FRASES PARA PENSAR.

SE DARÁ TIEMPO AL TIEMPO,
QUE SUELE DAR DULCE SALIDA A MUCHAS AMARGAS DIFICULTADES.

Cervantes en el Quijote.

domingo, 23 de mayo de 2021

Una cabronada inadmisible.


 

Si no lo veo no lo creo. Y desde luego, no encuentro palabras para calificar la decisión de las autoridades de hacer firmar a todos aquellos menores de 60 años un consentimiento para que se les administre la segunda dosis de astrazeneca. Imagino que con el objetivo de que si luego les pasa algo, es su responsabilidad, yo me lavo las manos. ¿Para qué ha firmado?

Después del desconcierto y el miedo generado durante meses, desconcierto y miedo de oscuras y turbias causas ajenas a la medicina, alrededor de la vacuna británica, y de haber vacunado con la primera dosis ya a muchísima gente, en educación a todos, dejar la decisión de cómo acabar el proceso de inmunización en manos de los ciudadanos de a pie, me parece una cabronada de dimensiones inimaginables.

¿Qué criterio puede tener una persona, ajena del todo a la medicina, para tomar esta decisión estrictamente médica? Ese miedo, solo ese miedo sembrado durante meses por la incompetencia de los políticos a través de los medios de comunicación.

En una situación de confusión y miedo, con un profundo hartazgo y con un tímido principio de esperanza amenazado por la incertidumbre, hay que tomar una decisión médica sin ningún dato objetivo, y sin ningún asesoramiento  en el que basarse para tomarla.

De verdad que no lo entiendo. Esto va a generar más preocupación y más ansiedad todavía en muchísima gente que no tiene ni la más ligera idea de qué es lo mejor. Y no tiene por qué tenerla. ¡Cómo si no hubiéramos soportado ya bastante preocupación y bastante ansiedad!

Las dos opciones son buenas, nos dicen, pero para completar la vacunación con la misma vacuna con la que se empezó, hay que firmar que asumo yo la responsabilidad de lo que me pase. ¿Yo? ¿Qué se yo, por Dios? El sentido común me dice que empezar con una y acabar con otra no está claro. Pero para que me pongan la misma he de firmar. ¿Tan peligrosa es? Y si no lo es, ¿por qué he de firmar?

Este planteamiento de la firmita de marras lo veo inadmisible, y aún más, delictivo. Es un delito forzar a que la gente tome una decisión tan importante, tanto a nivel personal como colectivo, sin más criterio que el único que le han dado, el miedo. Porque lo demás es confusión.

Habrá quien dirá, pues yo ninguna de las dos, “¡a fer la ma, gilipollas!” Y eso, desde luego, no es bueno. Pero es una reacción perfectamente comprensible, y justificada.

Ni estos, ni los que firmen, ni los que no firmen, son responsables de nada. Los responsables son los imbéciles que nos han llevado a esta lamentable situación. De verdad que si fuera millonario los denunciaba, porque seguro que este desacato estará tipificado en el código penal.

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