Este algarrobo, cercano al camino de Cheste, está partido en dos por una de las muchas ventoleras. |
Acabaremos
mañana un mes de enero difícil de calificar por lo que a la meteorología se
refiere. De hecho, mientras escribo estas líneas, llueve y graniza en el
pueblo, fenómeno este del todo imprevisto para hoy.
Hemos
tenido una larga y dura ola de frío, con días y días de mínimas bajo cero;
intensas nevadas muy cerca; grandes ventoleras como la de hoy, mañana y pasado
mañana, y no son las primeras; una tormenta, también imprevista, extremadamente
violenta. Y una ola de calor que ha subido los termómetros por encima de los 25
durante varios días.
Todo
esto en un mes, un mes de extremos, de records. Los entendidos en la materia, a
buen seguro, estudiarán a fondo todo lo sucedido y nos dirán lo que piensan.
Pero mucho me temo que vuelvan a decirnos que todos estos fenómenos no son más que los
primeros compases de un cambio climático que ya está aquí.
Y ante
él, también somos vulnerables.
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