FRASES PARA PENSAR.

SE DARÁ TIEMPO AL TIEMPO,
QUE SUELE DAR DULCE SALIDA A MUCHAS AMARGAS DIFICULTADES.

Cervantes en el Quijote.

miércoles, 4 de noviembre de 2020

Los días de lluvia encerraban...


Aunque de momento, el esperando temporal por aquí está siendo decepcionante, el ambiente húmedo, fresco y gris, y la ligera llovizna, han creado un buen ambiente otoñal. Algo es algo.

El día a mí me ha recordado el libro de Miguel Delibes, El Camino, y como natural consecuencia, a aquellos años, cada vez más lejanos, en los que disfrutaba de leerlo en clase con mis alumnos. Sí, disfrutaba del libro y disfrutaba de verlos a ellos entrando en él; viendo cómo la buena literatura los atrapaba en sus mágicas redes.

Permitidme decir con nostalgia que eran otros tiempos.

Pues bien, a modo de recuerdo entrañable, voy a compartir un fragmento del capítulo diez en el que veremos a Daniel, Roque y Germán, un día de lluvia, en el pajar. Por eso me he acordado hoy del libro, por la lluvia, por la lluvia que se resiste a venir.

A juicio de Daniel, el Mochuelo, era en estos días, o durante las grandes nevadas de Navidad, cuando el valle encontraba su adecuada fisonomía. Era, el suyo, un valle de precipitaciones, húmedo y triste, melancólico, y su languidez y apatía características desaparecían con el sol y con los horizontes dilatados y azules.

Para los tres amigos, los días de lluvia encerraban un encanto preciso y peculiar. Era el momento de los proyectos, de los recuerdos y de las recapacitaciones. No creaban, rumiaban; no accionaban, asimilaban. La charla, a media voz, en el pajar del Mochuelo, tenía la virtud de evocar, en éste, los dulces días invernales, junto al hogar, cuando su padre le contaba la historia del profeta Daniel o su madre se reía porque él pensaba que las vacas lecheras tenían que llevar cántaras.

Sentados en el heno, divisando la carretera y la vía férrea por el pequeño ventanuco frontal, Roque, el Moñigo; Daniel, el Mochuelo, y Germán, el Tiñoso, hilvanaban sus proyectos.

Fue uno de estos días y en el pajar de su casa, cuando…

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