FRASES PARA PENSAR.

SE DARÁ TIEMPO AL TIEMPO,
QUE SUELE DAR DULCE SALIDA A MUCHAS AMARGAS DIFICULTADES.

Cervantes en el Quijote.

sábado, 30 de noviembre de 2019

Un decálogo antimanipulación.



Releyendo el texto que publiqué ayer de Baltasar Gracián y, ¿por qué no decirlo? disfrutando de su lectura, tanto por lo que dice como por la forma de decirlo, me ha parecido encontrar en él algo así como un decálogo antimanipulación, y me he dicho, voy a ver si de verdad salen diez principios para defendernos de los abductores de mentes y voluntades que nos rodean. ¡Y han salido!
Así pues, y con permiso de don Baltasar Gracián y Morales, expongo las diez normas básicas que hemos de seguir para que no nos coman el coco. Normas que ya nos dio este buen hombre hace más de 400 años. Primero repito el texto que ya puse ayer.

Atención al informarse. Vívese lo más de información. Es lo menos lo que vemos; vivimos de fe agena. Es el oído la puerta segunda de la verdad y principal de la mentira. La verdad ordinariamente se ve, extravagantemente se oye; raras vezes llega en su elemento puro, y menos quando viene de lejos; siempre trae algo de mixta, de los afectos por donde passa; tiñe de sus colores la passión quanto toca, ya odiosa, ya favorable. Tira siempre a impressionar: gran cuenta con quien alaba, mayor con quien vitupera. Es menester toda la atención en este punto para descubrir la intención en el que tercia, conociendo de antemano de qué pie se movió. Sea la reflexa contraste de lo falto y de lo falso.

Y ahora el decálogo.

Atención al informarse. Hemos de ser conscientes de que recibimos constantemente información. Hay que tener una actitud de atención activa ante la información. No vale tragar lo que me echen.

2ª Vívese lo más de información. Nuestra vida es lo que es según la información que recibimos. No olvidemos pues que no hay información inocua, construimos nuestra vida sobre ella.

Es lo menos lo que vemos; vivimos de fe agena. No vemos casi nada de lo que ocurre. Sabemos lo que ocurre porque nos fiamos de quien nos lo cuenta. Seamos conscientes de que nos estamos fiando, casi siempre, de terceros y desconocidos.

Es el oído la puerta segunda de la verdad y principal de la mentira. Si nos lo cuentan puede ser verdad o no. No nos creamos toda la información que nos llega. ¡Ojo con el famoso lo ha dicho la tele, o lo sé de buena tinta!

5ª La verdad ordinariamente se ve, extravagantemente se oye. Lo que vemos personalmente con claridad y contundencia suele estar más cerca de la verdad; si nos lo cuentan, ya es harina de otro costal. Intentemos en la medida de lo posible acudir a las fuentes, contrastarlas, verlo si podemos, que no nos lo cuenten.

Raras vezes llega en su elemento puro, y menos quando viene de lejos. Cuanto más alejada de nuestra vida cotidiana está la información que nos “venden”, más fácil es que no sea verdad. Seamos cautos cuando nos hablan de realidades lejanas a la nuestra.

Siempre trae algo de mixta, de los afectos por donde passa; tiñe de sus colores la passión quanto toca, ya odiosa, ya favorable. La información nos llega tanto más adulterada cuanto más largo ha sido su recorrido hasta nosotros. Atentos al maniqueísmo, o buenos o malos. Simplificaciones teñidas de los colores por donde pasa la noticia.

Tira siempre a impressionar: gran cuenta con quien alaba, mayor con quien vitupera. El sensacionalismo. Cuanto más impacte la noticia mejor. Lo bueno será excelente, y lo malo, pésimo. No hay moderación. No hay grises, o blanco o negro. No nos dejemos embaucar por lo radical, lo extremoso, lo impactante.

Es menester toda la atención en este punto para descubrir la intención en el que tercia, conociendo de antemano de qué pie se movió. Hay que conocer quién nos da la información, a quien se debe, de quien cobra, con quien comulga. Identifiquemos las servidumbres de quien nos informan, sea la  prensa, la tele, la radio, internet o la vecina.

10ª Sea la reflexa contraste de lo falto y de lo falso. Y como un resumen de todo lo anterior es necesaria la reflexión para descubrir las tergiversaciones y mentiras, bien por omisión o acción. Reflexionemos, pensemos. Si no pensamos nosotros, otros pensarán por nosotros.

            Es esta última frase lo último que les dije a mis alumnos de filosofía. Mis últimos alumnos. ¡Ojalá no la olviden!

viernes, 29 de noviembre de 2019

Vivimos de fe ajena.



