Que el
periódico El País digital diga que el PP obstaculiza el cordón sanitario a Vox…
me ha resultado alarmante. Sin comillas
ni cursivas. Así, tal cual. Cordón sanitario.
Que
haya que ponerle un cordón sanitario a Vox y Podemos vaya a entrar en el
gobierno, sin cordones ni nada que se le parezca, ¡claro! me parece demencial, y si nos
atenemos a los resultados de las elecciones, algo absolutamente antidemocrático.
No lo entiendo.
Tampoco
entiendo por qué Vox es la ultraderecha o extrema derecha y Podemos no es la “ultraizquierda”
o la extrema izquierda; porque lo es. No, tampoco lo entiendo.
Ya lo
dije en una entrada anterior. Esta falta de criterios objetivos y democráticos
es el camino al infierno. Un camino demasiadas veces emprendido en esta tierra.
¿Habrá
que recordar que a lo largo de la historia, tanto la extrema derecha como la extrema
izquierda han provocado millones de muertos? Ambas por su falta de respeto al
ser humano y su libertad. Ambas.
¿Habrá
que recordar también que seguir hablando hoy en día de derechas e izquierdas es
la mejor manera de impedir el progreso, romper la paz social, enfrentar a la
gente y no llegar nunca a buen puerto?
¿Habrá
que recordar que las dos opciones posibles no son derecha e izquierda, sino la moderación
o el radicalismo, el respeto a la libertad o la imposición, el pluralismo o el
totalitarismo, el consenso o el enfrentamiento, el pasado o el futuro?
¡Qué
mal y qué miedo!
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