FRASES PARA PENSAR.

SE DARÁ TIEMPO AL TIEMPO,
QUE SUELE DAR DULCE SALIDA A MUCHAS AMARGAS DIFICULTADES.

Cervantes en el Quijote.

lunes, 28 de junio de 2021

No es un viaje de fin de curso.


No es un viaje de fin de curso, señores periodistas, no es un viaje de fin de curso. Como tantas veces, hablan de lo que no saben, y confunden, y marean y tergiversan…

Los viajes de fin de curso los organizan los colegios e institutos, con garantías. Y suponen un gran esfuerzo, no siempre reconocido, por parte de los docentes que van a ellos. Y una grandísima responsabilidad.

Lo de Mallorca al acabar bachiller no es un viaje de fin de curso. Es un negocio innoble pero sustancioso para unos pocos, y un sumidero de valores y principios morales para muchos de los jóvenes que, como insectos a la luz, acuden allí.

Y ahora, en estos tiempos que corren, me atengo a los hechos, un negocio que raya en lo delictivo. Todos sabíamos lo que iba a pasar en Mallorca, pero la combinación de políticos complacientes y empresarios impacientes, nos ha llevado a donde estamos. ¿A quién le sorprende? ¿Y por qué no lo han evitado?

No, lo de Mallorca no es un viaje de fin de curso. Ni este año, ni ninguno. A mí siempre me ha dado mucha pena, y este año rabia y una extraordinaria, permitidme el palabro, mala leche. ¡No hay derecho!

En el centro donde trabajé toda la vida, como en muchos otros, trabajan para darles la mejor educación posible a nuestros alumnos, para enseñarles una forma de vivir digna, para desarrollar su capacidad crítica, algo necesario para ser libre. Tutorías, convivencias, excursiones, Camino de Santiago, viajes de fin de curso… Un esfuerzo constante y a veces agotador. Y al final, para acabar, se largan de "fiesta" a Mallorca. ¿Qué hemos hecho mal? ¿Qué seguimos haciendo mal?

Descorazonador. Me decía un padre que el día que llevó a su hijo a tan triste conclusión de toda una etapa de la vida, le dio la impresión de ser el ganadero que lleva sus reses al matadero. Solo que no era una res, era su hijo.

Es lo que pienso. Aquello no, no es un viaje de fin de curso.

NOTA: Sí, sí, ya sé que no todos los jóvenes van a Magaluf; y que no todos los que van... ¿Sigo? Mejor dejarlo.

domingo, 27 de junio de 2021

Monotonía estival.

Semana fácil de predecir, en principio. Monotonía estival. Días muy parecidos unos a otros, con máximas alrededor de los 30 y mínimas algo por bajo de los 20. Vientos con predominio del sureste, y cielos despejados o con nubes de esas que vienen del mar, que a veces parecen muy amenazadoras pero que con mucha suerte dejan solo alguna gota.

Y poco más hay que decir, al menos de momento.


Felicidades, Diego.


Aprovecho el blog, que sé que lee, para felicitar a nuestro amigo Diego en su aniversario de ordenación sacerdotal, deseándole, de todo corazón una vida feliz y llena de sentido.

El poco tiempo, nos pareció muy poco, amigo Diego, en el que se juntaron nuestras vidas, trabamos una profunda amistad; una amistad de esas que resiste al tiempo y al espacio. A que sí, Diego.

Estamos seguros de que si un día volvemos a vernos, allí o aquí, ojalá así sea, nos iremos de cena y será como si no hubiera pasado el tiempo, como si fuera una cena de esas de los jueves, con tertulia hasta las tantas. Sólo que tendríamos muchas cosas que contarnos.

El Atlántico no es suficientemente grande para romper nuestro lazo. Ni el paso de los años.

Amigo, que Dios te bendiga.

Isabel Y Jesús.

Yo voy a seguir como hasta ahora.

 

Creo que es más una medida mediática, movida por rastreros intereses políticos, que sanitaria. El verano, con una gran movilidad del personal y con la juventud despendolada y sin vacunar, no es el mejor momento para quitar mascarillas ni dentro, ni fuera ni en ningún sitio.

Igual de absurdo era que yo no pudiera ir al monte solo, pero sí a un bar con los amigos a almorzar, como que ahora podamos quitarnos ese odioso artilugio al aire libre, si hay distancia etc, etc, etc.

