Mirando
fotos esta tarde, me ha sorprendido esta, porque justamente es de unos campos
por los que he pasado esta mañana. Pardos y ocres bajo el cielo gris, eran una
extensión triste; lo que toca para estar a mediados de noviembre.
Pero
sé que, en primavera, volverán a ser lo que ahora veo en la foto. Y pensarlo me
ha resultado reconfortante. La vida volverá. Sólo hay que arar, sembrar y
esperar.
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