Recuerdo también los ecos secretos del silencio; la transparencia helada del vacío cristalino. Ese mundo se recoge en mí, más presente que el real, más vivo que la vida misma. Y me llena. Y me rodea. Y me protege.
FRASES PARA PENSAR.
SE DARÁ TIEMPO AL TIEMPO,
QUE SUELE DAR DULCE SALIDA A MUCHAS AMARGAS DIFICULTADES.
QUE SUELE DAR DULCE SALIDA A MUCHAS AMARGAS DIFICULTADES.
Cervantes en el Quijote.
martes, 31 de diciembre de 2019
¡¡¡ Feliz 2020 !!!
Con esta foto de una Nochevieja pasada en el Pirineo, en tienda, en el valle de Conangles, a 1900 metros de altitud, os deseamos Isabel y yo un feliz año 2020.
NOTA ACLARATORIA:
No me expresé bien y se puede haber entendido que hemos estado esta Nochevieja en el Pirineo. ¡No! ¡Ojalá! De este viaje hace ya tiempo.
lunes, 30 de diciembre de 2019
Receta. Peras al vino.
Unas
peritas al vino, calentitas o frías, pueden ser un postre excelente, y no tiene
ninguna dificultad prepararlo. No está pensado para conservar sino para
consumir en el día, o unos pocos días después guardándolo en la nevera.
Ingredientes
para cocinar cuatro peras:
Las cuatro
peras.
Medio
litro de vino tinto baratito.
150
gramos de azúcar.
Una
rama de canela.
Dos
clavos.
El
zumo de una naranja.
Empezaremos
por pelarlas respetando el rabito. Luego las cortaremos levemente por la base
para que se tengan “de pie” con el rabito en alto. Las reservamos.
Por
otro lado, en una cazuela donde quepan las cuatro peras, no cinco ni tres,
pondremos el vino y, cuando empiece a hervir, añadiremos el azúcar, la canela,
los clavos y el zumo de naranja.
Durante
un par de minutos, a fuego medio, removeremos todo bien y entonces añadiremos
las peras, que deberán cocerse durante una media hora larga, moviéndolas con
frecuencia para que se cuezan por todas partes.
Pasada
la media hora, lo normal será que el vino haya reducido y espesado formando un
especie de almíbar oscuro, denso y aromático. Momento este para sacar las
peras, ponerlas, con el rabito hacia arriba, en una fuente individual o
colectiva, a ellas les da igual, y regarlas con el resto de vino que haya
quedado, que ya no es en realidad vino.
NOTA:
Para
hacer más cantidad es importante mantener las proporciones de los ingredientes,
y que la cazuela en la que se cuezan permita cubrirlas al principio casi del
todo.
domingo, 29 de diciembre de 2019
Bonitos días de invierno.
NOTA
DE LA SEMANA: 6
No se
merecía un tres la semana pasada, ¡pobrecita! Ha hecho más frío del previsto y
los vientos han cesado, lo que ha permitido disfrutar de bonitos días de
invierno. Merecía algo más que un tres.
Esta
que viene se le parecerá. Vientos variables, siempre flojos, temperaturas
bajitas, ¡por fin!, mínimas de cuatro o cinco, o menos, y máximas rondando los
quince.
Los
cielos, nubosos algún día, despejados casi todos o con nubes altas, y de
lluvia, en principio nada de nada, aunque hay algunos modelos que dan alguna
llovizna el jueves; no sé.
Parece
pues que será una semana normal de invierno para estas tierras, por eso voy a
ponerle un seis, porque para ponerle notable o sobresaliente tendría que
llover y nevar en las montañas.
¡Un
seis para unos bonitos días de invierno mediterráneo!
sábado, 28 de diciembre de 2019
Amo tanto las palabras...
He
leído en un libro, que me regalaron hace poco unos amigos, un fragmento
“troceado” de Pablo Neruda sobre el español, escrito en su obra Confieso que he
vivido. Lo conocía, pero al volverlo a leer me ha vuelto a impactar, me ha
parecido precioso, y muy necesario en los tiempos que corren. No le hacen falta
comentarios.
Amo
tanto las palabras… Qué buen idioma el mío, qué buena lengua heredamos de los
conquistadores torvos… Estos andaban a zancadas por las tremendas cordilleras,
por las Américas encrespadas, buscando patatas, butifarras, frijolitos, tabaco
negro, oro, maíz, huevos fritos, con aquel apetito voraz que nunca más se ha
visto en el mundo… Todo se lo tragaban… Pero a los bárbaros se les caían de la
tierra de las barbas, de las herraduras, como piedrecitas, las palabras
luminosas que se quedaron aquí resplandecientes… el idioma. Salimos perdiendo…
Salimos ganando… Se llevaron el oro y nos dejaron el oro… Se lo llevaron todo y
nos dejaron todo… Nos dejaron las palabras.
