FRASES PARA PENSAR.

SE DARÁ TIEMPO AL TIEMPO,
QUE SUELE DAR DULCE SALIDA A MUCHAS AMARGAS DIFICULTADES.

Cervantes en el Quijote.

lunes, 29 de marzo de 2021

Me liaría a guantazos.

 

Las fiestas ilegales que brotan, como setas en otoño, por doquier, no me sorprenden en absoluto. Son una muestra muy clara de la absoluta falta de valores, de la insolidaridad de una sociedad “tan solidaria”, del egoísmo llevado hasta el límite. En resumen, de la honda miseria moral de la sociedad que hemos creado y en la que vivimos.

He de reconocer que estas fiestecitas, aliadas eficaces del virus, me provocan un asco indescriptible y una extrema violencia. Me liaría a guantazos con la mala gente que las monta y que participa en ellas.

Y ya sé que la violencia nunca es la respuesta, pero ha habido, hay y habrá tanto dolor, tanto sufrimiento, tanta angustia, tantos sueños rotos, tantas vidas perdidas antes de tiempo, que no concibo que se pueda ignorar todo esto  con tal de montármelo bien, convirtiéndome en aliado del virus. Me resulta un comportamiento intolerable, sea de quien sea.

Como alguien decía, hay que denunciar, sí, denunciar cualquiera de estas fiestecitas de las que tengamos noticia. Es lo único que podemos hacer. Eso es responsabilidad, solidaridad y un grito por la vida. Y hay que hacerlo. Porque lo de liarse a guantazos, aunque apetece mucho, no es el camino. Y no porque no lo merezcan.

Lo confieso. Una de las consecuencias para mí más demoledoras de esta pandemia  está siendo una gran pérdida de confianza en la humanidad. Sí, ya sé que también hay buena gente, incluso héroes en esta triste guerra, pero hay también tantos, tantos, y permitidme decirlo así, tantos grandísimos hijos de puta…

domingo, 28 de marzo de 2021

Las hojas de la vid.

Las hojas nuevas de la vid, iluminadas por el sol, recortándose contra el cielo azul o el fondo oscuro de la montaña, aún en sombra, nos permiten hacer estas fotos.






Semana de levantes.

 Nota de la semana: 8.

Una semana de levantes es lo que nos espera. En principio no muy fuertes y sin lluvia hasta el viernes y sábado, días en los que podría haber alguna llovizna. El domingo de Pascua aún es un misterio.

En cualquier caso hay que estar atentos, pues parece que una bolsa de aire frío se nos pondrá encima a media semana, y dependiendo de dónde se sitúe al final, lloverá más, menos, o nada.

Las temperaturas serán frescas, bajando las mínimas de 10 y rondando las máximas los 20, lo que junto al vientecillo dará sensación de frío a la sombra, que no al sol donde se estará muy bien.

El cielo, con estos vientos suele estar despejado o parcialmente cubierto a ratos, aunque a partir del jueves podría taparse del todo, dejando días grises y tristones.

La nota de la semana a día de hoy, y si no vuelve la calima, cosa posible, podría ser un ocho, pues será primaveral, o sea lo que toca ahora.


sábado, 27 de marzo de 2021

Romance de la luna, de Federico García Lorca.


Hay poemas explícitos, claros, directos. Otros que no lo son, al menos a primera vista, pero que si encontramos o nos dan la clave para entrar en ellos, se despliegan ante nosotros en toda su profundidad y su belleza. Esa experiencia es bonita; mil veces he visto resplandecer la cara de mis alumnos cuando la han vivido. Es la alegría de descubrir lo que nos estaba oculto.

Os propongo vivir esta experiencia con un conocido poema de Lorca. Leedlo primero.


La luna vino a la fragua

con su polisón de nardos.

El niño la mira mira.

El niño la está mirando.

 

En el aire conmovido

mueve la luna sus brazos

y enseña, lúbrica y pura,

sus senos de duro estaño.

 

Huye luna, luna, luna.

Si vinieran los gitanos,

harían con tu corazón

collares y anillos blancos.

 

Niño déjame que baile.

Cuando vengan los gitanos,

te encontrarán sobre el yunque

con los ojillos cerrados.

 

Huye luna, luna, luna,

que ya siento sus caballos.

Niño déjame, no pises,

mi blancor almidonado.

 

El jinete se acercaba

tocando el tambor del llano.

Dentro de la fragua el niño,

tiene los ojos cerrados.

 

Por el olivar venían,

bronce y sueño, los gitanos.

Las cabezas levantadas

y los ojos entornados.

