FRASES PARA PENSAR.

SE DARÁ TIEMPO AL TIEMPO,
QUE SUELE DAR DULCE SALIDA A MUCHAS AMARGAS DIFICULTADES.

Cervantes en el Quijote.

domingo, 31 de octubre de 2021

Se normaliza el tiempo.

Tras la excentricidad de los casi 30 grados de hoy, empezamos una semana más normalita. De normalización podríamos decir. Las máximas irán descendiendo hasta situarse por bajo de los 20, no mucho y mañana aún no, y las mínimas poco a poco bajarán también hasta descolgarse de los 10, sin excesos.

El viento del oeste y noroeste, algún día fuerte, mantendrá el cielo movidito pero sin lluvias, o sea que nos hemos de conformar con los 4 litros que han caído. Se veía venir; todo lo que entra por el oeste, por aquí deja poca agua y viento. Lo bueno se queda en la meseta.

Así que exceptuando mañana, que seguirá haciendo calor, los demás días, mañanas fresquitas y tardes agradables, a no ser que el viento las haga desagradables, cosa a la que este meteoro es muy aficionado.

Y poco más hay que decir.

No es más que la punta del iceberg.


 

La absoluta e infinita imbecilidad que supone celebrar aquí el “jalobuin” de los…, no es más que la punta del iceberg de un problema mucho más serio y de más trascendencia que la invasión de calaveritas, telarañas y calabazas que hemos de soportar estos días.

De hecho, como pasa siempre, hay quien simplifica la realidad para llevarse el gato al agua. Hay quienes quiere hacernos pensar que quien se enfrenta a esta fiesta es la Iglesia y nada más que la Iglesia, con lo que sintiéndose fuera de ella o en contra, asunto concluido. Y no, no es así. Desde luego no es una fiesta religiosa, pero tampoco herética; es, como más, ajena a ella y además de mal gusto.

El problema real creo yo que es bien diferente. Es que estamos renunciando alegremente a nuestra propia cultura, legado de siglos, lo que como consecuencia inmediata disuelve nuestra identidad y nos priva de la libertad de ser nosotros mismos, sin que nos demos cuenta de ello.

Porque no solo se trata de asumir como nuestra una fiesta foránea, sino tras ella, unas costumbres, una lengua, una forma de ver y vivir la vida que no es la nuestra, que no era la nuestra. Y desde luego mejor no, quizá tampoco peor, pero seguro que distinta.

Es una colonización cultural salvaje y despiadada. Tras el “jalobuin”, hay agresiones más graves, como los anglicismos en el lenguaje, o el inglés en el mundo empresarial. Y en la educación, ¿para qué vamos a hablar? Todo un desembarco masivo de la lengua inglesa, en detrimento del español, hasta el punto de forzar aberraciones como la de dar las matemáticas en inglés, o dejar al castellano, entre unas y otras, casi como una lengua residual cuando es en la que, si les dejamos libres, hablan la mayoría de los alumnos.

No es “jalobuin” sólo el problema. Como digo es la punta del iceberg. Y lo más triste es pensar en la causa de todo esto. El capital, el dinero. Actualmente el dinero se mueve en inglés. Todo lo demás no importa. Historia, cultura, identidad son arrasadas por el dinero que fue, es y sigue siendo el motor del mundo.

Tengamos por lo menos conciencia, cuando celebramos “jalobuin”, o por ejemplo, utilizamos palabras en inglés renunciando a las nuestras, de hasta qué punto nos hemos bajado los pantalones ante el poderoso caballero, renunciado así a nuestra identidad y a nuestra dignidad, y encima con una estúpida sonrisa en la cara disfrazados de vete tú a saber qué.

sábado, 30 de octubre de 2021

Encuentro de poetas.

 


Tuve el honor de ser invitado al encuentro de un grupo de poetas que se reúnen en el pueblo, en Ribarroja, con cierta periodicidad, y que ya han publicado tres libros y realizado varios recitales.

Fui con un amigo que también escribe poesía, y pasamos un par de horas de modo muy grato. Comentamos luego que nos sentimos cómodos desde el primer momento.

