Hace
ya tiempo que me di cuenta de que en la publicidad de los perfumes, casi
siempre, acaban con una parrafada normalmente en inglés, y a veces en francés.
Y me he dicho, voy a comentar el asunto, que desde luego no es grave, esta tarde de primavera.
Ridículo,
estúpido y pueril me parece el asunto; pero voy más allá. Si lo hacen es porque
les sirve, es decir, porque hay gente con la que esos spots funcionan. Las
imágenes y la música a veces están bien, pero la parrafadita, normalmente con voces
marcadamente masculinas o femeninas, según casos, se me indigesta. Y me sale del alma un ¡gilipollas! que se queda en el aire, ¡claro!
Pero el
personal va y compra el producto. Y ahora viene mi pregunta, ¿tanta gente tonta
del culo hay? Porque yo creo que hay que ser un poquito tonto para que me digan
en una lengua que debe ser que "mola" más que la mía, las bondades de la pócima
con la que perfumaré mi persona.
Os
confieso que esos anuncios me dan vergüenza ajena en sí mismos, y un poquito de
rabia, porque al existir son un buen indicador del mar de tontería en el que
navegamos.
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