FRASES PARA PENSAR.

SE DARÁ TIEMPO AL TIEMPO,
QUE SUELE DAR DULCE SALIDA A MUCHAS AMARGAS DIFICULTADES.

Cervantes en el Quijote.

domingo, 31 de enero de 2021

Cuando la muerte sea vencida...


No quiero hacer ningún comentario; solo compartir el himno de la liturgia de las horas de esta tarde. Siempre me ha tocado hondo, pero leerlo sin prisa, en estos tiempos que corren… Ahí lo dejo, por si a alguien le sirve.


Cuando la muerte sea vencida

y estemos libres en el reino,

cuando la nueva tierra nazca

en la gloria del nuevo cielo,

cuando tengamos la alegría

con un seguro entendimiento

y el aire sea como una luz

para las almas y los cuerpos,

entonces, sólo entonces, estaremos contentos.

 

Cuando veamos cara a cara

lo que hemos visto en un espejo

y sepamos que la bondad

y la belleza están de acuerdo,

cuando, al mirar lo que quisimos,

lo veamos claro y perfecto

y sepamos que ha de durar,

sin pasión, sin aburrimiento,

entonces, sólo entonces, estaremos contentos.

 

Cuando vivamos en la plena

satisfacción de los deseos,

cuando el Rey nos ame y nos mire,

para que nosotros le amemos,

y podamos hablar con él

sin palabras, cuando gocemos

de la compañía feliz

de los que aquí tuvimos lejos,

entonces, sólo entonces, estaremos contentos.

 

Cuando un suspiro de alegría

nos llene, sin cesar, el pecho,

entonces -siempre, siempre-, entonces

seremos bien lo que seremos.

 

Gloria a Dios Padre, que nos hizo,

gloria a Dios Hijo, que es su Verbo,

gloria al Espíritu divino,

gloria en la tierra y en el cielo. Amén.

Invierno descafeinado.

 NOTA DE LA SEMANA: 6

No está muy clara en este momento la primera semana de febrero. Lo único que parece seguro a fecha de hoy es que mañana seguirá el viento de poniente fuerte o muy fuerte y que no hará frío ningún día, aunque las noches serán cada día más frescas.

Las temperaturas máximas pasarán ampliamente de los veinte al principio, para situarse cerca de ellos, pero sin sobrepasarlos, al final. En cuanto a las mínimas, sí irán en un claro descenso progresivo, acercándose poco a poco a los cinco o seis.

 El viento perderá fuerza afortunadamente, excepto mañana, pero nos acompañará toda la semana. Y aquí hay división de opiniones según los modelos; entrarán levantes en algún momento, pero cuándo será eso es en lo que no hay acuerdo.

El cielo con nubes, sople el viento de donde sople, pero con predominio del sol, a no ser que lo del levante sea al fin lo que pase, y eso podría cubrirlos, incluso traernos alguna llovizna hacia el fin de semana. Pero esto queda muy lejos, y como he dicho, no está claro.

En fin, una semana, excepto mañana, de esas normalitas por estas tierras, de invierno descafeinado, con días que recordarán a la primavera. Por eso, porque no se prevé nada raro a partir del martes, y puede haber días agradables, le voy a poner un 6.


sábado, 30 de enero de 2021

Un mes de extremos.

 

Este algarrobo, cercano al camino de Cheste, está partido en dos por una de las muchas ventoleras.

Acabaremos mañana un mes de enero difícil de calificar por lo que a la meteorología se refiere. De hecho, mientras escribo estas líneas, llueve y graniza en el pueblo, fenómeno este del todo imprevisto para hoy.

Hemos tenido una larga y dura ola de frío, con días y días de mínimas bajo cero; intensas nevadas muy cerca; grandes ventoleras como la de hoy, mañana y pasado mañana, y no son las primeras; una tormenta, también imprevista, extremadamente violenta. Y una ola de calor que ha subido los termómetros por encima de los 25 durante varios días.

Todo esto en un mes, un mes de extremos, de records. Los entendidos en la materia, a buen seguro, estudiarán a fondo todo lo sucedido y nos dirán lo que piensan. Pero mucho me temo que vuelvan a decirnos que todos estos fenómenos no son más que los primeros compases de un cambio climático que ya está aquí.

Y ante él, también somos vulnerables.