Yo voy a seguir como hasta ahora. Y seguiré sin  dar la mano, sin abrazar, sin besar más que a mí mujer. Y evitaré aglomeraciones donde, dicho sea de paso, me lo paso (perdón por los dos pasos) muy, muy mal. Y estoy vacunado del todo. Y todo esto (perdón por los dos todos) muy a mi pesar.

Esto no se ha acabado. ¡Qué más quisiéramos!

sábado, 26 de junio de 2021

Actualización fin de semana del 26-27 de junio de 2021.

Fin de semana de buen tiempo, como solemos decir. Verano sin excesos. Máximas de 30 o 32 y mínimas agradables, de 16 o 17. Vientos flojos, predominando el levante. Cielos con pocas nubes.

Y poco más. Tiempo ideal para el campo o la playa, aunque en las primeras horas de la tarde, lejos del mar, el calor nos recordará que julio está a la vuelta de la esquina.


viernes, 25 de junio de 2021

¿Alguien lo dudaba?

 

Con la llegada de las vacaciones, colegios e institutos ha dejado de cumplir su función de control y contención de una población, a los hechos me remito, cuya conducta actual deja en evidencia el fracaso de las familias y del sistema educativo.

¿Alguien esperaba un comportamiento maduro y responsable de una juventud educada en la irresponsabilidad y el egoísmo, mimada y consentida hasta extremos inauditos? Empezaron con la vergüenza intolerable de los botellones, y ahora, con las vacaciones, ancha es Castilla. Como toros que salen del toril corriendo ciegos hacia ninguna parte, se lanzan a la fiesta como si nada hubiera pasado, como si nada estuviera pasando.

A ellos qué les importa el dolor y el sufrimiento de tanta gente. Mientras yo me divierta con la peña, a los demás que les den. Es el solidario planteamiento en el que se basan.

Y que nadie me venga con que no toda la juventud es así, y que también hay adultos que déjalos ir. ¡¡Ya lo sé!! Pero ese planteamiento es el del avestruz que mete la cabeza debajo del ala. No es una minoría de jóvenes la que puede hacer que el virus vuelva a circular masivamente, aumentando el riesgo de mutación, para devolvernos así a la casilla de salida. No es una minoría.

Sé que hay jóvenes indignados con sus compañeros, lo sé. Y conozco algunos. Pero más allá de las estadísticas y las noticias, lo que a mí me trasmiten es que ellos sí son minoría, ellos, los friquis, los que no entienden esa aberración anual de Mallorca, por ejemplo, y tienen la personalidad suficiente y el sentido común de montárselo de otra manera. Ellos son los menos.

Con sus dieciséis, diecisiete, dieciocho años ya tienen responsabilidad de lo que hacen, pero no toda. La permisividad, la falta de valores, la renuncia a la autoridad, y la incoherencia tanto del sistema educativo como de muchas familias, entre otras causas, han creado un caldo de cultivo que, unido a las naturales características de los adolescentes y jóvenes, dan el resultado que dan. En suma, un sistema educativo politizado e incoherente y la institución familiar en crisis, también son responsables, los primeros responsables.

Cuando nada especial pasaba, pues bien. Pero ahora, cuando la ola viene alta, nos damos cuenta de que no sabemos nadar. Y ya no hay remedio.

Es lo que pienso. Con permiso o sin él de los que creen que estamos en el País de las Maravillas de Alicia.

miércoles, 23 de junio de 2021

Compañeros, amigos, ¡enhorabuena!


Creo que es justo reconocer hoy, último día del curso con alumnos, la labor de los colegios e institutos durante este difícil curso. Por muchos motivos que podrían resumirse en uno, haber permitido que, pese a la pandemia, la sociedad entera haya seguido funcionando.

Imaginad por un momento que los niños y adolescentes se hubieran tenido que quedar en casa. Hubiera sido como meter un palo entre los radios de la rueda de la bici. El caos hubiera sido absoluto.

Pero las cosas han ido muy bien en educación, y los centros docentes han seguido funcionando, permitiendo una cierta normalidad laboral que hubiera sido imposible con los niños y no tan niños en casa.

Incertidumbre, preocupación, miedo, además de frío. Dar clase, vigilando siempre el adecuado cumplimiento de todas las medidas adoptadas por las autoridades que, previamente, en un trabajo impresionante, se habían tenido que adaptar a cada centro.