¡Qué
bonito homenaje al castellano, al español!
viernes, 27 de diciembre de 2019
Vuelvo a publicar rutas cerca de casa.
Desde el cinco de febrero de este año no he escrito
ninguna entrada en la sección rutas cerca de casa. El motivo es muy sencillo.
No quiero colaborar en la destrucción de la red de senderos de nuestros montes.
Caí en
la cuenta porque un amigo me dijo, pero ¡qué haces! ¿Por qué das a conocer esos senderos, esos
rincones tan bonitos? Y tenía razón, desgraciadamente tenía razón.
No se
me había ocurrido que las rutas que compartía pudieran ser utilizadas por las
bicicletas de montaña que destrozan los senderos, o por los corredores que,
atajando por donde se les antoja, los rompen también. Sólo pensaba en los que
andan respetuosamente por el monte, pero de estos cada vez hay menos.
No
obstante los hay y, aunque sólo sea por ellos, por esa buena gente que disfruta
de la naturaleza de un modo digno y sostenible, sin intereses ajenos a ella, he
pensado volver a compartir algunas de las muchas rutas que cerca de casa
conozco.
Eso
sí, serán rutas sólo por pistas y caminos, de tal modo que si alguien la sigue
en bici o corriendo, no harán ningún daño. Las rutas por senderos las
conservaré en mi base de datos compartiéndolas solo con quienes sé con
seguridad que las recorrerán andando, y nada más que andando, o corriendo, si
eso les place, pero por donde toca y como toca.
Aquí
al lado están las Rodanas, cerquita la Calderona, la Serranía, la Hoya de Buñol
y la sierra de Chiva, Dos Aguas y Martés. Más lejos, el valle de Cofrentes,
Ademuz y el Javalambre…., y un sinfín más de rincones que esconden unos parajes
asombrosos y una red de pistas y senderos extraordinarios.
Tengo
cientos y cientos de rutas con su track y sus fotos que he ido haciendo a lo
largo de los años y que, poco a poco, con las restricciones que he indicado,
voy a volver a compartir. Porque además, estos meses de invierno y primavera son
los ideales para hacerlas; también el otoño.
¡Ojalá
pudiera publicarlas todas libremente! Pero desgraciadamente no puedo hacerlo,
porque por ejemplo, aun prohibiendo explícitamente con un cartelito bien claro
el paso de bicis por los senderos de las Rodanas, éstos están rotos y llenos de
marcas de quien los rompe.
Para
que luego hablen de medio ambiente, sostenibilidad y respeto por la naturaleza
y la cultura. Yo me divierto, lo demás ¡qué me importa! ¡Y los que vengan
detrás, que arreen! Esto es lo que pasa.
La
próxima ruta que voy a compartir discurre por los montes de Liria, pero esto
será en la próxima entrada.
Y para acabar, aquí
tenéis algunas fotos de senderos destrozados, en este caso, por las bicis de
montaña.
jueves, 26 de diciembre de 2019
Son jóvenes. ¿Quién no lo ha sido?
Con permiso de Juan Ramón Jiménez voy a compartir un bonito texto
sobre la Navidad, que está en Platero y yo, cambiándole el final. Haciéndolo
más actual, más cierto, más nuestro.
El texto empieza describiéndonos una tradición de su tierra en la
que, en la tarde de Nochebuena, encienden una hoguera a la que llaman candela.
¡La candela en el campo!... Es tarde de Nochebuena, y un sol opaco
y débil clarea apenas en el cielo crudo, sin nubes, todo gris en vez de todo
azul, con un indefinible amarillor en el horizonte de Poniente... De pronto,
salta un estridente crujido de ramas verdes que empiezan a arder; luego, el
humo apretado, blanco como armiño, y la llama, al fin, que limpia el humo y
puebla el aire de puras lenguas momentáneas, que parecen lamerlo.
¡Oh la llama en el viento! Espíritus rosados, amarillos, malvas,
azules, se pierden no sé dónde, taladrando un secreto cielo bajo; ¡y dejan un
olor de ascua en el frío! ¡Campo, tibio ahora, de diciembre! ¡Invierno con
cariño! ¡Nochebuena de los felices!
