FRASES PARA PENSAR.

SE DARÁ TIEMPO AL TIEMPO,
QUE SUELE DAR DULCE SALIDA A MUCHAS AMARGAS DIFICULTADES.

Cervantes en el Quijote.

lunes, 29 de abril de 2019

Carta abierta al sr. Sánchez.



El 20 de diciembre de 2015, cuando aún no sabíamos quién sería el Presidente del Gobierno, y tardaríamos en saberlo, le escribí una carta abierta a quien fuera a ser.
Ahora el asunto parece más claro, porque el sr. Sánchez pactará con quien haya que pactar, aunque sea el mismísimo diablo, con tal de seguir en La Moncloa. Eso a nadie nos va a sorprender. Luego, cuando le pasen factura, ya veremos cuánto y qué hay que pagar. Y ahí sí puede haber sorpresas.
Pero no es de esto de lo que quiero hablar, sino de lo que un ciudadano que intenta pensar con el cerebro y no con las vísceras abdominales, le pide al futuro presidente. Bueno, presente y futuro. Y para eso reproduzco, con algunas modificaciones, (subrayadas) lo que ya escribí en diciembre de 2015. Porque sigo pidiendo lo mismo.

            Sr. Presidente:

1ª Trabaje por la justicia social. El trabajo, la sanidad y la educación para todos. Pero hágalo no desde planteamientos ideológicos sectarios, sino desde una gestión seria, prudente y respetuosa con los derechos de los padres.

2ª Dedique el tiempo y el esfuerzo que hagan falta a alcanzar con todas las fuerzas políticas un pacto por la educación. Necesitamos un sistema educativo coherente y estable, y que dure años y años.

3ª Cierre definitivamente la herida de la Guerra Civil. No utilice viejos rencores para obtener apoyos. No permita que sigan inyectando en la juventud el revanchismo que más de uno aún conserva. No es una historia de buenos y malos.

4ª Dignifique el parlamento. Trabaje porque las sesiones parlamentarias sean constructivo diálogo y no enfrentamientos dialécticos estériles. Respete a la oposición, escúchela. No se oponga a ella por sistema. Sus votantes están más cerca de Ciudadanos o del PP que de esos otros con los que usted flirtea. No reviente al PSOE, que es mucho más que usted.

5ª En la próxima campaña electoral, exponga lo que ha hecho y lo que quiere seguir haciendo, y deje a los demás en paz. Aunque los demás no le dejen en paz a usted. Sea elegante, aún no lo ha sido.

6ª Vigile muy atentamente a su gobierno, a su partido, y si detecta posible corrupción, identifíquela, reconózcala públicamente y ponga a los responsables en manos de la justicia. Pero no utilice la corrupción de las personas como arma contra los partidos a los que pertenecían. No es justo.

7ª Nadie tiene la verdad absoluta. Usted tiene la autoridad, pero no la verdad. La verdad la compartimos todos. Respete a quienes no son de su cuerda, a los que no piensan ni viven como usted. Creerse en posesión de ella es corrupción ideológica, y ésta es peor que la otra.

8ª Sea prudente y realista en su gestión, de un modo muy especial con la gestión económica. No se meta en aventuras sin futuro. Aúne en usted y en su gobierno la ilusión por cambiar el mundo de la juventud, con la experiencia de los veteranos, con la sabiduría de los ancianos.

9ª Deje atrás, de una vez por todas, los conceptos derecha e izquierda para explicar la realidad. Hoy en día es todo mucho más complejo. Esas palabras, hoy, no tienen contenido. Seguir con esa cantinela es una forma burda y simplona de entender el  mundo. Le ha servido para ganar las elecciones, pero no le servirá para gobernar, como no sea su objetivo oculto que acabemos otra vez a tortas.

10ª Respete la Constitución, y si quiere cambiarla, hágalo dentro de ella misma. Utilice los mecanismos que tiene para ello. No la rompa. Transfórmela, mejórela, adáptela, pero no la rompa. Este es el camino para resolver el problema catalán.

            Tenga usted, y tengamos nosotros, una legislatura constructiva y serena que nos permita progresar en paz. Tenga usted una legislatura que me quite las ganas que ahora tengo de largarme de esta España a la que tanto quiero, incapaz de enfrentarse a su propia historia, incapaz de mirar definitivamente al futuro con ilusión.
             Tiene usted cuatro años para quitarme esas ganas. Ganas que tengo ahora pero que, como no soy ni famoso, ni importante, ni rico, me tengo que aguantar. Y es que usted, ahora, me da miedo.

domingo, 28 de abril de 2019

Tranquilidad.