 

¡Cómo canta la zumaya,

ay como canta en el árbol!

Por el cielo va la luna

con el niño de la mano.

 

Dentro de la fragua lloran,

dando gritos, los gitanos.

El aire la vela, vela.

el aire la está velando.

 

Si no conocéis el poema es posible que no entendáis de qué va. Suena bien, pero no lo entiendo, podéis pensar. Pero si os digo que nos relata la muerte de un niño gitano y os doy algunas claves, podréis volver a leerlo y diréis ¡claro! eso es. Podéis leerlo ahora o después de que os dé esas claves.

Estas son.

La luna es la muerte que va a por el niño que está solo y se rebela contra ella amenazándole incluso con que la matarán los suyos. (Huye luna, luna, luna. Si vinieran los gitanos, harían con tu corazón collares y anillos blancos)

La luna, delicada pero impasible, le insiste. (Niño déjame que baile. Cuando vengan los gitanos, te encontrarán sobre el yunque con los ojillos cerrados). 

El niño sigue resistiéndose. (Huye luna, luna, luna, que ya siento sus caballos. Niño déjame, no pises, mi blancor almidonado)

Pero aunque corren a socorrer al niño no llegan a tiempo. (¡Cómo canta la zumaya, ay como canta en el árbol! Por el cielo va la luna con el niño de la mano)

El final del poema es evidente, no necesita comentarios.

Creo que ahora, si volvéis a leer el poema, podréis vivir la experiencia de ahora sí, ahora sí lo entiendo. Y eso es muy bonito. Pero aun así no habremos pasado de la superficie, porque la complejidad, la perfección y la profundidad del poema son abrumadoras. Queda mucho por descubrir en él.

Comentarlo se me ha ocurrido esta tarde, cuando fotografiaba la luna desde la terraza de mi casa. Una hermosa luna de primavera que mañana será llena.

Actualización fin de semana del 27-28 de marzo de 2021.

Lo que solemos decir de buen tiempo va a ser este fin de semana. El sábado más nuboso (con posibilidad de alguna leve llovizna)  y el domingo despejado o casi. En cuanto a las temperaturas, suaves; las máximas rondando los 17 o 18 y las mínimas los 10 o algo menos. El viento, flojo, predominará de levante, aunque entrará algún rato poniente o noroeste.

Lo dicho, tiempo cómodo hoy y el domingo.


jueves, 25 de marzo de 2021

Regalos de los charcos.

El suelo que pisamos, a veces, nos regala fotos sorprendentes. Sólo hay que mirarlo para algo más que no tropezar o no caer en algún agujero, y mirando también al frente para no darnos contra un pino, una farola, o chocar con un transeúnte, cosa que en estos tiempos da mucho terror.

Hace unos días, tras las últimas lluvias, los charcos del camino pintaron curiosos y bonitos lienzos jugando con los ocres de la tierra, el amarillo del polen de los pinos y el brillo del agua en un día de sol tamizado por nubes altas.

Pasó cerca una pareja que se quedó mirándome a mí y al suelo alternativamente, preguntándose, digo yo, qué estaría fotografiando. Pues esto que podéis ver a continuación.














miércoles, 24 de marzo de 2021

Es ridículo, pienso.

 

Hace ya tiempo que me di cuenta de que en la publicidad de los perfumes, casi siempre, acaban con una parrafada normalmente en inglés, y a veces en francés. Y me he dicho, voy a comentar el asunto, que desde luego no es grave,  esta tarde de primavera.

Ridículo, estúpido y pueril me parece el asunto; pero voy más allá. Si lo hacen es porque les sirve, es decir, porque hay gente con la que esos spots funcionan. Las imágenes y la música a veces están bien, pero la parrafadita, normalmente con voces marcadamente masculinas o femeninas, según casos, se me indigesta. Y me sale del alma un ¡gilipollas! que se queda en el aire, ¡claro!

Pero el personal va y compra el producto. Y ahora viene mi pregunta, ¿tanta gente tonta del culo hay? Porque yo creo que hay que ser un poquito tonto para que me digan en una lengua que debe ser que "mola" más que la mía, las bondades de la pócima con la que perfumaré mi persona.

Os confieso que esos anuncios me dan vergüenza ajena en sí mismos, y un poquito de rabia, porque al existir son un buen indicador del mar de tontería en el que navegamos.

martes, 23 de marzo de 2021

Cuatro fotos.

Una de las cosas que me gusta hacer cuando ando por el monte (también se puede hacer en una ciudad) es fotografiar lo que en principio no es fotografiable; bien porque es algo vulgar, insignificante o peor aún, feo.

