad humana durante más de dos milenios, este abandono se traduce en destrucción.

En contra de la opinión de ciertos ecologistas, los de “de porro y garito”, algunos de los cuales han llegado a desempeñar cargos importantes, nuestros campos y montes no podemos dejarlos sin más, como si fueran la selva virgen. Tengo grabada a fuego, y nunca mejor dicho, la frase de cierto político que se atrevió a decir que los montes no pueden ser un jardín. Serán pues desierto, pensé yo. No hay en esto término medio.

Pocas masas forestales tenemos que no hayan conocido el fuego u otras agresiones menos visibles pero también devastadoras a largo plazo. Y la gran mayoría están deterioradas y todas son extremadamente vulnerables.

Urge intervenir en serio y con una planificación a largo plazo. Y aquí está el problema. Esa intervención exige medidas legislativas y económicas, y por lo tanto la voluntad política de emprenderlas.

Y esta voluntad política debe desembarazarse de ciertos miedos, y prejuicios puramente ideológicos, que le impiden cualquier actuación eficaz. Son nuestros políticos en esto, como el chaval que quiere aprobar pero no estudiar. No dudo de su voluntad que, al igual que la mía, es la de cuidar y mejorar nuestros montes, pero no pueden hacer lo que deberían hacer para lograr ese objetivo por el peso de esos miedos y esos prejuicios que son como una cuerda que les ata de pies y manos.

¿Miedos a qué y prejuicios sobre qué? Esto lo desarrollaré en la próxima entrada para no hacer esta demasiado larga, pero anticipo algo ahora ilustrando con unas fotos uno de los más graves problemas, el abandono de los montes quemados.




En la primera foto se ve un pinar que el fuego lo arrasó parcialmente. De modo espontáneo han surgido muchos nuevos pinos, pero demasiados y crecen muy juntos, por lo que ninguno prospera, formando un manto vegetal denso y bajo que es combustible ideal para un nuevo incendio. Había que haber aclarado cuando eran pimpollos que se podían quitar incluso a mano. No ha habido ninguna intervención.

En la segunda se ve que sí ha habido intervención. Se ve cómo crecen los pinos tras aclarar el terreno. Atrás se ve la barrera impenetrable de la zona sin aclarar. Ninguno crece demasiado. El problema es que esta intervención sólo la hacen a los lados del camino. Es inasumible económicamente hacerlo en toda la superficie quemada o arrasada por la última plaga forestal.


miércoles, 19 de mayo de 2021

Romancillo de mayo, de Miguel Hernández.


Comparto hoy otro poema del mes de mayo. Popularizado por Juan Manuel Serrat, es el Romancillo de mayo, de Miguel Hernández, un hermoso canto a la primavera en su mes más esplendoroso. Abril aún tiene zarpazos del invierno, y en junio enseña los dientes el verano, pero mayo…, mayo es la plenitud de la primavera. Y esta plenitud la recoge y la canta nuestro gran y entrañable poeta, Miguel.

 

Por fin trajo el verde Mayo

correhuelas y albahacas

a la entrada de la aldea

y al umbral de las ventanas.

 

Al verlo venir se han puesto

cintas de amor las guitarras,

celos de amor las clavijas,

las cuerdas lazos de rabia,

y relinchan impacientes

por salir de serenata.

 

En los templados establos

donde el amor huele a paja,

a honrado estiércol y a leche,

hay un estruendo de vacas

que se enamoran a solas

y a solas rumian y braman.

 

La cabra cambia de pelo,

cambia la oveja de lana,

cambia de color el lobo

y de raíces la grama.

 

Son otras las intenciones

y son otras las palabras

en la frente y en la lengua

de la juventud temprana.

 

Van los asnos suspirando

reciamente por las asnas.

Con luna y aves, las noches

son vidrio de puro claras;

las tardes, de puro verdes,

de puro azul, esmeraldas;

plata pura, las auroras

parecen de puro blancas

y las mañanas son miel

de puro y puro doradas.

