FRASES PARA PENSAR.

SE DARÁ TIEMPO AL TIEMPO,
QUE SUELE DAR DULCE SALIDA A MUCHAS AMARGAS DIFICULTADES.

Cervantes en el Quijote.

lunes, 30 de noviembre de 2020

¡Ojalá me equivoque!

La situación en estos momentos se ve con una claridad meridiana. Si en los meses de diciembre y enero siguiéramos, más o menos, como en noviembre, seguirían descendiendo los contagios, como de hecho lo están haciendo, y el inicio de las vacunaciones aceleraría este descenso. Y eso nos dejaría en una muy buena posición cara a la primavera.

Pero no va a ser así, porque están el puñetero puente y las Navidades, y eso provocará la tercera ola. Y no es que sea agorero, es que después de unos cuantos años en este planeta conozco la naturaleza humana, conozco nuestra naturaleza.

No habría habido una segunda ola si el mes de agosto y el puente del Pilar hubieran sido otra cosa muy distinta a lo que fueron; como no habría una tercera si el próximo puente y las Navidades fueran lo que ahora, tal como están las cosas, tendrían que ser.

Las urgencias económicas, las necesidades afectivas, las ganas de juerga y fiesta, el cumplir las tradiciones, cuestiones estas que no niego en absoluto, tendrían en unos meses cumplida satisfacción si aguantáramos el tirón que supone este mes que empieza mañana. Pero no va a ser así.

La combinación de políticos coherentes y valientes, con ciudadanos mayoritariamente responsables y solidarios, es la mejor y más eficaz estrategia que podemos tener ante el virus. Pero la cosa irá como irá porque en esta, nuestra sociedad, no tenemos ni a unos ni a otros. Por esto no va a ser así.

Porque no nos engañemos. No es el virus, por perverso y contagioso que sea, que lo es, es nuestra forma de vivir, incoherente, insolidaria, a menudo ridícula y absurda, lo que nos está desgraciando la vida, lo que nos está matando. Y disculpad el tinte tan negro de esta entrada.

¡Ojalá me equivoque!

 

domingo, 29 de noviembre de 2020

Se asoma el invierno.

NOTA DE LA SEMANA: 10

Para empezar he de decir que cada modelo de los que consulto para escribir estas líneas dice una cosa diferente para la semana que viene, así que todo lo que diga debe ser cogido con alfileres.

En lo único en lo que parecen estar todos de acuerdo es en que irán bajando las temperaturas, tanto máximas como mínimas, moviéndose entre los18 y 10 del principio y los 10 y 5 del fin de semana, con una bajada de las mínimas hasta los 2, el jueves. Pero que esto suceda tampoco está claro.

En los cielos alternarán nubes y claros por los que asomará un sol de invierno. Los vientos serán variables, predominando oeste y noroeste con períodos de calma, y no muy fuertes excepto el viernes que podría entrar un poniente bien frio, siendo entonces algo más fuertes.

¿Lluvia? Ni se sabe. Unos dicen que el viernes, otros que el jueves, otros que el sábado, otros que jueves y domingo, otros que ningún día. ¿Qué pasará al final? De todos modos, si llueve será poco.

De momento de agua estamos servidos. En este último episodio hemos recogido 117 litros y en todo el mes 190; no está mal. Además, esta agua se queda, garantizado un buen invierno para el monte.

Por eso, porque en cualquier caso nada malo, meteorológicamente hablando, se ve para esta próxima semana y ha llovido bien, le pongo un 10.

¡Ah! y habrá que empezar a abrigarse bien, sobre todo de noche y por la mañanita. Se asoma el invierno.

sábado, 28 de noviembre de 2020

Agua en el monte.

No es fácil hacer fotos como estas por aquí cerca, pero hoy sí lo era. Ver el agua y escucharla era toda una experiencia. Un bonito regalo del otoño.








Es una estrategia.


 

Esta tarde de sábado, tras la tormenta, puede invitar a la reflexión. Esta es mi reflexión vespertina. Podría ser cualquier otra, pero es que leyendo...

Hace ya mucho tiempo que me preocupa, me inquieta y me da miedo, mucho miedo, la deriva de la política en España. Y en estos últimos tiempos mucho más, pandemia aparte. Porque esta larga tragedia colectiva no ha servido para que esta deriva se frenara o se recondujera, sino más bien parece que la ha acelerado. Y eso es lo que más me ha desconcertado.

Parece que toda la actividad política, leyes, pactos, reformas, declaraciones, vaya a encaminada a fomentar la división, el enfrentamiento, la crispación; a evitar cualquier posible consenso. Incluso al desafío puro y duro.

Pero ¿por qué? Por ese camino no se avanza, no se llega nunca a buen puerto para la inmensa mayoría de la gente. Y eso lo saben los que crean estas situaciones; nos lo dice la historia y el sentido común. ¿Por qué lo están haciendo?

Y mira por dónde, leyendo la encíclica del Papa he encontrado la respuesta. Y conociéndola me ha dado más miedo todavía. En el punto quince dice:

La mejor manera de dominar y de avanzar sin límites es sembrar la desesperanza y suscitar la desconfianza constante, aun disfrazada detrás de la defensa de algunos valores. Hoy en muchos países se utiliza el mecanismo político de exasperar, exacerbar y polarizar. Por diversos caminos se niega a otros el derecho a existir y a opinar, y para ello se acude a la estrategia de ridiculizarlos, sospechar de ellos, cercarlos. No se recoge su parte de verdad, sus valores, y de este modo la sociedad se empobrece y se reduce a la prepotencia del más fuerte. La política ya no es así una discusión sana sobre proyectos a largo plazo para el desarrollo de todos y el bien común, sino sólo recetas inmediatistas de marketing que encuentran en la destrucción del otro el recurso más eficaz. En este juego mezquino de las descalificaciones, el debate es manipulado hacia el estado permanente de cuestionamiento y confrontación.