Pero fotos de estas son de las mejores que tengo, creo yo. Hoy mismo, en una excursión no muy lejos de aquí, he hecho estas cuatro.

En lo alto de un pino, sobre este brote, brillaba al sol una gotita de resina.

El polen de los pinos tras secarse el charco sobre el que cayo.

Las semillas de la adelfa listas para ser arrastradas por el viento.

Esta florecilla es diminuta, insignificante, la pisamos a menudo...


domingo, 21 de marzo de 2021

Semana primaveral.

Nota de la semana: 10.

Hace tiempo que no se presentaba una semana así. Buen tiempo mondo y lirondo que, tras las lluvias y fríos pasados, es una auténtica bendición.

Cielos despejados o casi, vientos variables flojos predominando el levante, y temperaturas mínimas al alza poco a poco, pero sin llegar a rebasar los diez. Las máximas se moverán menos, rozando apenas los veinte.

Una semana auténticamente primaveral en el sentido “romántico” de la palabra, porque también son primaverales la lluvia y el frío, pero no nos lo parece tanto.

Tan solo el sábado podría taparse el cielo y ¡quién sabe!; pero eso queda lejos, y en esta estación y tan cerca del equinoccio cualquier cosa es posible.

Con todo esto, a la primera semana de la primavera le voy a poner un diez.


sábado, 20 de marzo de 2021

Bienvenida sea la primavera.

El Alto de la Bellida, esta mañana, desde cerca de Alcublas.

Esta mañana, a las 10,37 horas, con la tierra bien regada, las montañas nevadas y un vientecillo gélido de norte, ha entrado la primavera. Bonita forma de cambiar de estación. Esperemos poder disfrutarla.

La recibo en el blog con doce fotos de flores de las que podemos encontrarnos por estas tierras este mes. No hay más que salir al monte y observar.















 

viernes, 19 de marzo de 2021

Actualización fin de semana del 20-21 de marzo de 2021.

Buen fin de semana nos espera. Vuelve el sol, el viento no será muy fuerte y hará frío de verdad por las mañanas y fresco a medio día a la sombra; al sol se estará bien. Además, con el monte bien regadito y la atmósfera limpia será un placer estar al aire libre.

La primavera entra pues con bonitos rasgos invernales, lo que por estas latitudes supone un tiempo excelente para "echarse al monte". Y poco más hay que decir.

¡A disfrutarlo si podéis!


Apunta a la esperanza.


Otro día de san José gris, silencioso, sin Fallas. El año pasado, tal día como hoy, día quinto de aquel confinamiento que no olvidaremos, escribía en el blog las siguientes palabras.


Estos días están llenos de momentos difíciles de asumir en toda su profundidad. Necesitaremos tiempo para hacerlo.

Ahora mismo, mientras escribo estas líneas, las campanas de la iglesia del pueblo están tocando a misa. El párroco celebrará la eucaristía a puerta cerrada y todos sabemos que cuando vuelvan a tocar, habrá acabado.

El día ha sido muy gris, y ese cielo cerrado parece hacer más profundo el silencio que se ha hecho el amo de todo, empujándonos a  asomarnos a abismos que ni imaginábamos.

Sin embargo, a las dos ese silencio se ha hecho añicos. Era la hora de la "mascletá" del día grande, del día de San José. Petardos, carcasas, música, cacerolas, gritos; la gente en balcones y azoteas en una rabiosa manifestación de las inmensas ganas que todos tenemos de alegría, de fiesta, de libertad, de vida.

Y cuando ha acabado la "mascletá", las notas de Valencia en Fallas, por la megafonía del ayuntamiento, han puesto el punto final al acto. Y ha vuelto el silencio. Ha sido la "mascletá" más conmovedora de mi vida. Las campanas de la iglesia, la "mascletá" de las dos, el aplauso de las ocho, quién sabe qué esta noche, la de la "cremá"…

Así, rompiendo el silencio de vez en cuando, nos reencontramos y nos reconocemos en los demás, en los que escuchan las campanas, en los que aplauden, en los que tiran petardos, en los que golpean la cacerola y tocan un instrumento desde el balcón de su casa.

Tañen de nuevo. Ha acabado la misa.


Y ahora escribo estas líneas nada más acabar la misa de la ofrenda. También hoy ha sido un día gris, pero hay diferencia entre el año pasado y este, y esa diferencia apunta a la esperanza.

Feliz día de san José.


Comparto esta mañana la entrada que publiqué, tal día como, hoy el año pasado, porque creo que sigue teniendo la misma actualidad, quizá aún más…, después de un año. Era el día quinto de confinamiento.