TRANQUILIDAD

Nota de la semana: 7

Una semanita tranquila nos espera, meteorológicamente hablando; igual es para compensar… Temperaturas agradables, mínimas frescas y máximas suaves. Viento del este flojo. Cielos con alguna que otra nubecilla, aunque el jueves podría caer alguna llovizna. Y poco más.
Como ha llovido bien, el poniente de la semana pasada no fue excesivo y entran levantes, puedo ponerle a esta semana un 7. Una buena semana para salir al monte, el que pueda y quiera, claro. Está que se sale; el monte, quiero decir.

ACTUALIZACIÓN A LAS 10,30 DEL MARTES 30.

         Es posible que la tranquilidad que se veía el domingo se vea algo perturbada por alguna que otra tormenta que, formada en el interior, avanzará hacia la costa. Aquí será como ayer, cuatro gotas y mucha nube. Pero podría haber alguna sorpresa. Así es la primavera.

sábado, 27 de abril de 2019

viernes, 26 de abril de 2019

¡No os rasguéis las vestiduras...!

¡¡¡¡¡¡¡QUE VIENEN LOS.....!!!!!!!!

Una breve reflexión porque no tengo tiempo de más y porque no quiero irme de la lengua. ¿Qué pasó con Vox, ayer en Valencia? ¡Impresionante! ¿Da miedo? Sí, pero no más miedo que el cinismo y la demagogia de Pablo Iglesias.
Y la respuesta no es atrincherarse en lo malos que son los extremos. O gritar ¡que vienen los fachas! o ¡que vienen los rojos! La respuesta urgente y necesaria es reconocer que si estamos donde estamos es por lo rematadamente mal que lo han hecho los grandes partidos. Y que lo siguen haciendo.
Y digo más, si el Partido Popular, generalmente buen gestor, ha sido víctima de su corrupción económica, el Partido Socialista lo ha sido, sobre todo, por su corrupción ideológica de la que es máximo exponente Pedro Sánchez.
La buena gente, que la hay, tanto entre populares como entre socialistas, ha sido o marginada o perseguida por los “manguis” y por los demagogos. Y luego pasa lo que pasa. Esa buena gente, hace ya muchos años, se hubieran puesto de acuerdo en lo esencial, porque en realidad están de acuerdo. Y ahora no estaríamos donde estamos.
A muchos de los que se asustan por lo que pasó ayer en Valencia les diría, y permitidme el vocablo, ¡No os rasguéis las vestiduras, gilipollas, que las culpa la tenéis vosotros!

martes, 23 de abril de 2019

Breve reflexión en el Día del Libro.



Hoy, 23 de abril, Día del Libro, Isabel me ha regalado el de Pérez-Reverte titulado Una historia de España. Sé que me gustará, porque aún no he leído nada suyo con lo que no haya estado de acuerdo.
En la portada, debajo del título, dice:

Mezcla formidable de pueblos, lenguas, historias y sueños traicionados es ese escenario portentoso y trágico al que llamamos España.

Promete. El libro promete. Lo leeré pronto, cuando acabe el que estoy leyendo sobre Roma, de Mary Beard, titulado SPQR.
Creo que hay que leer. Es importante leer. Y pienso, a propósito de esto, que se lee muy poco, y luego pasa lo que pasa. Me atrevo a decir que lo que salga de las próximas elecciones, sea lo que sea, sería mejor y más constructivo si de los ciudadanos llamados a votar leyeran el doble de los que leen. Seguro.
Pero bueno, lo que se dice siempre, y es verdad, tenemos lo que merecemos, o mejor dicho, lo que merece la mayoría.

¡Feliz Día del Libro hayáis tenido!

lunes, 22 de abril de 2019

Isabel, en la orilla de Dios.



Nuestro amigo José Luis, sacerdote, amigo también de Isabel, escribió el sábado, en su blog, unas bonitas y sentidas palabras en su memoria. Comparto el enlace a continuación.

Isabel, en la orilla de Dios.

domingo, 21 de abril de 2019

Se acaba la lluvia y viene el poniente.