Es que hay que ser tonto.


 

Hace ya mucho tiempo que se impuso la moda, por decirlo de algún modo, de no llamar a nada por su nombre, bien utilizando anglicismos, siglas o circunloquios. De eso en educación sabemos mucho.

Siempre he creído que el motivo de fondo de todo esto es el deseo de edulcorar la realidad para que quede “más monina”, pensando ingenuamente que así nos hará menos daño. Porque la realidad, a veces duele, y no pocas veces, porque aunque la mona se vista de seda, mona se queda.

Esto, cuando los días, los meses y los años se sucedían con una cierta tranquilidad, nunca completa, resultando molesto era hasta cierto punto soportable; pero todo ha cambiado, y la brutalidad contundente de la realidad actual hace que esas gilipolleces lingüísticas se me hagan del todo insoportables, hasta el punto de apetecerme soltarle un soberano sopapo a cada uno de los soplapollas, con perdón, que actualmente hacen gala de estar muy al día con un lenguaje políticamente correctísimo. Tendría demasiada "faena".

No, no voy a hablar hoy de la imbecilidad del padres, madres, clientes, clientas y demás majaderías referentes al género. Hoy voy a comentar dos estupideces que han saltado a la palestra recientemente y que van en el mismo ridículo paquete de las cuestiones referentes al masculino y femenino en el lenguaje.

Una de ellas es el debate que se montó alrededor de la expresión toque de queda. Escuché a señores, muy importantes y sesudos, decir que eso sonaba mal, resultaba muy duro al oído, y que habría que llamarlo de otra manera menos agresiva. Como si llamarlo de otra forma cambiara en algo la gravedad de la situación que exige una medida tan dura y agobiante. No sé el tema cómo acabó, porque no quiero saberlo, prefiero no indagar.

La otra, la escuché a raíz de la reciente gran nevada. Ahora resulta que ya no se dice zona catastrófica, se dice zona de especial afectación o algo así. ¡Se tiene que ser imbécil! Dígale al señor que se le ha caído el techo encima que lo suyo no es una catástrofe, es una afectación especial. Dígaselo, que igual las afectadas especialmente son sus narices. No sé tampoco el asunto en qué ha acabado, pero lo intención va por ahí.

No es tiempo de ocultar con ñoñerías la realidad. Es tiempo de llamar a las cosas por su nombre. Y el toque de queda es toque de queda con todas las de la ley, y una zona catastrófica es una zona catastrófica, porque zona catastrófica está siendo la sociedad entera desde hace ya casi un año, y negar eso es de ser tonto del bote, del haba, del culo o vete tú a saber de qué, pero tonto “rematao”.

Porque solo podremos intentar cambiar la realidad, al menos intentarlo, si la miramos cara a cara y la llamamos por su nombre. Eso para empezar.

viernes, 29 de enero de 2021

Actualización fin de semana del 30-31 de enero de 2021.

Dos días calcaditos nos esperan; tan calcaditos como estúpidos, meteorológicamente hablando, ¡claro! De esos que mejor no haya muchos.

Ventolera implacable, del oeste, ¡cómo no!, con puntas superiores a los 70 Km/h. en algunos momentos. De hecho estamos en alerta amarilla por viento todo el fin de semana.

El cielo estará bonito, azul de poniente, decorado, a ratos, con nubes pasajeras de distintas formas y tamaños; y las temperaturas mínimas alrededor de los once y las máximas de los veinte.

Pero la sensación térmica no será agradable, porque por muy veinte que marque el termómetro, el viento hará que nos sintamos a once o doce como más, y con la incesante molestia de Eolo. Ahora bien, si tenemos localizado un “raseret”, ahí, a resguardo del viento, se estará bien en las horas centrales del día.

Buen fin de semana para quedarse en casa.


No hay un camino para la paz...


El 30 de enero de 1948 fue asesinado en Nueva Delhi, Mahatma Gandhi. Ese es el motivo por el que el poeta mallorquín Llorenç Vidal, promovió en el año 1964 que cada 30 de enero se celebrara el Día Escolar de la Paz y la No violencia. Y es importante que esto se haga, porque urge enseñar a los más pequeños qué es la paz, qué es la no violencia, en un mundo donde ambas realidades son más bien escasas, aunque no nos lo parezca; o quizás sí.

