FRASES PARA PENSAR.

SE DARÁ TIEMPO AL TIEMPO,
QUE SUELE DAR DULCE SALIDA A MUCHAS AMARGAS DIFICULTADES.

Cervantes en el Quijote.

miércoles, 29 de junio de 2022

Crea toda la felicidad que puedas...

 

Voy a compartir un texto del filósofo inglés, Jeremy Bentham, que vivió entre los siglos XVIII y XIX. Lo he encontrado en un interesante libro que estoy leyendo del que hablaré cuando lo acabe.

De momento ahí van estas palabras que dirigió, poco antes de morir, a la hija de un amigo en su cumpleaños. Todo un programa de vida.

“Crea toda la felicidad que puedas, suprime toda la infelicidad que puedas. Cada día te dará la oportunidad de añadir algo al bienestar de los demás o de mitigar en algo sus dolores. Y cada grano de felicidad que siembres en pecho ajeno germinará en tu propio pecho, mientras que cada dolor que arranques de los pensamientos y los sentimientos de tus semejantes quedará sustituido por la paz y la alegría más hermosas en el santuario de tu alma”.

NOTA: Si quieres conocer más a este filósofo, entra en google. Te sorprenderá.

martes, 28 de junio de 2022

Si no le cae nada, me dijo.

 

El martes, 12 de abril, publiqué una entrada sobre esa vecina que sacude sus toallas y no sé qué más, sobre mi terraza. Podéis leerla.

Pues bien, hoy la he vuelto a “pillar”, y a raíz de eso lanzo una pregunta al aire por si alguien me la puede contestar.

Estaba de nuevo leyendo en la terraza, bajo mismo de la suya, cuando oigo el inequívoco sonido de ropa “ondeando” al viento. Miro hacia arriba, y allí estaba ella, sacudiendo unas toallas o alfombras, no sé. Pero esta vez no me he callado y le he dicho algo así como, “hombre, eso no se hace, que estamos aquí” Y lo he dicho sin gritar, creo que casi con suavidad.

La sorprende respuesta de la señora ha sido, “si no le cae nada”, y ha seguido sacudiendo esa toalla o alfombra y luego otra.

Podía haberle preguntado, por ejemplo, que si no cae nada, para qué las sacude. O que si no cae nada, y sacude por el misterioso placer de sacudir, ¿por qué no lo hace en su terraza, o en la calle?

Pero mis años en este planeta me han enseñado que con una persona que hace eso, y contesta lo que me ha contestado, hablando no se llega a ningún sitio. Y una cosa tengo clara, que esa maldición que dice, en pleitos te veas aunque los ganes, es muy cierta.

No, no tengo ganas de pleitos, de líos, de malos rollos, de situaciones desagradables, de complicarle la vida a nadie ni de que me la compliquen a mí. Pero es que esta situación, no siendo grave, me molesta mucho, sobre todo porque no consigo entender cómo alguien es capaz de hacer algo así y seguir haciéndolo tras una discreta y educada advertencia. Me parece una guarrada y una falta de respeto, incomprensibles.

Y ahora viene la pregunta. ¿Qué hago? Admito ideas, propuestas, sugerencias…

lunes, 27 de junio de 2022

Verano suave.

Este bonito día de verano, gris y fresco, es un regalo que hay que aprovechar, aunque no llueva porque eso, creo yo, ya sería pedir demasiado. Y digo que hay que aprovechar porque solo durará hoy, y se acabó.

No obstante el resto de la semana se presenta bastante tranquila. Viento flojo de sureste, cielos despejados o con nubes de adorno, y temperaturas máximas alrededor de los 30, días arriba, días abajo, y mínimas de 20.

En el momento de escribir estas líneas caen gotitas, pero con tan pocas ganas, que dan hasta pena. Un querer y no poder. ¡Ábranse las celestes cataratas!, gritaría yo, pero no me harían caso. Por eso, ¿para qué?

Pero bueno, a no quejarse que ya firmaría yo para que todo el verano fuera como esta semana. Verano suave, como la mayoría de los de antes.


jueves, 23 de junio de 2022

Vivir en la desolación más absoluta.


El desastre de los incendios recientes me recuerda a otros semejantes que hemos sufrido aquí y que estamos en riesgo permanente de volver a sufrir, porque el problema es saber, de una vez por todas, qué hacemos con nuestros montes, y no solo en Valencia.

