Hoy ha sido un día para la historia.
Rodeado de innumerables muestras de cariño, respeto y admiración, en un día
frío, gris y ventoso, duro como la misma
meseta castellana, Adolfo Suárez ya reposa junto a su mujer en el claustro de
la catedral de Ávila.
Que el recuerdo de su vida y su obra dé
un poco de luz a esta España nuestra tan necesitada hoy de lo que en la lápida
que cubre su sepultura ha quedado escrito: la concordia fue posible. ¡Ojalá sea
hoy posible!
Descanse en paz.
No hay comentarios:
Publicar un comentario