Quiero colaborar en este día con una famosa frase de Gandhi, unas palabras del Papa en su encíclica Fratelli tutti, y la recomendación de ver la película de Richard Attenborough, Gandhi.

Dice Mahatma Gandhi, “no hay un camino para la paz, la paz es el camino”.

Y el Papa, en el punto 232 de la encíclica, “No hay punto final en la construcción de la paz social de un país, sino que es «una tarea que no da tregua y que exige el compromiso de todos. Trabajo que nos pide no decaer en el esfuerzo por construir la unidad de la nación y, a pesar de los obstáculos, diferencias y distintos enfoques sobre la manera de lograr la convivencia pacífica, persistir en la lucha para favorecer la cultura del encuentro, que exige colocar en el centro de toda acción política, social y económica, a la persona humana, su altísima dignidad, y el respeto por el bien común. Que este esfuerzo nos haga huir de toda tentación de venganza y búsqueda de intereses sólo particulares y a corto plazo». Las manifestaciones públicas violentas, de un lado o de otro, no ayudan a encontrar caminos de salida…”

Que la paz esté con vosotros. Buenas noches.

jueves, 28 de enero de 2021

Una cruz en el camino.

Andando hoy por esos caminos de Dios, solitarios y tranquilos, he pasado junto a esta cruz. El sol brillaba justo en el centro. He hecho la foto y esto ha salido.



lunes, 25 de enero de 2021

Tarde de poniente.

Aunque el viento, si es fuerte, me molesta siempre, pese a que sé que es natural y necesario, he de reconocer también que el que menos aguanto, el poniente, suele regalarnos unos cielos y unos crepúsculos impresionantes.

Esta tarde, ventosa como estaba previsto, he salido a disfrutarlos, previo pago de su importe, aguantar la ventolera que, afortunadamente, ha sido moderada.

Comparto algunas fotos.












domingo, 24 de enero de 2021

Viento y calorcillo.

           NOTA DE LA SEMANA: 5

No es fácil contar en pocas palabras qué puede pasar esta semana con el tiempo; no obstante voy a intentarlo diciendo para empezar, a modo de resumen, viento, calor y nubes pasajeras. Pero puntualicemos.

Viento, del oeste y noroeste hará todos los días; unos más que otros, empezando por mañana que puede volver a ser fuerte. En cuanto al cielo, con esta situación tendrá nubes, arrastradas por ese viento, que pasarán de oeste a este, siendo particularmente densas mañana, con un pequeño riesgo de alguna leve llovizna. Pero veremos el sol todos los días.

Respecto a las temperaturas, las máximas y las mínimas, según modelos hay básicamente dos posibilidades. Una, irán al alza, superando los 25 a mitad semana para bajar hacia el final. Otra, también dice que subirán para luego quedarse ahí arriba.

Hace muy poquito hablábamos de mínimas bajo cero y máximas que a duras penas superaban los diez. Las máximas de hace unos días, eran más bajitas que las mínimas que alcanzaremos esta semana; y las máximas pueden llegar a ser de manga corta.

Yo no sé si es normal o no, pero que el tiempo está mareadito y que es bien difícil de predecir es un hecho. Por eso, de todo lo que he dicho puede no ser nada verdad. Veremos.

¿Nota? Si sigue el viento, pero menos fuerte, cosa posible, y suben las temperaturas, le pongo un cinco a esta semana. Por eso de que puede haber días de viento flojo y calorcillo, y así podremos ventilar mejor, aulas, despachos, estudios, locales etc. Pero no es un  tiempo normal para la última semana de enero.

sábado, 23 de enero de 2021

Buenas noticias desde el otro lado del charco.


Ponerme a escuchar noticias sería ahora, al menos para mí, un acto de masoquismo si encontrare placer en ello, y desde luego no es el caso; pero de vez en cuando lo hago por eso de seguir en el mundo, aunque siempre acabo con un regusto amargo que me cuesta Dios y ayuda disipar.

Sin embargo, anteayer, volviendo a casa de uno de esos baños de soledad montaraz que me doy siempre que puedo, puse en la radio noticias, y escuché alborozado algunas de las medidas que, en sus primeras 24 horas en la Casa Blanca, había tomado el presidente Biden.

-Llamada a la reunificación y reconciliación de la sociedad norteamericana.

