Vuelvo
sobre lo mismo porque las nuevas restricciones, que me parecen muy bien,
anunciadas hoy por el sr. Puig, añaden leña al fuego, haciendo más
incomprensible todavía que abran los colegios el jueves 7, en pleno temporal,
cuando el lunes 11 ya habrá pasado.
No me
voy a alargar. Sólo un breve apunte a modo de ejemplo de lo irracional de la
situación. Como máximo se permiten 4 personas en las terrazas de los bares que
han de cerrar a las 17 horas en los municipios no confinados, en los confinados
no pueden ni abrir, y nuestros alumnos y sus profesores sí almorzarán en las
aulas (sin mascarilla, ¡claro!), porque no podrán salir al patio por la lluvia
o la nieve.
O sea,
en la terraza de un bar, al aire libre, como máximo cuatro personas podrán
almorzar juntas, por ejemplo. En un aula, quince, veinte, treinta…,
encerraditos allí; ellos sí podrán almorzar. ¿?
Que no
almuerce nadie en los colegios, que abran bien las ventanas a siete grados o
menos, y lloviendo, que no salgan al patio en toda la mañana… Ese es el premio
por haberlo hecho bien en el primer trimestre, y sólo en los colegios saben lo
que les ha costado. Este es el regalo de Reyes de la Consellería; un “bonito”
regalo para alumnos y profesores.
Este
absurdo me recuerda a cuando yo podía ir a comer con los amigos a la terracita
de un bareto, pero no podía andar solo por el monte. ¿?
Y es
que a la imbecilidad e irresponsabilidad de demasiada gente, se une la extrema
estupidez de muchas de nuestras autoridades. Entre unos y otros, al virus se lo
ponemos fácil.
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