NOTA DE LA SEMANA: 8

Sí, ha merecido el diez esta semana desde el punto de vista medioambiental. Desde otros puntos de vista no, desde luego, pero no son los míos. Ochenta litros hasta este momento he recogido en el pluviómetro. Ha llovido mucho más donde siempre. Las temperaturas han sido frescas, casi frías, y viento a ha sido, a ratos, excesivo.
La semana próxima empezará con riesgo de lluvia que se extenderá hasta el martes, aunque creo que será ya poca. Y se acabó para lo que queda de mes. El viento rolará a poniente apresurándose a secar lo que el levante ha remojado. Las temperaturas seguirán frescas, tanto mínimas como máximas. Volveremos a ver el sol quizá mañana por la tarde o el martes.
Le voy a poner un ocho a esta semana próxima, ocho que no merecerá si el poniente se pasa de rosca. Esperemos que no.

Gracias, muchas gracias.



Morir un Viernes Santo por la tarde, en paz, rodeada de los suyos, poco después de que en su parroquia se leyera la Pasión, y ser enterrada el Domingo de Pascua por la mañana, es una casualidad tan redonda que me anonada, porque rompe los límites de lo que es la casualidad y me sumerge en otra realidad que me supera y ante lo que no puedo más que decir, gracias Señor.
Isabel se ha ido en paz; todo ha sucedido como ella hubiera querido que sucediese, y a nosotros nos ha dejado aquí tristes por su ausencia pero con un hondo sentimiento de gratitud por su vida y por su muerte.
Ella tenía ganas de llegar a la Casa del Padre. Cuando ya en el hospital iba sumiéndose en el sueño y no respondía a casi nada, fue a visitarla don Ricardo, su párroco. Dice quien allí estaba que “reviscoló” por unos momentos llena de alegría. Hoy, don Ricardo, en la homilía nos lo ha dicho a todos. En él, con los ojos de su fe profunda, vio a Jesús, al Cristo que ya estaba junto a ella, muy cerquita, para llevarla de la mano a la Casa del Padre.
Necesito tiempo, necesitamos tiempo para para entender cabalmente todo lo sucedido en esta Semana Santa tan especial para nosotros. Y aunque cambien las fechas, será el Viernes Santo cuando recordaremos su partida y el Domingo de Pascua cuando celebraremos su Vida para siempre.
Gracias es la única palabra que puedo decir. No me sale otra. Gracias al pueblo, a su pueblo que ha estado tan cerca estos días. Gracias a tantos amigos que nos han acompañado. Gracias a Isabel, la madre de mi esposa, que ha hecho de su vida y de su muerte un regalo para todos. Y gracias a Dios por su presencia, a veces abrumadora, en nuestras vidas.

viernes, 19 de abril de 2019

Gracias por tu vida, Isabel.



Levántate, amada mía, hermosa mía, y ven conmigo. Pues mira, ha pasado el invierno, ha cesado la lluvia y se ha ido.  Han aparecido las flores en la tierra; ha llegado el tiempo de la poda, y se oye la voz de la tórtola en nuestra tierra. La higuera ha madurado sus higos, y las vides en flor han esparcido su fragancia. Levántate amada mía, hermosa mía, y ven conmigo.

Estas son las palabras del Cantar de los cantares que han sonado en mi interior cuando Isabel, la madre de mi esposa, ha partido a la Casa del Padre. Hoy, un frío y lluvioso Viernes Santo. Conociéndola a ella, todo un lujo. Viernes Santo y por la tarde…
La madre de mi esposa. Nunca la he llamado suegra porque esa palabra tiene unas connotaciones que para nada se han ajustado en ningún momento a lo que ella ha sido para mí. Respetuosa, cariñosa, comprensiva, discreta, me acogió en casa como a un hijo más, haciéndome sentir siempre cómodo y a gusto.
Ni a ella ni a su esposo Jesús, que ya está hace años en el seno del Padre, tengo ni el más mínimo reproche que hacerles, y sí mucho que agradecerles. Sobre todo el haber traído al mundo a Isabel, mi mujer, el haberla educado en la fe con todo lo que eso significa, y el habérmela entregado, valga la expresión, como un maravilloso regalo de Dios.
Madre ejemplar de familia, trabajadora hasta la extenuación, fuerte ante el dolor, alegre, y de una profunda fe, con una constante implicación en su parroquia y un claro testimonio cristiano, ha tenido una vida plena, llena de sentido. Una vida de estas de las que puede uno irse en paz.
Y así creo que es como se ha ido; en paz, apagándose como una velita que se queda sin cera. Y se ha ido a encontrarse cara a cara con ese Dios en el que creyó toda su vida, a ese Cielo Nuevo y esa Tierra Nueva donde ya no hay ni muerte, ni luto, ni llanto ni dolor.
Y yo te pido ahora Isabel,  que nos ilumines con esa luz que tú ya tienes para que podamos creer de verdad que todas tus esperanzas se han cumplido con creces. Que aunque no lo entendamos, aunque nos parezca demasiado bonito para ser verdad, es la verdad. Una verdad en la que tú has creído toda tu vida, y que ahora gozas en plenitud.
¡Que estamos llamados a la vida para siempre! y que más allá, en un más allá que no podemos ni imaginar, te habrás encontrado con tu querido esposo Jesús, con tu hijo José Mari y con todos los que aquí amaste. Y que el Padre que te ha esperado desde siempre con los brazos abiertos, te abrazará ahora con una inmensa alegría que también será tuya, una alegría que ya nunca nadie te podrá quitar.