Ha habido momentos muy duros. Compañeros y alumnos que enferman, grupos confinados, repuntes de contagios un día tras otro, la vacuna que no llega, luego que tiene graves efectos secundarios…

Seguir adelante, había que seguir adelante. Si la educación se paralizaba, todo se bloquearía. Y lo han conseguido. Lo han conseguido.

La imagen de un aula con las ventanas abiertas en un día de frío, viento y lluvia, con los alumnos equipados con sus mascarillas, gorros, guantes y bufandas, bien separados unos de otros, siguiendo la clase, es conmovedora.

Con la primavera fue llegando mejor tiempo, las vacunas, datos esperanzadores y la satisfacción contenida de que lo estamos consiguiendo, parece que lo estamos consiguiendo; pero daba miedo alegrarse demasiado, o demasiado pronto. Hemos tenido tantas desilusiones, hemos aguantado tantas frustraciones…

En esta historia que aún sufrimos, ha habido y hay muchos héroes anónimos en todos los ámbitos de la sociedad a los que nunca estaremos suficientemente agradecidos. Pero hay que reconocer que sanidad y  educación, colectivos sobre los que se basa nuestro bienestar, han estado también, y de un modo muy especial, a la altura de las circunstancias en un tiempo muy difícil.

Y hoy, el aplauso merecidísimo que durante semanas dábamos a los sanitarios, creo que debemos darlo a los docentes y al personal no docente de los centros. Se lo merecen. De verdad que se lo merecen. Y también a los alumnos que, mayoritariamente, casi masivamente, lo han hecho muy bien. Tampoco para ellos ha sido fácil. Niños y adolescentes actuando en contra de sus naturales impulsos dada su edad, sin el apoyo que la madurez o el miedo de los adultos, o ambas cosas, les daba a sus profesores.

Gracias a todos, compañeros, amigos. Desde mi privilegiada situación de jubilado, y de un modo muy especial a través de Isabel, he seguido día a día, muchas veces con preocupación y angustia, otras con esperanza, siempre con admiración, vuestro combate. Y habéis vencido. Habéis conseguido que me sienta orgulloso de haber pertenecido a vuestro gremio.

¡Enhorabuena y que Dios os bendiga!

martes, 22 de junio de 2021

Y mucho.


Como algo vivo que es, el lenguaje nos sorprende cada día con nuevas formas de decir lo mismo, de decir lo de siempre. A mí me resulta divertido, aunque a veces me parece ridículo y cargante, primero porque en realidad no aporta nada nuevo, y luego porque si se pone de moda acaba siendo del todo excesivo. Pero es que los humanos somos así de tontitos.

Hablo hoy del “y mucho”. Esa y, conjunción, delante del adverbio de cantidad, mucho, es un intento de aumentar la intensidad de su significado. Parece ser que no es lo mismo decir que va a llover mucho, que decir que va a llover, y mucho. No sé en cuantos litros está la diferencia entre que llueva mucho, o que llueva y mucho. Creo que nadie lo sabe, aunque igual alguna universidad o la mismísima NASA lo están investigando.

Lo que ocurre es que, siendo este un recurso útil y correcto, cuando se utiliza en exceso, desplazando sistemáticamente al adverbio mondo y lirondo, acaba resultando hasta ridículo, por repetitivo e innecesario.

Si queréis hartaros de “ymuchos”, en los partes meteorológicos de la tele, en cualquier cadena, podéis hacerlo, y en algunos noticiarios también. La semana pasada conté en el tiempo de la primera, más de nueve “ymuchos”. Una auténtica orgía “ymúchica”. Y el caso es que, si la dama en cuestión no hubiera dicho ninguno, el parte meteorológico hubiera sido exactamente el mismo.

Esto va en la línea del exceso al que tan a gusto nos entregamos en esta sociedad ansiosa de extremos y radicalismos. Los superlativos de toda la vida no son suficientes, se quedan cortos para expresar lo que queremos decir. Por eso, decir que algo es chulo, muy chulo, chulísimo es poco decir. Hay que decir que es superchulísimo, o mejor aún, hiperchulísimo, o megachulísimo, o gigachulísimo, o quizá terachulísimo, o incluso terachulérrimo, ¡quién sabe hasta dónde podemos llegar para decir lo bonito que es el móvil que me he comprado!

Es el futuro; pero a mí, ¡qué queréis que os diga!, no me gusta. Porque si todo esto estuviera acompañado de una mayor riqueza de vocabulario y un mejor conocimiento de nuestra incomparable lengua, pues muy bien, pero no es el caso. Por eso me desagrada, y mucho.

lunes, 21 de junio de 2021

Bienvenido el verano. Sea benévolo.