Más claro no se puede hablar, y mejor no se puede describir la situación actual de España. Quien así actúa, sea el Gobierno o partidos de la oposición, o ambos simultáneamente, sí saben dónde van y por qué hacen lo que hacen; es una estrategia para dominar y avanzar sin límites. Dominar a todos y avanzar sin límites es totalitarismo, que sea del signo que sea, destruye al hombre, su libertad y su dignidad.

Releed el texto del Papa. Meditadlo. No tiene desperdicio. Compartidlo. Es una luminosa denuncia de lo que aquí, y en otros muchos países del mundo está sucediendo.

viernes, 27 de noviembre de 2020

Actualización fin de semana 28-29 de noviembre 2020.

Cuando ya hemos pasado hoy de los 100 litros por metro cuadrado, y este mes de noviembre se ha convertido en el que más lluvia hemos recogido de lo que llevamos de siglo, voy a hacer la actualización para este fin de semana.

Podría haber alguna sorpresa, pero de momento parece que el sábado seguirá con un elevado riesgo de lluvia al menos hasta medio día, y el domingo no lloverá, aunque puede estar cubierto o con algún rato de sol.

Las temperaturas oscilarán entre los 10 de mínima y los 15 de máxima, y los vientos serán más flojos que hoy y del noroeste, con algún período de calma. Este giro del viento es lo que hará que la lluvia vaya mañana a menos.

Pero, ¡ojo!, como he dicho puede haber sorpresas, pues estas situaciones son difíciles de seguir, ya que cambian inesperadamente con mucha frecuencia. Sin embargo, si se cumple la previsión, el sábado tarde y el domingo pueden ser días para acercarse al monte y verlo con agua por doquier: ramblas, barrancos, fuentes, cascadas que casi siempre están secos, serán un espectáculo. Pero cuidado, hay que asegurarse del tiempo que hará, y mirar bien dónde y cómo nos metemos.

De momento, hoy en casita se está bien.

En el Día del Maestro.


Lluvioso Día del Maestro, lluvioso y tormentoso. Y difícil en las aulas, muy difícil. Defendernos del maldito bicho, defendernos del frío, defendernos del viento húmedo, defendernos de la lluvia, cuidar a nuestros alumnos, recordarles que se cuiden, cuidarnos nosotros… Y dar clase. Todo a la vez.

Mi admiración, mi respeto y mi apoyo a todos mis compañeros y a los que no siéndolo, entregan también su vida en esta tarea, cada vez más difícil, de la educación. Y de un modo especialmente difícil en estos tiempos oscuros.

Como “regalo” en este día voy a compartir un escrito, atribuido a Abraham Lincoln, al maestro de su hijo. Es falso, Lincoln nunca escribió esto, pero quien lo hiciera en el siglo XIX, puso el dedo en la llaga con esta curiosa y caótica lista de peticiones.

Si la leéis, veréis que es lo que todos intentamos hacer con nuestros alumnos mucho más de cien años después de que se escribiera.

Querido profesor:

Mi hijo tiene que aprender que no todos los hombres son justos ni todos son veraces, enséñele que por cada villano hay un héroe, y que por cada egoísta hay un generoso.

También enséñele que por cada enemigo hay un amigo y que más vale moneda ganada que moneda encontrada.

Quiero que aprenda a perder y también a gozar correctamente de las victorias. Aléjelo de la envidia y que conozca la alegría profunda de la aceptación..

Haga que aprecie la lectura de buenos libros, sin que deje de entretenerse con los pájaros, las flores del campo y las maravillosas vistas de lagos y montañas.

Que aprenda a jugar sin violencia con sus amigos. Explíquele que vale más una derrota honrosa que una victoria vergonzosa. Que crea en sí mismo y sus capacidades aunque se quede solito, y tenga que lidiar contra todos.

Enséñele a ser bueno y gentil con los buenos y duro con los perversos. Instrúyalo a que no haga las cosas porque simplemente otros lo hacen, que sea amante de los valores.

Que aprenda a oír a todos, pero que a la hora de la verdad, decida por sí mismo. Enséñele a sonreír y mantener el humor cuando esté triste y explíquele que a veces los hombres también lloran.

Enséñele a ignorar los gritos de las multitudes que solo reclaman derechos sin pagar el costo de sus obligaciones.

Trátelo bien pero no lo mime ni lo adule, déjelo que se haga fuerte solito. Incúlquele valor y coraje pero también paciencia, constancia y sobriedad.

Transmítale una fe firme y sólida en el Creador. Teniendo fe en Dios también la tendrá en los hombres. Entiendo que le estoy pidiendo mucho pero haga todo aquello que pueda.

Y poniéndome en lugar del maestro le respondería a quien haya escrito esto, haga usted lo mismo en casa.

jueves, 26 de noviembre de 2020

¿Ser como él? ¿Seguro?


Empiezo diciendo que a mí no me gusta el futbol, ¡qué le voy a hacer! Intenté que me gustará, pero al fin no lo conseguí. Lo digo por si esto quita algo de objetividad a lo que voy a decir a continuación. En ese caso, mis disculpas.

La inesperada muerte de Maradona ha provocado, como era de esperar, no una tormenta mediática, un huracán de categoría cinco, con todo tipo de titulares, desde los más reposados y serenos, hasta lo más extremosos e histéricos entrando de lleno en lo ridículo. Era de esperar.

Y ahora viene mi reflexión. Este hombre fue, según dice mucha gente entendida en la materia, uno de los mejores futbolistas del mundo, sino el mejor. En absoluto lo pongo en duda. Además entusiasmó a millones de personas a quienes hizo pasar inolvidables momentos. Argentina, y el mundo del fútbol,  por todo esto, pueden y deben estarle siempre profundamente agradecidos.

Pero hasta aquí. No más. Su trayectoria como persona no es un ejemplo a seguir. Y lo sé por los mismos medios de comunicación que ahora lo están elevando a los altares. Igual nos han engañado durante estos años, como ahora nos están engañando otra vez.