A mí, como casi siempre que hablo en público, se me quedó la desagradable sensación de no haber estado a la altura de la ocasión que me dieron de dirigirme a ellos. Pienso enseguida que dije cosas que no hacía falta decir, y se me quedaron en el tintero otras que sí eran realmente oportunas. Por ello pido disculpas.

¿Qué es lo que más me llamó la atención de aquel encuentro? Dos cosas. El amor por la lengua y la autenticidad. Y ambas son para mí esenciales. Yo amo también mi lengua. La he enseñado lo mejor que he sabido, pienso en ella, me comunico con ella, juego con ella, gozo con ella, me emociono y río y lloro con ella, rezo con ella, y amo con ella. Y me duele que le hagan daño, como le están haciendo. Y vi que a ellos también les pasaba lo mismo.

También vi autenticidad. En los poemas y testimonios que escuché no había palabras huecas, sin alma. Había alguien detrás. Un ser humano que de la mejor forma que sabía, y lo hacían bien, se abría al encuentro con los demás. Y eso, en los tiempos que corren, no es muy frecuente.

Fue de verdad un rato muy agradable, y espero no sea el último, por el que doy gracias a todos ellos y a Salvador Silvestre, antiguo jefe y compañero, amigo ahora, que fue quien nos invitó.


viernes, 29 de octubre de 2021

Actualización puente de Todos los Santos.

Tendremos estos días una situación meteorológica de las peores para estas tierras. Entran frentes por el oeste, por lo que lloverá mucho este fin de semana, y bajarán las temperaturas en casi toda España, pero no aquí.

Aquí, si llueve, lloverá poco, las temperaturas subirán acercándose a los 30 las máximas y a los 18 las mínimas, y el viento de poniente soplará con fuerza creando un ambiente desapacible. Las nubes pasarán de oeste a este, dejando largos períodos de sol. En otras palabras, un tiempo desagradable; gris, ventoso, caliente y con lluvia, si llega, para ensuciar, y poco más.

Quizá con mucha suerte, algunas masas nubosas logren cruzar la meseta sin "vaciarse" allí y traigan aquí algo de agua, que falta hace. Pero lo del fresquito, nada de nada. Solo el viento hará que parezcan algo más bajas las temperaturas de lo que serán.

Puente con un tiempo “pocagrasia”, al menos por aquí, quizá en el interior sea algo peor, o sea mejor. Lo bonitos que hubieran sido unos días fríos, grises y lluviosos, otoñales como Dios manda…


La pregunta más honda, ¿por qué?


Me he desayunado hoy con una noticia terrible. El asesinato de un niño de nueve años. Un monstruo, que ya había cumplido condena por matar a una mujer, ha sido el autor. La gente del barrio, enterada, ha acudido al domicilio del asesino para lincharlo. La Guardia Civil, a duras penas, ha podido detenerlo y llevárselo indemne.

Estos son los datos sobre los que los repugnantes programas de la tele, sobre todo matinales, harán su agosto de audiencia, compitiendo en morbo y cinismo televisivo; caras compungidas, frases lapidarias, pero el oculto deleite que debe producir revolcarse impúdicamente en el dolor ajeno, sabiendo que eso me produce pingües beneficios.

Yo no quiero saber más.

Entiendo a los que deseaban linchar a ese individuo. Me solidarizo con los guardias civiles que, deseando pegarle un tiro al monstruo, como yo lo hubiera deseado, han tenido que defenderlo de la justa indignación de los vecinos. Y me cabrea el reportero que hablaba, casi reprochándolo, de que querían tomarse la justicia por su mano. ¡Pues claro, imbécil! ¡Pues claro! ¡Que se hubieran cargado a tu hijo!

Y es que somos hombres, no ángeles.

Por esto digo que no quiero saber más. Porque me dan igual las circunstancias, porque ya nada se puede hacer, porque regodearse en el dolor, propio o ajeno, es algo profundamente repulsivo e inhumano.