 

A las 5 horas y 31 minutos ha entrado el verano astronómico, porque el meteorológico, que empezó el junio, ya se ha hecho notar desde hace días, y además con cierta bravura.

Para recibir a la estación que me menos me gusta, pero de la que tengo gratísimos recuerdos, voy a compartir un capítulo de Platero y yo titulado precisamente, El verano.

Es un texto que, como otros muchos, me traslada a la infancia y primera juventud, época aquella en la que sí me gustaba, pues suponía una liberación del cole, donde no lo pasaba bien, y un contacto mayor con la naturaleza que siempre, siempre, desde que tengo uso de razón, me ha resultado gratificante y necesario.

Leedlo tratando de ver con los ojos de la mente, llevados de la mano de Juan Ramón Jiménez, esos momentos que todos hemos vivido en los meses estivales.


Los insectos, (los tábanos), la música del pinar en verano (las chicharras), la luz cegadora, las resistentes flores de verano, el calor, la sombra amable de un árbol, las sandías…

Platero va chorreando sangre, una sangre espesa y morada, de las picaduras de los tábanos. La chicharra sierra un pino, que nunca llega… Al abrir los ojos, después de un inmenso sueño instantáneo, el paisaje de arena se me torna blanco, frío en su ardor, espectral.

Están los jarales bajos constelados de sus grandes flores vagas, rosas de humo, de gasa, de papel de seda, con las cuatro lágrimas de carmín; y una calina que asfixia, enyesa los pinos chatos. Un pájaro nunca visto, amarillo con lunares negros, se eterniza, mudo, en una rama.

Los guardas de los huertos suenan el latón para asustar a los rabúos, que vienen, en grandes bandos celestes, por naranjas… Cuando llegamos a la sombra del nogal grande rajo dos sandías, que abren su escarcha grana y rosa en un largo crujido fresco. Yo me como la mía lentamente, oyendo, a lo lejos, las vísperas del pueblo. Platero se bebe la carne de azúcar de la suya como si fuese agua.


Como siempre digo, sea este un verano benévolo, y que cuando llegue el otoño, no hayamos tenido que lamentar, los pocos que después de todo lo lamentamos de verdad, una nueva herida en la hermosa naturaleza que nos rodea.

Así sea. Amén.

domingo, 20 de junio de 2021

No tanto calor.

Durante toda la semana pasada decían los modelos que el sábado llovería, pero el viernes, ¡oh sorpresa! todos los que consulto dijeron que no, que tal cosa no sucedería.

Y nueva sorpresa, el sábado estuvo casi todo el día lloviznando; poca cosa, dos litros en total, pero lloviznando. La primavera acaba pues muy primaveral; ha sido imprevisible de principio a fin.

Con esta introducción advierto que lo que dicen que va a ser la primera semana del verano, igual no es, pero bueno, el verano suele ser más previsible. Veremos.

A día de hoy será una semana con predominio de levantes, excepto el lunes, que seguirá el poniente de hoy, con temperaturas algo más bajas, no llegando las máximas a los 30 y con mínimas acercándose a los 15 o 16. Además, dan lluvias el miércoles. Y en eso, hoy, coinciden todos.

¿Qué pasará? A saber.


viernes, 18 de junio de 2021

Actualización fin de semana del 19-20 de junio de 2021.

Se decía que este fin de semana llovería. Pues no, parece ser que no, que con los 22 litros del jueves estamos servidos de momento. Así que, aunque habrá mucha nube, no lloverá. Seguirá haciendo ese calor húmedo, que a tantos agobia, el sábado, girando el viento a poniente el domingo, lo que aumentará las máximas, pero no habrá tanta humedad. Rondarán ente los 18 y 29 el sábado, y los 18 y treinta y pico el domingo.

Y poco más hay que decir de este último fin de semana de la primavera astronómica, pleno verano este mes de junio por estas tierras. Esperemos que no guarde proporción julio y agosto con lo que está siendo junio, porque si va a ser así la tenemos clara.

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miércoles, 16 de junio de 2021

Andando bajo el cielo gris.


Andarse solo treinta kilómetros por caminos y senderos, bajo un cielo amenazador, sin ver absolutamente a nadie, es toda una experiencia.