La persona, el hombre que ha muerto, probablemente se nos escapa a todos, sepultado por el ídolo en el que lo convertimos, causa esta, pienso, de su prematura muerte. Y no lo juzgo, Dios me libre; pero sí puedo decir que más allá del fútbol, porque hay vida y mundo más allá del fútbol, lo que de él nos han contado los medios de comunicación, habrá hecho mucho daño a millones de niños y jóvenes que hubieran querido ser como él.

¿Ser como él? ¿Seguro?

miércoles, 25 de noviembre de 2020

No vamos por buen camino.


Escribí esta entrada hace muchos meses, pero no me decidía a publicarla por eso de que la libertad de expresión está en franca retirada sin que a casi nadie parezca preocuparle. Pero hoy, por ser el día que es, me he decido.

La violencia contra la mujer es un problema serio, grave, urgente. Es muy injusto y doloroso lo que, a menudo en silencio, tienen que sufrir muchas personas del sexo estúpidamente llamado débil; denominación está que arranca del meollo mismo del problema, el machismo.

Pero no nos lo quitamos de las manos. Incluso a veces parece que va a más, y desde luego, con la pandemia, se ha agravado añadiendo dolor al dolor. ¿Y por qué? ¿Por qué está costando tanto acabar con estas terribles e injustas situaciones?

¿A nadie con autoridad para tomar decisiones se le ocurre pensar que el problema que están intentando resolver lo están agravando? Piensan y dicen que la culpa la tienen otros; todos menos ellos. Es lo más fácil. ¿Por qué no se paran a pensar que algo estarán haciendo mal cuando esta violencia que intentan erradicar continúa o incluso va a más?

Reiterativos y manidos discursos políticos, minutos de silencio en las plazas, más dinero y recursos, mayor presencia y presión policial, cambios en la legislación, letreritos diseminados por doquier… Todo eso, siendo útil, es del todo insuficiente si no se enfoca el asunto de otra manera. Y ese es el problema; está mal enfocado ¿Qué no lo ven?

Tanta cerrazón y tan poca aparente inteligencia me ha hecho pensar que, en el fondo, ellos, muchos políticos, no todos, ya saben que por ese camino no van a ningún sitio, pero les da votos, a todos; a unos y a otros. Eso sí lo saben. Y París bien vale una misa.

Ya sé que es muy duro lo que acabo de decir, pero es que me resisto a pensar que sean tan cortos, tan simples, que no se den cuenta de que nada están resolviendo por el camino que van. Y entre tontos o mala gente, me inclino a pensar que los que han llegado allá arriba no pueden ser tontos; son pues mala gente.

Y hablo de ellos porque en esto hay un ellos y un nosotros. Y todos somos culpables de lo que está pasando. Unos, ellos, por convertir un grave y triste problema en moneda de cambio de los sucios negocios de la política; y otros, nosotros, por no hablar, por no plantar cara por miedo al qué dirán, porque no me tachen de ser de esta o aquella ideología, porque no me etiqueten.

Mientras tanto el problema seguirá, incluso puede ir a más, por culpa de todos, y subrayo lo de todos. Unos por acción y otros por omisión.

Yo no quiero sentirme culpable de esta lacra social, como les gusta decir. Pero sólo puedo hablar, por eso hablo.

No vamos por buen camino.

martes, 24 de noviembre de 2020

La palmera del cole.


Me he enterado de que hoy han talado la palmera del cole. Hace tiempo le llegó el picudo, y aunque han intentado salvarla no ha sido posible. Me ha dado pena, me ha sabido mal.

Formaba parte del paisaje cotidiano del colegio, y ahora, donde estaba, queda un hueco grande, un hueco muy grande que nos recuerda el paso inexorable del tiempo.

La palmera dio nombre a una de las puertas principales, la puerta de la palmera. Por allí era por donde salían del centro los padres que tenían entrevista cuando, ya tarde, la puerta de conserjería estaba cerrada; pueden salir por la puerta de la palmera, está abierta por dentro, les decía.

Y en primavera, por la mañana temprano, se oían multitud de pajarillos que se afanaban en sus tareas un nuevo día. Me gustaba escucharlos cuando pasaba junto a ella, camino del despacho.

Ya estaba allí, más pequeñita, cuando hace casi cuarenta años empecé mi labor docente. Ha tenido, durante todo este tiempo, una vida feliz la palmera, creciendo rodeada del bullicio de los niños y de los pájaros. ¡Qué más podía pedir!

En recuerdo y homenaje a la palmera del cole, comparto este poema de Antonio Machado en el que sitúa una en un parque un día invierno. Aparece el frío, que ya se deja notar por aquí, el sol, un viejecillo, los niños, la fuente y la palmera.

Es mediodía. Un parque.

Invierno. Blancas sendas;

simétricos montículos

y ramas esqueléticas.

Bajo el invernadero,

naranjos en maceta,

y en un tonel pintado

de verde, la palmera.

Un viejecillo dice,

para su capa vieja:

«¡El sol, esta hermosura

de sol!...» Los niños juegan.

El agua de la fuente

resbala, corre y sueña

lamiendo, casi muda,

la verdinosa piedra.

lunes, 23 de noviembre de 2020

Esa luz tenue, casi imperceptible.


Pensaba yo esperando a la noche mientras se ponía el sol, sentado frente a una señal del camino, en el debate que hay con el asunto de cierto partido político y su apoyo a los presupuestos. ¡Ya veis en qué se puede acabar pensando tras un día entero andando solo por el monte sin ver a nadie!

Dicen que son votos democráticos y plenamente legales. Y es cierto, se ajustan a la legalidad vigente, por eso entran en el juego democrático.

Y son por esto legítimos. ¿Legítimos, me pregunto? La palabra legítimo viene de la palabra ley, significa que se ajusta a la ley, y eso le da derecho a ser, derecho a existir. Sí son pues también legítimos.