Decía Baltasar Gracián, nacido el año 1601, que hay que saber informarse. Tener, por decirlo de modo actual, actitud crítica ante la información que nos llega. Figuraos la información que llegaría a un ciudadano en el siglo XVII…
Pues si entonces ya, este hombre sabio, decía lo que decía ¡cuánta más actualidad tienen sus palabras en una época donde vivimos sumergidos en una permanente orgía informativa!
A continuación podéis leer el texto en el castellano del siglo de Oro. Cuesta un poco, pero vale la pena. No tiene desperdicio.

Atención al informarse. Vívese lo más de información. Es lo menos lo que vemos; vivimos de fe agena. Es el oído la puerta segunda de la verdad y principal de la mentira. La verdad ordinariamente se ve, extravagantemente se oye; raras vezes llega en su elemento puro, y menos quando viene de lejos; siempre trae algo de mixta, de los afectos por donde passa; tiñe de sus colores la passión quanto toca, ya odiosa, ya favorable. Tira siempre a impressionar: gran cuenta con quien alaba, mayor con quien vitupera. Es menester toda la atención en este punto para descubrir la intención en el que tercia, conociendo de antemano de qué pie se movió. Sea la reflexa contraste de lo falto y de lo falso.

No hacen falta comentarios, pues es muy clarito. Yo me quedo, por destacar algo, con eso de "es lo menos lo que vemos; vivimos de fe ajena". Y también con "la verdad ordinariamente se ve, extravagantemente se oye; raras veces llega en su elemento puro, y menos cuando viene de lejos".
Y una más, esa alusión directa al sensacionalismo, ¡brillante! "Tira siempre a impressionar: gran cuenta con quien alaba, mayor con quien vitupera". Que en lenguaje de hoy sería algo así como, trata siempre de impresionar, mucho cuando alaba, más cuando critica o censura.
Baltasar Gracián, aragonés, jesuita, filósofo y escritor. Siglo XVII. 


jueves, 28 de noviembre de 2019

Sí hay explotación de menores aquí y ahora.

Faltaría el dibujo de un niño en Masterchef Junior o en La Voz Kids, por ejemplo.

Si digo que la explotación de menores es un delito repugnante, todo el mundo estará de acuerdo.  Y pensará en otros tiempos, en otros países, o en oscuros y ocultos reductos aquí y ahora.
Pero nadie pensará en la televisión.
La gran explotadora de los niños en nuestra sociedad. Explotación con el visto bueno de las autoridades, el silencio cómplice de la sociedad, y la impagable colaboración de los padres de los niños explotados.
La televisión no tiene alma. No tiene ningún principio moral. Es un monumental sistema de manipulación social controlado por los poderes económicos y políticos de turno, y con el único criterio de la audiencia; criterio que está en función de la adecuada satisfacción de las necesidades de esos poderes.
Los concursos infantiles son una forma socialmente aceptada y hasta aplaudida, de hacer negocio ni más ni menos que con los niños y adolescentes, con sus habilidades, sean culinarias, cantarinas, chistosas…, pero sobre todo con sus sentimientos, sus emociones y sus afectos, y esa forma todavía fresca y espontánea de manifestarlos.
De ellos, la televisión saca dinero y mucho, y sus papás, como el niño ha salido en la tele, tan contentos; y más si ha ganado.
Nadie piensa en los efectos psicológicos devastadores que el entrar en ese mundo de la televisión tan deslumbrante, y más aún en la infancia y juventud, como falso, tiene para los niños y adolescentes; personas en formación, vulnerables hasta el límite.
Y esto es explotación de menores. Porque ¿qué es la explotación de menores si no obtener beneficios económicos mediante ellos?  Y eso sí, cuidándolos lo justo para que produzcan esos beneficios, ni más ni menos. Es como cuidar a la vaca porque nos da leche, no por la vaca.
Pero ya sé que esto, como otras muchas cosas, no tiene remedio. Lo único que puedo hacer es escribir, mientras no me canse de hacerlo, y encender la tele sólo para ver el tiempo, y a veces ni eso.
Pienso que actualmente la televisión es uno de los grandes obstáculos para que nuestra sociedad sea realmente libre y respetuosa con la dignidad humana. Y no debería serlo. Delinque continuamente sin que nadie le pare los pies. Miente, falsea, manipula y embrutece. Y solo un reducidísimo número de programas en algunas cadenas y en horas raras nos recuerda lo que la tele podría ser, debería ser, y no es.

miércoles, 27 de noviembre de 2019

El otoño a la puerta de casa.


Aquí el otoño es noviembre. Así estaba el río esta mañana. Un prodigio de luz y color. ¿No es bonito? Y aquí, a la puerta de casa. Sólo sobraba el viento.













Tengo el poder de llamaros maestros.



Un miércoles por la mañana, a estas horas, desde que tengo uso de razón he estado en un colegio. Primero de alumno, luego de “profe”. Excepto en vacaciones, cuando estuve malito y cuando hice la mili, ¡claro!