Las jaras vecinas se derriten. El paisaje, a través del aire
caliente, tiembla y se purifica como si fuese de cristal errante.
Y luego la cena, la familia reunida come y ríe. Pero pronto, aún
no han acabado, el chavalín, la chavalina, a menudo menor de edad, que estaba
pero no estaba, se levanta, se despide, se viste de fiesta y se lanza a la
calle con los suyos, a celebrar su Nochebuena.
Música le llaman, litronas, alcoholes varios, porros, pastillas,
algún polvo si se tercia, y hasta que el cuerpo aguante. Volverá a casa rayando
el alba. La mañana de Navidad es para dormir y cerrar así la fiesta.
Y todos tan contentos. Son jóvenes. ¿Quién no lo ha sido? ¡Qué le
vamos a hacer! Es lo normal… ¡Qué triste!
miércoles, 25 de diciembre de 2019
Dejadlo al niño quieto.
No es
un poemita navideño al uso. No es dulzón, ñoño, sensiblero… Ni habla de
lucecitas, ni de arbolitos, ni de adornitos… Ni de ese espíritu navideño que
nadie sabe muy bien qué diablos es y que a mí me resulta tan empalagoso como
indigesto. Se titula dejadlo al niño quieto.
Es
quizá el poema* que merecemos…
Alejaos...
Dejadlo al niño quieto
sobre el establo...
Tanta ternura y mentira
¡todo eso al diablo!
Dejadlo al niño quieto
sobre el establo...
Alejaos...
que al niño no le gusta
tanto regalo
que no quiere la Virgen
dinero falso...
Dejadlo
que está bien
sobre el establo...
*El autor es Víctor Manuel Arbeloa, sacerdote, escritor, historiador y político navarro. Fue el primer presidente del Parlamento Foral de Navarra, entre otros cargos importantes. Desde 1997 vive retirado de la política activa.
martes, 24 de diciembre de 2019
domingo, 22 de diciembre de 2019
¡Oh, blanca Navidad!
NOTA
DE LA SEMANA: 3
No, no
se merecía el cinco ni de lejos. Esta pasada semana se merecía un cero bien
gordo. Nos ha cobrado muy caros los dos
litros de lluvia que cayeron, castigándonos con unos vientos desatinados y
absurdos y unas temperaturas más absurdas todavía.
La
semana próxima parece diferente. Hasta el día de Navidad seguirá el viento seco,
pero aflojando, y las temperaturas altas; las máximas cerca de los veinticinco
o alcanzándolos, y las mínimas rondando los diez.
Luego
parece que entra el anticiclón, por lo que cesarán los vientos y bajarán algo
las temperaturas, no mucho, no sea que nos congelemos. Y de lluvia nada de nada,
ni a corto ni a medio plazo.
O sea
que el invierno empieza de un primaveral que flipas. En manga corta a medio día
se estará bien.
¡Vamos!
Una blanca Navidad¡
La
nota que le pongo, por eso de parar el viento de una puñetera vez y de que
bajen algo las temperaturas, es un tres y va que se mata.
sábado, 21 de diciembre de 2019
Otoño para olvidar.
Esta
madrugada que viene entrará el invierno, el astronómico porque el otro, el de
toda la vida, no parece tener intención de visitarnos.
Dejamos
atrás un otoño, en lo meteorológico, para olvidar. La estación más bonita del
año, al menos para mí, me ha resultado enormemente desagradable. Y parece que
la nueva estación va a seguir siéndolo.
Y
sobre la mala leche que estos vientos secos y excesivos que nos acompañan desde
el uno de noviembre me produce, sobrevuelan las palabras de ese imbécil que
desde su alta sabiduría medioambiental dijo eso de que el monte no puede ser un
jardín.
Aún
humeaba un incendio en Gátova que había llegado hasta Segorbe, y yo pensé, si
no puede ser un jardín será un desierto. Pero a usted ¿qué? A usted y a los de
su calaña ¿qué les importa?
Será
el cambio climático ¡claro!, será el cambio climático. Eso será…Sí, eso es.
Pero ustedes ya tienen tranquilas sus conciencias con sus reuniones de alto
nivel, sus letreritos bilingües, sus fantoches mediáticos y sus interesados
flirteos con los verdes, tan preocupados por las focas orondas de Madagascar y
otros asuntos no menos importantes.
En
fin, el viento sigue golpeando las ventanas y aullando en la chimenea, y hace
un calor asqueroso.
¡Feliz
invierno!
viernes, 20 de diciembre de 2019
Para arrancar alguna sonrisa.