-Puesta en marcha de un plan nacional contra la pandemia con la colaboración del ejército.

-Reingreso de los EEUU en el Acuerdo de París.

-Reingreso de los EEUU en la OMS.

-Paralización del muro con Méjico.

-Reintroducción del español en la WEB de la Casa Blanca.

Y había muchas más, pero yo me quedé con estas. Todas lógicas, coherentes, constructivas. Buenas para los EEUU y el mundo.

¡Buenas noticias, Dios mío! ¡Buenas noticias! Un soplo de aire fresco en el bochorno irrespirable, un rayito de luz en la oscuridad, un poquito de esperanza en la desolación.

Pensé, pueden respirar un poco más tranquilos al otro lado del charco. El monstruo se retira a sus lujosas cavernas. Pero también pensé, y eso me dio escalofríos, que aquí también tenemos monstruos de esa calaña, los mismos perros con distintos collares… Y no están en ninguna caverna. Eso es lo que pensé.

¡Ojalá esté yo equivocado! Esa es mi esperanza, estar equivocado. Pero cada vez que oigo noticias y no hablan de la pandemia se me cae el mundo a los pies. Y cuando hablan de ella, también...

viernes, 22 de enero de 2021

Actualización fin de semana del 23 y 24 de enero de 2021.

Fin de semana para quedarse en casita, por varios motivos, uno de ellos el meteorológico. El poniente que empezó el jueves, tal y como estaba previsto, ha montado “el numerito” esta mañana, con tormenta incluida, y nos ha acompañado durante todo el día, seguirá el sábado y el domingo, con fuerza, con brío, con entusiasmo eólico; aunque algún modelo optimista dice que el domingo por la tarde puede empezar a aflojar. No sé.

El cielo estará bonito, eso sí; con pase de nubes. Y las temperaturas máximas por encima de quince, y las mínimas por arriba de cinco. En cualquier caso, parece que el sábado será más frío que el domingo.

Y poco más. No creo que tengamos otra sorpresita como la de hoy. Y lo dicho, a quedarse en casita que es donde mejor se estará, a no ser que a uno le gusten las ventoleras.

Tormenta inesperada.

No estaba prevista la tormenta de esta mañana, pero ha sido impresionante. El cielo caótico, los rayos, los truenos, el viento y la lluvia. Cerca de aquí, granizo. Todo a la vez y contundente. Y el sol de la mañana, aún temprana, iluminando el espectáculo y añadiendo el arco iris, para acabar de completar el panorama.

Hay a quien le dan miedo estas manifestaciones de la naturaleza. A mí me impresionan, pero no me dan miedo; incluso me gustan. Me hacen recordar qué poca cosa somos, aunque eso creo que ya lo tenemos muy presente por otros motivos.

Como otras muchas personas, he hecho algunas fotos que no son lo que hubiera querido que fueran, pero desde mi casa es lo que puedo hacer. Isabel ha hecho algunas desde el colegio, con unas perspectivas más amplias. Las voy a compartir.

Llevamos un invierno movidito. Frío intenso, grandes nevadas, temporal de viento, tormenta tan violenta como imprevista… ¿Será el cambio climático? No lo sé, pero esta mañana, durante un ratito, me parecía estar al principio de una película de esas de catástrofes meteorológicas…











miércoles, 20 de enero de 2021

Alzo mi voz...


La reciente noticia de la explosión de un edificio en Madrid, cuando aún no se han recuperado del temporal, y en medio de la pandemia desbocada, con el telón de fondo de ciertos políticos entregados de un modo obsceno a sus enfermizas obsesiones, y de una sociedad cansada, triste, agobiada y angustiada, pinta esta tarde un cuadro más negro que los más negros de Goya.

Son estos tiempos recios, como diría Teresa de Jesús, nuestra santa castellana, que a todos nos ponen a prueba y a que todos, de un modo u otro nos están cambiando. Sí, la tormenta arrecia. Por eso en noches como la de hoy, el hombre, al menos el creyente, puede, y yo diría debe, gritarle a Dios, preguntarle ¿por qué?, ¿hasta cuándo? Y hacerlo con rabia. Yo lo hago, y lo hago con las palabras de un salmo, el 76, que parecen escritas para este 20 de enero.

Alzo mi voz a Dios gritando,

alzo mi voz a Dios para que me oiga.