El silencio, parece más denso bajo el cielo gris que, de vez en cuando, descarga una suave llovizna. Y el bosque responde enseguida con ese aroma que da el agua a la vegetación y la tierra caliente.

La mente vaga libre, pasando del ayer al mañana para descansar a ratos en un presente sereno y plácido, acorde con la serenidad y placidez del ambiente.

Se estaba bien hoy en el monte.

domingo, 13 de junio de 2021

Calor y tormentas.

NOTA DE LA SEMANA: 6

En principio parece que será ésta una semana muy veraniega, reuniendo los dos aspectos más típicos del verano, el calor y las tormentas.

La primera parte, calor, con máximas por arriba de los 30, llegando a los 35 algún día, y mínimas de 20 en adelante. Y esto con predominio del levante, lo que creará un ambiente agobiantito.

Del jueves en adelante las tormentas cobrarán protagonismo, aunque decir cuándo y dónde descargarán es muy, muy difícil. Las temperaturas se suavizarán un poquito, pero solo un poquito. Seguirá el levante.

¡Vamos, verano puro y duro! ¿Nota? Si por las tormentas, mientras no sean secas, le puedo poner un 9 y por seguir el levante un 10, por el calor excesivo le pongo un 0, por lo que me sale una media de 6,3.

viernes, 11 de junio de 2021

Éxito y poder.


Escuché el otro día en la radio a una señora que presentaba un encuentro internacional de mujeres a las que, podríamos decir, las cosas les han ido bien en la vida en una sociedad dominada por los hombres. No sé en qué ciudad española se hacía este congreso; ni me importa, porque me dio toda la pena del mundo.

Los modelos a presentar eran mujeres que en distintos ámbitos de la vida han tenido éxito y alcanzado el poder, en lo suyo, claro, lo que les daba libertad. Este era el pérfido planteamiento.

Las palabras éxito, poder y libertad fueron reiteradamente utilizadas por esta señora en la entrevista que le hicieron. Y pensé el daño que a mucha gente, sobre todo joven, le puede ocasionar vivir con estas tristes metas.

De entrada estoy convencido qué éxito y poder no suelen ir asociados a la libertad. Más bien al contrario, la búsqueda de estos dos ídolos nos hace sus esclavos, esclavitud que se hace fuerte cuando pensamos que los estamos alcanzando, porque nunca, quien va tras ellos, cree haberlos conquistado plenamente. Y esa es una de sus condenas.

Además, quien basa su vida en el éxito y el poder, si acaba lográndolo, es sobre el fracaso de otros y el sometimiento de muchos, lo que ahuyenta cualquier posible principio moral, y bienes como la felicidad.

Otra cosa es que el éxito nos venga sin esperarlo, como consecuencia de nuestro trabajo honesto y nuestro esfuerzo, y que el poder se nos otorgue muy a nuestro pesar, en cuyo caso yo le llamo autoridad y se convierte en servicio.

No sé si en este encuentro del que hablo, las féminas exitosas y poderosas, brillantes modelos a seguir, tendrán esto claro. No lo sé. Lo que sí que sé es que la forma de presentar el asunto que oí en la radio me daba escalofríos. Por feo, sí; feo y peligroso. Porque eso hace daño.

Imagino que estas cosas son parte de los inevitables excesos de la revolución feminista que estamos viviendo. Pero veo muy triste que la mujer se iguale con el hombre copiando lo más miserable y rastrero de una sociedad secularmente dominada por los varones. Sociedad que ha tenido como dioses el éxito y el poder, lo que supone dinero. Dioses que han exigido a lo largo de la historia, y que siguen exigiendo, innumerables sacrificios humanos.

Era una bonita esperanza que la mujer, con su lucha, alumbrara una sociedad diferente. Que esta justa y necesaria revolución trajera aire fresco y rompiera de una vez por todas ese modelo de macho dominante, poderoso, encumbrado en el éxito, elevado sobre las ruinas de tantos que fueron derrotados en el combate por llegar a donde ellos están. Pero no, parece ser que de lo que se trata, oyendo a esta señora que oí en la radio, es de igualarse a ellos, a lo peor de ellos.

Por todo esto, aquella entrevista me dio toda la pena del mundo. Y me dije como tantas veces, este no es el camino.

Actualización fin de semana del 12-13 de junio de 2021.

Siguiendo con la tónica de la semana, excepto la sorpresa del martes, tenemos por delante un fin de semana de pleno verano. Despejado, calentito y con vientos de levante básicamente.

