FRASES PARA PENSAR.

SE DARÁ TIEMPO AL TIEMPO,
QUE SUELE DAR DULCE SALIDA A MUCHAS AMARGAS DIFICULTADES.

Cervantes en el Quijote.

sábado, 7 de noviembre de 2020

Por los montes de Gátova.

Pasadas estas lluvias, que en algunas zonas han hecho mucho daño, pero por aquí han sido “bastante respetuosas”, tenemos el monte para comérnoslo. Por eso propongo hoy una ruta preciosa por la sierra Calderona con el aliciente de que, a parte de los paisajes, llegaremos a una cima muy poco frecuentada, un curioso monolito y un poblado íbero.

Saldremos de la fuente de la Alameda, donde dejaremos el coche, situada a unos pocos kilómetros de Gátova. Se puede coger agua allí mismo. El entorno es muy agradable.

La ruta empieza por una carreterita asfaltada, que dejamos enseguida, tomando una pista de tierra a la izquierda que sube hasta situarse en la divisoria de la sierra, donde encontramos un camino que seguiremos a la derecha.

A partir de aquí, si no nos orientamos bien con el mapa o llevamos GPS, es un lío, porque salen caminos a derecha e izquierda. En general, hasta llegar al collado del Lobo, hay que seguir siempre por la divisoria, con panoramas amplísimos a ambos lados.

Primero encontraremos un desvío a la izquierda, apenas visible, que nos llevará al Alto Romero. Cima esta alargada, bien individualizada y con impresionantes vistas.

Regresamos al camino principal que pasa junto a una charca. Después llegaremos al citado collado del Lobo, nombre que nos recuerda que por aquí hubo lobos; cruce de caminos. Seguiremos al frente, hasta bajar a un paraje presidido por un curioso monolito de roca caliza, donde la ruta toma de nuevo dirección este.

Pasaremos por ruinas, algunas interesantes, que atestiguan la vida que en otros tiempos había por estas tierras. Cultivos y pinares nos acompaña; y. el rastro del fuego, siempre visible desgraciadamente.

Al fin tomaremos dirección sur y, tras subir a un amplio collado, comenzaremos a bajar hacia la fuente donde hemos dejado el coche. En este último tramo, a la derecha, veremos las ruinas, muy interesantes, del poblado íbero que podremos visitar. Y poco después llegaremos al punto de salida.

Como se podrá deducir de la descripción de la ruta, ya lo he dicho, el buen uso del mapa o el GPS son imprescindibles para no perdernos y acabar vete tú a saber dónde.

La ruta es larga. Tiene unos 25 kilómetros y 500 metros de desnivel en ascenso. Hay solo una fuente por el camino, en la segunda parte de este. Y gente, aun siendo fin de semana, poca o muy poca; entre semana, nadie.

Ahora estará precioso. Esperemos que no nos encierren y podamos disfrutarlo.



Poco después de salir.

Desde la divisoria, al norte, destaca el Peñagolosa.

Típicas formaciones de rodeno de la Calderona.

Pinares y montañas al sur.

Desde el Alto Romero, al noroeste.

Las dos cimas del Alto Romero.

Señales en el collado del Lobo.

El monolito. Aquí cambia el sentido de la ruta.

El camino cruza una zona de pinares bien conservados.

Ruinas de antiguas masías.

Un aljibe de 1910. Tiene agua.

El camino discurre entre pinares jóvenes.

El poblado íbero.

Torreón bien conservado del poblado íbero.

Último tramo del camino, entre pinares y cultivos.


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