Para
compensar la negrura de la anterior entrada voy a compartir algunas respuestas
reales en exámenes de alumnos de ESO. Alguna que otra la he corregido yo mismo,
otras no. Pueden arrancarnos una sonrisa.
1.- Menciona los cuatro
evangelistas.
Los cuatro evangelistas eran tres, san Pedro y
san Pablo.
2.-¿Cuáles son los movimientos
del corazón?
De rotación alrededor de sí
mismo y de traslación alrededor del cuerpo.
3.-¿Qué significa anarquismo?
Es una ideología racional y
astringente.
4.-¿Cómo respiran los
anfibios?
La rana tiene una hendidura
cloacal, por la cual lanza el típico sonido “cloac, cloac”.
5.-¿Qué personaje histórico
desterró a Unamuno a Fuerteventura en 1924?
El primo de Rivera.
6.-¿Cómo se define el PIB?
Producto de interés brutal.
7.-¿Quién fue Santo Tomás?
Un filósofo griego nacido en
Nápoles.
8.-Estimulantes del sistema
nervioso.
El vino, el café y las
mujeres.
9.-Definición de rumiantes.
Son los que eruptan al comer.
10.-Habla de Erasmo de
Rotterdam.
El Asno de Rotterdam es la escultura de un
burro célebre que está en Amberes.
La democracia que se le diluye.
Nací
en una dictadura y viví veinte años en ella. Disfruté y me ilusioné otros
veinte largos en una democracia tan joven como cierta. Y siempre tuve claro
que esa democracia era vulnerable, muy vulnerable, sobre todo porque era
ingenua, confiada en la lealtad de todos y en la capacidad de asumir y superar
la historia, también de todos.
Y
llevo ya otros veinte años viendo como poco a poco, discreta pero eficazmente,
poderosas fuerzas cada vez menos ocultas, están diluyendo esa democracia.
Hoy sé
que ya no vivo en una democracia real, que vivo en una tan sólo formal,
aparente. Veo cómo se consolida una dictadura al frente de la cual no sabemos
muy bien quién está, porque los que parecen estar no son más que títeres
bailando una danza embaucadora, narcótica, siniestra, al son que les marca un poder
superior, al que llaman progreso, que nadie sabe muy bien ni qué es, ni quién
es.
Quien
haya leído hasta aquí podrá preguntarse en qué me baso para hacer semejantes
afirmaciones. En hechos, en hechos concretos. Y hay muchos, aunque sólo voy a
enumerar unos pocos.
La honda
degradación de la vida política que ha transgredido todos los límites de la
ética más elemental hasta llegar a bendecir el permanente acoso al estado de
derecho de una minoría, lo que debilita la democracia convirtiéndola en una
caricatura.
La
creación de una cultura oficial que se impone desde los medios de comunicación,
las escuelas, los institutos y la universidad, excluyendo e incluso
persiguiendo cualquier elemento cultural que no encaje en sus esquemas.
La
permanente búsqueda de una uniformidad de pensamiento, despreciando, ignorando
y persiguiendo cualquier forma de pluralismo o pensamiento divergente. Hay que
pensar y hablar como dicen que hay que pensar y hablar los gurús del régimen.
La
politización a veces explícita, a veces implícita, del sistema educativo para
manipular a los niños y jóvenes convirtiéndolos en adeptos acríticos a la
ideología oficial del nuevo sistema político y social.
La
permanente agresión al lenguaje (que es pensamiento) ignorando las fundadas
advertencias de la RAE y anteponiendo criterios ideológicos a los lingüísticos,
forzando de modo inaceptable a observar un lenguaje que llaman inclusivo.
La
sacralización de ideas convirtiéndolas en dogmas que deben ser tenidos por
verdad absoluta más allá de cualquier consideración. Y la prueba de que son
dogmas es que, como todo dogma, son simples, breves e irrefutables, resistentes
a cualquier reflexión o análisis mínimamente serio.
La
falta de independencia de los medios de comunicación vendidos, unos más que
otros, pero todos, a la autoridad de esta nueva dictadura. La de la corrección
política, la de la posturita mona, aunque no sea verdad.
Y aún
podría seguir, pero prefiero dejar en manos del espíritu crítico de quien lea
esto la búsqueda de nuevos indicios que avalen el triste y preocupante hecho de
estar ya en una nueva dictadura. Los hay por todas partes.
Es lo
que veo, y lo lamento. Y por cierto, no voy a volver a hablar de asuntos tan
desagradables hasta la octava de Navidad, por respeto a lo que algunos
celebramos en estas fiestas.
jueves, 19 de diciembre de 2019
Decálogo de la serenidad.