El éxodo rural ha provocado el abandono de cultivos y masas forestales, lo que unido al cambio climático y la existencia entre nosotros de mala gente, auténticos depredadores medioambientales, dejan a nuestros bosques al borde del precipicio. Sólo una intervención seria, coordinada a nivel nacional y muy a largo plazo, podría evitar lo que ha sucedido, por ejemplo, en Zamora. También en Navarra y Aragón.

Y eso no va a pasar. Si ni siquiera para atraer millones se han puesto de acuerdo con lo de los Juegos Olímpicos de Invierno, ¿cómo lo van a hacer con algo que cuesta dinero y que además exige renunciar a ideologías, intereses particulares y otras mandangas de ese calibre?

Me ha dado mucha pena, y voy a centrarme en Zamora, el ver a aquella gente por la tele, como el ver arder sus montes. Me he sentido totalmente identificado con ellos. Con los chavales que decían que si les hubieran dejado lo hubieran parado a tiempo; con los que claman, una vez más, pidiendo limpieza en los montes; con la anciana que decía que el fuego avanzaba y no había nadie para pararlo; con el señor que casi gritaba que tardaron mucho en llegar; con el que preguntaba por qué no avisaron antes a la UME; con ese otro, de mediana edad, que no dijo nada, porque rompió a llorar…

Aquellos pueblos de la España vaciada, están ahora en un desierto negro. Pueblos pequeños que vivían del monte: trabajos forestales, apicultores, ganaderos, caza, turismo rural…

Será ahora muy dura la vida. Y no solo ya por el quebranto económico, sino por la pérdida irreparable de su paisaje, de sus caminos, de sus fuentes, de esos rincones donde han ido tejiendo su existencia, de los animales con los que convivían aunque no los vieran, de su mundo de siempre.

Ante un verano que se presenta tórrido, no tendrán el consuelo de abrir la ventana y ver el verde de los montes, o de refugiarse a la sombra de sus bosques, o de hacer un paseo al fresco de la tarde por un camino umbrío. Será más tórrido que nunca. Y ese olor acre del monte quemado durará semanas y semanas, y meses…

Tras una catástrofe como estas, lo menos que podría suceder son unas cuantas dimisiones. El responsable de Medio Ambiente de Castilla-León, y algunos más, deberían, o dimitir, o si tuvieran ascendientes japoneses, hacerse el haraquiri. Como no creo que ninguno tenga ascendencia japonesa, y lo del haraquiri es un poco bestia, pues deberían dimitir; aun suponiendo, que es mucho suponer, que no tengan una parte importante de responsabilidad en lo ocurrido. Sí, tendrían que dimitir por pura coherencia y vergüenza torera. 

Sería una forma de acompañar el duelo de toda aquella gente.

Pero bueno, nada pasará. Aquella gente seguirá viviendo durante largos años, muchos, muchísimos años, en la desolación más absoluta. El asunto dejará de ser noticia. Nadie dimitirá. No se tomarán medidas ni cambiarán protocolos, porque como dicen que lo han hecho bien… No se llegará a un pacto de estado por el Medio Ambiente. Y a ver a quien le toca la siguiente catástrofe.

miércoles, 22 de junio de 2022

Amargo fracaso que me alegra.

 

A nadie que me conozca le sorprenderá que me haya alegrado mucho del fracaso de la candidatura española a las Olimpiadas de Invierno de 2030.

Un evento de estas características supone un impacto medioambiental devastador, y los Pirineos no son los Alpes, las Montañas Rocosas, a los Andes; son una cordillera pequeña y frágil, sometida ya a mucha presión turística, y con un auge importante de actividades nada sostenibles pero muy lucrativas. Desde el punto de vista de la naturaleza, incluso de los montañeses (aunque muchos no lo vean ahora así) hubiera sido un desastre.

Pero esta alegría tiene también una amargura, el motivo de por qué, en esta ocasión, se han salvado de esta brutal agresión mis queridas montañas del norte. Porque Aragón y Cataluña no han sido capaces de ponerse de acuerdo. Es lamentable, vergonzoso, patético, que significa que da pena, que ni tan siquiera por el aluvión de millones que podía haberles caído encima hayan podido consensuar un proyecto.

Es la cara negra, y muy negra, de la España de las autonomías, que no por vergüenzas como esta deja de ser la única viable. Pero claro, cuando se anteponen los intereses propios, los prejuicios políticos, la ambición desmedida y demás zarandajas de tan baja estopa, al interés de la mayoría, pasan estas cosas.