Buenos días:

                Hoy comparto tres estrofas de la conocida canción de Labordeta, Canto a la libertad, con el deseo y la esperanza de que sus palabras caigan sobre nosotros como agua en tierra reseca.

Habrá un día

en que todos

al levantar la vista,

veremos una tierra

que ponga libertad.

 

Hermano, aquí mi mano,

será tuya mi frente,

y tu gesto de siempre

caerá sin levantar

huracanes de miedo

ante la libertad.

 

Sonarán las campanas

desde los campanarios,

y los campos desiertos

volverán a granar

unas espigas altas

dispuestas para el pan.

En la canción completa habla de otra libertad, pero ¿no es libertad lo que ahora todos ansiamos? Libertad de ir y venir; libertad para hacer nuestra vida de todos los días; libertad de trabajar; libertad de viajar, de salir a correr, a andar, a ir en bici; libertad de ir al cine, al teatro, al bar, al restaurante; libertad de besarnos, abrazarnos, de darnos la mano; libertad de soñar en el futuro…

          ¡Felicidades Mª Josés, Pepas, Pepes, Josefas, Josefinas, Joses, Josés, papás...!

jueves, 18 de marzo de 2021

Muy buen día, dadas las circunstancias.


Podemos decir que si tal día como hoy hubiera habido Fallas, hubiera sido un “mal rollo”. Todo el día lloviendo, frío… Ya sé que es un pobre consuelo y que todos preferiríamos haber tenido el día pasado por agua, pero el que no se consuela es porque no quiere, dicen; o no puede, digo.

Lo que sí ha sido rotundamente bueno son los treinta litros que han caído a lo largo de todo el día, acumulando así cuarenta y ocho en este mes, de momento. Y la lluvia, en esta época del año es muy, muy buena para el monte. Lo prepara para la primavera que puede ser esplendorosa, y que podremos disfrutar siempre y cuando la estúpida impaciencia de demasiada gente no provoque la cuarta ola.

Cansancio, asco, hastío.


Comparto a continuación las palabras de nuestro amigo José Luis, publicadas en su blog Umbral de zona, por el motivo de que nos sentimos totalmente identificados con ellas.

Doy fe de mi cansancio, hago constancia de mi asco, manifiesto mi hastío por lo que están pasando los ciudadanos españoles estos días: ese espectáculo irresponsable y bochornoso que están dando los políticos en nuestro país.

Luchar por el poder, poniendo zancadillas y ocultando sus ambiciones con trampas y mentiras. Los de un lado y también los del otro. Mientras, el país se va muriendo en las UCIS, la gente vive con miedo y sin ilusión, el remedio que puede ser las vacunas no llega, el trabajo cae convirtiéndose en un pozo de paro, las colas del hambre cada vez más largas.

La economía por los suelos rozando la ruina de mucha gente trabajadora.

Mientras ellos, los políticos, con sus algaradas y traiciones y sus lenguajes amenazadores y guerracivilistas, buscando más poder y más ventajas para sus vidas.

Cansancio, asco, hastío.

¿Sería posible una democracia real sin la presencia de estos fraudulentos políticos?

martes, 16 de marzo de 2021

Esloquehay.


Si existiera un aparatito que midiera qué formas verbales utilizamos y sacara las estadísticas correspondientes, estos días de Fallas y los que se avecinan de Semana Santa y Pascua, veríamos cómo se dispara el uso del condicional, tanto simple como compuesto, y sobre todo las primeras personas del singular y del plural.

Estaríamos, habríamos estado, iríamos, habríamos ido, celebraríamos, habríamos celebrado, nos reuniríamos, nos habríamos reunido… El condicional será rey y señor, como ya lo está siendo desde hace tiempo, pero ahora rey y señor absoluto estos próximos y días, y quién sabe hasta cuándo.

Y el problema es que es un condicional angustioso, emocionalmente devastador, porque la condición alrededor de la que gira, no existe. Surge entonces ese pretérito pluscuamperfecto de subjuntivo, tras el adverbio de negación, si no hubiera o hubiese venido “el bicho”, si no hubiera o hubiese habido pandemia… También esta forma verbal, a la que los estudiantes suelen tenerle manía, ha ganado protagonismo.

Es lo que hay, suele ser la demoledora oración gramatical en la que desembocan estas formas verbales, cual ríos que van a dar a la mar “que es el morir”, diría Jorge Manrique; que es el joderse (con perdón) podemos decir nosotros. El mar llamado “Esloquehay”, un mar de impotencia y forzada resignación en el que navegamos ya poco más de un año, alimentado por dos caudalosos ríos, el “Condicional”  y el “Preteritopluscuamperfectodesubjuntivo”, que bajan de riada estos días y los venideros.