Ha
caído en mis manos un pequeño librito de san Juan XXIII titulado decálogo de la
serenidad. Voy a compartirlo, pues es la serenidad una de las virtudes que
más falta nos hace. A mí me gusta sentirla, vivir en ella el mayor tiempo
posible. Y cuando la pierdo, la echo tanto en falta…
1.
Sólo por hoy trataré de vivir exclusivamente al día, sin querer resolver los
problemas de mi vida todos de una vez.
2.
Sólo por hoy tendré el máximo cuidado de mi aspecto: cortés en mis maneras, no
criticaré a nadie y no pretenderé criticar o disciplinar a nadie, sino a mí
mismo.
3.
Sólo por hoy seré feliz en la certeza de que he sido creado para la felicidad,
no sólo en el otro mundo, sino en éste también.
4.
Sólo por hoy me adaptaré a las circunstancias, sin pretender que las
circunstancias se adapten todas a mis deseos.
5.
Sólo por hoy dedicaré diez minutos a una buena lectura; recordando que, como el
alimento es necesario para la vida del cuerpo, así la buena lectura es necesaria
para la vida del alma.
6.
Sólo por hoy haré una buena acción y no lo diré a nadie.
7.
Sólo por hoy haré por lo menos una cosa que no deseo hacer; y si me sintiera
ofendido en mis sentimientos, procuraré que nadie se entere.
8.
Sólo por hoy me haré un programa detallado. Quizá no lo cumpliré cabalmente,
pero lo redactaré. Y me guardaré de dos calamidades: la prisa y la indecisión.
9. Sólo por hoy creeré firmemente -aunque las
circunstancias demuestren lo contrario, que la buena Providencia de Dios se
ocupa de mí, como si nadie más existiera en el mundo.
10. Sólo
por hoy no tendré temores. De manera particular no tendré miedo de gozar de lo
que es bello y de creer en la bondad.
miércoles, 18 de diciembre de 2019
La última hoja.
Tiene
su aquel esta foto. La hice por casualidad el otro día. Andando por uno de esos
senderos de la sierra, maltrecho por las nuevas formas de acercarse a los
campos y montañas, me senté en una roca y justo delante estaba la hoja, la
última hoja.
El viento
la mecía suavemente, pronto caería. Y entonces me fijé en las yemas. Era un
símbolo precioso del paso del tiempo y de la vida. La hoja era el ayer, las
yemas, el mañana, y pronto el invierno entre el ayer y el mañana.
Fue un
rato de contemplación. El otoño y la primavera juntos, a las puertas del
invierno. Contemplaba y pensaba que era bonito, bonito y hondo lo que tenía
ante mí. Esa última hoja, esas yemas preñadas de nuevas hojas… La vida…
martes, 17 de diciembre de 2019
Si las cicatrices enseñan...
"Y he
llegado a la conclusión de que si las cicatrices enseñan, las caricias también",
dice Mario Benedetti, pensamiento este que me ha hecho llegar también a mí a una
conclusión.
Aprendí,
¡cómo no! de los golpes que dejan cicatriz, y de las caricias que mitigan el
dolor de los golpes, pero es que ahora, ya acabada mi vida profesional, me
estáis enseñando tanto que vais a hacerme sabio, y no precisamente a golpes.
De
nuevo, ¡gracias! Esta vez por la “fiebre del sábado noche”.
domingo, 15 de diciembre de 2019
Otra semana "pocagrasia".
NOTA
DE LA SEMANA 5.
Semana
parecida a la anterior pero con un viento menos fuerte, espero, y con
posibilidad de alguna llovizna. Poca cosa, pues seguirá dominando el poniente
con alguna excepción muy breve.
Las
temperaturas seguirán suaves para la época del año. Las mínimas que algún día
bajarán a seis, otros se plantarán en doce. Y las máximas volverán a superar
los veinte. Si notamos frío será por el viento, no porque lo haga.
En
fin, otra semana “pocagrasia” para acabar un otoño también “pocagrasia” en el
que si bien ha llovido, ya se han encargado de estropear el asunto unos
vientos, siempre secos, a menudo fuertes, que siguen con nosotros.
Mientras
en el norte llueve y nieva, nieva y llueve, un día tras otro. Esto es así. Su
bendición es nuestra maldición. Me alegro por ellos.
La
nota que le pongo, considerando que el viento no será tan fuerte y puede llover
algo, es un 5.
sábado, 14 de diciembre de 2019
Pinar, grúas, mar y el Montgó.