De todo corazón, de verdad, gracias por tu vida, Isabel.

jueves, 18 de abril de 2019

¡Qué hermoso testimonio del Evangelio!



Compartir y servir, y hacerlo por amor. Este podría ser el mensaje del día de hoy. Y sin descafeinarlo. Claro y rotundo. Compartir y servir.
Eso es lo que ha hecho toda su vida una persona muy querida que, este lluvioso y frío Jueves Santo, está ya muy cerquita de encontrarse cara a cara con Dios. Su paso por el mundo ha sido eso, servir y compartir por amor y con alegría.
¡Qué hermoso testimonio del Evangelio!

A ver si empieza a llover de una puñetera vez.



Esto se ve muy pocas veces. Y aunque, de momento, aquí no se está cumpliendo, me llena de esperanza que al final, palmo arriba palmo abajo, sea verdad.
Y conste que no es por el placer insano y morboso de jorobar las vacaciones de Pascua al personal, es porque hay prioridades, y la prioridad es que llueva como antes, días, y días y días. Cuando sea, pero que llueva.
La naturaleza de la que, queramos o no, dependemos, lo necesita con urgencia. Agua, agua, agua, vida.
¡A ver si empieza a llover ya de una puñetera vez!

miércoles, 17 de abril de 2019

Nada es eterno.

Viendo las imágenes de Nôtre Dame ardiendo, no pude evitar que me viniera a la mente el recuerdo de aquella noche en la que estábamos Isabel y yo contemplándola, desde el restaurante en el que cenábamos justo al otro lado del Sena. Después paseamos por allí, sin prisa, casi sin gente. Era marzo, hacía frío y era tarde.
Grato recuerdo de una noche, más que agradable, que chocaba violentamente con las terribles imágenes que han dado, y siguen dando la vuelta al mundo. Parecía una broma o una película, pero no, la catedral de París, símbolo no solo de Francia, sino de Europa y de nuestra cultura, ardía.
Será reconstruida. ¡Claro que sí! Y a los ojos de los profanos, como nosotros, volverá a lucir en todo su esplendor. Pero ya no será la misma. Y eso me deja, al menos a mí, un regusto tristón.
Nada es eterno. Ni los hombres, ni nuestras obras, por hermosas que sean. Y esto me crea un sentimiento de urgencia de conocer y disfrutar el maravilloso legado de nuestros antepasados. La arquitectura, la pintura, la escultura, la música, la literatura que, aunque me sobrevivirán largos años, siglos, milenios, no sé, también un día desaparecerán… Nada es eterno.
¿Podían pensar los romanos, cuando el Coliseo brillaba en todo su esplendor, que acabaría siendo una inmensa y magnífica ruina? Estoy seguro de que no.
Todo tiene su tiempo bajo el sol, como dice la Biblia. La belleza que los hombres hemos sido capaces de crear, conozcámosla, disfrutémosla, respetémosla mientras estemos al sol.
A continuación comparto algunas fotos de aquel viaje a París en el que no hizo mucho sol, dicho sea de paso.





















lunes, 15 de abril de 2019

¡Qué lástima!


Hay momentos en que acudo a la poesía.



Hay momentos en que acudo a la poesía, simplemente porque necesito hacerlo. Lo necesito, puedo y quiero. Y esta tarde ha sido uno de esos momentos.
Comparto, sin comentarios, el final de uno de los poemas del libro de Dámaso Alonso, titulado, Madre.