Imagino, además, que ahora se echarán indignadísimos las culpas unos a otros. En eso no entro, primero porque no tengo datos fiables para hacerlo, y segundo porque mis simpatías por Aragón me hacen muy subjetivo. Y aunque igual tengo razón en lo que pienso, prefiero no decirlo.

Bien está lo que bien acaba. Y esto, como he dicho, para los Pirineos, para muchas de sus gentes, y para muchos de los que los amamos igual o más que si hubiéramos nacido allí, es el final feliz de una historia que podía haber acabado muy, muy mal.

martes, 21 de junio de 2022

En el Día Europeo de la Música.


¡Aleluya!

Alabad al Señor, que la música es buena;

nuestro Dios merece una alabanza armoniosa.

Salmo 146.



Acaba de entrar el verano.

Acaba de entrar el verano, ahora mismo, a las 11,13. La estación del año que menos me gusta, que más me agobia y que resulta más peligrosa para la naturaleza que nos envuelve. Empezará posiblemente con tormentas, pero las temperaturas seguirán altas. Ahora, tres meses esperando las bendiciones del otoño y aprovechando lo aprovechable del llamado también estío. ¡Qué largo se me hace!

lunes, 20 de junio de 2022

Tendrían que hacérselo ver, ¡es urgente!


No me resisto a hacer un breve comentario sobre el resultado de las elecciones en Andalucía. Y lo voy a hacer compartiendo un fragmento de una entrada del mes pasado, Tendrían que hacérselo ver.

Pero si nos empecinamos, y ese es el gran error de la izquierda, en seguir siendo muy izquierda frente una derecha que debe seguir siendo, para que el montaje se mantenga, fascista o incluso nazi, lo único que lograremos es lo que ya está pasando, la radicalización del voto y la consiguiente fractura social. Y ese puede ser el fin de la Europa que conocemos, cimentada sobre el encuentro entre los grandes partidos moderados. Buscarse entre ellos en vez abrazarse a los extremos respectivos, disolviendo así la mentira de derechas e izquierdas, es el camino.

Por todo esto digo que las llamadas izquierdas “tenían que hacérselo ver”, y en vez de una búsqueda incesante, y a veces patética, de elementos que las distingan de lo que llaman derechas, analizar qué piensan, qué sienten, que quieren todos aquellos que, por no pasar por su aro, quedan etiquetados bajo la bandera de las derechas y el nombre de fascistas; y excluidos del llamado progreso que consideran patrimonio exclusivo suyo, y que además nadie sabe muy bien qué diablos es.

Eso escribía no hace mucho, el 2 de mayo. Tienen que hacérselo ver, y ahora es urgente. La gente, harta del discurso de siempre, que la izquierda ha llevado machaconamente hasta el absurdo, le da la espalda. Como a los extremos, a ambos, les ha dado la espalda.

Creo que el PSOE, tan necesario para España como el PP, tiene ahora dos caminos. Ahondar, radicalizándose, en su supuesta identidad “izquierdosa”, o escuchar a la gente y buscar lo mucho que tiene en común con lo que llaman derecha, haciendo una oposición inteligente y constructiva, y cerrando para siempre ese viejo discurso, repetitivo y falso, cada vez menos creíble.

Me gustaría que fueran capaces de hacer un análisis de lo sucedido sereno y objetivo dando ese paso adelante que nuestra sociedad necesita. El encuentro y la colaboración entre los que nos representan a la inmensa mayoría. Y dejar a los extremos en su función, también necesaria, de Pepito Grillo, para evitar a los grandes la tentación de olvidarse de las minorías.

Veremos qué pasa.

domingo, 19 de junio de 2022

Adiós a la ola de calor, pero sigue el calor.

¡Que se largue ya con viento fresco la ola de calor, y por mí que se vaya al mismísimo infierno! Así empiezo esta entrada. Pero no cantemos victoria porque esta semanita seguirá siendo muy, muy caliente.

Cierto que no se alcanzarán los valores de estos días pasados, pero alivio, alivio, lo que se dice alivio de verdad no lo veo por ninguna parte, aunque sí hay una ligera esperanza, pues los modelos no se ponen de acuerdo.

Unos hablan de una semana de máximas entre 30 y 35 con mínimas de 20. Otros, más optimistas, dan máximas de 30 o 31 con algún día que no llega ni a 30. Estos últimos, incluso dan lluvias la madrugada del martes al miércoles.

En lo que coinciden todos es en que habrá baile de vientos, o sea entrarán de norte, sur, este y oeste, siempre más o menos flojos, dependiendo el estado del cielo de la dirección y la fuerza de Eolo.