Pero llegados aquí veo que estamos como estábamos; añadir esa palabra no aporta nada, solo suena bien. Es una redundancia. Y entonces me hago la pregunta que te lanza al vacío.

Y contemplo el sol poniéndose, el cielo rojo. Miro la señal que indica un lugar lejano aún, tras la montaña, al que he de ir. Empieza a hacer frío.

Será democrático, legal, legítimo, ¿pero será moral? Puede haber, las ha habido muchas veces en la historia, graves inmoralidades perfectamente legales, legitimadas por las leyes democráticas o no, pero leyes a fin de cuentas. La memoria histórica también debería aplicarse a estas cuestiones.

Sin embargo tampoco puedo concluir tan fácilmente que esos votos sea inmorales, porque, al menos en cristiano, el perdón y la misericordia tienen un papel central en las relaciones humanas; y un asesino arrepentido, de verdad arrepentido, debe ser acogido. Incluso uno no arrepentido, si descubriera que aun así es amado por Dios, se arrepentiría. Es la parábola del hijo pródigo, que no vuelve porque se arrepiente, sino porque tiene hambre; se arrepiente cuando su padre le abraza sin dejarle hablar siquiera.

Pero es que ni siquiera están arrepentidos, me grita una voz dentro de mí. Es que es todo una orgía infame de sucios intereses políticos… Es que en ese mundo no hay Dios que valga, allí no hay Dios…Los seres humanos no importan, ni su dignidad, ni su vida...¡No importan!

Ya es de noche. La luna, en cuarto creciente, aún no oculta las estrellas. Y con esa luz tenue, casi imperceptible pero suficiente, vuelvo al coche sin llegar a encender la linterna.

Y pienso, algo de luz siempre hay, por oscura que sea la noche. Y le doy gracias a Dios por ello.

domingo, 22 de noviembre de 2020

Frío y lluvia.

NOTA DE LA SEMANA: 10.

Buenas noticias meteorológicas para esta semana, aunque nos puede resultar incómoda para el día a día, y más si hay que tener las estancias ventiladas. Frío y lluvia podría ser, a fecha de hoy, la previsión.

En principio tendrá dos partes bien diferenciadas. De lunes a miércoles, noches frías, y días frescos y despejados o con pocas nubes, oscilando las temperaturas entre los 5 o 6 de mínima, y los 17 o 18 de máxima. Los vientos, flojos, soplarán del noroeste con períodos de calma.

De jueves a sábado cubierto con lluvias, especialmente intensas el viernes. El jueves empezará poco a poco “la fiesta” y el sábado se irá yendo también poco a poco. Estos tres días, las mínimas subirán a 10 u 11 y las máximas bajarán de 17 unos grados, o los rondarán. El viento, estos días será del este y se dejará notar, aunque el sábado puede rolar a poniente acabando así con el riesgo de lluvias. El domingo, sol con algunas nubes, subida de máximas y descenso de mínimas.

Esto es lo que parece que va a ser esta semana, pero ya se sabe que tratándose de lluvias, en otoño y en el Mediterráneo, puede pasar cualquier cosa. No obstante, de momento todos los modelos que consulto dicen lo mismo, y cuando pasa esto suelen acertar. Veremos.

¿Nota? Pues si se cumplen las previsiones un 10, porque aunque el monte está húmedo, una nueva regada le vendrá muy bien. Y además, el frío parece que se instala, y es bueno que así sea cuando falta solo un mes y dos días para Navidad.

Esta entrada va por ti, Pascual, y por la Banda.


Esta entrada va por ti, Pascual; y contigo por todos los que esperamos… ¡Tantas cosas esperamos tantos! ¡Y se hace tan larga la espera! He de decirte que esas fotos que pusiste ayer en tu estado, y que Isabel me enseñó en su móvil, me conmovieron.

Con ellas me vinieron a la memoria muchos recuerdos de tiempos pasados que sí fueron mejores, y sentí el vértigo del cansancio que te paraliza, de la tristeza que te va envolviendo casi sin darte cuenta, del miedo anegando tu vida y hundiéndote en la soledad.

Ya sé que esta no era tu intención; pero alégrate, porque tras el golpe inicial, te vimos en la memoria bajando por la calle Mayor, sonriente, al frente de la Banda, y junto a esa imagen añorada por ti y por muchos, nos vino, como un regalo, la Palabra de Dios con un salmo que habla de esperanza.

Hoy, día de Santa Cecilia, queremos compartir unos versículos de este salmo. No dirás que no te sientes identificado; pero siéntete hasta el final, hasta el último versículo. Y sintámonos contigo todos, aunque no vayamos a la cabeza de ningún grupo, aunque seamos uno más de ese grupo que goza en el bullicio de la fiesta, envuelto en música, en la bendita música.

 

Recuerdo otros tiempos,

y desahogo mi alma conmigo:

cómo marchaba a la cabeza del grupo,

hacia la casa de Dios,

entre cantos de júbilo y alabanza,

en el bullicio de la fiesta.

 

¿Por qué te acongojas, alma mía,

por qué te me turbas?

Espera en Dios, que volverás a alabarlo:

«Salud de mi rostro, Dios mío».

 

Os deseamos a ti y a toda la Banda que estéis pasando un muy feliz día de Santa Cecilia.

Un abrazo muy grande.

 

Isabel y Jesús.

NOTA: El salmo es el 41.

sábado, 21 de noviembre de 2020

Ni "rollo de curas" ni elucubraciones místicas.


Soy consciente de que si empiezo escribiendo las palabras encíclica y Papa, más de uno de los que me puedan estar leyendo cambiarán de tercio, es decir, apretarán la tecla que les lleve a otra cosa. Si eres tú uno de esos, por favor no lo hagas. Lee un poco más.

El día 3 de octubre de este doloroso año, el papa Francisco, junto a la tumba de san Francisco, en Asís, nos dio la encíclica llamada Fratelli Tutti, Todos hermanos. No es un “rollo de curas” ni un conjunto de elucubraciones místicas. Desde el primer momento mete el dedo en la llaga, haciendo un análisis de nuestro mundo profundo y certero, y denunciando con respeto, pero sin paños calientes, toda nuestra miseria.