Las mínimas algo por bajo de los 20, y las máximas algo por arriba de los 30. Lo normal por aquí en veranos normales que son cada vez menos normales.

A disfrutarlo, porque la próxima semana parece que será movidita. Ya veremos.


jueves, 10 de junio de 2021

Magnánimos; sí, pero con todos.


Una breve reflexión sobre la magnanimidad que pide el Gobierno a la ciudadanía a propósito del indulto a los presos por el proceso independentista en Cataluña.

Me parece muy bien. La magnanimidad es buena. Sólo veo un problema, y es que puestos a ser magnánimos seámoslo con todos. Con todos o con nadie. No entiendo cómo se apela a ser magnánimos con unos señores que se han situado fuera de la ley de un modo claro y rotundo, y no existe la más mínima magnanimidad con un partido como Vox, por  ejemplo, que no está fuera de la ley, siendo su único “delito” pensar de un modo radicalmente contrario al del Gobierno, y en muchos aspectos al mío. Pero tango claro también que las reiteradas llamadas a cordones sanitarios para aislarlos y excluirlos tienen poco de magnánimo, aparte de ser una falta de respeto, improcedente en democracia, a los ciudadanos que libremente les votan. Y tristemente hay más ejemplos.

Magnanimidad sí, pero con todos. Por lo tanto, he concluido que no es una cuestión moral esto de ser ahora magnánimos. Es una maniobra política cuyos planteamientos y alcance desconocemos la mayoría.

¡Ojalá no fuera así!

martes, 8 de junio de 2021

Una tormenta inesperada.

Lo que es la meteorología. El domingo se anunciaban tormentas por el sur de la Ibérica que se acercarían a la costa, pero sin llegar a ella. Y buena tarde tormentosa hemos tenido. ¡Qué cosas! No ha llovido mucho, ocho litros, pero ha llovido, y de rayos y truenos hemos tenido buena ración. Pero ¡que agradable se queda la tarde después de una tormenta! Limpia, fresca, aromática…

A mí no me ha pillado por pelos, pues he salido a hacer una ruta larga esta tarde por la Calderona y, viendo el cielo, he decidido acortarla, pero aun así, como la tormenta avanzaba más deprisa que yo, he tenido que acortarla más aún.

Lo dicho, por pelos no me he dado un buen remojón, lo que no me hubiera molestado nada. Son los rayos lo que me da miedo, y más desde que, hace años, nos alcanzó uno de refilón. Susto gordo y celebración nocturna por haber vuelto a nacer. Fue en el Pirineo francés.

Aquí tenéis algunas fotos; oscuritas, pero es que así estaba la tarde.












¡Que mal lo estaremos haciendo!


Más de 400 policías y no sé cuántos kilómetros de vallas para bloquear el acceso a las playas en la noche de san Juan. Es el dato.

La reflexión. ¡Qué rematadamente mal lo estaremos haciendo con las nuevas generaciones para que hagan falta semejante medidas después de lo que ha pasado y está pasando!

No digo más, aunque se podría decir mucho.

lunes, 7 de junio de 2021

En busca de la cabra.


 

Ya he hablado otras veces de los encuentros curiosos que se dan en la montaña. Pues ayer tuvimos uno de esos Isabel  yo.

Íbamos por una pista forestal, lejos de cualquier lugar habitado, cuando nos encontramos con otro coche de frente. Como era estrecha y discurría junto a un barranco imponente, fuimos muy despacio para cruzarnos. Y cuando estábamos a la misma altura nos hicieron señales para que bajáramos la ventanilla.

Pensamos que andaban perdidos, más no. Andaban buscando, eso sí, pero no el camino. El conductor nos preguntó, "¿habéis visto por ahí una cabra?" No, no habíamos visto ninguna cabra, le respondimos. Y para acabar de rematarlo añadió, "es que la niña quiere ver una cabra". Y siguieron su camino buscando la cabra, supongo.

La niña en cuestión, de unos once o doce añitos, iba en el asiento trasero, con sus papás, parece ser que a ver una cabra por el monte.

Quedaron dos preguntas en el aire. ¿Era una cabra conocida, quizá con nombre y todo? ¿O buscaban una cabra cualquiera esperando que les saliera al encuentro?