 

En mi angustia te busco, Señor mío;

de noche extiendo las manos sin descanso,

y mi alma rehúsa el consuelo.

Cuando me acuerdo de Dios, gimo,

y meditando me siento desfallecer.

 

Sujetas los párpados de mis ojos,

y la agitación no me deja hablar.

Repaso los días antiguos,

recuerdo los años remotos;

de noche lo pienso en mis adentros,

y meditándolo me pregunto:

 

"¿Es que el Señor nos rechaza para siempre

y ya no volverá a favorecernos?

¿Se ha agotado ya su misericordia,

se ha terminado para siempre su promesa?

¿Es que Dios se ha olvidado de su bondad,

o la cólera cierra sus entrañas?"

El salmo sigue, pero en su lugar quiero compartir también esta noche la única respuesta a mi grito que quiero creer, la única respuesta que me recuerda que sí hay luz, aunque esta noche me cueste verla.

¿Quién podrá apartarnos del amor de Cristo?: ¿la aflicción?, ¿la angustia?, ¿la persecución?, ¿el hambre?, ¿la desnudez?, ¿el peligro?, ¿la espada? En todo esto vencemos fácilmente por aquel que nos ha amado.

Rm. 8,35-37.

Buenas noches.

Lo celebraremos con vosotros.


El cierre total de la hostelería a partir de mañana no me ha pillado por sorpresa, pero no por esperado me ha dolido menos. Me ha dolido por el agravamiento de la angustiosa situación en la que está viviendo la gente que trabaja en ella. Y me duele también por todo lo que eso significa para muchísimas personas, entre ellas yo, y conmigo muchos de mis amigos, quizá todos. Estamos mal, y aún no veo luz al final del túnel.

Y en medio de esta oscuridad, es necesario reconocer también, junto a otros reconocimientos, lo importante en nuestras vidas que han sido y son todas esas personas que, desde bares y restaurantes, nos han acompañado a lo largo de los años. Su trabajo no tiene precio, y me atrevo a decir que no se paga solo con dinero. Porque con dinero pagamos la comida y el trabajo que ha costado hacerla, pero no el buen rato que hemos pasado, no todo lo que alrededor del comer y del beber hemos gozado. Si echo la vista atrás, veo cuántos momentos de auténtica felicidad, de alegría de vivir, se han tejido a lo largo de mi vida, en bares y restaurantes.

Cuando era niño, muy niño, me alegraba ir con mis padres a tomar un aperitivo al bar Los Tanques, o Los Caracoles, en Valencia, cerca de donde mi abuelo tenía su agencia de trasportes. O la fiesta que suponía ir algunos domingos de restaurante, Los Viñales en el barrio del Carmen, o las Tres Cepas, en el puerto.

A mi abuelo Paco lo recuerdo feliz, invitándonos a la “paelleta” en La Garrofera, en Náquera, casi hasta el final de sus días. Y tampoco puedo olvidar a mi madre que, hasta el último día de su vida, ya en plena pandemia, nos hubiera invitado a almorzar o a comer en cualquier sitio; todos le gustaban. Era una de sus ilusiones a los 93 años, salir a almorzar o comer por ahí.

Y todos los baretos del barrio donde vivía en Valencia, dignos finales de las actividades y reuniones del Junior. O los inolvidables del Pirineo donde, felices hasta la médula, trazábamos planes y festejábamos el haberlos concluido con éxito, o nos consolábamos si no había sido así. De aquella queridísima tierra, tan mía como esta, y tan lejana ahora, debo nombrar la fonda Barrabés, en Benasque, y el restaurante el Fogaril, regentados por la familia Ciria. Y en Viella, el bar Era Puma. Y en Hecho, el bar Subordán, el de Arturo... Sería interminable la lista de esos lugares donde he sido feliz.

Como felices hemos sido, en  nuestros viajes por España, a menudo en moto, o por Europa, descubriendo esos bares de pueblo pequeño, esas tascas, esos restaurantes donde hemos comido, bebido, descansado, en ambientes tan diferentes como agradables y acogedores. Nada que ver tenía aquel pequeño bar de un pueblecito perdido en la serranía de Cuenca, con el elegante restaurante de Salzburgo. Pero de ambos guardamos gratísimo recuerdo.