No se puede concretar mucho más. Eso sí, adiós a la ola de calor, pero sigue el calor. A fin de cuentas entraremos el 21 en el verano.


sábado, 18 de junio de 2022

Es el tiempo de la antítesis.

 

Me trasmitía un día de estos un amigo, muy joven, su preocupación y desazón por los excesos y despropósitos del feminismo radical que flaco favor está haciendo a tan noble causa. Así lo veía él; teniendo razón en principio se pasan tres pueblos, o cuatro o cinco…, me decía.

Siempre que hablo en serio con gente, y más si es joven, intento dar esperanza y herramientas para que puedan mantenerla. Y en este caso vino en mi ayuda, como tantas veces, la filosofía.

Enfoqué el asunto de este modo. La sociedad y las ideas que la impulsan, evolucionan de un modo dialéctico. Es decir, a una determinada situación social a la que vamos a llamar tesis, con el tiempo se le contrapone otra a la que llamaremos antítesis, y del enfrentamiento entre ambas surge la síntesis que recoge lo bueno de la una y de la otra. Y esta síntesis, a lo largo de los años se convertirá en tesis a la que se le opondrá otra antítesis, y así sucesivamente.

Y el progreso real no está ni en la tesis ni en la antítesis, sino en la síntesis que con el paso del tiempo, cuando se vaya “agotando”, se convertirá, como hemos dicho, en tesis a la que se le opondrá una nueva antítesis.

Es importante destacar el hecho de que quienes se identifican con la antítesis están convencidos de ser ellos quienes evolucionan frente al inmovilismo de quienes se sitúan en la tesis. Se creen que son el progreso, pero es una apreciación subjetiva y falsa, pues el verdadero progreso estará en la síntesis cuando la sociedad sea capaz de superar el enfrentamiento y dar a luz un estadio superior. La síntesis siempre tiene más verdad que la tesis y la antítesis.

Este planteamiento teórico puede resultar reconfortante y esperanzador. Ante una sociedad con la absoluta supremacía del varón, machista la llaman, (tesis) se levanta otra que, buscando la igualdad, se sitúa en el otro extremo, lo que en la práctica supone la absoluta supremacía de la mujer (antítesis). En esa tensión madura la síntesis que habrá de dar a luz una sociedad donde varón y mujer vivan, de verdad, en absoluta igualdad.

Ahora, le decía yo a mi amigo, estamos en esa situación. El feminismo, buscando afanosamente romper con todo lo que parezca o pueda parecer machismo, se radicaliza cayendo en extremos a menudo ridículos, a veces peligrosos, provocando lamentables daños colaterales y respuestas también lamentables.

Y por supuesto, están convencidos que son el progreso.

La síntesis llegará, gozaremos del verdadero progreso. Y recordaremos con humor los muchos excesos ridículos, y con tristeza los errores cometidos y a las víctimas. Pero ahora es tiempo de excesos y desacatos, excesos y desacatos que mezquinos intereses políticos alargarán todo lo posible; pero todo tiene su tiempo bajo el sol.

Mi amigo es joven, y creo que vivirá en una sociedad donde de verdad hombres y mujeres convivan en igualdad y armonía. Y así se lo hice saber. Pero de momento aún suenan tambores de guerra. Estamos lejos de la síntesis; es el tiempo de la antítesis, la tesis va quedando atrás.

NOTA: Uno de los filósofos que trata más a fondo el tema de la evolución dialéctica es el alemán Hegel.

viernes, 17 de junio de 2022

Fuego en Viver y Caudiel.


Arde en estos momentos el monte en Viver y Caudiel, población esta última que está siendo evacuada, como ya ha ardido en otros lugares de España. Y aún no ha empezado el verano, y aún no han entrado los ponientes, devastadores aquí en Valencia.

Brigadas forestales, bomberos, la UME, luchan contra el fuego soportando temperaturas imposibles, jugándose el tipo. Y hagan lo que hagan, una nueva herida quedará para mucho tiempo en nuestras montañas, quizá para siempre.

Y ahora, con el miedo de que esto no ha hecho más que empezar, y la angustia que me provoca la casi certeza de que algunos de los hermosos rincones en los que he sido feliz ya no volveré a verlos, digo alto y claro, aunque no sirva para nada, que los máximos y últimos responsables de estos fuegos no son las tormentas secas, los accidentes “inevitables”, los involuntarios errores humanos, o los imbéciles insensatos que habitan entre nosotros, que también; son los políticos.

