Leí el otro
día, en la web de la RAE, una anécdota interesante. Era una conversación entre
una joven alumna y su profesor. Está recogida en Lo que le debemos a don Quijote, de Pedro Salinas. Nos dice el
poeta:
He contado
alguna vez una graciosa anécdota acaecida entre una estudiante de unos veinte
años, un espíritu muy libre y desenfadado, que buscaba su “independencia”
espiritual, y un viejo profesor. Esta estudiante quería estar siempre a la
página, como dicen los franceses, es decir, a la última moda, y le pregunta un
día a su profesor: “¿No ha leído usted tal novela?” Y el profesor, que no es
hombre muy dado a novedades, sobre todo a modas, le contesta: “No.” Y el profesor,
con toda mansedumbre, se limitó a decir a esta señorita: “¿Usted ha leído la Divina
Comedia?” “No.” “Pues ya hace varios siglos que ha salido”.
En la
“Consellería”, en la Universidad y en muchos colegios, más de uno debería leer y entender cabalmente esta
anécdota. ¿A que sí?
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