Hoy no, ya es el segundo miércoles que no. Y es el Día del Maestro, san José de Calasanz. Por eso, de un modo muy especial, desde la tranquilidad jubilosa de la jubilación, valga la redundancia, escribo estas líneas para dedicar un bonito poema de Gabriel Celaya a todos los que durante largos años han sido mis compañeros.
Les regalo, os regalo, el poema y la palabra maestro, porque esa palabra es un regalo. Si os habéis fijado, no me he llamado a mí mismo maestro, me he llamado “profe”. Es vanidad llamarse uno a sí mismo maestro. Pienso que sólo el alumno tiene el inmenso poder de llamar a su profesor maestro. Y la libertad de hacerlo. Y como yo sé que he sido alumno vuestro, en muchos aspectos y momentos, tengo ese poder y esa libertad.
Compañeros maestros, desde infantil hasta bachiller y ciclos, os regalo esta palabra y este poema. Y os deseo que cuando miréis atrás sintáis que, por duro que esté siendo, por duro que que haya sido el camino, estará valiendo la pena, habrá valido la pena.

Maestros, un abrazo y ¡feliz día!

Educar es lo mismo
que poner un motor a una barca
hay que medir, pesar, equilibrar...
... y poner todo en marcha.

Pero para eso,
uno tiene que llevar en el alma
un poco de marino, un poco de pirata...
un poco de poeta...
y un kilo y medio de paciencia concentrada.

Pero es consolador soñar mientras uno trabaja,
que esa barca, ese niño,
irá muy lejos por el agua.

Soñar que ese navío
llevará nuestra carga de palabras
hacia pueblos distantes, hacia islas lejanas.
Soñar que cuando un día
esté durmiendo nuestra propia barca,
en barcos nuevos seguirá nuestra bandera enarbolada.

martes, 26 de noviembre de 2019

Hablando de cordones.



Que el periódico El País digital diga que el PP obstaculiza el cordón sanitario a Vox… me ha resultado alarmante.  Sin comillas ni cursivas. Así, tal cual. Cordón sanitario.
Que haya que ponerle un cordón sanitario a Vox y Podemos vaya a entrar en el gobierno, sin cordones ni nada que se le parezca, ¡claro! me parece demencial, y si nos atenemos a los resultados de las elecciones, algo absolutamente antidemocrático. No lo entiendo.
Tampoco entiendo por qué Vox es la ultraderecha o extrema derecha y Podemos no es la “ultraizquierda” o la extrema izquierda; porque lo es. No, tampoco lo entiendo.
Ya lo dije en una entrada anterior. Esta falta de criterios objetivos y democráticos es el camino al infierno. Un camino demasiadas veces emprendido en esta tierra.
¿Habrá que recordar que a lo largo de la historia, tanto la extrema derecha como la extrema izquierda han provocado millones de muertos? Ambas por su falta de respeto al ser humano y su libertad. Ambas.
¿Habrá que recordar también que seguir hablando hoy en día de derechas e izquierdas es la mejor manera de impedir el progreso, romper la paz social, enfrentar a la gente y no llegar nunca a buen puerto?
¿Habrá que recordar que las dos opciones posibles no son derecha e izquierda, sino la moderación o el radicalismo, el respeto a la libertad o la imposición, el pluralismo o el totalitarismo, el consenso o el enfrentamiento, el pasado o el futuro?
¡Qué mal y qué miedo!

lunes, 25 de noviembre de 2019

Parecía siniestro.


Parecía algo siniestro pero no lo era. Había más bien solemnidad en el atardecer de hoy. El viento había encalmado y hacía frío. Silencio. Soledad. Ya era casi de noche.



domingo, 24 de noviembre de 2019

El poniente eterno.


NOTA DE LA SEMANA: 0

Todo el mes de noviembre. Todo, todo y todo. Quitando algún que otro día, hemos estado soportando los vientos secos del oeste, suroeste o noroeste todo el mes. A veces parecía que encalmaba; vana ilusión. Enseguida volvía molestando más o menos, demasiadas veces mucho, demasiadas.
Y digo todo el mes de noviembre porque la semana que nos espera va a seguir igual, poniente, poniente y poniente. Toda enterita. Algunos días en plan muy desagradable; otros, más soportable.
De lluvia nada de nada, porque las de la semana pasada no llegaron al litro. En todo el mes no ha llegado a 3, y en lo que llevamos de año hemos recogido tan solo 333.
¿Y las temperaturas? Pues “parriba”, máximas y mínimas. A las mínimas les costará bajar de 10ºC, y las máximas superarán los 20ºC. acercándose a los 25ºC. Es decir, al sol hará calor.
En resumen, ni otoño, ni invierno, ni agua, ni frío, ni nada de lo que ahora tocaría. Nada de lo que hace falta. Sólo viento, y viento, y viento. Y seco.
Un cero le pongo y porque no hay menos.

sábado, 23 de noviembre de 2019

En un lugar perdido en la serranía de Cuenca...


