Otra
vez empiezo una entrada con la palabra gracias. Gracias a todos los que de
diversas formas me habéis dicho que os habéis acordado de mí el día en que hace
65 años que empezó mi andadura por el mundo.
Y por
eso puedo decir que aunque hemos estado solos Isabel y yo todo el día, para
nada nos hemos sentido solos, porque nos habéis hecho saber que estáis ahí.
Gracias.
¡Claro
que echamos de menos a la familia y a los amigos; a la fiesta, al beso y al
abrazo! ¡Claro que tenemos ganas de vivir con los demás sin miedo a romperles
la vida o a que nos la rompan a nosotros! ¡Claro que tenemos ganas de volver a vivir libres!
Y
estas ganas, en días como hoy, se hacen especialmente intensas, por eso se
agradece de un modo también más intenso, esas palabras en la calle, ese mensaje
por la red, esa llamada telefónica, esa visita fugaz, ese detalle inesperado,
esos dibujitos de mis sobrinos-nietos… Y de todo esto ha habido mucho.
Muchas
gracias. Y gracias a Dios por haberme acompañado en toda esta
andadura.
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