Previendo
la posibilidad de que hoy no pudiera ver salir la luna llena de octubre, la
llamada luna del cazador, fui a verla ayer que, aunque no era aún llena, casi.
Y fue un bonito espectáculo.
El sol
se puso, un ratito antes de llegar al horizonte, tras unas nubes que perfilaron
sus contornos iluminados por la luz crepuscular. Todo un espectáculo.
Por el
este, a las 19 horas y 8 minutos salió la luna, pero se vio unos minutos
después. Una claridad difusa y tenue entre la bruma anunció su presencia que
fue haciéndose poco a poco cada vez más visible, hasta acabar brillando en el
cielo como dueña y señora de la noche.
Ciertamente
se podía cazar con su luz, de ahí su nombre, según cuentan. Con el invierno por
delante había que aprovisionarse de carne, y estas noches luminosas de otoño
eran ideales para salir de caza.
La
luna del cazador. Suena bien. Está ahora en el cielo.
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