Me quedo con una pregunta, con la pregunta más honda, más alta, más dura, ¿por qué Señor? ¿Por qué consientes esto? Es el mal absoluto, sin justificación por mínima que sea. ¿Por qué? Tendrás en tu seno, feliz para siempre, a ese niño, pero el dolor monstruoso que su temprana partida aquí ha causado, el dolor irreparable, el abismo de angustia y desesperación al que a muchos ha arrojado, no quiero ni pensar en sus padres, nos lanza, una vez más, a revolvernos con rabia ante Ti, Señor. ¿Por qué?

Y como respuesta un vasto silencio, y nada.

Es entonces, cuando ante el zarpazo del mal en estado puro, en ese silencio, aparece Cristo en la cruz, frente a la nada, frente al vacío, dándole sentido a todo, incluso al más radical de los sinsentidos.

Pero soy humano, y a veces me cuesta verlo, mucho. Por eso, ante hechos como este, sólo me queda pedirle a Dios que aumente mi fe, que la robustezca, que me ayude a creer en la mañana de Pascua, que me ayude a creer que ese chavalillo estará feliz junto a Él para siempre, que algún día, sus padres, su familia, sus amigos, volverán a abrazarle. Y también le pido que hasta entonces no les deje solos en el durísimo camino que les ha tocado recorrer.

miércoles, 27 de octubre de 2021

Una experiencia barata.


Es fácil y barato. No requiere de monitores ni empresas de aventura. No hay que irse muy lejos. No hace falta mucho tiempo ni equipo especial. Incluso puedes hacerlo solo, o en buena compañía, si solo te da miedo.

La experiencia es la siguiente.

Vete un rato antes de atardecer al monte, disfruta de los últimos rayos de sol, y cuando la oscuridad empiece a envolver el bosque, siéntate en silencio junto a un pino. Mira el cielo, aún con luz, pintado de rojo, rosa, malva… Y espera a que cierre la noche y luzcan las estrellas.

Hace fresco, cada vez hay más silencio y la oscuridad es más densa. El pinar cobra vida, se escuchan sonidos de animalillos entre los matorrales, rapaces nocturnas, los grillos… Has de haberte llevado una linterna para volver al pueblo.

De verdad que vale la pena hacer esto aunque sea de vez en cuando. Y si el problema es el miedo que pueda darte, más miedo da andar por una ciudad a ciertas horas; nuestros montes son inofensivos. Si el problema es que no nos atrevemos a estar solos y en silencio un rato, esto ya es harina de otro costal.

Pues eso. Prueba si quieres.

martes, 26 de octubre de 2021

Algo insólito.

Resulta insólito en esta España nuestra esto que veis en la foto. En un chalet en medio del monte, junto a un camino muy transitado por excursionistas y ciclistas, puedes comprar alguna de estas cosas simplemente cogiéndola y pagándola por bizum o dejando el dinero en efectivo en el cuenco. Imagino que si quieres más de algo, o pesar las calabazas, llamarás a los dueños que estarán haciendo sus cosas en casa, o no estarán. No sé.

Me encanta, y me hace pensar en qué bonito y diferente sería todo si pudiéramos hacer cosas así sin miedo al gracioso, al listillo o al “espabilao” de  turno.

De momento parece que funciona, porque ya lleva algún tiempo. Empezaron poniendo sólo miel, ahora han ampliado la oferta. ¡Ojalá les vaya bien! Por ellos y por lo que eso significaría.





lunes, 25 de octubre de 2021

Comienzan los relojes a maquinar sus prisas.

Ese precioso y frágil reducto natural que compartimos entre Ribarroja y Villamarchante, en el que Porchinos es el eje al oeste del cual están las Rodanas y el pico del Águila, y al este, la Selleta, Llidona y Yesares, no ofrece precisamente silencio; está rodeado de demasiada gente para ello. Desde buena mañana y hasta muy tarde, el ruido de fábricas, canteras, pozos, tractores, coches, camiones, aviones, forman una algarabía que sólo cesó aquellos meses infaustos en que la pandemia pareció agarrotar la vida; la agarrotó realmente.

Quizá por eso no me desagrada ahora como me desagradaba antes. Es la música prosaica y desafinada del trabajo humano. La asumo y la comprendo. Si quiero silencio en el monte no lo tengo muy lejos, pero desde luego por aquí no.