En un lugar perdido en la serranía de Cuenca, en medio de un frondoso pinar, hay un grupo de robles impresionantes. No sé cuántos años pueden tener, pero no me extrañaría que fueran unos humildes arbolillos en tiempos de Cristóbal Colón. Los encontramos por casualidad hace ya algún tiempo y hoy hemos vuelto a verlos. Es toda una experiencia.
Con los colores del otoño, y desafiando a un viento impetuoso y gélido, eran hoy en  el pinar, muy verde, como una llama cálida de fuerza y resistencia. Como un símbolo de la voluntad de vivir contra viento y marea.
Y al llegar a casa, faroleando por internet he encontrado un bonito poema del poeta colombiano Julio Flórez dedicado a uno de sus hijos, donde habla del roble. Lo comparto a continuación.

A mi hijo, León Julio.

¿Ves ese roble que abatir no pudo
ayer el huracán que asoló el monte
y que finge en el monte un alto y rudo
centinela que mira el horizonte?
El rayo apenas lo agrietó; sereno
sobre su vieja alfombra de hojarasca
se yergue aún como retando al trueno
que la furia azuzó de la borrasca.
Se tú como ese roble: que la herida
que abra en tu pecho el dardo de la suerte
sin causarte escozor sane enseguida.
Labora y triunfa como sano y fuerte
para que el lauro que te da la vida
flote sobre el remanso de la muerte.








viernes, 22 de noviembre de 2019

La barca en el estanque.



Pasear en otoño por un parque y encontrarse con una barca amarrada a la orilla es algo profundamente poético. Y melancólico. Pero muy bello.
Me paré un momento y contemplé en silencio la escena. Hacía frío y la luz del día, tamizada por un cielo gris, se apagaba.
Sí, me detuve un momento, y el tiempo también se detuvo, y escuché en el silencio quieto un breve poema de Antonio Machado que me hablaba del paso del tiempo.
¡El paso del tiempo! Palabras que me envolvieron de un modo extraño en un momento de mi vida en el que soy muy consciente de ese trascurrir de las horas y los días.
Aquella barca en el estanque, el árbol vestido de otoño, el frío, el cielo gris, la tarde cayendo, las palabras de Machado… Fue una breve e intensa experiencia poética.

Daba el reloj las doce... Y eran doce
golpes de azada en tierra...
¡Mi hora! ...Grité. El silencio
me respondió: No temas;
tú no verás caer la última gota
que en la clepsidra tiembla.
Dormirás muchas horas todavía
sobre la orilla vieja,
y encontrarás una mañana pura
amarrada tu barca a otra ribera.

jueves, 21 de noviembre de 2019

Asisto asombrado.



