Conozco
esta fuente desde que era niño. Está junto a la carretera, en un bonito rincón
de la sierra Calderona. Acudía y acude gente a ella a llenar garrafas de agua, algunos excursionistas, pues de allí arranca un interesante sendero que se
interna en las montañas, y desde hace ya tiempo, y cada vez más, ciclistas, ya
que les queda muy a mano.
El
caso es que fui hace unos días y me encontré con el curioso letrerito que
podéis leer en las fotos. Y había dos a falta de uno. Y me pregunté, ¿hace
falta decirlo? Pues debe ser que sí, porque si no, no lo hubieran puesto.
Pero
hasta aquí llego. Porque analizar qué es lo que ha cambiado para
haber tenido que llegar a poner el cartelito, nos llevaría a unas conclusiones que no
serían en absoluto políticamente correctas.
Y no
digo más.
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