Hoy, 4
de octubre, día de san Francisco de Asís, quiero compartir el final del libro
de José Luis Cortés titulado Francisco, el Buenagente. Siempre me ha resultado
un libro conmovedor por la forma en que nos habla de uno de los santos más
rotundos de la Iglesia. Y digo rotundos porque así fue su vida, un rotundo y
apabullante testimonio de Jesús resucitado desde una humildad y una sencillez
que solo puede venir de Dios mismo.
Fue
sorprendente y asombrosa su vida en los siglos XII y XIII, como lo sigue siendo
hoy, en el siglo XXI. Francisco fue y sigue siendo, aire fresco, agua limpia,
vida abundante y libre, alegría profunda…
Felicidades
a todos los que llevan su nombre.
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