Dice el poeta, si de noche lloras por el sol, las lágrimas no te dejarán ver las estrellas, y tiene razón, mientras no se nuble, ¡claro!, porque entonces ni sol ni estrellas. Esperemos que no se nuble, pues este pensamiento puede ayudarnos a no naufragar en el oscuro y proceloso mar “Esloquehay”, mientras podamos ver el cielo, aunque sea de noche.

¡Felices Fallas!


lunes, 15 de marzo de 2021

Más de mil millones.


Me enteré ayer de un dato que da que pensar. El diccionario de la lengua española de la RAE recibió el año pasado más de mil millones de consultas. Sí, mil millones, que se dice pronto. Y eso me alegra mucho, y me enorgullece. ¡Qué vivo está el castellano o español, que de ambas formas se le llama!

Y también me hace pensar que, por motivos ajenos del todo a la lengua y la cultura, en demasiados rincones de la tierra que le vio nacer, está hoy en día poco menos que perseguido, excluido, prácticamente prohibido.

Y que generaciones de niños y jóvenes tienen vetado el poder estudiar en una lengua que hablan más de 580 millones de personas, que es idioma oficial en 21 países, que tiene una literatura inmensa, y la riqueza incalculable que le da el hecho de ser hablada por gentes muy diversas durante siglos. Y eso es robarles un tesoro al que tienen todo el derecho del mundo.

Es patético ver cómo a golpe de decreto intentan “poner puertas al campo” desde el revanchismo ideológico, el chovinismo cultural y la necedad sin límites. Porque ese no es el camino. El bilingüismo real es enriquecedor y posible, el impuesto es totalitarismo puro y duro, y nunca llega a buen puerto, porque al final, la gente habla, lee y escribe en la lengua que le da la gana. Y está en su derecho. Lograrán un bilingüismo oficial, pero no real.

La gente pasará por el aro hablando en la lengua que les imponen cuando no tengan más remedio, pero cuando se sepan libres, hablarán su lengua, la suya, no la impuesta que nunca harán suya. La historia nos enseña esto. ¿Por qué repetirla?

Esto es lo que he pensado al hilo de los mil millones. Y más cosas que me callo.

domingo, 14 de marzo de 2021

Mal tiempo en Fallas, ¡bien!

 NOTA DE LA SEMANA: 10.

Va a ser esta semana de Fallas en el recuerdo y en la esperanza, si se cumplen las previsiones, bondadosa con nosotros, pues parece que hará mal tiempo el 17 y el 18. Nos queda ese consuelo, tiempo feucho en la fiesta que no va a ser.

Veremos si esto sucede, pero en estos momentos así nos pintan el panorama los modelos, y coinciden todos, cosa rara.

Concretando. De lunes a miércoles, buen tiempo, parecido al del fin de semana. El jueves y el día de san José serán días grises, fríos, “lloviznosos” y con viento. O sea, muy poco agradables. El fin de semana volvería la calma y el sol, aunque seguirá el frío.

Las temperaturas, los primeros días, oscilarán entre los 7 u 8 y los 20 y 22, para desplomarse después a máximas de 13 o 14, y mínimas de 4, 3 e incluso 2 la madrugada del sábado. Además, al intensificarse el viento aumentará la sensación de frío.

Esto es lo que se ve ahora, pareciendo claro todo lo dicho excepto la cantidad de precipitación, que puede quedarse en lloviznas o ir a más. Además, tierra adentro, lo que caiga lo hará en forma de nieve.

Va a ser una semana, en cualquier caso, complicada en lo que a lo meteorológico respecta, de las que hay que seguir día a día, pues puede darnos sorpresas. Así entra la primavera este año, juguetona.

Por eso, y si se cumplen las previsiones, dado que no hay Fallas, le pongo un 10. Este año viene bien que haga mal tiempo estos días. Será más llevadero.


viernes, 12 de marzo de 2021

Actualización fin de semana del 13-14 de marzo de 2021.

Será este un fin de semana como hace tiempo que no teníamos, de tiempo perfecto. Cielos despejados, vientos flojos variables y temperaturas muy agradables, moviéndose entre los siete u ocho de mínima y los veinte o veintiuno de máxima. Y esto los dos días.

Y poco más hay que decir. A disfrutarlo.


Prefiero volverme majara.


 Vi ayer en la tele la publicidad de un detergente que me molestó. Y no por el detergente en sí, sino por un breve momento del spot, ya al final, cuando tras tratar de demostrarnos las excelencias del producto publicitado, un detergente que limpia hasta las almas empecatadas, alguien que va a salir de casa, muy sonriente, se pone una mascarilla.