Y más cerca de aquí, todos esos bares, normalmente regentados por familias, donde parábamos en las rutas moteras, o almorzábamos o comíamos en las excursiones. La Calderona, Espadán, Buñol, Requena, Venta Gaeta, Cofrentes, Chelva, Tuejar…

Y aquí mismo, en la comarca, Benaguacil, La Eliana, Liria, Villamarchante, La Pobla, a cuyos bares hemos ido tantas veces a cenar con los amigos, o Isabel y yo, mano a mano, tras un "vamos a cenar por ahí".

En Ribarroja también podría hacer una hermosa lista de recuerdos de ratos pasados disfrutando de los amigos, alrededor de una mesa bien surtida de tapas y buena cerveza. Pero de un modo especial quiero acordarme en estos momentos del bar L´Institut que, enfrente de mi puesto de trabajo, ha sido deseable y esperado lugar de reposo cotidiano durante muchísimos años.

Siento en el alma lo que sucede. Sé que me entristecerá ver las persianas echadas. El vacío donde tenía que estar la terraza. El silencio, donde debía oírse la algarabía de la gente, a veces excesiva, pero que ahora echo tanto de menos. Y pensar en los salones de los restaurantes, sin nadie, fríos, oscuros… Lo siento en el alma.

Acabo con la seguridad incómoda de haberme dejado mucho que decir, sobre todo de no haber nombrado a más de uno de estos entrañables y queridos rincones del mundo cuya importancia y valor apreciamos ahora como quizá nunca pensamos que podríamos llegar a hacerlo.

A todos, a los que os he nombrado y a los que no, pero os recuerdo, os manifiesto mi aprecio, mi reconocimiento, mi agradecimiento. Os deseo fuerza y ánimo para aguantar el durísimo temporal. Y os advierto que, cuando la tormenta pase, cuando vuelva a salir el sol, os necesitaremos donde siempre habéis estado, en el centro mismo de nuestra forma de vivir. Porque sí, porque entonces lo celebraremos, y ¡cómo no! lo celebraremos con vosotros.

martes, 19 de enero de 2021

Estaba el señor don Gato...

Me gustan los gatos. No me gustaban, pero desde que por casualidad se cruzó uno en mi camino descubrí que es un animal increíble. Creo que  a quienes no les gustan, es porque nunca ha entrado uno en su vida.

¿Y esto a cuento de qué viene? Pues de un encuentro gatuno que tuve recientemente. Andaba por un camino, ya algo alejado del pueblo desde el que iniciaba mi excursión, cuando a un lado descubrí, sosegadamente sentado, a este señor gato.

Pensé que al ver que iba hacia él, se iría; más no. Ahí siguió, tranquilo, dueño de su tiempo y de su espacio. Lo fotografié, siguió impertérrito, mirándome. Pasé cerca de él y seguí mi camino. Y él allí se quedó, sin mirar cómo me alejaba, mirando al frente, como si esperara a alguien.

Me dije, chico voy a subirte a mi blog. Lo tuyo es, como dice un amigo mío, entereza, elegancia y gallardía; gatunas ¡claro!






lunes, 18 de enero de 2021

Una perspectiva diferente.

Cuando miré esta foto detenidamente en casa me sorprendió por lo extraño de la perspectiva. Sí, es el Montgó, elevándose soberbio tras las grúas del puerto de Valencia, con un brazo de mar en medio asemejando un ancho río, o un lago, como esos que hay en las Américas. Está tomada desde las montañas de Olocau.

La foto me gusta, pero me parece más importante que esto, la reflexión a la que me llevó. ¡Qué diferente es la realidad según desde donde la miremos! Por eso es absolutamente imprescindible el “encuentro de perspectivas” a través del diálogo franco y honesto para conocer de verdad la realidad y poder así trabajar para mejorarla.




domingo, 17 de enero de 2021

Hacia una "ponentá".

NOTA DE LA SEMANA: 4

En nada se parecerá esta semana que iniciamos mañana con la pasada. Y puestos a elegir me quedo con la pasada, desde luego, porque la subida de temperaturas nos la va a cobrar bien cara.

A fecha de hoy, el fenómeno que va a prevalecer va a ser el viento de poniente que soplará casi todos los días, y a partir del jueves en plan bestia. Esto hará que las mínimas suban hasta los ocho o nueve, y que las máximas se sitúen entre quince y veinte, aunque hasta entonces las mínimas aún serán normalitas, cuatro o cinco como más.