Asisto asombrado a esa ola de miedo e indignación que recorre nuestro país desde el espectacular subidón de Vox en las últimas elecciones. Y subrayo las palabras miedo e indignación. Y observo también con qué poco sentido crítico se afronta el hecho. Frases lapidarias, posturas radicales, descalificaciones acaloradas; de todo menos analizar por qué ha ocurrido esto.
Vaya por delante que soy de los que piensan que ni Vox ni Podemos deberían haber surgido nunca, y que el que estén ahí, y no de adorno, es un hecho al que no se puede responder ni con prejuicios, ni con descalificaciones ni con insultos. Aunque sólo sea porque hacer esto es profundamente contrario al pluralismo democrático y una falta de respeto a los ciudadanos que, haciendo uso de sus derechos, han votado a estos partidos.
Pero voy a centrarme en el impresionante y más que previsible ascenso de Vox.
¿Por qué en vez de subirse a la “figuereta”, como se dice por aquí, no se analiza de verdad el asunto? ¿Por qué no se busca la raíz de lo ocurrido? Si tanto miedo da, si tanta repulsa produce, ¿por qué no se arranca de raíz ese tan pernicioso árbol, como si fuera el único pernicioso, que ha crecido en el “solar patrio”? Pero no, lo intentan talar, quemar… así retoñará.
Habría que arrancarlo de raíz, como a otros, y la raíz es el ansia de libertad de millones de personas que están hasta más arriba de las narices de la tiranía brutal de lo políticamente correcto; de la incoherencia y la demagogia acrítica de la llamada progresía; de la imposibilidad de expresar tus opiniones sin que te insulten o desprecien, si no son las oficiales; de la dificultad de vivir tu vida según tus principios, si no son acordes a la ideología dominante.
Paradójicamente el auge de Vox no es más que un grito de libertad, (desearía que nadie sacara de contexto estas palabras) porque no hay que olvidar que, más allá de los que se han decido a votarles contra viento y marea, están los que estuvieron a punto de hacerlo y no se decidieron, y los que nunca lo harían, pero les parece bien que otros lo hayan hecho, aunque nunca lo dirán. Son  mucha, mucha gente, demasiada.
Sólo hay una forma de arrancar el árbol. Reencontrarnos con la libertad, con el pluralismo, con el respeto al diferente. Plantar cara al que etiqueta, desprecia, descalifica a todo aquel que no es de su cuerda. Plantar cara a los que funcionan a base de prejuicios. Plantar cara a quienes no analizan nunca nada porque eso pondría en duda sus ideas. Plantar cara al que se siente en posesión de la verdad, como dueño y señor de la única verdad, la suya. Y sobre todo  superar la historia de una puñetera vez.
Me da mucha pena decirlo. Yo viví veinte años de dictadura. Ciertamente no podía decir lo que pensaba, sobre todo en cuestiones sociales y políticas. Ahora, hace ya tiempo, tampoco puedo.
Yo no quiero un partido como Vox, como tampoco uno como Podemos, pero en una democracia, mientras respeten la Constitución, tienen derecho a existir; y sé que su existencia, no ellos, nos denuncia a todos, políticos y ciudadanos, y nos dice que no lo estamos haciendo bien.
El día que lo hagamos bien, que nos reencontremos con la democracia y la libertad, Vox y Podemos se debilitarán convirtiéndose en partidos minoritarios. Pero serán los dos, los dos los que deberán debilitarse de modo natural en futuras elecciones. Si siguen ambos ahí, o sólo se debilita uno, será señal de que lo estaremos haciendo rematadamente mal, de que una vez más estaremos malogrando otra oportunidad histórica de reconciliarnos, de progresar de verdad. Será señal de que habremos tomado, otra vez, el camino al infierno.

martes, 19 de noviembre de 2019

Se podría probar.


Es una buena idea. Y es bonito. No he visto algo así por aquí, lo vimos en la France, pero no sería tan caro hacerlo. El único problema sería el vandalismo. Pero bueno, se podría probar.



lunes, 18 de noviembre de 2019

¡Son las dos tan hermosas!


Andábamos ayer por la noche por una calle cualquiera de una bonita ciudad francesa. Había llovido y una leve brisa cortaba la cara, pero, abrigados se estaba bien.
Al otro lado del río, un río en cuyo nacimiento he estado mil veces, el casco antiguo de la ciudad, iluminado, brillaba en la noche. Hice una foto y un momento después volví a hacer otra, al suelo, al que nadie fotografía; había allí una hoja que conservaba un lecho de humedad y brillaba también, a la luz de las farolas.
La torre y la hoja. ¡Son las dos tan hermosas! Y es que la belleza no está sólo en lo grande, ¿verdad?




A saber qué va a pasar.


NOTA DE LA SEMANA: 0

Típico otoño en cuanto a la previsión se refiere. Cada modelo dice una cosa totalmente distinta, por lo que aventurar qué tiempo tendremos esta semana es ciencia ficción.
No obstante he intentado ver qué puede pasar, y la conclusión a la que he llegado es que puede ser que llueva algo, sólo puede ser, entre miércoles y viernes. Que las temperaturas seguirán bajitas pero con tendencia a subir un poco, sin excesos. Que el viento seguirá de poniente, molestando unos días más y otros menos; ¡ojo! ya llevamos con hoy 19 días de aguantarlo.
Y poco más; pero ni siquiera todo esto está claro, y en cualquier caso nada de lo que necesitamos va a suceder esta semana, por eso le sigo poniendo un 0.
¡Vaya mes de noviembre y vaya otoño!

viernes, 15 de noviembre de 2019

Hacía tiempo que no se veía.


Un regalito me ha hecho la madre naturaleza esta mañana, fría y casi sin viento, del 15 de noviembre. Poder fotografiar las montañas nevadas desde la terraza de casa. Hacía mucho tiempo que no se podía contemplar este espectáculo.




Me tomaré mi tiempo.



Como dice el libro del  Eclesiastés, todo tiene su momento oportuno; hay un tiempo para todo lo que se hace bajo el cielo, y ahora, para mí, es tiempo de dar las  gracias.
Ya lo hice ayer como pude, y luego en el blog, pero siento que necesito seguir haciéndolo. Y quiero hacerlo a todos los que por las redes sociales me estáis recordando vuestra presencia en mi vida y manifestando vuestro agradecimiento. A todos los que de forma menos tecnológica lo estáis haciendo también. A todos los que ayer estuvisteis en ese pasillo inolvidable, a los que saludé y a los que no os pude siquiera saludar. Estaba desbordado y veía lo que veía, disculpadme. ¡Cómo deseé haber tenido todo el tiempo del mundo para pararme con cada uno, daros un apretón de manos, un abrazo, un beso, cruzar unas palabras! ¡Cómo lo deseé!
Por eso me voy a tomar mi tiempo. Hará lo que pueda. Y quiero hacerlo sin prisas, porque no se trata de quedar bien, sino de poder devolver a cada uno, un poquito, aunque solo sea un poquito de lo mucho que me habéis dado.
Gracias de nuevo y buen fin de semana. Por cierto, hay nieve cerca, por si queréis ir a tiraros bolas.

jueves, 14 de noviembre de 2019

¡¡¡Gracias!!!