Por ahí no paso. Normalizar lo anormal es el camino a ningún sitio. Porque ponerse mascarilla para salir de casa, aunque ya llevemos haciéndolo un año, y lo que te rondaré morena, es del todo anormal, desagradable, irritante, agobiante, repulsivo…

Soy de los piensan que la mascarilla es absolutamente necesaria y de que son unos malnacidos quienes no la llevan o cuando deben llevarla la llevan mal, tengan la edad que tengan. La blandenguería con la infancia y juventud nos está trayendo muchos problemas. Pero de ahí a hacer que el ponerse el necesario artilugio sea lo más normal del mundo hay un abismo.

El no ser capaz de adaptarse a las circunstancias te puede volver loco, pero comulgar con ruedas de molino, y además tan contentos, te hace gilipollas. Yo prefiero volverme loco.

No aguanto todos esos intentos, como la cancioncita estúpida de que “que boniqueta es la mascareta” o algo así, de hacernos creer que tener que llevar ese odioso artilugio es algo distinto a una maldición.

Maldición que durará lo que tenga que durar, que dejará secuelas en muchos aspectos de nuestra vida y que en modo alguno es algo normal y asumible, y encima con alegría.

No; es el signo más visible, que todos llevamos en la cara como una luctuosa marca, de que nuestro mundo está enfermo por un virus, enfermedad agravada y mantenida por nuestra irresponsabilidad e insolidaridad. El signo más visible de nuestra fragilidad y vulnerabilidad. El signo más visible de nuestra impotencia esencial.

Por todo esto, y porque me molesta y me da pena llevar eso en la cara y verlo en los demás, me da rabia que intenten hacernos creer que es algo normal, natural y hasta divertido.

Prefiero volverme majara a acabar gilipollas. A fin de cuentas, la locura puede tener su grandeza, ahí tenéis a don Quijote; en la gilipollez no se la encuentro por ninguna parte.

miércoles, 10 de marzo de 2021

Un salvamento culebrero.




Hay cosas que cambian para bien, no todas. Una de ellas es nuestra relación con los animales, y en concreto con los reptiles. Y aunque he de reconocer que a mí me dan “cosa”, los respeto muchísimo, no solo por la cuenta que me trae, sino porque tienen un papel importante en el ecosistema y además derecho a un lugar bajo el sol.

El otro día, andando por un bonito camino que discurre a la orilla de un río, me encontré con una culebra, más bien un culebrón, tomando plácidamente el sol, atravesado justo en medio. Desenfundé rápidamente la cámara para fotografiarla, por si se iba, pero no, allí estaba, tranquilo y sosegado el bicho.

Hice las fotos que quise acercándome mucho y ni se movía, solo sacaba la lengüecita bífida. La toque con el bastón y se dejó tocar, sin inmutarse; solo me miró. Estaría aún algo aletargada, porque calor, lo que se dice calor, no hacía.

Iba a seguir mi camino cuando escuché el sonido de un motor, a la vez que un todo terreno asomaba rapidito por una curva próxima. La iba a tropellar seguro, por lo que la volví a tocar con el bastón empujándola fuera del camino. El coche paró y esperó a que acabara mi maniobra de salvamento culebrero. Seguí insistiendo hasta que se revolvió contra el bastón y, poniendo la parte delantera muy tiesa, se fue como diciendo, ¡ya me ha fastidiado la siesta este pelma! Y yo pensé, ni me ha dado las gracias por salvarle la vida el bicho, ¡culebras!

Y así acabó esta historia. Cada uno seguimos nuestro camino. Y yo pensaba que no hace mucho, el encuentro de una persona con una serpiente, fuera esta la que fuera, acababa con el bicho reventado si la sierpe en cuestión no se había dado prisa en desaparecer. Aunque aún hoy en día no es raro verlas por caminos y carreteras muertas a pedradas.

En fin, en algunos aspectos progresamos, pero poco a poco.


lunes, 8 de marzo de 2021

Reflexión en el Día de la Mujer.


Pensaba yo hoy, a propósito del Día de la Mujer, en la parábola del trigo y la cizaña. ¿Y qué tendrá que ver una cosa con la otra, podríamos preguntarnos? Pues mucho, mucho más de lo que parece, al menos desde mi punto de vista, porque necesito aplicar la enseñanza de esta parábola a mi actitud ante el feminismo, y creo que es algo que todos los que estamos hasta el pirri de ciertos excesos deberíamos hacer; y somos muchos, aunque la mayoría calladitos. ¡A ver quién habla!