El cielo, despejado los dos primeros días, con pase de nubes a partir del miércoles, cuando podría escaparse alguna llovizna.

El resultado será que el poniente, aparte de molestar, hará desaparecer la nieve, secará el suelo y la vegetación, y dejará una sensación térmica de frío, aunque el termómetro diga lo contrario.

No obstante, y en honor a la verdad, el inicio de la semana será confortable, incluso bueno; el miércoles, a saber; y el último tramo de la semana pinta, de momento, bastante desagradable.

Ninguna gracia; por eso le pongo a esta semana un cuatro, por el lunes y el martes, bonitos días de invierno mediterráneo.

           Y todo esto es lo que se ve hoy, porque ya veremos. Hay movimiento meteorológico. 


sábado, 16 de enero de 2021

Invictus.

Vi ayer en la tele la película Invictus. Ya la había visto, y el verla por segunda vez me permitió reflexionar a propósito de lo que en ella se nos narra, y sobre todo del personaje central, Nelson Mandela.

Aunque siempre soy muy cauto en dar crédito a lo que veo en el cine, no me cabe duda de que este hombre fue un gigante de la historia, y como tal se nos presenta en el film. Su categoría personal y su altísima condición moral salvaron a su país de un más que posible baño de sangre.

El perdón para lograr la reconciliación; el mirar al futuro, olvidando en su caso no tan viejos agravios; el romper la división entre un nosotros y los otros, enfrentándose incluso a los suyos… Es todo esto una lección de buena política, de una política moral, en la que el objetivo último es el bienestar de todos, sin exclusiones de ningún tipo por ningún motivo.

Creo que es bueno ver esta película, aunque solo sea para darnos cuenta de lo lejos que están nuestros políticos de una persona como Nelson Mandela. Se me antojaron como enanos ridículos y miserables junto a la grandeza de aquel hombre.

Y no es que aquí no hayamos tenido, y quizá tengamos, gente que pudiera dar la talla al estilo de este grande de la Historia. Pero es que, en el solar hispano, en este “trozo de planeta por donde cruza errante la sombra de Caín”, hay demasiada gente que tiene un especial interés en que siga esa sombra errando, siniestra, sobre nuestras vidas. Y a cualquiera, del signo que sea, que busque de verdad la reconciliación y mire el futuro sin oscuras servidumbres del pasado, lo hacemos a un lado, lo excluimos, con mil argumentos tan falsos como aparentemente justos y políticamente correctos. Con lo inclusivos que somos.

FICHA TÉCNICA. (Extraída de Filmaffinity)

Título original: Invictus.

Año: 2009

Duración: 134 min.

País: Estados Unidos.

Dirección: Clint Eastwood.

Guion: Anthony Peckham (Libro: John Carlin).

Música: Kyle Eastwood, Michael Stevens.

Fotografía: Tom Stern.

Reparto: Morgan Freeman, Matt Damon, Tony Kgoroge, Julian Lewis Jones, Adjoa Andoh, Patrick Mofokeng, Matt Stern, Leleti Khumalo, Marguerite Wheatley, Scott Eastwood.

Productora: Warner Bros., Spyglass Entertainment, Malpaso Productions, Revelations Entertainment.

Género: Drama | Biográfico. Racismo. Deporte. Rugby. Basado en hechos reales. Años 90

Sinopsis: Adaptación de un libro de John Carlin (Playing the enemy). En 1990, tras ser puesto en libertad, Nelson Mandela (Morgan Freeman) llega a la Presidencia de su país y decreta la abolición del "Apartheid". Su objetivo era llevar a cabo una política de reconciliación entre la mayoría negra y la minoría blanca. En 1995, la celebración en Sudáfrica de la Copa Mundial de Rugby fue el instrumento utilizado por el líder negro para construir la unidad nacional.




viernes, 15 de enero de 2021

Así está aún la Serranía.

Después de una semana, así está todavía la Serranía. Esta tarde hemos hecho un pequeño recorrido con el coche, por estos parajes bien conocidos pero distintos bajo la nieve; nieve que cuando empiecen a subir las temperaturas, ya mismo, quedará recluida en las montañas. Todo esto prepara una buena primavera. Esperemos poder disfrutarla.




