Las
montañas de Olocau, en la sierra Calderona, nos ofrecen interesantes e
inesperadas perspectivas de la tierra en la que vivimos. En esta foto vemos cómo
sobre el pinar se recortan a lo lejos las grúas del puerto, y más allá el mar y
el perfil inconfundible del Montgó.
Es bonito
sentarse en una roca y contemplar…
Contaminación innecesaria y evitable.
Me
resulta chocante e irritante el abismo que hay entre la preocupación oficial y
mediática, por esto es la oficial, por el cambio climático, y el comportamiento
cotidiano de mucha gente que no dudo se tendrán a sí mismos como hondamente comprometidos con el medio ambiente.
Podría
hablar al respecto de muchas cosas, tales como el abandono del medio rural, la
inexistente prevención de los incendios forestales, la destrucción de los
senderos por las bicis de montaña, la basura descontrolada, el escaso reciclaje,
el despilfarro energético y de alimentos… Porque no hay que olvidar que el
cambio climático no lo provoca solo lo que emitimos al aire, sino lo que
hacemos con la tierra.
Pero
hoy si voy a hablar de lo que todo el mundo habla ahora, de las emisiones de los vehículos.
Para que veáis qué lejos estamos de una verdadera concienciación más allá de
posturitas de moda y circos Greta.
Sólo
la semana pasada observé dos comportamientos impresentables. Uno fue en un
pueblo próximo donde, mientras me preparaba para una excursión, vi cómo un
coche de vigilancia forestal, esos blancos, estaba parado a la salida del
pueblo, con el motor en marcha, más de diez minutos desde que me di cuenta que
estaba allí. No sé el tiempo que llevaría así. No lo entendí; se supone que al
menos los agentes forestales deben estar concienciados, digo yo. Pues no, al menos en este caso no.
También
tuve que soportar dos veces al coche de un vecino parado no sé cuánto tiempo,
también con el motor en marcha, frente a mi casa. Como los cristales de la
ventana tienen cierta holgura, el ruido del motor los hace vibrar de un modo
muy molesto.
En
ambos casos me entraron ganas de acercarme y decirles que hicieran el favor de
parar el motor hasta que se fueran. Ganas que me aguanté por el riesgo que
suponía una respuesta improcedente y la reacción que dicha respuesta pudiera
tener por mi parte.
Porque
de verdad que a estas alturas, estos comportamientos me resultan muy, muy
irritantes. ¡Se tiene que ser imbécil! Con lo poco que cuesta darle al
contacto.
Recuerdo,
hace ya muchos años, en un viaje a Suiza paré en un semáforo. Delante tenía
dos coches. Se me acercó un guardia y me dijo que parara el motor…Pero es que
Suiza es Suiza.
Y
visto lo visto pienso, si en una semana he visto tres vehículos echando al aire
sus humos, sin necesidad, durante un tiempo absolutamente excesivo, y
multiplico eso por todos los imbéciles y las “imbécilas” que hacen lo mismo,
que lógicamente serán un montón, sale una cantidad de contaminación descomunal
y perfectamente evitable.
¿Es
tan difícil darse cuenta de eso? Debe ser que sí. Ni la “forestala” ni el
vecino o los vecinos, no sé si era el mismo coche las dos veces, parecen
haberse dado cuenta de la infinita estupidez de su conducta.
viernes, 13 de diciembre de 2019
Jesús en la ESO.
Revisando
papeles me he encontrado con un escrito, cuyo autor desconozco, titulado Jesús en
las ESO. Me acordaba de él, me gustó, y se me ha ocurrido actualizarlo un poco y
compartirlo en el blog. Es el siguiente.
Viendo
Jesús la muchedumbre, subió al monte, se sentó, y sus discípulos se le
acercaron. Y, tomando la palabra, les enseñaba diciendo:
«Bienaventurados
los pobres de espíritu,
porque
de ellos es el Reino de los Cielos.
Bienaventurados
los mansos,
porque
ellos heredarán la tierra.
Bienaventurados
los que lloran,
porque
ellos serán consolados.
Bienaventurados
los que tienen hambre y sed de la justicia,
porque…
Entonces
Pedro le interrumpió y le dijo, ¿tenemos que saberlo de memoria?, y Andrés, ¿y
hemos de escribirlo? Santiago añadió ¿tenemos que examinarnos de esto? Un
momento después Felipe dijo, no tengo papiro; y Bartolomé ¿y te lo tenemos que
entregar hoy? Pero esto, ¿para qué sirve? dijo Judas. Y Juan acabó diciendo, ¿puedo
ir al servicio?