 

Campea Mayo amoroso;

que el amor ronda majadas,

ronda establos y pastores,

ronda puertas, ronda camas,

ronda mozas en el baile

y en aire ronda faldas…

 

Es el poema un lienzo en el que naturaleza y hombre se funden en una unidad gozosa e indisoluble. La vida que brota en montes y campos, envuelve a la aldea colmándola de belleza y abriéndola al amor como máxima expresión de esa vida, como su definitiva justificación.

Vida, belleza y amor, los tres grandes protagonistas de un poema que nunca cansa leerlo, ni cantarlo. Pulsad a continuación si queréis oírselo a Juan Manuel Serrat. Romancillo de mayo.

martes, 18 de mayo de 2021

Un momento redondo, perfecto.


Regresaba esta tarde de una excursión por las montañas de Santo Espíritu, cuando andando por el camino que lo rodea, llegando ya al coche, se ha producido uno de esos momentos redondos, perfectos.

Tarde tibia, cielo muy azul, el sol, ya bajito, iluminando la montaña de la cruz que se eleva sobre el pinar. Nadie. Sólo se oían los trinos de los pajarillos en el silencio. Y entonces, las campanas tocando las ocho de la tarde. Poco después, un tañido diferente llamando a la oración.

Nos ha envuelto una inmensa sensación de paz. ¡Qué bien se está aquí y ahora! El momento, breve después de todo, parecía tocado de eternidad y de infinito.

Y no lo digo porque quede bien o resulte más o menos literario, sino porque es verdad. Porque es verdad. Una verdad que a menudo se nos va, como el agua entre las manos. Pero que existe.

lunes, 17 de mayo de 2021

No son manías, creo yo.


Me comentaban el otro día que tenía “manías meteorológicas”, y que después de todo tan natural es el poniente como el levante, y la lluvia como la sequía. Y eso es verdad. Por eso voy a explicar mis “manías” que se incrementarán de cara al verano, como siempre. Lo sé; y bien que me fastidia.

Yo, más que “manías meteorológicas” las llamaría conciencia medioambiental, y bien viva, muy a mi pesar. Porque a mí, personalmente, no me molesta el poniente, ni las temperaturas altas, como tampoco me molesta el levante o el frío. Ni la niebla, ni la lluvia, ni la tormenta. La naturaleza es como es.

Lo que me molesta, y mucho, es el impacto que determinados fenómenos naturales tienen sobre un medio ambiente, el nuestro, abandonado a su suerte desde hace muchos años; por muchos parquecitos que haya, con sus letreritos y sus vallitas de madera la mar de monas.

No habiendo, como no hay, una gestión integral y a largo plazo de nuestros montes y bosques, con el cambio climático en marcha y el abandono del mundo rural, convertido, en el mejor de los casos, en polideportivo al aire libre, el poniente, y más en verano, es una bomba de consecuencias devastadoras.

Hemos perdido, he perdido, maravillosos parajes devorados por el fuego y abandonados después, que están ahora verdes, a la espera de otro incendio, pues son masas de pinos pequeños intransitables o matorral, también intransitable. Pólvora.

Por esto me preocupo, sobre todo en verano, cuando no llueve, cuando suben las temperaturas demasiado, y sobre todo cuando entra el poniente. Y no es por mí, es por nuestro medio ambiente.

Si viviera en una tierra donde de verdad se respetara la naturaleza y se gestionara con inteligencia el medio ambiente, disfrutaría también de esos días tórridos de cielos azules, de crepúsculos prodigiosos, que nos trae el poniente en verano. Y no me agobiaría tanto cuando la lluvia se olvida de nosotros, cosa normal en el clima mediterráneo.