Sin embargo los espectáculos que ofrecen sus humildes cimas son, a menudo, maravillosos, sobre todo al salir el sol sobre el mar, o al ponerse tras la sierra de Chiva.

Esta misma mañana veía amanecer desde una de las muchas rocas que destacan sobre el pinar. En el cielo, totalmente limpio, brillaba la luna en cuarto menguante que descendía hacia poniente, buscando el horizonte malva y rosa. Por el este, el sol se elevaba sobre un mar brumoso, tiñendo la ciudad, de la que destacaban las grúas del puerto, de un rojo extraño, convirtiendo el paisaje en algo casi irreal.

Sí, es cierto que no había silencio, pero la contemplación del espectáculo hacía olvidar la áspera música del trabajo humano. Y allí, sentado en la roca, resguardado del frío, esperando los primeros rayos del sol, me ha venido a la cabeza, como otras veces, este himno de la Liturgia de las horas.

 

Comienzan los relojes

a maquinar sus prisas;

y miramos el mundo.

Comienza un nuevo día.

 

Comienzan las preguntas,

la intensidad, la vida;

se cruzan los horarios.

Qué red, qué algarabía.

 

Más tú, Señor, ahora

eres calma infinita.

Todo el tiempo está en ti

como una gavilla.

 

Rezamos, te alabamos,

porque existes, avisas;

porque anoche en el aire

tus astros se movían.

 

Y ahora toda la luz

se posó en nuestra orilla.

 

Amén.












domingo, 24 de octubre de 2021

Semana, en principio, tranquila.

Al menos de momento parece que la semana será tranquila, soleada y fresca. Bastante normalita para la época en la que estamos si no hablamos de que por aquí sigue sin llover lo que debería, y eso, en octubre, no es tan normalito.

Las máximas no llegarán a los 25, y las mínimas rondarán los 10, lo que resulta cómodo; fresquito para dormir bien y ambiente tibio para andar por el mundo. El viento entrará flojo de todos los puntos cardinales, predominando el norte y noroeste, lo que dejará nubes de adorno, algunas gorditas, en cielos azules y limpios.

Lluvia sigue sin verse por aquí, pero ya veis lo que pasó la semana pasada. El domingo tampoco se veía y el viernes llovió en muchos sitios, aunque aquí, por mucha alerta amarilla que había, no cayó ni una gota, como tantas veces.


Un entrañable recuerdo.

Hace ya algún tiempo llegó a mis manos un poemita que mi tío Vicente, artista fallero, pintor y poeta, le escribió a mi madre con ocasión de su santo y 16 cumpleaños. 

Escrito con plumilla, decorado con acuarela, en un papel especial, con un cordoncito rojo, fue un bonito regalo hecho venerable por el tiempo y la ausencia, que tengo la dicha de conservar en casa y que hoy, y no por casualidad, comparto como un entrañable recuerdo.

 

A Maruja Segura Tortosa

el día de su cumpleaños

y fiesta onomástica del año 1943.

 

Si yo fuera millonario

¡qué de regalos te haría!

mas mi humilde posición

con ser tanta mi ambición

solo permite ofrecer

esta feliz poesía.

 

“Eres linda”

 

¡Eres linda!, ¡tú lo sabes!

Aunque el rubor al oírlo

te sonroje las mejillas

y tu mirada inocente

bajes como las monjitas.

 

Eres linda y es natural

que vanidosilla seas,

pues lo son todas las feas

sin darles Dios tal manjar

¿cómo no te has de gozar

aunque oyendo no lo creas?

 

Además de ser bonita,

tu perfume cariñoso

sabrá ganar orgulloso

voluntades de aspereza

si con talento tu almita

desecha adversa maleza.

 

Y si para ti, profana,

sigues en el desafío

es igual, ¿qué importan las opiniones

si así eres para tu tío?

 

Valencia 15 de agosto de 1943.

Vicente Tortosa Biosca.





sábado, 23 de octubre de 2021

Una entrevista a Pérez Reverte.


Veo muy poco la tele y cuando por algún motivo lo hago, suelo quedarme a menudo “patedefuá” que dicen, o de pasta de moniato, que viene a ser lo mismo. Pero esta vez disfruté.