Me explico. Viendo estos excesos del movimiento feminista, que han llegado al paroxismo ante la oportuna y necesaria prohibición para hoy de actos multitudinarios, a uno le entran ganas de mandar todo lo que huela a feminismo al garete. No hay más que leer algunos de los mensajes en proclamas y pancartas que por ahí se airean y que me niego a escribir en el blog.

Anteponer unas ideas, por ciertas que sean, a la vida, a la libertad y al bienestar de millones de personas es inadmisible, propio de los totalitarismos que han castigado, y siguen castigando a la humanidad. Montar numeritos en las calles, cuando estamos empezando a ver una tenue luz al final del túnel, luz que puede ser un espejismo si no actuamos con prudencia y paciencia, está en esa línea.

Esto es la cizaña que, en días como hoy, se distingue muy bien del trigo. Porque hay un movimiento feminista discreto, respetuoso, serio, comprometido en la lucha legítima, justa y necesaria por la igualdad real entre hombres y  mujeres. Gente que trabaja sin vociferar para que todos tengamos muy claro que antes que nada somos humanos, y que ahí radica la igualdad esencial que nos une, el ser seres humanos, ser personas.

Sí, crecen juntos el trigo y la cizaña, y por no arrancar el trigo, aguantaremos como mejor podamos la cizaña, aunque haya días, como hoy, en que resulte particularmente irritante.

Porque se puede y se debe trabajar para que un día el feminismo deje de tener razón de ser, simplemente porque ya no haga falta. Que pasen a la historia aquellos tiempos en que el hecho de ser mujer era un impedimento para realizarse libre y plenamente como persona en cualquier ámbito de la sociedad.

Pero ese día no ha llegado aún. Por eso hay que seguir trabajando con serenidad y eficacia, intentando además que los que actúan desde el radicalismo como principio y la confrontación como método, se den cuenta de que flaco servicio le están haciendo a la causa. Seguir trabajando, y no caer en la tentación de arrancar la cizaña porque nos llevaríamos detrás el trigo.

Feliz Día de la Mujer.


 

domingo, 7 de marzo de 2021

Por fin veremos el sol.

NOTA DE LA SEMANA: 9.

Por fin ha llovido, y mañana parece que seguirá haciéndolo. Si mucho o poco, ni se sabe, porque cada uno dice una cosa. Y a partir del martes se acabó, porque el resto de la semana se presenta ya más tranquila.

Las temperaturas mínimas siempre por bajo de diez, pero las máximas subiendo día tras día hasta rebasar los veinte hacia el fin de semana. El cielo con nubes y claros, más claros que nubes.

Y el viento, sin pauta fija, este, norte, sur incluso oeste, nunca fuerte excepto en este último caso, que se dejará notar, y parece que será el jueves. También habrá calmas.

Esto es lo que se ve ahora, pero hay movimiento en la atmósfera y las cosas podrían cambiar. A fin de cuentas estamos cerca del equinoccio de primavera, y eso en el tiempo se nota.

Puede ser una semana agradable. Llueve mañana y luego saldrá el sol, hará poco viento, se ha ido la calima, las mínimas serán frescas y las máximas suaves. Por todo esto le puedo poner un 9 a esta semana.


Receta. Gazpacho manchego "confinado".


Hacer un buen gazpacho manchego, y más si es para muchos comensales, requiere su tiempo y unos ingredientes adecuados y suficientes. Eso es así. Pero, ¿qué pasa si un domingo gris y lluvioso quiero comer tan delicioso plato y somos solo dos, no tengo casi ingredientes y además no dispongo de mucho tiempo?

Pues nada, no pasa nada. Los hago con lo que tengo a mano y en un plis plas. No saldrán como cuando los hacía para quince o veinte amigos, en aquellos tiempos en que éramos libres y existía eso que llamaban fiesta, pero salen también muy buenos.

Ingredientes para dos personas.

-Una bandeja de alitas de pollo.

-Medio bote pequeño de tomate triturado.

-Media bandeja de champiñones.

-Laurel.

-Ajos.

Aceite y sal.

-Pebrella.

-Torta de gazpacho o pan de pita.

Empezaremos hirviendo las alas con laurel, sal y tres o cuatro ajos. Luego separaremos las alas del caldo y lo reservaremos. De las alas sacaremos la carne, desechando la piel y los huesos.

A continuación, en una cazuela no muy honda o una sartén grande, sofreiremos la carne con los champiñones y el tomate. Una vez sofrita verteremos el caldo junto con la pastilla y la pebrella y dejaremos cocer el conjunto una media hora.