No tengas miedo, madre. Mira, un día ese tu sueño
cándido se te hará de repente más profundo y
más nítido.
Siempre en el bosque de la primer mañana, siempre
en el bosque nuestro.
Pero ahora ya serán las ardillas, lindas, veloces
llamas, llamitas de verdad;
y las telas de araña, celestes pedrerías;
y la huida de corzas, la fuga secular de las estrellas
a la busca de Dios.
Y yo te seguiré arrullando el sueño oscuro, te
seguiré cantando.
Tú oirás la oculta música, la música que rige el
universo.
Y allá en tu sueño, madre, tú creerás que es tu hijo
quien la envía. Tal vez sea verdad: que un corazón
es lo que mueve el mundo.
Madre, no temas. Dulcemente arrullada, dormirás en
el bosque el más profundo sueño.
Espérame en tu sueño. Espera allí a tu hijo, madre mía.

domingo, 14 de abril de 2019

¿Semana Santa lluviosa? Puede ser.


NOTA DE LA SEMANA:10

Nada que ver tiene el día de hoy con la semana que nos espera si no cambian los pronósticos. Una semana dominada por los vientos de origen marítimo y con la elevada posibilidad, de momento, de que llueva algo mañana, y vuelva a llover el jueves hasta el domingo. No continuamente, claro.
Algo parecido a un  temporalito de levante es lo que parece que se nos echa encima. Y esa perspectiva me alegra y me ilusiona porque sigue haciendo muchísima falta el agua, y al monte le va a venir de perlas.
Vacaciones de Pascua pasadas por agua y fresco, cuando no frío. Un rollo para mucha gente, lo sé, pero una bendición para el monte que no sólo se regará, sino que tendrá menos visitantes de estos que sólo salen una vez al año, por estas fechas, lo dejan todo hecho una guarrada, y aumentan considerablemente el riesgo de incendio.
¡Ojalá pues se cumplan las previsiones! Sí se cumplen, la nota que le pongo es un 10, no sólo porque va a llover, sino por cuándo va a llover.
El otro día, una locutora hablaba de cruzar los dedos para que en Semana Santa hiciera buen tiempo. Me salió un, ¡imbécil! Y pensé, ¿tiene la señorita la más lejana idea de cómo está el monte de seco? ¿Imagina por un momento el riesgo que supone para el medio ambiente, en las condiciones en que está ahora, la invasión urbanita de todas las Semanas Santas de sol y calor?
Será que era playera y para las playas el que llueva no aporta ninguna ventaja, sólo molesta al personal. Eso es verdad. Pero los mesetarios tendrán que entender que en el Mediterráneo también tenemos derecho al agua.
En fin, a ver qué pasa. Ojalá el domingo que viene pueda decir que la semanita ha merecido el 10.

Palabras que necesitaba escuchar.



Sólo unas breves palabras para agradecer una vez más a la Banda el concierto de ayer en la iglesia que, como siempre, se me hizo muy corto.
Me dejé llevar por la música que ayer, precisamente ayer, tenía para mí unas connotaciones muy especiales. Y un sinfín de imágenes, algunas remotas, otras muy, muy próximas se fundieron con las notas que llenaban el templo.
Supongo que sabréis, los que hacéis música, que ese lenguaje que habláis con vuestros instrumentos nos llega a las personas de modos muy diferentes según el momento de nuestra vida. Y ayer a mí, me dijisteis palabras que necesitaba escuchar.
Muchas gracias.

jueves, 11 de abril de 2019

A unas horas de la campaña electoral.

