Hacer un buen
gazpacho manchego, y más si es para muchos comensales, requiere su tiempo y
unos ingredientes adecuados y suficientes. Eso es así. Pero, ¿qué pasa si un
domingo gris y lluvioso quiero comer tan delicioso plato y somos solo dos, no
tengo casi ingredientes y además no dispongo de mucho tiempo?
Pues nada, no
pasa nada. Los hago con lo que tengo a mano y en un plis plas. No saldrán como
cuando los hacía para quince o veinte amigos, en aquellos tiempos en que éramos
libres y existía eso que llamaban fiesta, pero salen también muy buenos.
Ingredientes
para dos personas.
-Una bandeja
de alitas de pollo.
-Medio bote
pequeño de tomate triturado.
-Media bandeja
de champiñones.
-Laurel.
-Ajos.
Aceite y sal.
-Pebrella.
-Torta de
gazpacho o pan de pita.
Empezaremos
hirviendo las alas con laurel, sal y tres o cuatro ajos. Luego separaremos las
alas del caldo y lo reservaremos. De las alas sacaremos la carne, desechando la
piel y los huesos.
A continuación, en una cazuela no muy honda o una sartén grande, sofreiremos la carne con los
champiñones y el tomate. Una vez sofrita verteremos el caldo junto con la
pastilla y la pebrella y dejaremos cocer el conjunto una media hora.
Y ya casi
está. No queda más que añadir la torta de gazpacho o el pan de pita troceado y
removerlo todo bien. Unos diez minutos más, vigilando y removiendo, y se acabó.
Pero atención, esta última fase es muy importante. La proporción entre el caldo
y la torta que echemos nos hará unos gazpachos secos, melosos o caldosos. Y eso
hay que calcularlo al hervir las alitas, es decir, al principio del proceso.
Y repito, no
siendo un gazpacho completo está también muy, muy bueno. Y se hace enseguida.
En una hora está hecho.
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