Sé que
son tiempos difíciles y tomar decisiones es mucho más complicado de lo que
sería en circunstancias normales. Y reconozco que hablo desde la subjetividad
que puede darme el haber trabajado toda la vida en educación, y el que mi mujer siga haciéndolo.
Dicho
esto me hago una pregunta. ¿Por qué en la Comunidad Valenciana no se atrasa el
inicio de las clases al lunes 11? Creo que esta decisión debe tomarse, y veo
tres motivos de peso para ello.
Uno es
la evolución de la pandemia en nuestra Comunidad; ya sabemos todos que no es
buena. Otro es que el día 11 hará once días de Nochevieja; los contagios que
tengan que aparecer a raíz de las tonterías que mucha gente haya hecho para
despedir al año, habrán aparecido en su mayoría. Y el último es que, justamente
jueves y viernes entra un temporal de invierno muy severo, de los que tenemos
de uvas a peras; con el tiempo que hará será difícil, o casi imposible, mantener
las medidas de seguridad en las aulas.
Sí, ya
sé que puede ser un trastorno para muchas familias que el cole no se reanude el
día 7. Pero son dos días, y las consecuencias de no tomar esta medida pueden
ser devastadoras para todos.
Y desde
luego, lo que nadie puede pensar es que esta petición está movida por las pocas
ganas de trabajar de los profesores, porque en estos feos tiempos, no solo han
trabajado y siguen trabajando mucho más que en circunstancias normales, sino
que han asumido y seguirán asumiendo un riesgo altísimo todos los días. Los
resultados de este buen hacer se vieron al final del primer trimestre; el virus casi no entró en
los colegios. Y eso demuestra el trabajo bien hecho. Están dando la talla. Son también
héroes en esta guerra.
Es lo
que pienso, y lo pienso desde la preocupación y el miedo. Ese miedo con el que
no me acostumbro a vivir, pero que no me deja ni de día ni de noche.
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