Un día de estos me enteré de que a un programa que no había visto nunca porque no aguanto al presentador, entrevistador, o como diablos le llamen, iba a ir Pérez Reverte, en principio a hablar de su último libro que por cierto estaba leyendo esos días.

Me gusta leer y escuchar a este hombre porque me parece una mente muy clara, que habla desde la experiencia, con un alto nivel cultural y que no se casa con nadie. Y eso no es muy frecuente hoy en día en los medios de comunicación. Así que me dispuse a pagar el alto precio de soportar el programita con tal de oírle. Y he de decir que me lo pasé muy bien escuchándole.

Aparte de hablar de la novela, pasó revista a temas de absoluta actualidad explicando su punto de vista de un modo muy clarito y sin pelos en la lengua. Incluso quienes no estén de acuerdo con él, no podrán decir que no justifica sus afirmaciones. Por eso hay quien lo descalifica de entrada con los apelativos oficiales puestos de moda para tal menester, antes de correr el riesgo de quedarse a la intemperie del pensamiento libre y crítico. Se está más cómodo y queda más mono ser devotos fieles de la nueva religión que se ha instaurado en las sociedades occidentales. Esto lo dijo él en la entrevista.

Religión que, para no faltar a la costumbre, en España adquiere pronto tintes de fanatismo formulando dogmas cuya vulneración te convierte en hereje, con todo lo que ello conlleva.

Prueba a decir la mitad de lo que dijo Pérez Reverte sin ser Pérez Reverte en casi cualquier entorno social, incluso en ocasiones, entre familia y amigos, y verás lo que te pasa.

Pues nada, yo no digo más. Podéis ver la entrevista en youtube tecleando Pérez Reverte-Motos y leer el libro, titulado El Italiano, donde no hay ni buenos ni malos, extremo este que va contra uno de los dogmas de la nueva religión que dice, si no eres como hay que ser según la autoridad oficial pertinente, eres malo, malísimo, perverso, retrógrado… ¿Y qué falta?...¡Fascista!

viernes, 22 de octubre de 2021

Actualización fin de semana del 23-24 de octubre de 2021.

Pues no, no ha llovido, al menos de momento. Esta vez todos decían que llovería, y así ha sido, pero en el mar, para regarlo bien, se ve que estaba sequito, y en la punteta del mapa, o sea donde siempre, por Denia, Jávea y alrededores. Aquí seguimos con un octubre seco.

El fin de semana será diferente. Dos días espléndidos, de otoño mediterráneo. Mínimas de 10 y máximas de 23. Alguna nube el sábado por la mañana, luego cielos despejados. Y vientos flojos, turnándose el noroeste con el sureste. Todo un lujo.

¿Llovera aunque sea un poquito esta noche? Ni se sabe.


Digo, corred, corred.


Soy de otra generación, del siglo pasado, de otros tiempos, decidlo como queráis, pero el hecho es que cada vez entiendo menos a la sociedad en la que vivo. Y me hago a un lado y dejo pasar; digo, corred, corred, no sé por qué ni hacia dónde, pero corred si es lo que queréis; no seré yo quien os lo impida.

Y lo digo textualmente, porque es lo que me pasa cada vez más. He de pararme y hacerme a un lado del camino o del sendero porque baja o sube alguien corriendo o en bicicleta. Sobre todo, si bajan, te llevas más de un susto; y algunos hasta se ofenden porque no te apartas a tiempo. A “su” tiempo, que no es el “mío”.

Todos corren. ¡Qué raro es encontrar a alguien andando! Ayer mismo, el crepúsculo fue prodigioso, soberbio; lo disfruté, ralenticé el paso para gozarlo mejor, para ver mejor, para escuchar mejor, para oler mejor los aromas del monte…

No juzgo. No digo que lo que yo hago sea mejor o más bueno que lo que hacían esos dos que corrían charlando sin cesar, o ese otro que me adelantó lanzado cuesta abajo con su bici. Sólo digo que no lo entiendo, que no me gusta. Y que haciendo lo que yo hago, cada vez veo menos gente. Por eso digo que “mi” tiempo está pasando, pero esa evidencia no me perturba; aunque sí que me queda una desazón, y es pensar que esa forma nueva de acercarse al monte, corriendo, siempre corriendo, no sea más que una muestra muy clara de cómo muchísima gente se acerca a la vida, vive la vida.

