Yo no soy yo.
Soy este
que va a mi lado
sin yo verlo;
que, a veces,
voy a ver,
y que, a veces,
olvido.
El que calla,
sereno, cuando hablo,
el que perdona,
dulce, cuando odio,
el que pasea por
donde no estoy,
el que quedará
en pié cuando yo muera.
No sé en qué pensaba Juan Ramón Jiménez
cuando escribió este breve y hermoso poema del que he leído muchas y variadas
interpretaciones.
A mí personalmente, me llamó la atención
desde la primera vez que lo leí, hace ya muchos años, y he pensado en él con
relativa frecuencia, y así, poco a poco, he llegado a darle una interpretación
personal que, igual nada que ver tiene con lo que el poeta quiso decir, pero ésa
es precisamente unas de las grandezas de la literatura, que nos abre puertas
que en ocasiones, el autor, no imaginó ni de lejos, o quizá sí…
Convirtiéndome yo en el “yo” del poema,
lo leo en primera persona haciendo mías las palabras y entro en una dimensión
diferente de mi vida, en una especie de doble fondo donde se esconde una
persona más pura, más esencial que la que los demás ven, que la que yo mismo
veo, siento, gozo y sufro. Una persona a la que mi yo cotidiano ignora con
frecuencia, olvida; una persona que, más allá del trasiego constante de la vida, calla serena y se enfrenta al odio con el perdón; una persona que pasea libre por donde los
compromisos, las costumbres, las presiones sociales, impiden que ni tan siquiera
sueñe en acercarme; una persona que, después de todo, es el yo llamado a trascender, a
permanecer, el yo esencial creado por la Vida y para la Vida.
Y desde esta perspectiva descubro un
regalo que Juan Ramón Jiménez, quizás sin saberlo, ocultó entre las
palabras del poema. Y ese regalo, es el descubrir que el sentido
de una vida bien puede ser acercar lo más posible este yo superficial, público,
circunstancial, al yo esencial, callado, sereno, dulce, amante, libre,
infinitamente libre…y que permanecerá. Y más aún, ahondando más en el regalo, llego a la conclusión de que el amor, el de verdad, el que no se acaba,
surge cuando las personas que se aman lo hacen desde este "yo" "que quedará en pie cuando yo muera".
Perfectamente de acuerdo Jesús, con la interpretación que haces de este poema de JRJ, pero tú crees que no lo sabía, que no sentía en sí ese Yo más profundo y verdadero?
ResponderEliminarYo creo que sí, pero no me atrevo a afirmarlo porque no me atrevo a entrar en el alma del poeta. Me limito a acoger humildemente su palabra y compartir con quien quiera compartirlo lo que esa palabra crea en mi.
ResponderEliminarClaro así es
EliminarClaro es verdad
EliminarEl poeta refiere a su consciencia. A su otro yo que pudo ser y no fue.. Tal vez a su espíritu cuando ya no exista su alma cua do muera..
ResponderEliminarSi, puede ser una interpretación de este poema precioso.
ResponderEliminarObviamente se está refiriendo, a su otro YO.
ResponderEliminarAl Yo profundo, al que trasciende, al que fue, es y será siempre.
Así es. Ese yo al que solo se puede llegar a través de la introspección y al que habría que hacerle más caso.
EliminarMuchas gracias por tu comentario. Quizá la espiritualidad, de la que tan necesitados estamos, no sea otra cosa que conectar con ese yo esencial, producto de la Vida para la vida, muerte y transformación.
ResponderEliminarSí, pienso que así es. El trascendernos a nosotros mismo, a todo lo circunstancial que a menudo ahoga ese yo esencial es la fuente de la espiritualidad. Creo.
EliminarEse poema no es de Juan Ramon Jimenez , nunca lo fue , su verdadero autor aún está vivo y lo que su autor quiere expresar nada tiene que ver con lo que todos deducen … nada que ver. !!!
ResponderEliminarSegún mis datos, este poema sí es de Juan Ramón Jiménez. Está en Eternidades, 1918. Respecto a lo que el autor quiera expresar, sea quien sea, creo que es asunto de la relación que se establece entre el poeta y quien lee la poesía. Me explico, un poema puede significar para quien lo lee algo muy diferente a lo que el autor pensaba cuando lo escribió. Es una de las grandezas de la literatura. La obra, cuando está en el aire es ya libre. Como el hijo que crece y sale del hogar al ancho mundo.
EliminarEs lo que humildemente pienso. Si estoy equivocado, mis disculpas.