Nunca lo sabremos. Aunque por la forma de preguntar, más bien parecía que habían decidido pasar la tarde del domingo buscando cabras. Aunque en ese caso, lo normal hubiera sido decirlo en plural, o sea ¿habéis visto cabras? No ¿habéis visto una cabra? Como si fuera suya y se les hubiera escapado.

En fin, misterios sin resolver.

domingo, 6 de junio de 2021

Semana de verano, sin excesos.

NOTA DE LA SEMANA: 8

Iniciamos mañana la que parece ser la primera semana de verano, porque estos primeros seis días no han acabado de serlo. Hablo del verano meteorológico, ¡claro! pues el astronómico empezará el próximo lunes 21, a las 5,32 horas.

Será además esta semana el típico verano valenciano bueno, es decir sin extremos de ningún tipo, y por supuesto sin ponientes, lo peor que puede pasar en estos meses. Y todos los días casi iguales o iguales; monotonía estival.

Cielos más bien despejados aunque con nubes inofensivas, vientos flojos de levante y temperaturas ya calentitas. Las mínimas siempre por arriba de 15 y las máximas rondando los 30. La sensación será de calor húmedo, lo normal por estas tierras y estas fechas.

De lluvias, de momento nada. Aunque algunos modelos vuelven a dar lluvias para la semana siguiente, pero a saber; queda muy lejos. Y por cierto, anoche cayeron cinco litritos muy pausadamente.

La nota de la semana, por todo lo dicho, va a ser un 8.


viernes, 4 de junio de 2021

Actualización fin de semana del 5-6 de junio de 2021.

Hay dos previsiones bien distintas. Una dice que el sábado será fresco, lluvioso y hasta tormentoso, y con abundante precipitación, y el domingo hará buen tiempo aunque con nubes abundantes.

La otra previsión dice que los dos días serán parecidos; ambos con muchas nubes y algo frescos, más el sábado que el domingo (en eso coinciden); y de llover sería la noche y madrugada del sábado al domingo, y no mucho.

¿Qué pasará? Lo único seguro es que no habrá un sol radiante en un cielo azul, impoluto y que no nevará. Esto último muy seguro, desde luego.


Un rifirrafe de vergüenza.


Me resulta un espectáculo terrible, triste y vergonzoso el rifirrafe entre el presidente Puig y el mundo del ocio nocturno. Esperemos que Puig aguante el tipo y las instancias judiciales actúen con sensatez y sentido común.

Está claro que la pandemia ha creado una fortísima tensión entre la sanidad y la economía. Entre la salud y el dinero. Y que tratar de conciliar ambas prioridades ha sido y es muy difícil. Porque ambas son prioridades, pero a menudo incompatibles en estas circunstancias.

Terminado el martes el toque de queda, que tanto bien nos ha hecho, la hostelería noctámbula, por llamarle de algún modo, el ocio nocturno dicen, no quiere ninguna restricción. Ancha es Castilla.

El sr. Puig dice que sí, que ahí vamos, pero que poco a poco. Que de momento hasta las dos y sin pista de baile. Eso no es rentable, le dicen, y van a acudir a los tribunales. Y más aún, con la amenaza de que si no se les deja campo libre, crecerán los botellones como setas en otoño, y añaden, para más inri, que las fuerzas de seguridad no podrán controlarlos. ¡Y lo triste es que tienen razón!

Porque lo rentable es, abierto hasta el amanecer y con baile incluido. De mascarillas (que siguen siendo obligatorias) y de distancias de seguridad ya ni se habla. Y todo esto en locales cerrados, como suelen ser los de ocio nocturno.

Se da además la circunstancia de quien quienes más frecuentan este tipo de locales son jóvenes y adolescentes, a los que no ha llegado la vacunación, y aún tardará en llegar. Y que el virus no sea tan letal con ellos como con los mayores, no quiere decir que sean inmunes.

El coctel puede ser explosivo.

Entiendo lo mal que lo han pasado este tipo de negocios, pero no solo ellos lo han pasado mal. Y de lo que se trata es de que empecemos a dejar de pasarlo mal todos; y para eso hace falta paciencia y altura de miras. Hace falta tener unas prioridades de acuerdo a unos principios morales, claras.

Se puede dar una situación tan absurda, como la que expongo a continuación. En un acto de graduación de bachiller, se están planteando tomar la temperatura y anotar el nombre y DNI de los asistentes. Y como de aforos y distancias ya no se habla, exigir el uso adecuado de la mascarilla. Acertado y responsable planteamiento.  Pero luego los chavales se irán a una discoteca donde según desean quienes de ellas viven podrán… ¿hace falta que siga?