Actualización fin de semana 16 y 17 de enero de 2021.

Buen fin de semana. Aunque siguen las temperaturas mínimas bajitas, rondando entre cero y cinco, las máximas despegan alcanzando el sábado los catorce o quince, y superando el domingo los veinte, cosa que agradeceremos. El viento será flojo del oeste y el cielo estará despejado o con algunas nubecillas.

Después de este largo período de frío riguroso, este leve calorcillo va a ser muy bien acogido. Pero ¡ojo!, las dos noches seguirán siendo muy frías.

Y respecto a la nieve, la hay por todas partes, y las carreteras están en buen estado, aunque por la mañana, la nieve fundida durante el día puede haber formado placas de hielo. Mucha precaución.


martes, 12 de enero de 2021

Más allá de la pandemia y Filomena.


Agobiados por la pandemia y ahora por el temporal, nos está pasando desapercibido lo ocurrido en los Estados Unidos. Y es un problema pues es un asunto de extrema gravedad, y no solo para los americanos.

La toma del Capitolio por las “hordas de Trump”, alentadas por él mismo, desde la Casa Blanca, ponen de manifiesto dos cuestiones muy importantes. La primera, que el estado de derecho es más vulnerable de lo que nos imaginamos. La segunda, que la democracia, cualquier democracia es también vulnerable, frágil; aunque unas más que otras.

Personas como Trump han llegado al poder gracias a la democracia, pero una vez instalados en él, la van a manipular e incluso destruir, sin importarles si con ello provocan una división en la sociedad de consecuencias impredecibles.

Lo sucedido en Washington es un hecho histórico sin precedentes, y cuyas consecuencias están por llegar, pero llegarán. Deja Trump un país dividido y enfrentado. Ese es su legado.

Y ahora viene la segunda parte de esta reflexión. Cuando el presidente Sánchez manifestó, el día del asalto al Capitolio, su repulsa por los hechos que sucedían y su apoyo al nuevo presidente, no pude evitar pensar en el refrán que dice “médico, cúrate a ti mismo”.

Ejercer el poder legislativo sin consenso real y con apoyos inmorales, tratar de controlar el poder judicial, y manipular a la sociedad utilizando los medios de comunicación afines y cualquier instrumento que pueda resultar útil a tal fin, es el estilo de Trump. El suyo, además, es un poder ejecutivo que no tiene ni el apoyo total del partido que lo aupó a la Casa Blanca, como Sánchez no tiene el del partido que lo llevó a la Moncloa.

Porque tiene en su Gobierno personas cuyo talante es exactamente el mismo de Trump, y quizá él mismo también tenga ese talante. Llego al poder, me instalo, divido a la sociedad y cuando sea menester arengaré a los míos contra los otros. Por eso, esa ha sido la primera tarea, dividir y establecer un nosotros y un vosotros bien claro y definido.

Esta forma de gobernar pone en peligro el estado de derecho y la democracia. Y eso en los Estados Unidos puede acarrear muchos problemas, pero aquel país es una democracia vieja y sólida. La nuestra no, la nuestra no; ni es vieja, ni es tan sólida. ¡Qué más quisiéramos los que la vimos nacer!

lunes, 11 de enero de 2021

La huella de Filomena desde Ribarroja.

Comparto algunas fotos hechas ayer desde mi casa y desde “Les Mamelles”. La huella que ha dejado Filomena en las montañas que nos rodean era muy evidente. En otros muchos lugares ha sido y está siendo un problema muy gordo. Aquí, la verdad es que ha sido bonito.

Los montes de Alcublas y Andilla (Javalambre) tras la iglesia y el ayuntamiento.

Tras el ayuntamiento se aprecian las antenas del Alto de la Bellida, en Canales.

El Montmayor, junto a la carretera entre Alcublas y Segorbe.

El Pico del Águila, en Gátova.

El Javalambre sobre el Camp del Turia.

El Gorgo, en Gátova.

El Montemayor, entre Gátova y Serra.

Los montes de Alcublas. Casi en el límite de la nieve se aprecian los Molinos.

La sierra de Chiva y el pico Hierbas.

Ya casi de noche, se ve, blanca, la sierra del Ave, en Dos Aguas.