Y eso sí que no es bueno, porque el precio es acabar viviendo fuera de nosotros mismos, en una carrera hacia ninguna parte. Quizá una huida a la desesperada. ¿De quién? ¿De qué?

Y como ya he dicho, eso sí que no es bueno.


jueves, 21 de octubre de 2021

Parece que lloverá mañana.

El domingo pasado no se veían lluvias por ninguna parte; ningún modelo hablaba de que pudiera llover esta semana. Sin embargo parece ser que mañana lloverá y, según algunos modelos, mucho.

Por aquí al menos no hablamos de barbaridades, pero sí de unas precipitaciones abundantes que serían muy bien recibidas, pues llevábamos tiempo sin llover para ser otoño. Además las temperaturas descenderán muy claramente.

En otras palabras, si se cumplen las previsiones, mañana y sólo mañana, será un día plenamente otoñal, el primero quizá desde que se acabó el verano.


miércoles, 20 de octubre de 2021

La luna del cazador.

Previendo la posibilidad de que hoy no pudiera ver salir la luna llena de octubre, la llamada luna del cazador, fui a verla ayer que, aunque no era aún llena, casi. Y fue un bonito espectáculo.

El sol se puso, un ratito antes de llegar al horizonte, tras unas nubes que perfilaron sus contornos iluminados por la luz crepuscular. Todo un espectáculo.

Por el este, a las 19 horas y 8 minutos salió la luna, pero se vio unos minutos después. Una claridad difusa y tenue entre la bruma anunció su presencia que fue haciéndose poco a poco cada vez más visible, hasta acabar brillando en el cielo como dueña y señora de la noche.

Ciertamente se podía cazar con su luz, de ahí su nombre, según cuentan. Con el invierno por delante había que aprovisionarse de carne, y estas noches luminosas de otoño eran ideales para salir de caza.

La luna del cazador. Suena bien. Está ahora en el cielo.












martes, 19 de octubre de 2021

Aquel 19 de octubre de 1973.


El 19 de octubre del año 1973, a menos de un mes de cumplir los 18 años, inicié con mis hermanos un grupo Junior en la parroquia de San Miguel y San Sebastián de Valencia, a la que pertenecíamos. Venía de haber montado otro, con un amigo, en la Ciudad Fallera. Pero no es de estas andanzas de juventud de lo que quiero hablar, sino de cómo se ven aquellos acontecimientos a menos de un mes de cumplir los 66.

Aquel grupo, conocido entre nosotros como "El Movi", por lo de Movimiento Junior de Acción Católica, que tal era su nombre oficial y completo, resulto ser decisivo en mi vida y en la de muchas otras personas. Ajeno era yo entonces a las consecuencias que iba a tener la decisión de empezar aquello, decisión que al borde estuvo de acabar en nada por cuestiones que no vienen a cuento.

Años después, sucedió algo parecido en un encuentro de grupos Junior en Segart. Hablé, diciendo tan solo lo que pensaba, sin imaginar las consecuencias de aquella breve intervención. Apunto estuve de no hacerlo también. Y más aún, lo normal hubiera sido no haber tenido que hablar.

Estos dos acontecimientos, junto a otros muchos de menor trascendencia, pero nada despreciables, han marcado los raíles por los que ha discurrido mi vida. Y estoy seguro de que sería totalmente distinta si no se hubieran producido. No sé si mejor o peor, pero radicalmente diferente; de eso estoy seguro.

Empecé en el Junior en la Ciudad Fallera porque un compañero del colegio me dijo que los niños en su barrio andaban por la calle como ovejas sin pastor, y decidí ayudarle. En San Miguel y San Sebastián, porque el párroco me pidió que atendiera a los niños de la parroquia, y me pareció bien hacerlo; a fin de cuentas era mi parroquia. En Segart dije lo que dije porque era lo que los monitores habían decidido que había que decir, aunque iba en contra de lo que allí dijo la gran mayoría.