No he leído aún mucho, pero por lo poco que he leído ya puedo decir lo que digo. No puedo ni imaginar lo que pueda decir cuando acabe de leerla. Y durante todo este tiempo iré compartiendo en el blog muchas de esas palabras llenas de luz que sólo intentan salvarnos de nosotros mismos.

Porque como dice casi al principio, "durante décadas parecía que el mundo había aprendido de tantas guerras y fracasos y se dirigía lentamente hacia diversas formas de integración… Pero la historia da muestras de estar volviendo atrás".

Urge iluminar la realidad con esta luz que emana directamente del Evangelio y que con esta encíclica el Papa pone en nuestras manos. Nos va la vida en ello, aunque instalados en nuestras seguridades no nos lo parezca. ¿Pero de verdad tan seguros estamos? ¿Se nos está olvidando ya la primera lección de la pandemia que aún sufrimos?

Podéis comprarla o verla en internet. Al final de esta entrada tenéis un enlace al texto íntegro. Hoy acabo compartiendo los apartados 10 y 11 para que veáis con qué claridad y sencillez se expresa. Y con que sabiduría. Los une bajo el título de Sueños que se rompen en pedazos.

10. Durante décadas parecía que el mundo había aprendido de tantas guerras y fracasos y se dirigía lentamente hacia diversas formas de integración. Por ejemplo, avanzó el sueño de una Europa unida, capaz de reconocer raíces comunes y de alegrarse con la diversidad que la habita. Recordemos «la firme convicción de los Padres fundadores de la Unión Europea, los cuales deseaban un futuro basado en la capacidad de trabajar juntos para superar las divisiones, favoreciendo la paz y la comunión entre todos los pueblos del continente. También tomó fuerza el anhelo de una integración latinoamericana y comenzaron a darse algunos pasos. En otros países y regiones hubo intentos de pacificación y acercamientos que lograron frutos y otros que parecían promisorios.

11. Pero la historia da muestras de estar volviendo atrás. Se encienden conflictos anacrónicos que se consideraban superados, resurgen nacionalismos cerrados, exasperados, resentidos y agresivos. En varios países una idea de la unidad del pueblo y de la nación, penetrada por diversas ideologías, crea nuevas formas de egoísmo y de pérdida del sentido social enmascaradas bajo una supuesta defensa de los intereses nacionales. Lo que nos recuerda que «cada generación ha de hacer suyas las luchas y los logros de las generaciones pasadas y llevarlas a metas más altas aún. Es el camino. El bien, como también el amor, la justicia y la solidaridad, no se alcanzan de una vez para siempre; han de ser conquistados cada día. No es posible conformarse con lo que ya se ha conseguido en el pasado e instalarse, y disfrutarlo como si esa situación nos llevara a desconocer que todavía muchos hermanos nuestros sufren situaciones de injusticia que nos reclaman a todos.

Fratelli tutti.


viernes, 20 de noviembre de 2020

Actualización fin de semana 21-22 de noviembre 2020.

No es fácil predecir el tiempo por muchos modelos que se manejen. Esta semana, por ejemplo, parecía que iba a ser nubosilla y no lo ha sido, y que el fin de semana subirían las temperaturas y tampoco lo harán.

Intentando perfilar pues un poco más, he pensado publicar los viernes una actualización para el fin de semana, pues si ya es difícil acertar el domingo qué tiempo hará en los próximos días, más difícil aún es acertar con el sábado y el domingo siguientes.

La publicaré los viernes, por si a alguien le sirve.

Y empiezo. Este sábado y domingo próximos, o sea mañana y pasado, serán parecidos. El sábado puede empezar nuboso o no, pero si empieza nuboso pronto despejará, y las temperaturas bajarán respecto a hoy un poquito; oscilarán entre 6 y 17. El viento será flojo del noroeste alternando con calmas.

El domingo estará despejado desde buena mañana, y las temperaturas seguirán como el sábado. El viento seguirá flojo del noroeste, también con calmas, girando al final a sureste.

En resumen, un fin de semana espectacular para actividades al aire libre. De esos que no apetece quedarse en casa, al menos a mí.


jueves, 19 de noviembre de 2020

¿Se puede caer más bajo?

El Congreso aprueba la ley Celaa.

LEY ESENCIAL PARA EL PAÍS.

SIN NINGÚN CONSENSO.

EN PLENA PANDEMIA.

¿Se puede adulterar más la democracia?

¿Se puede caer más bajo?



Hablemos de cerdos.


Este acertado letrerito al inicio de un bonito PR, sendero de pequeño recorrido, me ha dado la idea de compartir en el blog todo lo que en mis periplos por los montes me suelo encontrar. No en todas partes, pero sí en las zonas más concurridas; por ejemplo en la sierra Calderona o en algunos parajes de la Serranía. Y lo voy a hacer ordenando los hallazgos por cantidad.

De lo que más se ve son los famosos “klines”, o sea los pañuelitos que el personal utiliza para sonarse, secarse el sudor, o “las gotitas” tras miccionar. Deben pensar que son extremadamente biodegradables.

Muy cerca de los “klines”, y a veces superándolos, están los tubitos, barritas y sobrecitos cuyo contenido “esforzados deportistas” se meten en el cuerpo, no sé muy bien para qué. Bombas de glucosa y demás pócimas "energetizantes" tan innecesarias como peligrosas. Nadie puede pensar que estos envases sean fácilmente biodegradables.

Y desde hace algún tiempo abundan también, símbolo inequívoco de la desgracia colectiva que estamos sufriendo, las mascarillas, muchas. En el suelo, en las aliagas, en los romeros…Imagino que son mascarillas perdidas por no guardarlas bien en la mochila o en los bolsillos. Imagino.