Los políticos que, como el perro del hortelano, ni comen ni dejan comer. Ni hacen ni dejan hacer. No hay una gestión medioambiental, y más en concreto, forestal, mínimamente eficaz. Y no la hay porque para eso no hay dinero. Y es verdad, no lo hay, y no lo habría aunque mucho del que despilfarran con sus obsesiones y fijaciones ideológicas, lo emplearan en ello.

El abandono del mundo rural, las trasformaciones en la agricultura, el cambio climático, los nuevos usos del monte, el turismo masivo y otros muchos fenómenos, hacen que la preservación de nuestro entorno natural exija un plan integral en cuya elaboración y ejecución colaboren todas las administraciones públicas con la iniciativa privada, y unos cambios legislativos que hagan posible dicho plan integral.

Pero eso no lo van a hacer. Exige pensar en el bien común, olvidarse de prejuicios ideológicos y ser capaces de ponerse de acuerdo. Y eso no saben hacerlo. Al menos la mayoría de ellos.

Por eso, cuando hablen de medio ambiente, ecología, sostenibilidad y demás, no os creáis nada, es puro postureo. Además les importa un bledo. Quizá no al político local que ve cómo su pueblo se tiñe de negro. Pero a los de más arriba, a los que de verdad tienen el poder, les importa un auténtico bledo.

Ni hacen, ni dejan hacer.

Actualización fin de semana del 18-19 de junio de 2022.

Hay que hacerse a la idea de que el calor, que tan temprana y brutalmente ha llegado, se queda ya hasta el aún lejano otoño, aunque no como el de hoy, que ha subido los termómetros hasta los 40ºC. De hecho mañana, las máximas, bajarán un par de graditos, y el domingo unos pocos más; poca cosa, pero algo es algo. Las mínimas se han quedado en los 20 y ahí seguirán. El cielo despejado y el viento, ¡¡¡menos mal!!! flojo y de levante los dos días

En resumen, un fin de semana de plena canícula para acabar la primavera. Si es el cambio climático o no, no lo sé, pero que es un desatino y un asco, lo tengo muy claro.

jueves, 16 de junio de 2022

Aún estamos en primavera.

Cuando esta ola de calor, excesiva, extemporánea, agobiante, larga, angustiosa, desagradable, improcedente…, está llegando a su plenitud, comparto unas cuantas fotos de flores hechas esta semana, aquí mismo, que nos recuerdan que aún estamos en primavera, aunque no lo parezca.

Muchas de ellas, mañana se achicharrarán, como nosotros si no buscamos refugios y remedios, cuando los termómetros suban más todavía, por si no teníamos bastante ya con la semanita que estamos aguantando. Y no podemos quejarnos, pues en muchos otros sitios están peor.











miércoles, 15 de junio de 2022

Vuelvo.


Vuelvo tras dieciocho días de silencio pidiendo disculpas a quienes me siguen, y de un modo especial a los que además me lo hacen saber, por no haberlo comunicado antes de iniciarlo como he hecho en otros silencios.

Este ha sido el más largo desde que empecé el blog, y el motivo principal ha sido que no encontraba el momento oportuno de sentarme a escribir porque me faltaba tiempo para todo lo que debía y quería hacer.

Sí, ya estoy jubilado y tengo todo el tiempo del mundo, lo sé, pero aun así me sigue faltando, como me ha pasado siempre. El tiempo, un bien escaso por mucho que tengamos. El tiempo, ese “rubio mastín que duerme a las puertas de Dios”, en palabras de Dámaso Alonso.

Por este motivo, siempre me ha dado mucha rabia que me lo hagan perder, y en todas las profesiones, y en la vida misma, hay quienes viven de hacérselo perder a los demás, encontrando por lo que se ve, un placer morboso en ello.

En estos momentos de mi vida intento no perderlo, y no hay nadie, afortunadamente, que me lo haga perder.

También, en honor a la verdad, he de confesar que cada vez entiendo menos el mundo en el que vivimos, y el hecho de escribir y publicar determinadas entradas me exige un esfuerzo de reflexión que, unido a la convicción de que después de todo este esfuerzo no sirve para nada, o casi nada, hace que el blog me pese cada día más.

Pero creo que aún puedo con él.

Así que, como he dicho, vuelvo, aunque ya advierto que la frecuencia de entradas será a menudo menor a la acostumbrada por estos dos motivos, por el tiempo escaso y el esfuerzo mayor.