Me he sentado ante el ordenador. No sé por dónde empezar. De verdad que no lo sé. Pero como quiero seguir escribiendo, porque necesito seguir escribiendo voy a hacerlo con la palabra que me envuelve en este momento como el agua cuando te tiras a la piscina. ¡¡¡Gracias!!!
Estos últimos días intentaba imaginar cómo sería mi última clase. Era filosofía de 4º, y el tema que había elegido, la libertad. Sabía que cuando acabara la clase, estaría saliendo por última vez de un aula, después de 37 años…
Ni en el más delirante de mis sueños imaginaba la despedida que alumnos y compañeros me han regalado, porque ha sido un regalo de proporciones inabarcables. Mis compañeros, el aula decorada para la ocasión, la frase ¡oh capitán, mi capitán!, bien grande, las hermosísimas palabras que me han dirigido mis últimos alumnos, que un día compartiré en el blog, la tarta... Y cuando creía que ya estaba todo, y era mucho y muy bonito, ese pasillo, ¡buf! ese pasillo…
En mi cabecita resonaban unas palabras que se han hecho grito cuando bajaba por la escaleras, Señor no soy digno, Señor no soy digno… Abrumado y desbordado, estaba y estoy.
Por eso sólo puedo dar gracias desde lo más hondo de mi ser esta tarde de noviembre.
Gracias a mis compañeros a los que sé que voy a echar de menos. Buenos y malos ratos, ilusiones y desengaños, proyectos, noches vigilando en pasillos, entrevistas, palabras, miradas, almuerzos… Gracias por haberme entendido y aceptado como soy. No sé, todo y tanto.
Gracias a mis alumnos, a los miles de alumnos (algunos, ya papás, estaban hoy también en el cole) que he tenido a lo largo de 37 años. Como hoy les he dicho, he aprendido más yo de ellos de lo que he podido enseñarles, y sobre todo gracias les doy por haberme sentido siempre acogido por ellos. Y gracias por la vida nueva y joven en la que me han envuelto, y que he gozado.
Gracias a Isabel, mi esposa, mi compañera del alma y mucho más, que ha estado siempre, siempre, siempre a mi lado, en todo momento y circunstancia. Y en tantos años pasa de todo. Y ¿vosotros sabéis la tranquilidad, la paz que da saber que por alta que venga la ola, ella siempre esta ahí, lista para apoyar, curar, vendar, ilusionar, celebrar…?
Gracias a Dios. Y lo digo muy en serio, no como una frase hecha. Volviendo la vista atrás veo cada vez con más claridad su presencia tan rotunda como misteriosa, tan discreta como eficaz, en mi vida a lo largo de todos estos años. Necesitaré tiempo para entender, aunque sea un poco, su caminar junto a mí.
¿Estoy contento de jubilarme? Pues sí, claro. No me aburriré. Me seguirá faltando tiempo. Más tiempo, más libertad. ¡Genial! Pero esa alegría no quita la pena, ¿por qué no decirlo? de no volver a una aula. El martes pasado, en lo que fue mi penúltima clase, puse las sillas en círculo para la actividad que íbamos a hacer. Y cuando me senté entre ellos, como uno más, me sentí acogido, inmensamente cómodo, y sentí un estremecimiento… Sabía que los echaría de menos. Y eso me dio pena.
Pero es la vida, y días como hoy son como una luz que te marca el camino, como un hito de esos que te indican el itinerario cuando no hay sendero. Y se agradecen tanto esa luz y  ese hito.
En fin, escribiré más sobre estas cosas. Escribir me ayuda a entender la vida, a poner las cosas en su sitio. Y sé que necesito tiempo para ello. Ahora tendré un poquito más.
Una vez más gracias y perdón por todo lo que durante estos años no haya hecho bien, por el daño que le haya podido hacer a alguien, que siempre habrá sido en contra de mi voluntad.
¡¡¡Gracias!!! Y que Dios os bendiga a todos.

miércoles, 13 de noviembre de 2019

¿Y qué es lo peor?



