Hay
que hacerse a la idea de que el calor, que tan temprana y brutalmente ha
llegado, se queda ya hasta el aún lejano otoño, aunque no como el de hoy, que
ha subido los termómetros hasta los 40ºC. De hecho mañana, las máximas, bajarán
un par de graditos, y el domingo unos pocos más; poca cosa, pero algo es algo.
Las mínimas se han quedado en los 20 y ahí seguirán. El cielo despejado y el
viento, ¡¡¡menos mal!!! flojo y de levante los dos días
En resumen, un fin de semana de plena canícula para acabar la primavera. Si es el cambio climático o no, no lo sé, pero que es un desatino y un asco, lo tengo muy claro.
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