Y la manipulación atenta contra la capacidad de desarrollar nuestra libertad interna.
Hablaba con mis alumnos de filosofía que hay dos tipo de libertad, la externa y la interna. La externa es muy evidente y salta enseguida a la vista cuando algo o alguien nos la limita o recorta. La interna, llamada también libre albedrío es, según el libro de texto, la capacidad de decidir conscientemente entre varios comportamientos posibles, aunque alguno de ellos sea doloroso o indeseable.
Les comenté también que cuando consideramos que nuestra libertad externa está siendo agredida saltamos rápidamente para defenderla, y encontramos además, normalmente, una cierta solidaridad a nuestro alrededor, lo cual está muy bien.
Pero cuando la agredida es nuestra libertad interna, es decir nuestra capacidad de decidir conscientemente entre varios comportamientos posibles, a menudo no nos damos ni cuenta, por lo que no tenemos defensa alguna ante esta agresión. Y seguimos creyéndonos libres cuando no somos más que títeres en manos de vete tú a saber quién y para qué.
Y les invité a que pensaran en todo esto y lo aplicaran a los tiempos que corren. A la democracia y a las próximas elecciones, por ejemplo. A ver a qué conclusiones llegan. Hasta aquí lo que dije en clase. No fui más lejos porque podía caer en la manipulación de mis alumnos, y eso nunca lo he hecho, aunque es frecuente hacerlo en muchos centros de nuestro país.
Pero sí puedo decir más en el blog.
Una dictadura puede privarnos de la libertad externa. No hay libertad política, no hay libertad de expresión, no hay elecciones libres… Y ante esto nos rebelamos, ¡claro!, y con razón. Es muy evidente, muy fácil de ver y además, como ya he dicho, genera grandes corrientes de solidaridad con aquellos que han sido privados de esa libertad y luchan por recuperarla.
Una democracia, dominada por políticos demagogos, estratégicamente aliados con medios de comunicación parciales, infligen una severa agresión a la libertad interna de los ciudadanos. Y de esta agresión es muy difícil defenderse, porque no la percibimos como tal. Y además porque cuando uno, reflexionando y analizando sin prejuicios el discurso de estos políticos, descubre que está siendo atacada su libertad interior y lo manifiesta, no suele descubrir corriente de solidaridad alguna a su alrededor. Más bien al contrario; le tildarán de facha o rojo, según entornos; y a veces las dos cosas simultáneamente.
Con la dictadura no teníamos libertad externa, pero sí interna, pues esa falta de libertad externa alentaba la interna. Sin embargo, con la democracia actual sí tenemos libertad externa pero no interna, porque hacer girar toda la política alrededor del maldito y falso paradigma de las derechas y las izquierdas es un gravísimo atentado contra la capacidad de decidir conscientemente entre varios comportamientos posibles, es decir contra la libertad interna. ¿Por qué?  Porque el ciudadano se ve obligado a decidir sobre conceptos falsos, obsoletos y cargados de prejuicios; conceptos que en modo alguno  se ajustan a lo que es la sociedad actual, pero que sirven para manipularla con el telón de fondo del miedo.
Y creo que esto es lo que provoca que, a unas horas del inicio de la campaña electoral, casi la mitad de los ciudadanos no tenga aún ni idea de a quién va a votar. Es la gente que, sin caer en la cuenta de ello, se resiste a perder su libertad interna, pues confundidos por la demagogia, tienen muy difícil poder decidir, y más si quieren hacerlo conscientemente, entre varios comportamientos posibles, es decir entre los distintos partidos que se presentan. Porque votar debe ser un comportamiento consciente y libre.
Una democracia sin libertad es una democracia enferma. Porque de poco sirve la libertad externa si a los ciudadanos se les priva, a base de salvajes y machaconas manipulaciones demagógicas, de la libertad interna.
Estoy es lo que hay. Esto es lo que pienso. Yo soy de los que aún no tengo ni idea de a quién votar, o de si votar en blanco, o de votar con una burrada o un pensamiento filosófico en la papeleta, o incluso si votar siquiera. Porque desde hace tiempo, cada vez que leo u oigo lo que dicen nuestros políticos, siento cómo atentan descaradamente contra mi libertad interna. Libertad que trato de preservar y que me llevará irremediablemente a una elección dolorosa e indeseable, sea la que sea.
Porque la externa sin la interna es una farsa. Y entonces la democracia, la dictadura del más cabrón; permítaseme el exabrupto.
Y disculpad lo largo de la entrada.

martes, 9 de abril de 2019

¡Qué asquerosita me resulta la palabra empoderar!

La educación, permeable a todas las gilipolleces, no ha tardado nada en aplicarse la palabrita.

Es una palabra que estaba en el diccionario pero que ha saltado a la fama recientemente. No es nueva en el castellano, pues ya existía en el siglo XVI, aunque su significado actual nos viene ¡cómo no! del inglés. Estoy hablando del verbo empoderar y del sustantivo empoderamiento.
 Con todos los respetos he de decir que me resulta repulsiva. Le tengo infinita manía a la pobre. Primero porque resulta excesivo su uso, y eso me agobia; después por lo que muchas veces significa y finalmente por su alma, un alma sucia.
Porque las palabras tienen alma. Un alma que suele estar en su etimología, es decir en su origen y su historia. Y esa alma es la palabra poder, una palabra que me da mucho miedo, porque nombra una realidad que solo entiendo como servicio, realidad que rara vez es así.
Hay muchas palabras en español que, según lo que queramos decir, pueden utilizarse, y con un significado más ajustado, en lugar de empoderar o empoderamiento. Pero como la han puesto de moda…
Una vez más empobrecemos el idioma, y además con unas palabras cuyo significado, ya lo he dicho, es feo. Empoderar, dar poder, arrebatar el poder, alcanzar el poder… Y cuando lo tenga ¿qué? Es feo, es rematadamente feo e inmoral.
Que no, que no me gusta. Como ese estúpido anuncio que dice siente el poder de llamar a un abogado. Yo no quiero sentir ese poder, en todo caso, la tranquilidad de llamar a un abogado, no el poder.
No, yo no quiero empoderar a nadie, no quiero colaborar con ningún empoderamiento. Sí quiero, si puedo, acompañar, fortalecer, animar, liberar,  impulsar, construir… pero no empoderar.
Uso y abuso de la palabra poder y sus derivados. ¿Por qué será?