Entonces
uno de tantos fariseos presentes, que nunca había estado en un aula, ni ganas
que tenía, le pidió a Jesús la programación y, ante el asombro del ya desolado Maestro,
le habló en estos términos:
¿No
tienes programación? Mal andamos. ¿Conoces el contexto en el que hablas? ¿Tienes claros tus
objetivos? ¿Sabes las competencias que quieres desarrollar en tus discípulos?
¿Dominas los contenidos a impartir? ¿Los has agrupados en unidades didácticas?
¿Cómo las has organizado? ¿Qué metodología vas a utilizar? Recuerda que ha de
ser muy, muy cooperativa. ¿Con que recursos cuentas? ¿Qué actividades
complementarias vas a realizar? ¿Cómo vas a evaluarlos? ¿Qué criterios
utilizarás? ¿Y la transversalidad? ¿Qué? ¿Qué vas a hacer con ella? ¿Y la
inclusividad? Ojo con eso, ¡eh! ¿Y las competencias básicas? Y los de
necesidades educativas especiales, ¿qué? Y los que entienden mejor el latín que
el hebreo, ¿qué haces con ellos? ¿Y con los que sólo hablan griego? ¿No estás en ningún PIL, ni PAL, ni PEL, ni
POL, ni PUL? Y la innovación, ¿dónde está la innovación si lo único que haces
es soltar sermones como toda la vida? ¡Ah!, y la documentación para calidad ¿la
tienes a punto?...
Jesús dejó
de escuchar, respiró hondo, se le llenaron los ojos de lágrimas y, elevándolos
al cielo, pidió al Padre la jubilación anticipada.
Bromas
aparte, tiene al menos una honda verdad. Unos oyen pero no escuchan. Otros se pierden en
las formas. Nadie se entera de las bienaventuranzas.
jueves, 12 de diciembre de 2019
Hijo de la luna.
La
hermosa luna llena de ayer me trajo a la memoria la canción de Mecano, Hijo de
la luna. Hacía tiempo que no la escuchaba; es bonita. ¿La recordáis? De un modo
muy lorquiano, José María Cano, el autor, nos narra una leyenda.
Una
gitana quiere tener marido y le pide a la luna encontrarlo. La luna, que quiere
ser madre y no encuentra con quién, ve la oportunidad de serlo y accede a
proporcionarle un hombre a cambio de quedarse el primer hijo que engendre;
además sabe que la mujer desea más el amor carnal que la maternidad.
Encuentra
marido, un gitano que la hace madre, pero el niño es blanco como la nieve, pues
en realidad es hijo de la luna. El hombre, pensando que le ha engañado con un
payo, la mata y abandona al niño en el monte.
Dice
la leyenda que desde entonces el niño y la luna son uno. Si el niño está
contento, la luna está llena; si llora, la luna mengua para hacerle una cuna y
arrullarle.
En
esta sencilla narración encontramos varios temas interesantes. El miedo a la
soledad, tanto de la luna como de la gitana. El amor al hombre y el amor
maternal. La infidelidad. Los pactos con el más allá, la brujería. La relación
de posesión del hombre sobre la mujer. El crimen.
A
continuación tenéis la letra y después un enlace para escuchar la canción.
Tonto
el que no entienda.
Cuenta
una leyenda
que
una hembra gitana
conjuró
a la luna hasta el amanecer.
Llorando
pedía
al
llegar el día
desposar
un calé.
Tendrás
a tu hombre piel morena.
Desde
el cielo habló la luna llena.
Pero a
cambio quiero
el
hijo primero
que le
engendres a él.
Que
quien su hijo inmola
para
no estar sola
poco
le iba a querer
Luna
quieres ser madre
y no
encuentras querer
que te
haga mujer.
Dime
luna de plata
qué
pretendes hacer
con un
niño de piel.
Ah
aaah ah aaah
Hijo de
la luna.
De
padre canela nació un niño
blanco
como el lomo de un armiño.
Con
los ojos grises
en vez
de aceituna.
Niño
albino de luna.
Maldita
su estampa
este
hijo es de un payo
y yo
no me lo callo.
Luna
quieres ser madre
y no
encuentras querer
que te
haga mujer.
Dime
luna de plata
qué
pretendes hacer
con un
niño de piel.
Ah
aaah ah aaah
Hijo
de la luna.
Gitano
al creerse deshonrado
se fue
a su mujer cuchillo en mano.
¿De
quién es el hijo?
Me has
engañao fijo.