Esto no tiene sentido. Resulta, como ya he dicho, terrible, triste y vergonzoso. Y profundamente incoherente. Y es que si esta pandemia ha sacado lo mejor de nosotros mismos, también ha dejado bien a la vista lo más miserable de nuestra condición humana.

jueves, 3 de junio de 2021

"Qué fem?", sin saludo previo.

 

En mis excursiones entre semana, ahora que puedo, veo muchos animalillos y, con menos frecuencia, me tropiezo con alguna persona. Nuestros montes están solitarios de lunes a viernes.

Estos encuentros con individuos de mi misma especie suelen ser, cuanto menos, curiosos. El de hoy lo ha sido; voy a relatarlo.

Andaba por un camino y he escuchado el sonido de un motor y hierros, clara señal de que venía un vehículo de esos que ya han conocido muchos inviernos y muchos kilómetros de tierra, piedras y polvo.

Como estaba llegando a una curva, me he apartado a un lado para no tropezarme con él de cara. En cuanto me ha visto ha frenado en seco delante de mí. Era ciertamente un coche ya viejecito y desvencijado, y su conductor, un hombre de edad difícil de calcular, malcarado, de catadura espesa, como diría García Márquez.

“Què fem?” me ha espetado, sin saludo previo. Le he respondido,”Donant un passejet per ací”. Ha seguido un silencio mientras me miraba de arriba a abajo; y cuando ya me había escaneado, ha dicho, “Necessita algo?” “No, gràcies, porte de tot en la motxilla”, le he contestado.

Ha puesto el motor en marcha y tras un “Au! Que vaja bé!”, se ha alejado por el camino, envuelto en una nube de polvo. Y yo he seguido la ruta pensando que hombres como estos, esculpidos por el monte, rudos, solidarios en su mundo, quedan pocos. Son gente de otros tiempos.

Y he pensado también que me siento más cerca de gente así, que de todos esos que inundan montes y carreteras los fines de semana, debidamente “uniformados” y haciendo cosas que se nombran en inglés.

miércoles, 2 de junio de 2021

Encuentro con una culebra.

De entre los muchos bichos que me encuentro andando por los montes, las serpientes son de los que más me gustan, sobre todo porque se dejan ver, no huyen apresuradamente, como los jabalíes, las cabras, los zorros, los corzos o los conejos.

Hoy mismo he podido disfrutar de una hermosota culebra, un culebrón más bien, que me ha salido al paso por la zona de Porchinos, y que se  ha dejado fotografiar a placer, casi posando.

Víboras y culebras suelo verlas en el último momento, pues se confunden con ramas o palos cruzados en el camino; como la de hoy, que he estado a punto de pisar, pues no iba mirando al suelo en ese momento.

Como suele pasar no se ha ido al llegar yo. Igual estaba plácidamente haciendo la digestión o esperando al sol que no llegaba. Tras fotografiarla desde distintos ángulos, la he tocado con el bastón para ver si se movía. Ni caso; se contentaba con sacar la lengüecita y dejarse acariciar.

Como estaba en un camino sin huellas de ruedas asesinas, y muy poco transitado, no me he preocupado por sacarla de allí para evitar que la atropellen. La he rodeado por detrás para seguir mi ruta sin perderla de vista, y entonces, repentinamente, se ha revuelto, plantándome cara desde la típica posición de ataque de los reptiles, a la vez que emitía un silbido grave, abría la boca y metía y sacaba insistentemente su lengua bífida. Todo un espectáculo que he disfrutado a tope.

Pero la muy gamberra no me ha permitido grabar en vídeo ese momento, pues he grabado cuando toda extendida ignoraba las caricias de mi bastón, y luego cuando se me ha puesto chula, pero el momento de pasar de un estado al otro no he podido grabarlo, porque no esperaba que se moviera tras ver cómo ignoraba mi suave y discreta intervención en su sosegada y reptante vida.

¡Bueno, chica, a pasarlo bien! Le he dicho, y allí se ha quedado, en el mismo lugar en que la he encontrado, pero en una posición que parecía decir, aquí estoy yo, ¡qué pasa!

A continuación podéis ver unas fotos y dos vídeos, aunque estos se mueven un poco, porque grabar con una mano mientras con la otra sujetas el bastón no es fácil, pero se pueden ver.