¿Y qué es lo peor? Lo peor es que sé que estoy entre las víctimas, y conmigo, millones de personas, de la debacle que se nos echa encima. Porque soy sólo un trabajador que vive de su sueldo, y a partir de mañana un jubilado que habrá de vivir de su pensión, sin más patrimonio que el moral de haber servido a su país casi 40 años desde su puesto laboral, la educación.
La inestabilidad política provocada por el delirio catalán y la incapacidad de alcanzar acuerdos de consenso y moderación de nuestros representantes, unidas a unos planteamientos económicos inviables en la realidad del mundo en el que estamos, van a provocar una nueva y honda crisis social y económica que vamos a pagar los de siempre. Dar alas al independentismo y cargarse la reforma laboral serán los primeros pasos.
A estas alturas de mi vida hay algunas cosas que tengo muy claras, pocas, pero claras. Y una de ellas es que el dinero es miedoso, y huye de escenarios como el que ha iniciado el abrazo de Pedro y Pablo.
Tiene que ser joven e incauto o rematadamente imbécil el que piensa que rompiendo la Constitución, cortando autovías, gritando en las calles, persiguiendo a empresarios (pues son los malos por principio y definición) vamos a alcanzar la justicia social y el bienestar de todos.
No, el dinero se irá, los ricos y poderosos pondrán a buen recaudo sus fortunas, y sus iniciativas atracarán en otros puertos más seguros. Porque España, en manos de un socialismo comunista, y en proceso de descomposición, ya no será segura para hacer negocios.
Y como ya he dicho, lo pagaremos los de siempre. Porque yo soy consciente de que en el mundo en el que estoy, vivo de las migajas que me echan los que se gastan 1000, 2000 3000 euros o más, mucho más, cualquier día en una cena. Pero quiera o no vivo de ellos. Y vivo con dignidad. Y ya sé que hay quien ni eso, demasiados.
Que no es justo, ¡claro! Que urge un mejor reparto de la riqueza, ¡claro! Pero ahí no se llegará espantando a quienes tienen y gestionan esa riqueza. Porque si ellos se van, porque pueden irse donde y cuando quieran, sé que el estado no me mantendrá, porque no tendrá de donde sacar ni un euro para hacerlo.
Yo no tengo acciones, pero si la bolsa baja eso me afecta. Yo he tenido trabajo toda la vida, pero el paro, me afecta. Yo no soy autónomo, pero cuando un autónomo, cansado, cierra, eso me afecta. No conozco a ningún gran empresario, pero cuando una gran empresa se va a otro país más seguro, eso me afecta. No tengo ni un hotel, ni un restaurante, pero cuando dejen de venir turistas, eso me afectará…
Voy a poner un ejemplo duro y hasta desagradable. El capitalismo es como un banquete donde los comensales tiran a los perros lo que les sobra. Y los perros están gordos y “bien criaos”. Si no hay comensales, los perros pasarán hambre. Y siempre habrá comensales y perros.
Y nada puede cambiar mientras no cambie la naturaleza humana. El comunismo, todos comensales, es una utopía que exige una categoría moral a todos los ciudadanos de la que estamos infinitamente lejos. Por eso, su aplicación, en el grado que sea, sólo produce dolor y sufrimiento, y acaba castigando a la gran mayoría, que somos los perritos.
Por eso, viendo la que se nos viene encima, si fuera rico, famoso o importante, si fuera comensal, me exiliaría. Pero no lo soy. Soy un perrito que con lo que me echan me basta para vivir con dignidad, porque mi vida no está en el poder, ni el dinero; discurre por otros caminos, Gracias a Dios.

martes, 12 de noviembre de 2019

Me temía lo peor. Ha pasado.


Publico ahora lo que he escrito esta mañana, antes de enterarme del preacuerdo entre Sánchez e Iglesias. No he cambiado nada. Se han cumplido mis temores.