No son raras tampoco las botellas de agua. Si contienen todavía el líquido elemento, mientras no hiele porque entonces ya no será líquido, cabe pensar que las hayan perdido; pero si están vacías, probablemente las habrán tirado, como las botellitas más pequeñas de brebajes vigorizantes de esos que hay de muchos colorines. No son raras tampoco estas botellitas.

También he visto, esto ya más de tarde en tarde, cámaras de rueda de bici entre los matorrales, incluso vi una colgada en un pino o modo de adorno navideño. Sin comentarios.

Lo que he dicho hasta ahora es de lo más frecuente, pero de vez en cuando te encuentras con curiosas sorpresas, como pantalones de deporte, camisetas o vaqueros tirados a un lado del sendero o del camino, o enganchados en una rama. Incluso calzoncillos y alguna que otra braga.

Pensar en la historia escondida detrás de estos curiosos hallazgos en lugares donde sólo se puede llegar andando o en bici, da para mucho. ¿Quién pierde los pantalones o la ropa interior en medio del monte? ¿Y por qué? ¿Y cómo vuelve al pueblo? En fin, misterios insondables, propios, eso sí, de la naturaleza humana.

Pero no quedaría esta entrada completa si hablara solo de la basuraleza que echan algunos de los que salen al monte. También hay que hablar de los que van a él en coche a tirar toda suerte de objetos. No conocen aún los ecoparques.

Esta especie de cerdos tiene una curiosa predilección por ramblas y barrancos. Mesas, sillas, sofás, camas, tazas de wáter, armarios, maceteros chinos de esos horribles, cables, hierros, lámparas, ropa… suelen decorar muchos puntos donde las carreteras cruzan estos ecosistemas tan nuestros, tan importantes y tan necesarios.

Lo que sucede es que entiendo más el comportamiento de estos últimos cerdos, porque suelen ser especímenes a los que el monte se la repantinfla, pero los que van a él a andar, a correr o en bici, a esos no los entiendo por muchas vueltas que le dé. Y desde luego, si el tirar algo es un acto involuntario, despiste o descuido, a quien lo ha hecho no se le puede catalogar como espécimen porcino.

En cualquier caso, despistes aparte, los otros dos son cerdos mondos y lirondos; extraño cruce entre ese bicho del que nos comemos todo y la especie humana. Su lugar natural deberían ser las pocilgas. Y punto.

martes, 17 de noviembre de 2020

Me digo estas palabras...


            Me digo estas palabras, en estos tiempos que corren, muchas veces. Y las vuelvo a decir esta tarde, a quien quiera oírlas, y a mi mismo una vez más:

Espera en el Señor, sé valiente,

ten ánimo, espera en el Señor.

            Salmo 27

lunes, 16 de noviembre de 2020

Volverán a ser así.

 

Mirando fotos esta tarde, me ha sorprendido esta, porque justamente es de unos campos por los que he pasado esta mañana. Pardos y ocres bajo el cielo gris, eran una extensión triste; lo que toca para estar a mediados de noviembre.

Pero sé que, en primavera, volverán a ser lo que ahora veo en la foto. Y pensarlo me ha resultado reconfortante. La vida volverá. Sólo hay que arar, sembrar y esperar.


domingo, 15 de noviembre de 2020

Sin pena ni gloria.

NOTA DE LA SEMANA: 7

Mucha nube, descenso paulatino de las temperaturas; y viento, en general flojo y variable, alternando con calmas. Este podría ser el resumen de la semana.

El día más frío será el viernes con 8 de mínima y 17 de máxima, y el más cálido mañana, con 15 de mínima y 22 de máxima. El fin de semana parece que remontarán un poco.

Algunos modelos dan para el jueves algo de lluvia, poca y de corta duración. Y poco más podemos decir hoy de esta semana que pasará sin pena ni gloria, meteorológicamente hablando.

¿Nota? Pues un 7, notable bajito. Hay agua en los montes, el viento no molestará, el sol jugará con las nubes que le ganarán la partida muchos ratos… Lo dicho, sin pena ni gloria.

Otra vez, gracias.


Otra vez empiezo una entrada con la palabra gracias. Gracias a todos los que de diversas formas me habéis dicho que os habéis acordado de mí el día en que hace 65 años que empezó mi andadura por el mundo.

Y por eso puedo decir que aunque hemos estado solos Isabel y yo todo el día, para nada nos hemos sentido solos, porque nos habéis hecho saber que estáis ahí. Gracias.

¡Claro que echamos de menos a la familia y a los amigos; a la fiesta, al beso y al abrazo! ¡Claro que tenemos ganas de vivir con los demás sin miedo a romperles la vida o a que nos la rompan a nosotros! ¡Claro que tenemos ganas de volver a vivir libres!

Y estas ganas, en días como hoy, se hacen especialmente intensas, por eso se agradece de un modo también más intenso, esas palabras en la calle, ese mensaje por la red, esa llamada telefónica, esa visita fugaz, ese detalle inesperado, esos dibujitos de mis sobrinos-nietos… Y de todo esto ha habido mucho.

Muchas gracias. Y gracias a Dios por haberme acompañado en toda esta andadura.

sábado, 14 de noviembre de 2020

Hoy hace un año.


Hoy hace un año, ¡un año ya!, que “di” mi última clase. Y digo di entre comillas, porque poco hice yo aquel día. No di, me dieron. Fui envuelto en un torbellino de cariño y gratitud que nunca podré olvidar y, que puestos a decir la verdad y toda la verdad, me ha dejado con la certeza de que nunca podré devolver el inmenso regalo que fue aquel 14 de noviembre de 2019.

Nadie en aquellos momentos podíamos ni imaginar lo que nos esperaba a la vuelta de la esquina. Este 2020, bisiesto y siniestro, como vaticinaba el refrán, año bisiesto año siniestro, lo ha cambiado todo.