Y de
muerte la hirió.
Luego
se hizo al monte
con el
niño en brazos
y allí
le abandonó.
Luna
quieres ser madre
y no
encuentras querer
que te
haga mujer.
Dime
luna de plata
qué
pretendes hacer
con un
niño de piel.
Ah
aaah ah aaah
Hijo
de la luna.
Y en
las noches que haya luna llena
será
porque el niño esté de buenas.
Y si
el niño llora
menguará
la luna
para
hacerle una cuna.
Y si
el niño llora
menguará
la luna
para
hacerle una cuna.
Escuchar Hijo de la luna.
miércoles, 11 de diciembre de 2019
Grima y repelús.
Decir
que nos están dando la vara de una manera absolutamente exagerada sobre el
asunto del cambio climático es una obviedad. Personalmente estoy hasta más
arriba de las narices del tema, pero mucho más arriba.
Y no
es porque no me preocupe y sus consecuencias me estén ya molestando
desde hace muchos años, aunque sólo sea porque las he visto y vivido en primera
persona. Cualquiera que me siga en el blog lo sabe. Es porque la manera como se
está afrontando me da grima y repelús.
Ante
un problema real y grave, como era de esperar se ha montado un circo ridículo y
un mercadillo de “espabilaos”, vamos un parque de atracciones. Y así, tengo
claro que no llegaremos a ningún sitio al que valga la pena llegar.
Veo,
entre otras, tres grandes mentiras que van a dificultar el llegar a verdaderas
soluciones. Intentaré ser breve.
La
primera es la incoherencia que supone centrar el cambio climático en las
emisiones de gases, sean cuales sean y de donde vengan. Y además, culpabilizar
al ciudadano de a pie del problema. Hay tecnología suficiente para reducir
drásticamente estas emisiones, y no es a “pocaropa” a quien hay que pedirle que
lo haga, aunque ha de hacer lo que esté en sus manos. Por otra parte la
deforestación, por incendios o talas masivas, y el abandono de los montes, en
esto en Valencia somos pioneros, también colabora activamente con el
calentamiento, y de esto último se habla poco o nada.
La
segunda es el lamentable papel que en toda esta historia, casi desde el
principio, está jugando el movimiento ecologista. Ya he dicho muchas veces que,
precisamente porque amo la naturaleza, no soy ecologista. Sus posturas a menudo
radicales, más ideológicas que científicas, han hecho ya mucho daño al medio
natural. Y siguen haciéndolo, bendecidas por la progresía urbanita que no tiene
ni “pajotera” idea de qué es la naturaleza, a la que utiliza solo para
divertirse los fines de semana o en las vacaciones.
La
tercera, muy reciente, pero muy irritante, es el circo Greta. Quisiera saber
quién está detrás del monumental montaje mediático que hay alrededor de esta,
permitidme la expresión, individua. ¿Qué ha dicho ella que no hayan dicho otros
muchos antes que ella? ¿Qué ha hecho ella que no hayan hecho otros muchos antes
que ella? ¿Montar numeritos en el instituto al que iba y dejar de estudiar?
Debe ser esta la diferencia. ¡Hasta estaba en la lista para los Nobel de la
Paz! ¡Seremos gilipollas! Y su familia, desde luego ya tiene abundantes huevos
de oro de la gallina ponedora que sin esperarlo engendraron ¡Manda huevos! y
perdonad la redundancia "huevil". Es que me da una vergüenza…
Porque
hay cosas que hacen que me sienta orgulloso de ser humano, pero otras, como
esto que está pasando con el clima y la forma en que lo están afrontando, consigue
que sienta vergüenza de pertenecer a la especie.
1987 |
2017 |
martes, 10 de diciembre de 2019
Un ejercicio para acabar desconsolado.
Si entráis en google y tecleáis imágenes declaración universal de derechos
humanos, y os tomáis la molestia de leer todas las viñetas que aparecen,
acabaréis profundamente desconsolados.
¿Por
qué? Nadie se atreve a decir que no los defiende; pero ¿qué entiende cada uno
por defender los derechos humanos? Esa es la conclusión a la que se llega
después de hacer ese simple ejercicio.
Hay
demasiadas interpretaciones, a menudo contradictorias, sobre todos y cada uno de
ellos. Y ese es el problema, el gran problema que hace que setenta y un años
después de ser promulgados sigan siendo en demasiados sitios y demasiadas
veces, papel mojado.
Y es
un lástima, porque es el más alto nivel de civilización que los humanos hemos
logrado alcanzar. Algo sigue fallando.
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