Pero no es el caso. Quizá sea un poco excesiva mi conciencia medioambiental, es posible; pero si conocieran sólo la mitad de los parajes perdidos por el fuego que yo conocí, de los que aún vivos penden de un hilo, de los senderos destrozados por bicis y motos, de las fuentes que antaño manaban, y de las que yo bebí, quizá me entenderían mejor los que piensan que tengo “manías meteorológicas”.

domingo, 16 de mayo de 2021

La burrada de hoy se acaba.

NOTA DE LA SEMANA: 8.

Menos mal que la burrada de hoy no va a tener continuidad. Mañana las temperaturas bajarán sensiblemente, diez grados o más, y el resto de la semana se mantendrán en valores más normales para el mes de mayo.

Parece ser que será una semanita dominada por los vientos de origen marítimo, flojos, responsables de esa bajada de temperaturas. Las mínimas rondarán los 14 o 15, y las máximas los 25, días por arriba, días por abajo.

El cielo, con claros y nubes, a veces hasta taparlo del todo durante horas, pero sin más consecuencias. A la lluvia, de momento no se le ve por ninguna parte.

Una semana cómoda meteorológicamente hablando, y en principio previsible, aunque seguimos en primavera y ya se sabe, hasta el cuarenta de mayo no te quites el sayo, lo que significa que aún podría pasar cualquier cosa. Pero con estos datos en la mano, le puedo poner un 8. 


Será que me hago mayor.


Fuimos Isabel y yo a cenar a un restaurante, después de muchos meses sin poder hacerlo, de esos de mantel y servilleta de tela. Terracita agradable y acogedora; buena mesa y buena atención. Ciertamente, la ocasión bien lo merecía.

Mas he ahí que dos jóvenes, que no se alejarían mucho de los veinte, iban a amenizarnos la cena con una demostración apabullante de su saber estar…, en las pocilgas ¡Impresionante!

Para empezar, el volumen de su escasa conversación, en clave tío-nano, era desmesuradamente alto. Éramos cuatro mesas y sólo se les oía a ellos. Y entre los tíos y los nanos, cuya machacona repetición asemejaba un nutrido y denso tiroteo, desmesuradas risotadas elevaban aún más los decibelios.

Pero esto no era todo. Un fondo sonoro de moco nasofaríngeo abundante e hirviente, era el medio en el que navegaban sus palabras presididas, como ya he dicho, por los nanos y los tíos. De verdad que no sé cómo se puede tener semejante cantidad de mucosidades en las vías respiratorias y no ir corriendo a un médico.

El espectáculo no tenía desperdicio, pero aún nos faltaba llegar al momento estrella de la noche. Uno de ellos cogió su servilleta, recuerdo que de tela, y se sonó con ella visible y escandalosamente, tratando así de que el aire penetrara en sus pulmones, limpiando el acceso a ellos de tan impresionante cantidad de fluidos.

Y aún hay más. En ningún momento dejaron los móviles, ni comiendo, a los que atendían más que al amigo. La cuestión era esta. Cada uno miraba su móvil y reaccionaba ante él, y de vez en cuando se lo mostraba al otro que lo miraba como de compromiso para volver al suyo, que era el que le importaba.

Por esto he empezado diciendo escasa conversación. Eran dos monólogos basados en sus respectivos móviles, que se cruzaban de vez en cuando entre risotadas, los consabidos nanos y tíos, y ese fondo sonoro de densos fluidos en constante gorgoteo.

Ahuecaron el ala antes que nosotros, lo que permitió que volviera la paz al agradable entorno, y pudimos acabar de cenar con la dignidad que requerían las circunstancias. Y por supuesto no hablamos del asunto Isabel y yo hasta dos días después con unos amigos. El mejor desprecio es no hacer aprecio.

Lo lamentable del asunto es que esto no es algo extraño. El no saber estar, la falta de respeto por los demás, la mala educación, son cada vez más frecuentes. O al menos eso me parece a mí.

Será que me hago mayor, ancianuelo, vejestorio…

sábado, 15 de mayo de 2021