Y ya casi está. No queda más que añadir la torta de gazpacho o el pan de pita troceado y removerlo todo bien. Unos diez minutos más, vigilando y removiendo, y se acabó. Pero atención, esta última fase es muy importante. La proporción entre el caldo y la torta que echemos nos hará unos gazpachos secos, melosos o caldosos. Y eso hay que calcularlo al hervir las alitas, es decir, al principio del proceso.

Y repito, no siendo un gazpacho completo está también muy, muy bueno. Y se hace enseguida. En una hora está hecho.

sábado, 6 de marzo de 2021

Mi historia con el Balaitús. Segunda parte.

 

El Balaitús a la izquierda, medio oculto por las nubes. A la derecha Las Frondiellas.

Dos años después de mi primera ascensión volví con un amigo en otoño. Fue aquella una jornada memorable. La parte alta de la montaña ya estaba nevada y además nos envolvió la niebla, lo que añadió más incertidumbre a la que ya teníamos por el estado de la Gran Diagonal, itinerario por el que subimos. Pero hicimos cumbre sin contratiempos y volvimos, ya de noche cerrada, al pueblo donde cenamos bien a gusto. (Pronto publicaré las fotos de esta ascensión)

El año siguiente, el 1991, fue el del accidente. Hicimos también cumbre una mañana radiante y fría de verano pagando un precio bien alto, e infinitamente más alto podía haber sido. Nada grave pasó al final, pero necesitamos la intervención del helicóptero de la Guardia Civil. Sobre esta ascensión no voy a decir más, porque ya lo he hecho en el blog en otras ocasiones. Remito al lector a esas entradas. (Ver: Balaitús, veinticinco años después. /Aquel 13 de julio. /Gracias por compartir conmigo vuestras experiencias.)

Pasaron años hasta que volví al Balaitús; veinte años. En octubre de 2011 volví con unos amigos, y esa vez sí fue una ascensión tranquila, sosegada y sin nada que reseñar como no fuera la belleza de la montaña, la dureza de la marcha y la satisfacción celebrada con una magnífica cena en un buen restaurante.

A finales de septiembre de 2015 volvimos otra vez, y en esta ocasión venían dos de los componentes de la ascensión del accidente, que eran unos niños entonces. Iba a ser una jornada muy especial. Y lo fue, pero no porque hiciéramos cumbre, porque esa vez el Balaitús nos rechazó, sino por la situación que se creó ya cerca de la cima.

No había aún nieve y el día salió magnífico. Parecía que sería un paseo en barca, pero la montaña tiene sus defensas que utiliza cuando quiere. Y las utilizó. La Gran Diagonal, estaba totalmente helada. Había nevado días atrás, el calor del sol había fundido la nieve, y el frío de la noche lo había helado todo. Nuestra cordada era de las primeras aquel día, y cuando nos dimos cuenta que era imposible seguir subiendo, no quedando más de media hora para la cima, nos vimos bloqueados por las cordadas que venían detrás. Todos retrocedimos, pero muy lentamente. Bajar es más difícil y peligroso que subir, y así estuvimos, parados, pegados a la pared helada, en sombra y con un frío que pelaba, esperando que poco a poco la gente fuera saliendo del atolladero. A nadie metíamos prisa, pues un paso en falso, tal y como estaba la montaña, podía ser mortal.

Un poco decepcionados, pero sabiendo que habíamos hecho lo correcto, regresamos al valle. Renunciar no es fácil, y menos tan cerca de la cima, pero hay cosas con las que no se juega, y la vida es una de ellas. Y eso, precisamente el Balaitús, ya nos lo había dicho. (Ver: Nos paró el hielo.)

Cuatro años después, estos dos amigos que, siendo niños vivieron la terrible experiencia del accidente, hicieron cima ellos solos, y nos llamaron desde la cumbre, haciéndonos partícipes de su alegría y de la intensa emoción que sintieron cuando llegaron allá arriba, y que Isabel y yo compartimos en la distancia. Les dediqué una entrada. (Ver:…y habéis acudido a su encuentro.)

Y hasta aquí, mi historia con esta soberbia montaña, a la que también llaman el pico de los Moros y el Cervino de los Pirineos. Hasta aquí de momento, porque es una de las que quiero volver a subir cuando “me dejen”. Espero y deseo que sea pronto, no sea que me vaya haciendo viejecito y ya no esté para esos trotes, porque el tiempo pasa y ya he perdido un año pirenaico…

NOTA: Para ver las entradas referidas con sus fotos no hay más que poner el título en el buscador del blog.