Puedo por eso constatar que los momentos importantes, decisivos, de mi vida no los he buscado. Han venido sin esperarlos, por sorpresa. Y me he dado cuenta de su importancia a toro pasado. Lo único que he tenido que hacer es, en cada momento, hacer lo que creía que tenía que hacer, sólo porque pensaba que era lo correcto, sin buscar más que eso.

Y ahora viene mi reflexión. Quizá vivir no se trate de andar diseñando, angustiado, tu propio camino, sino de andar por cualquier camino tomando en cada momento las decisiones que debes tomar, y dejar lo demás en manos Dios. Haz en cada momento lo correcto y lo demás vendrá por añadidura, podría ser la frase que lo resume todo, frase que me lanza a otra del Evangelio.

"Buscad el Reino de Dios y su justicia; lo demás se os dará por añadidura". Y no quiero decir con esto que mis decisiones fueron las que fueron porque buscaba el Reino y su justicia, Dios me libre de tal vanidad; sólo hice lo que creí que debía hacer. Lo demás vino por añadidura.

Esta es mi reflexión 48 años después de aquel 19 de octubre. Aquel día en que tuvimos la primera reunión con un grupo de chiquillos a los que había convocado el párroco en los locales recién inaugurados…

Sólo hay que no correr, y mirar.

No hace falta irse muy lejos. Sólo hay que no correr y hacerse consciente de lo que nos rodea, de lo que gratuitamente se nos ofrece. Contemplar cómo la belleza se abre paso entre nuestra basura y nuestros desperdicios recordándonos que está ahí, que sigue estando ahí, aunque la ignoremos, la mejor y más dañina forma de desprecio.

Desgraciadamente el término municipal de Ribarroja, como el de tantos y tantos pueblos, exhibe por doquier escombros, desechos agrícolas, industriales, urbanos, deportivos… Pero junto a todo esto, en una sola excursión, y sin salir de él, pueden ahora hacerse fotos como estas.












lunes, 18 de octubre de 2021

Un bonito testimonio.

Andando por los montes, a veces te encuentras con testimonios de amistad, de solidaridad, de cariño entre la gente. Y es bonito.

El otro día, en una ruta de todo el día por la Serranía, llegué a la cima de una montaña llamada Buena Leche, de 1015 metros, situada cerca del puerto de la Montalbana, entre Tuéjar y Tituaguas.

Hay allí una caseta de vigilancia forestal, pues esa montaña tiene un panorama extensísimo, y cerca de ella, en la ancha cima, vi este pequeño monumento rodeado de romeros en flor, en memoria de alguien llamado Óscar.

No sé nada más, pero me pareció bonito y por eso lo comparto. Hay que compartir lo que está bien, lo que es bueno, porque de lo otro ya tenemos bastante.

Dice el texto:

 

Oteando el horizonte,

sendas, montañas y

caminos que mil veces

anduviste y conservan tu huella.

Recuerdos imborrables que nos unen.

 

Los vigilantes de prevención de incendios,

en recuerdo de nuestro compañero Óscar.






domingo, 17 de octubre de 2021

Vosotros, nada de eso.


 

Dice el evangelio de san Marcos, en el capítulo 10:

Jesús, reuniéndolos, les dijo:

- «Sabéis que los que son reconocidos como jefes de los pueblos los tiranizan, y que los grandes los oprimen.

Vosotros, nada de eso: el que quiera ser grande, sea vuestro servidor; y el que quiera ser primero, sea esclavo de todos.

Es el evangelio de hoy. Y si os fijáis lo comparto en la sección Desde mi fe, y en la que llamo Reflexiones políticas.

Sin comentarios.

Semana "constipadora".

Lo característico de esta semana parece que va a ser la amplitud térmica, es decir, la diferencia entre las mínimas, por bajo de 15 e incluso acercándose a los 10, y las máximas por arriba de 25, incluso alcanzando los 30. Por lo demás, cielos más bien despejados con nubes de adorno, y vientos flojos variables, sin predominio de ninguno.