domingo, 7 de abril de 2019

Otra vez ponientes.

NOTA DE LA SEMANA: 0

Con 42 litritos en tres meses y pico que llevamos, parece ser que estamos listos. El poniente ya ha venido, presuroso, a quedarse con nosotros, como mínimo hasta el jueves en que puede cambiar; sólo puede. Y no será suave brisa precisamente. Esto nos garantiza poca o ninguna lluvia, algo por el interior, y días bastante desagradables.
Las temperaturas no serán muy bajas, pero el viento aumentará la sensación de frío porque, aunque es poniente, no se recalentará mucho, pues el resto de España está llovidito y nevadito. ¡Nosotros no, faltaba más!
En el cielo desfilarán nubes, las que han dejado el agua y la nieve, y que aquí como máximo harán bonito. Habrá buena visibilidad, atmósfera limpia y poca humedad.
¿Qué nota le pongo? Un 0. No nos hace ninguna falta el poniente, y menos tantos días y además fuerte. Sólo si hacia el fin de semana se corta el flujo del oeste y vienen calmas o levantes, sería injusto este cero, y más injusto si cayeran otros 40 litros, pero es bastante más fácil que un oso polar ataque al sr. Sánchez.

sábado, 6 de abril de 2019

¡Claro que hay que ir andando, y sin prisa...!


Si salimos estos días al campo, aquí cerquita, sin alejarse más que uno o dos kilómetros del pueblo, y ni eso, podemos encontrar uno de los regalos de esta época del año, las flores. ¡Claro que hay que ir andando y sin prisa!, dejándose envolver por la naturaleza.
Comparto unas pocas fotos de flores muy dignas de ser contempladas.

Un bonito lirio azul.

Esta no sé como se llama. Si alguien me lo dice se lo agradeceré.

La amapola con su vivo color rojo.

Otra amapola. Esta es menos frecuente.

Esto es un espárrago de lobo. Me parece una planta preciosa.

Un espárrago de lobo desde otra perspectiva.

Otro espárrago de lobo con diferentes colores.


jueves, 4 de abril de 2019

El Papa no quiere venir a España.




El papa Francisco no quiere venir a España. Ha visitado ya cuarenta países. Además llama la atención que Juan Pablo II vino cinco veces, Benedicto XVI tres, y él ninguna. Y no piensa hacerlo. Y su respuesta es, "iré cuando haya paz, primero tienen que ponerse de acuerdo ustedes."
Hablan los medios de comunicación de respuesta críptica. ¿Seguro? Yo no veo el asunto tan misterioso. España no es un país en paz, y el Papa lo tiene muy claro, como mucha gente de aquí.
Yo no sé en qué estará pensando Francisco exactamente cuando nos dice esta dolorosa verdad, pero sí sé que es verdad.
El gravísimo conflicto catalán, para mí incomprensible, nos tiene divididos, y tiene también dividida a la Iglesia en aquella tierra antaño para mí tan querida.
La peligrosa división de la sociedad, y por lo tanto de la política, en derechas e izquierdas, sin voluntad de diálogo, y con una patética incapacidad, tanto unos como otros, de superar la historia de una vez por todas, nos tiene permanentemente divididos y enfrentados. Y la Iglesia no es ajena a esta división.
La misma conferencia episcopal está dividida también, con una mayoría de obispos discretamente contrarios al Papa. Y aunque lo llevan con prudencia, se les ve el plumero.
¿Dónde está la paz? No hay posibilidad de que llegue sin el diálogo respetuoso entre unos y otros. ¿Veis diálogo entre el gobierno catalán y el español? ¿Veis diálogo entre los partidos políticos mayoritarios? ¿Veis diálogo entre los obispos de una línea y de la otra? Y no quiero entrar en quién tiene razón o no. Sólo expongo los hechos.
Por eso no hay paz. Por eso no viene el Papa. ¡Qué pena! ¡Qué triste! ¡Qué verdad!

miércoles, 3 de abril de 2019

Pasar a la ofensiva.



