Boquiabierto, patidifuso y “siempreconfuso” me he
quedado cuando me he enterado que la canción que representará a España en el
festival de Eurovisión es en el idioma de los hijos de la Gran Bretaña.
Hasta ahí bien, un desatino más de los medios de comunicación. A
eso ya estamos acostumbrados. Eso sí, la Real Academia ha presentado tímidamente una breve y amable queja. ¡Qué menos!
Pero lo que me ha producido auténtico pasmo "tremens", son las justificaciones de RTVE, las de la cantante y las del
periodista que escribe la noticia. ¡Vamos, que no tienen desperdicio!
A ver si os pasa lo mismo que a mí. ¡Cuidado con el pasmo "tremens" que afecta al aparato digestivo!
La cadena pública RTVE alega que eso del inglés es "una tendencia al alza", y que sólo han manifestado su inquietud el presidente de la Academia y algunos académicos.
¡Olé vuestros huevos! "Una tendencia al alza", sí señor, bonito argumento. Lo que no entiendo es la E de RTVE en este caso. Y otra
cosa. Si semejante imbecilidad se le ocurriera decirla a las televisiones
catalana, gallega o vasca (la valenciana ya no está) se la comerían cruda, cruda con patatas. Y tendrían
razón. Las cadenas públicas tienen la obligación de cuidar y promover el idioma
del país al que sirven, aunque haya otros "en alza". Además, ese argumento de que
sólo han protestado unos pocos…Pasmadito me quedé.
La cantante, una murciana llamada Ruth, dice
textualmente, “quiero que Europa nos entienda y que sepa que la juventud
española está tan preparada para salir fuera y para ser competentes y número
uno como todos los que están en las potencias europeas”. Eso de las potencias
me llegó. Lo de salir fuera y ser competentes y número uno me emocionó... Sentí
entonces convulsiones gástricas inmoderadas, fruto del pasmo creciente. ¿Se pueden decir más simpleces en
menos palabras? O sea que para demostrar a Europa lo mucho que vale nuestra
juventud, ha de salir ella cantando en inglés, renunciando a su propia lengua,
uno de los idiomas más bellos de la tierra. Además, inglés a parte, la
justificación que da la moza y la forma de darla, suelta un tufillo a “hija de la LOGSE ” que “tira p´atrás”.
Sí, sí emana cultura y competencia. Huele a número uno. Lo dicho, pasmo "tremens" con consecuencias gástricas.
Y al final, el periodista lo acaba de arreglar con
una impresionante apología de lo que es falta de criterio. Dice, “un número
mayoritario de las canciones participantes en los últimos años se interpretan en
inglés”. ¡Claro! ¿Qué hacer pues? Lo que hacen todos. ¿Qué pensar? Lo que piensan
todos. ¿Cómo hablar? Como hablan todos. Eso sí es tener criterio. Entonces... las consecuencias fueron gastrointestinales.
Pues nada. Esto es lo que hay. ¡Pero qué vergüenza, qué vergüenza más grande! De verdad que me da vergüenza, no tanto el hecho, de por sí vergonzoso, sino las justificaciones a cada cual más necia y cretina. Menos mal que nos queda América. Allí, hay países donde en vez de stop, en las señales de tráfico pone alto. ¡Menos mal que nos queda América!
Pues nada. Esto es lo que hay. ¡Pero qué vergüenza, qué vergüenza más grande! De verdad que me da vergüenza, no tanto el hecho, de por sí vergonzoso, sino las justificaciones a cada cual más necia y cretina. Menos mal que nos queda América. Allí, hay países donde en vez de stop, en las señales de tráfico pone alto. ¡Menos mal que nos queda América!
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