Hoy sí, me he decidido a meterme en el barrizal del triste momento que vivimos en España, y con gran desesperanza y pesadumbre, he visto cómo mis temores se confirman.
Ya he dicho muchas veces, y así lo escrito en el blog, que la tontería “buenista”, la ausencia de rigor intelectual, la falta de respeto por el diferente, y la soberbia de la llamada progresía, provocarían, tarde o pronto, un rebote que se ha materializado en Vox. Y eso no hay quien lo pare.
También el dogmatismo de lo políticamente correcto, dogmatismo integrista y excluyente, incapaz de un análisis crítico de sus propios planteamientos, pero beligerante e incluso agresivo con los de los otros, ha producido el rebote que estamos viendo.
La demagogia extrema del independentismo, saturándonos de palabras sin contenido, o lo que es peor, con el contenido justamente contrario a lo que realmente significan, ha hastiado e irritado a millones de personas. Y aquí están los resultados. A Vox le ha votado gente muy enfada, y con razón.
Y ante esto y mucho más, cuando teníamos la ocasión de que entre los tres, entonces tres, grandes partidos se pusieran de acuerdo, vemos que son incapaces de hacerlo, lanzándonos a unas elecciones en las que se veía venir lo que ha venido. Fue un error su no, sr. Rivera. Ya lo ha pagado usted, y todos lo pagaremos durante años.
Todos lo vamos a pagar porque, temo, y temo temer porque suelo acertar cuando temo, que nuestros señores políticos sigan sin ver lo que la gran mayoría de los españoles vemos, y por eso Ciudadanos se ha quedado con diez diputados; que las dos Españas de ahora no son las derechas y las izquierdas, conceptos estos vacíos de contenido y sólo útiles para manipular a incautos; las dos Españas son la de la gente que desprecia la Constitución y a todos los que no son de su cuerda, personas dogmáticas y excluyentes, es decir independentistas y radicales de cualquier signo, y la de quienes respetan la Constitución, gustan del pluralismo, son abiertos e integradores, y desean algo tan sencillo como trabajar y vivir en paz en un país que tiene todo el derecho del mundo a seguir siéndolo, es decir, la gran mayoría, la inmensa mayoría.
Temo que no serán capaces de ver esto, y el paradigma con el que seguirán funcionando, y desde el que regirán nuestras vidas, será esa estupidez de derechas e izquierdas, que en esa tesitura puedes ser una bomba de relojería. Este, tan falso como peligroso planteamiento, hace posible que el sr. Iglesias, líder de un partido tan radical como Vox o más, partido minoritario y en declive, tenga la soberbia de pedirle a Sánchez seis o siete ministerios en el futuro gobierno.
Y es que los no es no traen malas consecuencias. Al sr. Sánchez le costó una defenestración, aunque luego regresó por la puerta de atrás. Al sr. Rivera le ha costado el puesto y casi el partido. Y a todos nos puede costar, muy, muy caro.
Intransigencias, dogmatismos, demagogias, personalismos, radicalismos… Malas hierbas que acaban ahogando al jardín y haciéndolo intransitable.
¿Qué hacer? Que se apañen PSOE y PP, que juntos representan a la mayoría, que escuchen a Vox y Podemos, pues hay gente detrás que merece un respeto; los demás que colaboren como quieran y puedan, y que el futuro gobierno, que debería representar a la mayoría, haga cumplir la ley, o si le parece injusta que la cambie, eso sí democráticamente.
Y los medios de comunicación que colaboren con los que están con la ley  establecida, y dejen de hacerle el juego, bajo el pretexto de la libertad de prensa, a quienes en su delirio no respetan a nada ni a nadie.
Lo veo tan fácil… Pero temo que no será. Me temo lo peor.

lunes, 11 de noviembre de 2019

No, no voy a escribir nada de política hoy.

No, no voy a escribir nada de política hoy. Vi anoche los resultados de las elecciones y nada más. Ni radio, ni tele, ni periódicos, ni internet. He estado todo el día solo, andando por el monte sin encontrarme con nadie. ¡Un placer! Hasta el cielo gris resultaba agradable; sólo sobraba el viento.
Y el crepúsculo…, ¡qué crepúsculo Señor, qué crepúsculo! 


domingo, 10 de noviembre de 2019

Y seguimos igual.


NOTA DE LA SEMANA: 0

Tras once días seguidos castigándonos los vientos del oeste o noroeste, parece que ya va siendo hora de que nos dejen en paz. Pues no, no os hagáis ilusiones. Una semana más, al menos de momento, nos espera con lo mismo.
La única diferencia estará en que serán un poco menos fuertes, pero sólo un poco y tan solo a ratos. Las treguas, como la semana pasada, breves.
Respecto a las temperaturas, seguirán bajitas, sobre todo hacia el fin de semana, lo que unido al viento nos dará verdadera sensación de frío. De hecho los mapas dan para el sábado mínimas de 3ºC, y ese día sin viento. Puede ser el primer día de calma desde hace demasiado tiempo.
¿Y el agua? Dicen que quizá el miércoles y jueves podría llover, ¡ojalá! En mi opinión, y deseo equivocarme, caerá poco o nada, porque con estos vientos, por estas tierras, eso de llover… Quizá algo en el interior…
En fin, seguimos mal, muy mal. Y encima, el contraste con el norte me da una rabia... Allí llevan días y días, los mismos que nosotros aguantando el viento, de lluvias y nevadas. Otoño invernal. ¡Qué bonito!
Son estas borrascas injustas con el Mediterráneo. Bendicen el norte y maldicen el este. Y cuando duran tantos días…
Por eso, por la persistencia de un tiempo tan antipático como inútil, pese a que ya ha llegado el frío y con mucha suerte igual llueve algo, no le puedo poner a esta semana más que, otra vez, un cero.