Comparto esta
mañana la entrada que publiqué, tal día como, hoy el año pasado, porque creo
que sigue teniendo la misma actualidad, quizá aún más…, después de un año. Era
el día quinto de confinamiento.
Buenos días:
Hoy
comparto tres estrofas de la conocida canción de Labordeta, Canto a la
libertad, con el deseo y la esperanza de que sus palabras caigan sobre nosotros
como agua en tierra reseca.
Habrá un día
en que todos
al levantar la vista,
veremos una tierra
que ponga libertad.
Hermano, aquí mi mano,
será tuya mi frente,
y tu gesto de siempre
caerá sin levantar
huracanes de miedo
ante la libertad.
Sonarán las campanas
desde los campanarios,
y los campos desiertos
volverán a granar
unas espigas altas
dispuestas para el pan.
En la canción
completa habla de otra libertad, pero ¿no es libertad lo que ahora todos
ansiamos? Libertad de ir y venir; libertad para hacer nuestra vida de todos los
días; libertad de trabajar; libertad de viajar, de salir a correr, a andar, a
ir en bici; libertad de ir al cine, al teatro, al bar, al restaurante; libertad
de besarnos, abrazarnos, de darnos la mano; libertad de soñar en el futuro…
¡Felicidades Mª Josés, Pepas,
Pepes, Josefas, Josefinas, Joses, Josés, papás...!
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