De hecho, mi jubilación no está siendo, ni de lejos, lo que soñaba que fuera; pero si miro atrás, veo que puedo estar contento y agradecido de haber podido acabar mi vida profesional como “Dios manda”, legislaciones educativas aparte.

Me gustaba, si no tenía muchos alumnos, tenerlos en aulas pequeñas, en círculo, mirándonos las caras, para que la comunicación fluyera y aprendiéramos todos de todos.

Ya veis, aula pequeña, calentita y cerradita en invierno, codo a codo unos con otros, y yo entre ellos; caras descubiertas, para que la comunicación no verbal llegara más allá de las palabras… Eso me gustaba.

Lo hubiera pasado muy mal yo en estas circunstancias. El otro día, el jueves que llovió, pensaba, en el silencio y la tranquilidad del hogar, en lo inhóspito y duro que era estar en el colegio en un día así. Todas las ventanas y puertas abiertas; los alumnos abrigados con gorros y anoraks; las caras tapadas con las insufribles mascarillas; bien separados unos de otros; los ruidos de la calle y las voces de las demás aulas entrando por doquier; y el viento frío y húmedo colándose por todas partes…

Ya no hay lugar para un aula tibia, con los cristales empañados, mientras fuera llueve y sopla el viento. En día como esos, si estábamos leyendo Cipi, o un capítulo de El camino, o hablábamos de Aristóteles, San Agustín o Kant, me sentía inmensamente feliz. Incluso si explicaba cómo encontrar el complemento agente, cosa esta no demasiado poética.

Por esto puedo estar contento de haberme librado de estos tiempos oscuros. Lo sé. Pero por eso mismo, porque son tiempos oscuros, tal día como hoy quiero expresar el profundo deseo de que vuelva la luz. Por Isabel, por mis amigos y compañeros, por los alumnos, por todos y tantos a los que tengo muchísimo que agradecer. 

Y no sólo por aquella última clase y aquella memorable salida del centro, sino por todo lo que durante 38 años he recibido de todos ellos. Por todo esto tengo la certeza de que nunca podré devolver ni la mitad de lo que me han dado.

Amigos, compañeros, alumnos, pienso en vosotros y rezo por vosotros. ¡Qué Dios os bendiga!

miércoles, 11 de noviembre de 2020

A las cabras les da igual.

Me agobia y me cansa, como a mucha gente, esta fea historia que estamos soportando cada uno como mejor puede, aderezada con inoportunos disparates políticos, y regada con la salsita que los medios de comunicación le echan por encima, para mantener bien vivos el miedo, la preocupación y la incertidumbre; y ni aun así hay gente que hace lo que debe.

Pues bien, todo esto, a las cabras les da igual, por eso yo, en cuanto puedo y mientras me dejen, me voy con ellas. Estamos al aire libre, bien ventiladitos y ni las contagio, ni me contagian. Eso es tranquilidad, sí señor. ¡Ay, quien fuera cabra en tiempos como estos!

Aquí tenéis algunas fotos muy recientes.











martes, 10 de noviembre de 2020

Carta abierta a Isabel Celaá, Ministra de Educación.


 

Carta abierta a Isabel Celaá, Ministra de Educación.

Pienso que a cualquier persona, libre de prejuicios y amante de la libertad y la democracia, la ley que han bautizado con su nombre le repugnará por su contenido y por sus formas. El atentado contra el castellano, de extrema gravedad, no me sorprende; y el golpe, otra vez, a la escuela concertada, tampoco, pues siguen ustedes sin ser capaces de superar su aversión a ella, tan demócratas, pluralistas e inclusivos que dicen ser.

También es de vergüenza que sea una ley de educación más. Siguen sin ser capaces de ponerse de acuerdo en algo tan importante para un país como la educación. No hay pacto alguno. Llevamos con esta, ocho leyes de educación. Desde el año 70 salimos a una cada seis años, lo que hace imposible cualquier avance significativo en este terreno. ¿No le da vergüenza? ¿Por qué no dejan las cosas como están hasta que se pongan de acuerdo, hasta que sean capaces de aprobar una ley de educación para todos? No olvide que todos tenemos derecho a un lugar bajo el sol en España, aunque no pensemos como ustedes; y que olvidar esto siempre ha tenido trágicas consecuencias.

En cuanto al nivel educativo y la calidad de la educación, con su ley el descenso está garantizado, y ya es difícil bajar más aún los niveles que tenemos. Pero siempre se puede hacer peor, o mejor, según se mire, si confundimos educación con manipulación. Y quizá de eso se trate, señora Celaá, de alcanzar una educación estatal, y que sea el estado y sólo el estado quien, bajo el pretexto de educar, adoctrine a niños y jóvenes según sus principios, considerados los únicos válidos; lo demás les da igual. Es este uno de los pilares de los totalitarismos, ¿sabe? Es su ley una ley con vocación de estado totalitario.

También para llegar a esto es importante, y la ley lo hace, no llamar a nada por su nombre, cubriéndolo todo de un barniz, tan brillante y bonito, que impida ver la podredumbre de lo barnizado. Se trata de disfrazar los problemas, que no son pocos en la educación, para ocultarlos, en vez de reconocerlos, única forma de poder resolverlos. Pero es que el objetivo no es resolverlos, ¿verdad? Tienen ustedes, tiene usted, en esto de la educación, objetivos ocultos e inconfesables en una democracia.

Todo esto está teniendo ya una consecuencia trágica desde hace tiempo, pero que con esta ley irá a más. Sólo los hijos de la gente con mucho dinero podrán estudiar “como Dios manda”, en colegios privados, o yéndose fuera de España, a países donde se tomaron, ya hace tiempo, la educación en serio. Aquí nos quedaremos el montón... Con estos desatinos favorecen a las élites, ¿lo sabe?

Pero de todo esto, lo que más me está irritando ahora es el cuándo. No es momento de aprobar una nueva ley de educación, ni de aprobar nada importante como no sirva para sacarnos lo antes posible del infierno en el que estamos.

