Me
gusta estar en el monte en ese momento del día en el que el sol ya se ha puesto y la
luz va apagándose poco a poco. Acabar la excursión de noche y, si puedo, sin
linterna.
Ayer,
resguardado entre unas rocas del viento que sopló todo el día, pude disfrutar
de ese momento en la sierra Calderona. Abajo, a lo lejos, un manto de luz se extendía a mis
pies. En el cielo, entre las nubes, se encendían algunas estrellas, y la luna,
en cuarto creciente, iluminaba débilmente el paisaje.
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Panorama hacia el noreste. Destaca la Mola de Segart.
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La Mola de cerca, reteniendo las últimas luces. |
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El horizonte de poniente. |
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Dos pinos, supervivientes de los incendios, se recortan contra las nubes. |
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Valencia de noche, bajo la luna. |
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