Me dice R. Tagore hoy, 6 de
marzo de 2014, a
las puertas de la primavera…
No pida yo
nunca estar libre de
peligros,
sino denuedo para
afrontarlos.
No quiera yo que se apaguen
mis dolores,
sino que sepa dominarlos mi
corazón.
No busque yo amigos
por el campo de batalla de
la vida
sino más fuerza en mí.
No anhele yo,
con afán temeroso, ser salvado
sino esperanza de
conquistar,
paciente, mi libertad.
¡No sea yo tan cobarde,
Señor,
que quiera tu misericordia en mi triunfo,
sino tu mano apretada en mi fracaso!
¡Tu mano, Señor, apretada en
mi fracaso!
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