Hacerlo ahora, en plena pandemia, con una sociedad asustada, cansada, sin futuro claro, desorientada; con una sociedad ahogada en sueños rotos, ilusiones destrozadas, proyectos deshechos; con una sociedad privada de lo que nos hace más humanos, el beso, el abrazo, la fiesta, la tertulia en la madrugada con los amigos; con una sociedad sin libertad de movimientos, sin libertad de reunión, sin libertad de manifestación en las calles; con una sociedad en estado de alarma... Hacer esto ahora es el colmo de la prepotencia y la desvergüenza.

No, en este momento no toca hacer esto. Y sepa que hacerlo demuestra la ínfima categoría moral de quien lo hace; demuestra lo mezquino, miserable y rastrero de su conducta, pues aún en el caso de que el objetivo fuera loable, que no lo es aunque sólo sea porque no parte del consenso, la forma de alcanzarlo es del todo inaceptable. 

No, así no se gobierna. Esto no es libertad, no es pluralismo, no es igualdad. No. No lo es señora Celaá. ¡Qué triste! ¡Qué triste!

lunes, 9 de noviembre de 2020

Una belleza humilde.


Me he sentado esta tarde un ratito, volviendo de una excursión, a contemplar los colores del otoño en nuestros campos. No hay en ellos la exuberancia de los bosques del norte, pero tienen también su belleza; una belleza más humilde, más tierna, diría yo. Las campanas de la iglesia del pueblo, a lo lejos, tocaban las cinco, y su tañido me llegaba casi imperceptible, pero suficiente para hacer el momento más redondo, más perfecto.

domingo, 8 de noviembre de 2020

Semana confortable.

NOTA DE LA SEMANA: 9

No nos ha defraudado el temporal; pero puntualicemos, aquí. Aquí, en esta zona, ha llovido bien, 78 litros no está mal. Sin embargo, en otros lugares, se ha pasado tres pueblos haciendo daño. Así es nuestro clima. Aquí la lluvia nos bendice, y a tan solo a 30 o 40 kilómetros es una maldición.

Esta semana va a ser bien diferente. Nada de lluvia, pero bastante nubosilla aunque dejándonos ver el sol también. El viento soplará del oeste o del sur, combinado con calmas y en general flojo.

En cuanto a las temperaturas, suavecitas. Las mínimas rondando los 9 o 10, y las máximas los 20, días por arriba, días por abajo.

Y poco más de momento. Digamos que será una semana cómoda y confortable; y por eso, y porque ha llovido, puedo ponerle un 9; ya que donde lo ha hecho con moderación vendrán bien días de solecillo otoñal y temperaturas suaves, y donde ha hecho daño, con más motivo necesitan una semana tranquila, al menos meteorológicamente hablando.

sábado, 7 de noviembre de 2020

Por los montes de Gátova.

Pasadas estas lluvias, que en algunas zonas han hecho mucho daño, pero por aquí han sido “bastante respetuosas”, tenemos el monte para comérnoslo. Por eso propongo hoy una ruta preciosa por la sierra Calderona con el aliciente de que, a parte de los paisajes, llegaremos a una cima muy poco frecuentada, un curioso monolito y un poblado íbero.

Saldremos de la fuente de la Alameda, donde dejaremos el coche, situada a unos pocos kilómetros de Gátova. Se puede coger agua allí mismo. El entorno es muy agradable.

La ruta empieza por una carreterita asfaltada, que dejamos enseguida, tomando una pista de tierra a la izquierda que sube hasta situarse en la divisoria de la sierra, donde encontramos un camino que seguiremos a la derecha.

A partir de aquí, si no nos orientamos bien con el mapa o llevamos GPS, es un lío, porque salen caminos a derecha e izquierda. En general, hasta llegar al collado del Lobo, hay que seguir siempre por la divisoria, con panoramas amplísimos a ambos lados.

Primero encontraremos un desvío a la izquierda, apenas visible, que nos llevará al Alto Romero. Cima esta alargada, bien individualizada y con impresionantes vistas.

Regresamos al camino principal que pasa junto a una charca. Después llegaremos al citado collado del Lobo, nombre que nos recuerda que por aquí hubo lobos; cruce de caminos. Seguiremos al frente, hasta bajar a un paraje presidido por un curioso monolito de roca caliza, donde la ruta toma de nuevo dirección este.

Pasaremos por ruinas, algunas interesantes, que atestiguan la vida que en otros tiempos había por estas tierras. Cultivos y pinares nos acompaña; y. el rastro del fuego, siempre visible desgraciadamente.

Al fin tomaremos dirección sur y, tras subir a un amplio collado, comenzaremos a bajar hacia la fuente donde hemos dejado el coche. En este último tramo, a la derecha, veremos las ruinas, muy interesantes, del poblado íbero que podremos visitar. Y poco después llegaremos al punto de salida.

Como se podrá deducir de la descripción de la ruta, ya lo he dicho, el buen uso del mapa o el GPS son imprescindibles para no perdernos y acabar vete tú a saber dónde.

La ruta es larga. Tiene unos 25 kilómetros y 500 metros de desnivel en ascenso. Hay solo una fuente por el camino, en la segunda parte de este. Y gente, aun siendo fin de semana, poca o muy poca; entre semana, nadie.

Ahora estará precioso. Esperemos que no nos encierren y podamos disfrutarlo.



Poco después de salir.

Desde la divisoria, al norte, destaca el Peñagolosa.

Típicas formaciones de rodeno de la Calderona.

Pinares y montañas al sur.

Desde el Alto Romero, al noroeste.

Las dos cimas del Alto Romero.

Señales en el collado del Lobo.

El monolito. Aquí cambia el sentido de la ruta.

El camino cruza una zona de pinares bien conservados.

Ruinas de antiguas masías.

Un aljibe de 1910. Tiene agua.

El camino discurre entre pinares jóvenes.

El poblado íbero.

Torreón bien conservado del poblado íbero.

Último tramo del camino, entre pinares y cultivos.