Le sucedió esto a un amigo que trabaja en un centro de los grandes de Valencia. Llegó a clase y observó que no había manera de hacer funcionar la pizarra digital por lo que, al tener la clase preparada contando con ella, tenía un problema. Los alumnos, de 6º de primaria, empezaron a alborotarse, cosa que siempre sucede en estos casos, lo que pone más nervioso aún al profe que lo que le ha puesto el fallo tecnológico.
Pero mi amigo, que ya lleva horas de vuelo, cayó en la cuenta de que el fallo no era tecnológico, sino que un alumno estaba jugando con él y con el mando de la pizarra, y de paso con todos sus compañeros.
Se contuvo las ganas infinitas de soltarle un soberano sopapo y le pidió que se fuera con su pupitre a un rincón de la clase. El alumno no hizo ningún caso. Insistió, siguió sin hacerle caso. Entonces le cogió el pupitre y se lo llevó a donde le había dicho que fuera. Luego hizo lo mismo con su mochila. Todo esto, hay que decirlo en honor a la verdad, lo hizo con una cierta brusquedad.
Y empezó la clase.
Al día siguiente le informó la tutora del dulcísimo chicuelo de que su madre había acudido a ella quejándose del maltrato que había recibido su hijo, pues la profesora le había lanzado el pupitre y golpeado con su propia mochila, haciéndole mucho daño. Le dijo también la tutora que creía haberla calmado y que el asunto no iría a mayores.
Mi amigo le envió un correo a la madre en cuestión, ofreciéndole varias opciones de cita para hablar con ella y aclararle el asunto. No respondió. Volvió a hacerlo y siguió sin responder.
Pasado el fin de semana, llamó a mi amigo el Director General del centro para informarle de que esta  señora y su marido habían acudido a dirección para presentar una queja formal contra él por el maltrato sufrido por su hijo.
El asunto acabó bien para mi amigo, pero cuando me lo contó, aparte de la indignación y la rabia que me produjo, me hizo pensar en que ante este tipo de situaciones, demasiado frecuentes, hay que hacer algo más que sortearlas con buenas palabras y con el mínimo daño posible.
¡Ya está bien! Creo que los colegios deberían pasar a la ofensiva y no sólo defenderse. A esta señora y su marido habría que denunciarles por difamación. Mi amigo tiene todo el derecho del mundo a hacerlo, porque no tiene por qué ver su nombre junto a la palabra maltrato, cuando es una absoluta falsedad.
Si estos señores son de los que piensan que su hijo nunca miente, y mucho menos a ellos, que paguen su imbecilidad enfrentándose a un juez y pagando una indemnización. Es lo menos. Y sería justo.
Porque este tipo de individuos están haciendo un daño inmenso, no sólo a los colegios como institución, sino a los profesores y a todos esos padres, buenas personas, que son la aplastada mayoría; aplastada por esta gente que hace ya tiempo están pidiendo a gritos que alguien les ponga en su sitio por el bien de todos y de ellos mismos.

martes, 2 de abril de 2019

¿Por qué me gusta el invierno?



Aunque aún hace fresco y hará más estos próximos días, vamos ya hacia el calor. Nos alejamos del invierno que tanto me gusta. Por eso sé que a esa, para mí, grata tarea de preparar y encender la estufa de leña, le queda poco tiempo, y tendré que esperar, para volverlo a hacer, a noviembre o diciembre.
Pero ¿por qué me gusta el invierno? Hace algún tiempo, navegando por internet, me encontré con la respuesta. Me la dio el novelista inglés Richard Adams. Dice:

Muchos humanos dicen que les gusta el invierno, pero lo que realmente les gusta es poderse sentir protegidos frente a él. Para ellos la alimentación no supone ningún problema en invierno. Tienen fuegos y ropa de abrigo. El invierno no puede hacerles daño y, por tanto, aumenta su sensación de bienestar y seguridad. Para los pájaros y los animales, al igual que para las personas pobres, el invierno es otra historia.

Y tiene razón. A nadie que le “duela” el invierno le puede gustar. Esto me ha hecho consciente de lo privilegiados que somos frente a demasiada gente que teme la llegada del invierno. Sí, a mí me gusta, y soy ahora mucho más consciente de lo que eso significa.