Esto, muy típico del otoño, es altamente “constipador”, porque pasa eso de no saber qué ropa ponerse, ni cuándo. También facilita la pérdida de esas prendas que cogimos por la mañana pero que a medio día nos sobran.

Respecto a las lluvias, nada de nada. Octubre está siendo un mes muy seco. Y no se ven ni a corto ni a medio plazo. Tampoco a largo plazo, de momento.


viernes, 15 de octubre de 2021

Actualización fin de semana del 16-17 de octubre de 2021.

Sábado tranquilo y domingo también, aunque con más nubes, sin llegar, creo yo, a que caiga ni una gota ni media. Y ya me alegraría equivocarme, porque si el final del verano fue generoso en lluvias, el otoño está siendo reseco y hasta “calforro”; y no toca.

O sea que vía libre para hacer lo que a uno le plazca al aire libre, sudando a medio día y todo, siempre y cuando no estemos en una terraza tomando un aperitivo, en cuyo caso podemos aguantar el sol,  que ya no quema como hace un mes.

El verdadero otoño se resiste a venir. Lo intenta, pero este anticiclón que tenemos encima no le deja. ¡Qué le vamos a hacer!


jueves, 14 de octubre de 2021

¡Bienllegados a Santiago!

 

"A fin de cuentas, las cimas no son más que un momento de violenta plenitud en nuestras vidas", dice una máxima montañera. Y es cierto, un momento de plenitud en ocasiones hasta el llanto, lo he visto más de una vez, pero breve, porque hay que bajar al valle. Y luego soñaremos con otra, e iremos a por ella. Y así, una tras otra va pasando la vida.

Llegar a Santiago, tras unos días de marcha, es igual que llegar a una cima. No he hecho nunca el camino, pero creo que lo entiendo. Debe ser un momento de violenta plenitud entrar en la plaza del Obradoiro, con todo lo que eso conlleva y significa.

Pero hay que volver a casa. Y entonces podremos hacer dos cosas, quedarnos sólo con el recuerdo, o soñar con otras cimas, otras plazas del Obradoiro, y ponernos en marcha hacia ellas. Y así, vivir siempre ascendiendo, caminando, porque después de todo, esos momentos de plenitud, no son más que un pálido reflejo de esa otra a la que los hombres estamos llamados.

¡Enhorabuena a los caminantes que estarán llegando en estos momentos!

¡Y ojalá encuentren muchas plazas, muchas cimas en su vida!

miércoles, 13 de octubre de 2021

...y llegó el progreso.

Este paisaje que podéis ver en las fotos, y que yo conocí siendo un imponente pinar, tiene una triste historia, historia que no por previsible evitaron. Lo contaré como un cuento.

Érase una vez, hace muchos años, en un país muy cercano, el monte estaba habitado y cuidado por el hombre. Laderas abancaladas y campos en lo llano, se entremezclaban con los pinares de los que sacaban leña, por lo que estaban limpios. Masías y corrales, unidos por sendas y caminos entre ellos y con el pueblo “grande”, creaban una red de comunicaciones por la que transitaban a diario carros, personas y animales.

La ciudad quedaba muy lejos.

Pero llegó el “progreso” y las cosas cambiaron. La gente fue dejando el monte para irse, o al pueblo “grande” que se hizo más grande, o a la ciudad que se hizo demasiado grande, y de mala manera.

El monte, abandonado, reconquistó, poco a poco, todo lo que el hombre, durante siglos le había arrebatado, y acabó cubriendo todo de árboles y plantas creando un manto forestal, con un sotobosque intransitable, continuo y exuberante. Muchas sendas y caminos se perdieron, y las masías y corrales se fueron derruyendo.

Y llegó el fuego, y lo arrasó todo.

Y a casi nadie le importó ni le importa un bledo, porque si de verdad les importase, todos llevarían más cuidado, y las autoridades habrían intervenido hace ya años, no para apagar incendios, sino para evitarlos.

Y así estamos.

Y colorín colorado, este cuento se ha acabado. Y ni fueron felices, ni comieron perdices, ni codornices, ni lombrices, ni nada de nada.