Una de
las cosas que me gusta hacer cuando ando por el monte (también se puede hacer
en una ciudad) es fotografiar lo que en principio no es fotografiable; bien
porque es algo vulgar, insignificante o peor aún, feo.
Pero
fotos de estas son de las mejores que tengo, creo yo. Hoy mismo, en una
excursión no muy lejos de aquí, he hecho estas cuatro.
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En lo alto de un pino, sobre este brote, brillaba al sol una gotita de resina. |
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El polen de los pinos tras secarse el charco sobre el que cayo. |
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Las semillas de la adelfa listas para ser arrastradas por el viento. |
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Esta florecilla es diminuta, insignificante, la pisamos a menudo... |
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